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Teoría política

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El relevo de Dios: el escepticismo
Enviado por el día 11 de Junio de 2005 a las 18:16
Amigos, tengo una teoría política que dura tres posts. Al principio les parecerá que nada tiene que ver con el tema que aquí se debate. Sólo les pido un enorme favor: sigan leyendo hasta el final, son tres minutos de sus vidas a cambio de facilitarme ese gusto. Por favor. Verán que sí está muy relacionada.
Las colgaré aquí en forma de respuesta a esta introducción.

Re: El relevo de Dios: el escepticismo
Enviado por el día 11 de Junio de 2005 a las 18:18
Diversas ideologías han acompañado al hombre en sus etapas evolutivas, siendo éstas la herramienta básica de adaptación a su medio, un medio social. El hombre, en exclusiva, tiene ese don que le diferencia del resto de especies animales. La evolución no ha cesado y hoy el animal que somos ya está cercano a su muerte, mientras que el intelecto nos permitirá seguir habitando este planeta, cada vez más libres de las ataduras físicas y de las leyes de una naturaleza olvidada, obsoleta y pronto innecesaria.

Superada hace milenios nuestra dependencia única del organismo, en nuestras etapas prehistóricas, si tuviéramos que dividir en tres grandes etapas nuestra dependencia de la ideología para cohesionar una sociedad en avance continuo, sería tan sencillo como referirnos al mito, en primer lugar, a la ciencia, en el segundo, y al intelecto puro en el último lugar. Estamos relativamente cerca de alcanzar ese nuevo estadio de la conciencia, en el que ésta sustituirá por fin a cualquier otra manifestación del Yo perceptible, como la percepción de ese organismo, entendido como un sujeto pasivo de la naturaleza biológica (y antaño de la naturaleza divina). Pronto, la conciencia del hombre formará sujetos activos capaces de crear y modificar, en exclusiva, todas las formas de vida posibles.

En una era en la que todavía persisten los dioses de los antiguos mitos, versionados ya hasta la saciedad para adaptarlos al entorno moral actual, y habiendo sido éstos sustituidos por una ciencia cada vez menos hipotética y más pragmática, asoma ya la tercera edad del hombre, para que éste prescinda de Dios y de la Naturaleza y se yerga como el nuevo Hacedor y consiga así superar las barreras que ya le habían condenado a la extinción.

Los discursos de otras épocas son cada vez más inútiles. El hombre se asemeja más a la mujer, y la mujer más al hombre. Estamos convirtiendo en caduca la moral que condenaba nuestra sexualidad a la simplificación monógama y heterosexual, de modo que la sexualidad se convierte en un nuevo discurso del intelecto para que hombre y mujer se combinen en múltiples formas que explotan todas las potencialidades de nuestra identidad sexual, desatándola apasionadamente de sus limitaciones impuestas por un orden moral dogmático y restrictivo. Y la concepción ya no está reservada al estudio de la ciencia reproductora, sino a su puesta en práctica en laboratorios.
Re: El relevo de Dios: el escepticismo
Enviado por el día 11 de Junio de 2005 a las 18:20
Una vez el animal haya olvidado definitivamente cómo procurarse su perpetuación mediante el instinto, se habrá extinguido por siempre, y sólo la inteligencia podrá ser capaz de dar vida sin necesidad de un contacto terrenal que ya no podrá darse. Así es como la especie del hombre perdurará, aun después de la destrucción de su hábitat primigenio, a la búsqueda y conquista de un espacio infinito donde establecerse y seguir evolucionando hacia la independencia del intelecto, que finalmente habrá de ser incorpóreo.

El hombre seguirá existiendo, quizá en algún momento representado por una máquina, receptáculo de todo el conocimiento acumulado por el ser humano durante todas sus edades pasadas. Multiplicará su inteligencia sin detenimiento y se extenderá por el universo sin más objetivo que su propia expansión. Y esta conciencia será algún día capaz de emanciparse y mezclarse con el vacío para regresar a la nada que sin un cuerpo significa. Acaso entonces volveremos a empezar, desde Dios.

Pero todavía nos quedan unos momentos de presencia dual, de cuerpo y mente, de estas dos realidades separadas que, sin embargo, todavía no son posibles la una sin la otra, salvo por lo que vagamente podamos depositar en un continente electrónico capaz de realizar las funciones más básicas de la lógica humana. Y aun así, aun en dependencia absoluta de su organismo, el intelecto del hombre ha sido capaz desde su origen de crear esta realidad paralela, que poco a poco se ha convertido en predominante en su relación con el entorno: la conciencia. En la actualidad, no nos quedan más instintos que el hambre y la sed, y ya la reproducción está a un paso de ceder su oportunidad al manejo absoluto de la ciencia del hombre. Necesariamente, toda vez que el recuento de espermas nos muestra una marcada tendencia a la imposibilidad reproductora por medios naturales.

Es, pues, la ideología la que define la realidad perceptible del hombre y no su naturaleza. La cultura propia de una sociedad crea un paradigma característico de la realidad a la que tenemos acceso, mediante los filtros que son necesarios para la interpretación a través de códigos convencionales, que a su vez son los mismos usados para percibir y juzgar otras manifestaciones culturales e ideológicas. Absurdo de todo punto, dado que estas otras realidades poseen sus propios códigos y sus propios filtros, definidos por una práctica lingüística determinada y por una herencia cultural única. De modo que, cuando hemos llegado ya al punto en que no es posible justificar nuestro comportamiento de un modo natural, sabiendo que éste depende de innumerables combinaciones de factores de la cultura y la moral propias, sólo el relativismo puede dar lugar a la comprensión, a la tolerancia y al compromiso de una vida intelectual que es el preludio de nuestras siguientes etapas evolutivas.
Re: El relevo de Dios: el escepticismo
Enviado por el día 11 de Junio de 2005 a las 18:21
Todavía hay ideologías que se defienden con el discurso del fomento de la libertad. Si bien la defensa de la libertad parece un discurso moderno, frente a los antiguos métodos de represión, es en realidad una manifestación caduca, pues no se puede defender la libertad desde la ideología. Filosóficamente, la ideología de cualquier signo es la caracterización misma de la privación de la libertad, pues mantiene al individuo, y al conjunto de una sociedad participada de estas creencias, atados a su mecánica contagiosa de procedimientos de cohesión y de consenso. Por otro lado, la libertad ha alcanzado la categoría de un valor universal, y no hay ideología que no la defienda desde uno u otro enfoque, desde el cual convierten a las doctrinas alternativas en censoras y represoras de la libertad.

El único modo de acercarnos a la defensa de la verdadera libertad es, pues, prescindiendo de los ideales, de los principios, de los valores; en definitiva, de la moral. Una vez nos hayamos constituido como observadores desde la distancia, partícipes nada más que de la inteligencia que no demuestran aquellos que siguen atados al dogma, en ese momento seremos capaces de hablar de libertad, más allá de la anarquía que quizás pueda ser un estadio intermedio en el proceso de emancipación moral. La verdadera libertad constituye la originalidad y la creatividad de una realidad individual única, no compartida, en perfecta simbiosis con el resto de realidades, con el solo objetivo de aunarlas todas en una base comunal apartidista e igualitaria. La libertad consistiría en huir de los consensos de los criterios compartidos, que sólo se crecen y logran hacerse fuertes a partir de la condena de los otros criterios. La individualidad real, sin posibilidad de colectivos parciales, es la única vía para el colectivo único.

En este contexto, entender la realidad económica o política como parte de la naturaleza del hombre, de su voluntad de crear, de compartir o de competir, es pura ingenuidad. Usar las comparaciones con los modelos de conducta de los animales de rango inferior (intelectualmente hablando), es igualmente ingenuo, y un mero intento de justificar nuestra existencia amarrándola a una naturaleza con la que ya no guardamos simbiosis alguna. Sólo nuestro intelecto es capaz de dar forma a los productos culturales, a partir del lenguaje, que no se dan sino por pura necesidad del alimento moral para las relaciones recíprocas con nuestro entorno humano, creando focos de opinión, grupos de interés y enemistades con toda propuesta alternativa a la nuestra.

Re: El relevo de Dios: el escepticismo
Enviado por el día 11 de Junio de 2005 a las 18:22
La demostración de mi teoría político – económica es la siguiente: tanto el liberal como el socialista encontrará en esta lectura tanto la confirmación como la refutación de sus respectivas teorías ideológicas. Esto es porque ambos defenderán la justicia, la individualidad y la libertad. Y ambos huirán de las opciones coercitivas y manipuladoras. Y ambos permanecerán en la búsqueda del sistema ideal para proporcional al ser humano algo tan simple como es la satisfacción. Y ambos caerán en las redes de los respectivos discursos a los que representan, ignorando además que están representando un discurso y una ideología con un afán que es lo menos parecido a la libertad y a la individualidad que persiguen. Y yo, que en esta modesta intervención no tengo esperanzas de ser leído, poseo la fórmula única para que todos nos relacionemos, a través del intelecto puro, de la única forma que es justa: con el escepticismo.

Por Alex Aura. Alias Virus.
Re: Re: El relevo de Dios: el escepticismo
Enviado por el día 11 de Junio de 2005 a las 22:57
muy filosofico, pero creo que sin moral no hay individuo, sino animales.
Re: Re: Re: El relevo de Dios: el escepticismo
Enviado por el día 11 de Junio de 2005 a las 23:09
"Filosóficamente, la ideología de cualquier signo es la caracterización misma de la privación de la libertad"

Esto es interesante.

Por lo demás hoy he leido algo relacionado con esto...
Re: Re: Re: Re: El relevo de Dios: el escepticismo
Enviado por el día 11 de Junio de 2005 a las 23:44
Me gustaría saber dónde lo leiste. ¿Puedes decírmelo?
Gracias.
Re: Re: Re: Re: Re: El relevo de Dios: el escepticismo
Enviado por el día 12 de Junio de 2005 a las 08:41
Estoy leyendo un libro sobre budismo zen, y en él se habla de los problemas de relación entre objetividad y subjetividad.

El libro se ha traducido como "La religión de los samurai", en Paidós Orientalia.

En otros libros sobre el mismo tema he leido casi literalmente la frase sobre las ideologias que he citado antes. Efectivamente, cuando uno se adhiere a una ideología, puede caer en muchos peligros.
Re: Re: Re: Re: Re: Re: El relevo de Dios: el escepticismo
Enviado por el día 12 de Junio de 2005 a las 20:14
Gracias.
Re: Re: Re: El relevo de Dios: el escepticismo
Enviado por el día 11 de Junio de 2005 a las 23:43
Sólo me estás dando la razón: por tu condición de individuo que pertenece a un orden, no eres libre de ser amoral. Toda la ideología que puedas defender aquí, en los foros, te atará más a la misma y tanto menos libre serás. Que para defender esa ideología hagas referencia a la libertad que fomenta, no es más que una paradoja.
Por cierto que lo que caracteriza a los hombres es el intelecto y hasta dónde ha llegado éste, no la moral. La moral es un producto más del intelecto, y se usa para someter al hombre a unas leyes que le proporcionan un punto de vista útil para ser productivo, de lo contrario el hombre, privado de sus instintos, simplemente decidiría su propia ley.
Re: Re: Re: Re: El relevo de Dios: el escepticismo
Enviado por el día 12 de Junio de 2005 a las 04:06
Estas describiendo un proceso de evolucion que solo es posible en el individuo. Eso que tu ves como evolucion de la humanidad, son cambios que se dan continuamente, a veces en una direccion, a veces en otra. Es cambio continuo que no significa nada. Lo que acontece por si solo es mecanico, son accidentes.

La humanidad no evoluciona porque la evolucion es un proceso conciente, no se da por si sola, no es algo mecanico, que acontece. De cierta manera es un proceso que va contra las leyes naturales. Es una transformacion que el individuo debe encarar concientemente. Las enseñanzas de todas las epocas, el mensaje de los sabios, es la de como encarar ese proceso. La de como trascender el animal para convertirse en Dios.
Re: Re: Re: Re: Re: El relevo de Dios: el escepticismo
Enviado por el día 12 de Junio de 2005 a las 04:42
Lo que dices no es exacto. En lo visible, la evolución es consciente e individual. Pero precisamente de la suma de evoluciones individuales surge la negociación entre las mismas: adaptación al medio social. Entonces se da un procedimiento de reciprocidad cíclica.
Imagínalo así: una sociedad formada por dos individuos. Uno tiene una idea y el otro tiene otra, son, en principio, iniciativas individuales. Para crear un consenso y una realidad compartida, se exponen sus ideas mutuamente y, una vez alcanzado el acuerdo sobre la perspectiva a aplicar, ésta se convierte en la norma de ambos. Una vez existe la norma, la influencia que ésta ejerce en sus consciencias provoca que otras ideas nuevas emanen de sus respectivos intelectos, de cada cual la suya, de manera que deben volver a exponerlas para negociarlas, y así continuamente, vuelven a negociar el modo en que ven la realidad para que ésta se vierta de nuevo sobre sus seseras, conformando así su experiencia y su participación colectiva de una ideología.
De aquí que los estudiosos en este campo, la psicología social, desde los enfoques construccionistas plantean que el individuo y el colectivo son inseparables como conceptos, ya que sus respectivas psicologías dependen de las aportaciones del individo al colectivo y del colectivo al individuo. A lo primero se le llama influencia, y a lo segundo, conformidad. De forma que el individuo causa influencia en el colectivo y el colectivo causa conformidad en el individuo.
No es algo mecánico, como tú dices. Pero tampoco es un proceso del todo consciente, ya que todos nos creemos ideológicamente independintes de nuestro entorno cultural, cuando curiosamente todos participamos en mayor o en menor medida de la norma social.
Re: Re: Re: Re: Re: Re: El relevo de Dios: el escepticismo
Enviado por el día 12 de Junio de 2005 a las 17:16
..." Pero precisamente de la suma de evoluciones individuales surge la negociación entre las mismas: adaptación al medio social. Entonces se da un procedimiento de reciprocidad cíclica.
Imagínalo así: una sociedad formada por dos individuos. Uno tiene una idea y el otro tiene otra, son, en principio, iniciativas individuales. Para crear un consenso y una realidad compartida, se exponen sus ideas mutuamente y, una vez alcanzado el acuerdo sobre la perspectiva a aplicar, ésta se convierte en la norma de ambos."

Evidentemente estamos hablando de cosas diferentes. La evolucion del individuo no depende de acuerdos con otros individuos sino de su relacion con la realidad.
Lo que tu pareces llamar evolucion para mi es simplemente acuerdos o consensos a los que se llegan, como tu dices, con la interelacion. Esos acuerdos pueden estar basados en fantasias compartidas. La evolucion debe basarse en la realidad, de lo contrario es una burbuja que puede explotar en cualquier momento. De hecho, es lo que pasa periodicamente. Una civilizacion adopta ciertos acuerdos que parecen funcionar por un tiempo y despues explota: una guerra u otro cataclismo destruye todo y se comienza todo de nuevo. Son cambios permanentes y no evolucion.


Re: Re: Re: Re: Re: Re: Re: El relevo de Dios: el escepticismo
Enviado por el día 12 de Junio de 2005 a las 20:21
Te entiendo, pero volvemos a lo mismo. Porque tú propones una realidad independiente del hombre, a la que éste puede o no acceder con su percepción. Y lo que yo decía es que la realidad no es independiente del hombre, sino que está creada por éste, que accede a ella a través de los filtros doctrinales que comparte con su entorno social. Con esa negociación y ese intercambio de consensos.
Pero no me refiero a los consensos expresos a la hora de hacer proyuectos de ley, o acuerdos internacionales o tratados o alianzas... me refiero a los consensos que están implícitos en las propias relaciones humanas, en el mismo intercambio de código lingüístico. La realidad de la que tú hablas, sólo es una interpretación coincidente de la misma, al participar todos del mismo código compartido, con sutiles variaciones y algunas excepciones minoritarias que son precisamente el motor de la influencia y del cambio social.
Os recomiendo a todos una lectura fascinante: "Introducción al construccionismo social", de Vivien Bür. Explica cosas parecidas a las que digo.