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"La clave ideológica del futuro" por Laureano Luna (Parte II)
Enviado por el día 1 de Marzo de 2006 a las 15:48
Es decir, un yo sólo está limitado por otro yo y de tal manera que todos los yoes sean iguales. Así, el yo puro se convierte en libre, igual y supremo. Esto último porque nada hay por encima de los yoes que pueda limitarlos: ni Dios, ni la Naturaleza, ni la sociedad.

Conviene señalar que (1) se presenta como una verdad de la pura razón,es decir, como una verdad que no necesita información científica o empírica. Esta es la ética de la Modernidad y la Globalización. Este es el legado último de la Ilustración y la esencia de lo políticamente correcto.

La clave ideológica del futuro, la cuestión que va a delimitar esencialmente los bandos a nivel ideológico es ésta:

¿es (1) suficiente para la gestión racional de todo aquello que la ética tiene que gestionar?

En contra de lo que la Modernidad pretende, la respuesta es obvia: no.

Consideremos primero que (1) no consigue determinar suficientemente lo que se debe y lo que no se debe. Sean A y B dos agentes morales; entonces el ámbito de libertad de A está determinado sólo por el ámbito de libertad de B, que, a su vez, está determinado por el ámbito de libertad de A, y por la condición de que ambos ámbitos sean simétricos. Es como un teselado que sólo tiene como condición que todas las teselas sean iguales. Es evidente que hay varias formas de teselar así: con cuadrados, con hexágonos, con rombos. Hay muchos modos incompatibles entre sí de organizar las relaciones humanas que, sin embargo, resultan compatibles con (1). Por ejemplo, todo el mundo podría tener derecho a ir desnudo por la calle o todos podrían carecer de ese derecho. Para decidir entre estas alternativas son necesarias consideraciones que no están en (1). Esto nos indica una primera deficiencia lógica.

Esto implica que (1) no puede constituir un código moral a la vez correcto y completo; por tanto, no puede gestionar todo lo que la ética tiene que gestionar.

Pongamos ejemplos más significativos. Es perfectamente compatible con (1) que todo el mundo tenga derecho a suicidarse cuando lo desee o a no reproducirse. Ahora bien, si todos hiciesen simultáneamente uso de cualquiera de esos supuestos derechos la humanidad desaparecería, lo que sin duda es un mal moral de proporciones gigantescas. Pero curiosamente, según la ética de la Modernidad, ese mal se habría producido sin que nadie hubiese actuado éticamente mal, porque nadie habría violado (1). Esto deja claro que (1) no es un imperativo moral suficiente.

Resulta que los seres humanos no somos yoes puros, sino seres dotados de cuerpo y mente y afectados por circunstancias históricas y sociales. Y la ética tiene que gestionar también todas esas determinaciones empíricas del ser humano -físicas, mentales, sociales…- que evidencian que no es un yo puro. La ética tiene que hacerse cargo de la gestión de todos los hechos que puedan ser importantes para la vida humana;