Portada » Bitácoras » Seny » Un experto de la ONU descubre la causa de los males de Corea del Norte

Bitácora de Antonio Mascaró Rotger

En la década de los 50, Corea quedó dividida en dos países: uno comunista al norte y otro capitalista al sur. Con un territorio, población y recursos de partida casi idénticos, medio siglo después las diferencias son abismales:

La mortalidad infantil, por ejemplo, (que en España ronda el 4,85 por mil) en el Sur es de 7,58 y en el Norte de 22,8.

La riqueza por habitante, ajustada según la paridad de poder adquisitivo, (que en España es de 20.700 dóalres) en el Sur es de 19.400 pero en el Norte es de 1.000.

Durante la década pasada, el gobierno del Norte ha reconocido que se le han muerto unos cinco millones de habitantes por culpa de las hambrunas. Lo mismo le pasaba a la Unión Soviética, que durante la Guerra Fría tenía que abastecerse de grano de los Estados Unidos porque su fantástica economía planificada no les servía para alimentarse. ¡Y eso que con tecnología actual las fertilísimas tierras de Ucrania podrían alimentar al planeta entero!

Se ve que recientemente, después de estas hambrunas, el gobierno de Pyongyang decidió emprender unas timidísimas reformas. Un mes después de que éstas entraran en vigor, llegó allí Masood Hyder, un "experto de la ONU". El hombre se encontró con un país hecho un asco y con una miseria indescriptible. Su análisis de la situación sólo podía venir de "un experto de la ONU": la culpa del hambre y la pobreza la tienen las reformas capitalistas, según informa el Atlanta Journal-Constitution.

Uno no puede dejar de acordarse de esos "expertos de la ONU" que hicieron historia antes que este señor. Como los que predijeron científicamente que en la década de los ochenta se nos habría acabado el petróleo o como esos otros que predijeron científicamente que antes del siglo XXI una terrible glaciación diezmaría el mundo.

Lo que ha sucedido es que el gobierno de Corea del Norte ha flexibilizado algunos controles de precios, lo que sin duda es más liberal que mantener el férreo control de precios anterior. Pero, con una economía de planificación centralizada, lo que reflejan esos precios es lo evidente: que la economía socialista no es capaz de producir mucho y hay gravísimos problemas de escasez. Y los precios suben y los pobres proletarios no pueden comprar. Es como un enfermo que finalmente acepta ponerse el termómetro y mirárselo de reojo: de repente los síntomas de que algo falla son clarísimos. Y va el "experto de la ONU" y nos dice que la culpa es del termómetro, que hay que quitárselo y seguir con más de lo de antes. ¡Genial!

Es obvio, los cinco millones que se murieron de hambre antes de las reformas estaban equivocados. ¡Eran saboteadores ultraliberales! ¡Antes no había problemas, los problemas los han traído las insensatas reformas! ¡Ahí está el peligro!

Si el análisis de este heroico "experto de la ONU" fuese remotamente razonable, ¿cuántos millones habrían muerto de hambre en Corea del Sur desde los años 50? Pues resulta que no, que allí la gente, que hace años que goza de mucha más libertad que la poca que está llegando al Norte, no se ha muerto de hambre y la pobreza allí es la misma que puede haber en España.

Obviamente, la solución que propone el "experto de la ONU" es que el gobierno norcoreano ofrezca menos libertad a sus súbditos y que los contribuyentes de Occidente le regalen más ayudas a este dictador.