liberalismo.org
Portada » Foros » Teoría política » Igualdad y mérito

Teoría política

Estos foros están cerrados. Podéis debatir en Red Liberal.

Igualdad y mérito
Enviado por el día 20 de Enero de 2006 a las 22:16
Aunque la propia naturaleza, mediante la reproducción sexuada y la herencia genética, busca la variedad y la desigualdad de los seres humanos, muchos creen que la igualdad es la meta que debemos perseguir.

Desde las épocas de Adam Smith se reconocen las ventajas de la división (o especialización) del trabajo. Para el establecimiento de una productividad aceptable, es imprescindible una gran diversidad en las características y en las preferencias laborales de los distintos seres humanos.

Esta superioridad parcial, existente y necesaria, no es admitida por todos, ya que, respecto de quienes nos superan, se pueden adoptar dos actitudes extremas: una consiste en admiralos e imitarlos, mientras que la otra actitud implica envidiarlos o bien negar los valores y habilidades que posean.

El símbolo de la justicia es la balanza en equilibrio, de ahí que la igualdad se considera como una condición de justicia. Cuando se habla de justicia social, se acepta tácitamente una igualitaria distribución de la cosecha, pero no una previa e igualitaria distribución de la siembra. De ahí que muchos tienden a ser generosos con los medios ajenos. Gonzalo Fernándes de la Mora escribió: "Los demagogos apelan a la envidia porque su universalidad hace que todos los hombres sean víctimas potenciales y porque la invencible desigualdad de las capacidades personales y la irremediable limitación de muchos bienes sociales hacen que, necesariamente, la mayoría sea inferior a ciertas minorías. El cultivo de ese sentimiento de inferioridad envidiosa es la táctica política dominante, por lo menos, en la edad contemporánea. El demagógico fomento de la envidia, como cuanto se refiere a ese sentimiento inconfesable, no se realiza de modo franco, sino encubierto. Un enmascaramiento muy actual de la envidia colectiva es la llamada «justicia social»"

El capitalismo privado tiende a producir diferencias económicas y sociales, pero con grandes rendimientos productivos. Las economías dirigidas, por el contrario, buscan la igualdad económica a costa de una baja productividad. En un caso tenemos la desigualdad en la riqueza y en el otro caso la igualdad en la pobreza.

Las tendencias políticas denominadas izquierda y derecha pueden asociarse, respectivamente, a la búsqueda prioritaria de la igualdad y a la búsqueda de la libertad, según lo propone N. Bobbio. La igualdad económica, liberadora de la envidia, fue la meta de la sociedad comunista, aunque para ello se debió restringir totalmente la libertad. La sociedad liberal tiende a producir desigualdades notorias, de ahí la búsqueda de soluciones intermedias.

Si tratamos de establecer un orden social que satisfaga al envidioso, estaremos favoreciendo la existencia de la envidia, y también de la desigualdad, aunque se predique lo contrario. El envidioso verá justificado su accionar y no tratará de evitar su actitud negativa.

(Sigue)
Re: Igualdad y mérito
Enviado por el día 20 de Enero de 2006 a las 22:28
El lema igualitario del marxismo sugiere: "De cada uno según su capacidad, para cada uno según sus necesidades", lo que implica que se debe sembrar según su capacidad (desigual) y cosechar según sus necesidades (igualitariamente). Este "igualitarismo" se opone a la "meritocracia" que contempla el esfuerzo y las capacidades individuales. La sociedad comunista ha sido, y sigue siendo, el ideal del envidioso y del que tiene pocas aptitudes para el trabajo.

Así como los procesos térmicos requieren de un desequilibrio térmico y los procesos eléctricos de un desequilibrio eléctrico, los procesos sociales también han de ser impulsados por ciertas desigualdades previas. Un concepto similar es sustentado por el economista John Rawls. Al respecto, Raymond Boudon escribe: "Consciente de que esta elevación del nivel de base sea obtenida mediante un aumento de las desigualdades, poco importa que el rico se torne más rico si se puede demostrar que ello permite al pobre volverse menos pobre: ése es el mensaje de las curvas rawlsianas. Tal es el contenido del célebre principio de diferencia: la diferencia entre el mejor y el peor dotados debe justificarse por el hecho de que contribuye a mejorar la condición del segundo" (Citado en "Los profetas de la felicidad" de Alain Minc-Ed.Paidos)

La violencia social tiene dos estímulos principales: el lujo y la ostentación, por una parte, y, en segundo lugar, la demagogia izquierdista que culpa de todos los males, con exclusividad, a la clase productiva y empresarial.

Visite www.geocities.com/pompiliozigrino