Teoría política

Hay algunos personajes de izquierdas que, como otros que no son de izquierdas, acostumbran mentir a los demás, y por su falta de lucidez mentirse a sí mismos.

Hablo de un "comunicador" chileno, José Miguel Villouta (el de las orejotas prominentes ), que actualmente vocifera en un programa de cable, Bikini.

Bueno, este tipo goza de cierta simpatía en el joven de izquierdas, progresista, alternativo, medioambientalista, ista, ista...

Se ha acostumbrado a rasgar vestiduras por la maldad del capital transnacional, la perversión capitalista, el apocalipsis de la globalización, y en general, la falta de libertades y el abuso del poderoso.

Hoy, leyó una noticia sobre las muchachas de Prussian Blue, unas adolescentes rubias con cara de dóciles que cantan temas con referencias raciales y "nazis, según un medio, para desatar su ironía junto a una invitada de la farándula y seguramente, tan idiota como él.

En el fondo del escenario del programa aparecen lemas como "derechos civiles" y "libertad de expresión", simulando ser las banderas de lucha del "dumbo humano" que lo conduce.

Uno de los comentarios, acompañado de socarronas miradas, fue: "hay que censurarlas", y otro fue "la música está dirigida a niñas de 13 años, cuando los niños recién comienzan a formar su identidad".

Libertad de expresión-censura, creíamos que se encontraban en polos opuestos, pero el activista homosexual nos revela que es posible conciliarlos cuando se trata de sus ideas.

Tiempo atrás invitó a un joven gay de 16 años, y al presidente de un cuerpo de activistas homosexuales, para rechazar la injerencia del Estado en la formación de la identidad sexual de los estudiantes, pues está debía ser "determinada según su libertad" (sic).

Ahora nos encontramos que el mismo señor, tiempo después, desde el otro lado de la acera (supongo que no le gusta el racismo ni el nazismo) busca la interferencia estatal para proteger a los niños de ideas "nocivas", cuando antes buscaba terminar con dicha invasión pública.

Forma parte del leit motiv de la carrera televisiva de Villouta, la culturización de los contenidos televisivos, pues los demás fragmentos son huecos, vacíos, supérfluos, se alimentan de la hipocresía y son conservadores.

Pero, este muchacho hace lo mismo, mas a diferencia de otros se ufana de haber sido bendecido por cierta superioridad moral que sus espectadores deben percibir.

Afortunadamente, se trata de un marginal visto por marginales, que se sienten marginalizados dentro de tanta tele basura.

Viva la tele basura!!!