liberalismo.org
Portada » Bitácoras » 1812 » Autopropiedad

6 de Diciembre de 2007

« Conferencia y artículo sobre la crisis financiera | Principal | La fórmula mágica para hacerse rico »

1812
Bitácora de Daniel Rodríguez Herrera

Autopropiedad


Estoy viendo que se están difundiendo una serie de impresiones erróneas sobre qué es la autopropiedad. Suelo decir que es una formulación un tanto engañosa en la medida en que parece confundir el sujeto (propietario) con el objeto (propiedad), partes esenciales en toda relación jurídica. De ahí que no me importaría en absoluto que la idea que en realidad se está tratando de transmitir se denominara de otra forma.

Pero como de momento eso no sucede, sí conviene aclarar qué queremos (y qué no queremos) decir muchos cuando hablamos de autopropiedad. La autopropiedad es una norma ética:
la ética de la libertad es simplemente el estudio (accesible a cualquiera con la formación intelectual suficiente) de normas con determinadas características formales (universalidad y simetría) y pragmáticas (funcionalidad, sirven para regular la convivencia y permitir la cooperación competitiva minimizando los conflictos).
Una norma que no sea universal y simétrica sólo será válida para determinados grupos, pero no podrá utilizarse entre los grupos, en cuyo caso habrá que explicar qué justifica o de dónde procede esa asimetría principial (que no niego pueda existir: ejemplo, bote salvavidas).

Segundo, la autopropiedad, como norma integrante de la ética de la libertad, no se refiere a que cada individuo tenga un control material sobre sí mismo (lo cual es incogruente), sino a que otros individuos no deben tenerlo.  En otras palabras, ninguna persona debe tener el derecho a iniciar la violencia sobre otra para violentar cursos de acción que a su vez no iniciaban la violencia sobre nadie más. Autopropiedad es sinónimo de principio de no agresión y de libertad en su sentido negativo:
Los conceptos de libertad, derecho de propiedad y principio de no agresión son equivalentes: son formas complementarias de referirse a las mismas ideas éticas fundamentales desde puntos de vista distintos; no son nociones contradictorias, las tres son útiles y necesarias y no tiene sentido intentar separarlas.
Es erróneo creer que nadie debe iniciar la violencia porque partimos del axioma de la autopropiedad. Eso sería tanto como decir que algo es grande porque partimos del axioma de que no es pequeño. Nadie debe iniciar la violencia sobre otras personas porque es una mejor norma universal, simétrica y funcional frente a todas sus alternativas. Este dato cristaliza en un nombre simplificado: derecho de autopropiedad.

Tercero, las críticas al derecho de autopropiedad deben confrontar la pregunta: ¿quién debe ser el propietario de mi cuerpo, esto es, quién debe tener una facultad de decisión última sobre el mismo? El derecho de autopropiedad no responde YO, sino nadie. Cada ser humano debe poder actuar sin violencia ajena, dado que así se minimizan las disputas, los conflictos y se favorece la coordinación.

No cabe responder que nadie debe ser propietario de mi cuerpo en la medida en que el cuerpo no es una mercancía apropiable, pero que al mismo tiempo la violencia sobre el mismo (basada en la mayoría política, la costumbre o el poder) sí puede ser legítima. Simplemente porque:
El derecho de propiedad concede a su titular una capacidad de decisión última sobre el objeto de la jurisdicción dominical. El propietario puede poseer, usar, consumir, destruir o enajenar el objeto sin que ningún otro sujeto tenga poder para revocar su decisión.

Los socialistas argumentan que, en realidad, el derecho de propiedad no contiene todas esas facultades, sino que viene limitado por consideraciones de bienestar general instrumentadas mediante el imperium estatal. Como en tantas otras cosas, sin embargo, los socialistas se confunden. Una cosa es que los individuos tengan prohibido ejercer el derecho de propiedad y otra, muy distinta, es que este derecho de propiedad absoluto no sea ostentado por nadie.

Por necesidad fáctica, siempre existirá un poder de decisión última sobre los recursos. De hecho, los socialistas atribuyen esa facultad al Estado y sus órganos administrativos. No se trata, pues, de que el derecho de propiedad esté limitado, sino de que el Estado ha nacionalizado las facultades del propietario.

La alternativa a la autopropiedad no es la ausencia de propiedad, sino la concesión de derechos de propiedad sobre el propio cuerpo a otros individuos. En la medida en que esos otros individuos o grupos de individuos (asociaciones) ejerzan un poder de decisión último sobre el cuerpo de otro individuo, serán sus propietarios.

Previsiblemente ninguna de estas normas pasará en lo más mínimo el filtro de universalidad, simetría y funcionalidad, lo cual las descalificará, de acuerdo con nuestra definición, como normas éticas. ¿Significa por ello que son malas normas? No, por ello no. Pero sí significa que sus proponentes no están tratando de descubrir normas que permitan la cooperación y la mutua satisfacción entre todas las personas, sino sólo el provecho de un grupo concreto (minoritario o mayoritario) a expensas del resto, esto es, está favoreciendo la explotación del hombre por el hombre porque lo consideran adecuado.

Comentarios

 
"ninguna persona debe tener el derecho a iniciar la violencia sobre otra para violentar cursos de acción que a su vez no iniciaban la violencia sobre nadie más."

¿Por qué? Esa persona puede haber firmado un acuerdo por el que se considera a otra persona como inferior y por tanto presa, botín. ¿Un "pacto entre caballeros" no puede mandar a hacer gárgaras los derechos de alguien? Y, por descontado, estimo que el "debe" es una plegaria que haces. ¿Desde cuando existe un deber sin estar próxima la palabra "obediencia" y su hermana mayor "fuerza"?

"Nadie debe iniciar la violencia sobre otras personas porque es una mejor norma universal"

¿Mejor? ¿Para quién? A lo mejor el miedo y otros procesos mentales humanos hacen imposible semejante norma. A lo mejor golpear antes es golpear dos veces, aquí y en Vladivostok. Las normas sólo pueden ser mejores o peores si existen, en tu esquema no existen o no se conocen y están mucho más lejos de ser universales que en un esquema que acepte la política y por ende la institución pública. Pero te doy la razón si por norma quieres decir "deseo" y por "deber" quieres decir "alomojó".

"¿quién debe ser el propietario de mi cuerpo, esto es, quién debe tener una facultad de decisión última sobre el mismo? El derecho de autopropiedad no responde YO, sino nadie. Cada ser humano debe poder actuar sin violencia ajena, dado que así se minimizan las disputas, los conflictos y se favorece la coordinación."

¿Pero tú no eras iusnaturalista? ¿O es que ahora toca hablar de utilidad? La no agresión, que como bien dices es un gemelo de la autopropiedad, establece un orden de cosas en el que precisamente establece un marco, tal vez ideal, para el desempeño de ciertas actividades bandidescas y criminales decididamente más agresivas que un impuesto sobre la renta.


Enviado por el día 6 de Diciembre de 2007 a las 22:00 (1)
El problema aquí, como siempre, no es si se está o no por la "agresión" o la "libertad" sino, más bien, si se está por una máxima libertad o por una axiomática inhumana en la que todo se desdibuja en aras de una estética ideológica. El que se opone a la "no agresión" como concepto basilar de la moral no es partidario de la agresión automáticamente, ciertamente. Ahí está la dicotomía de Rothbard entre autopropiedad o esclavitud. Aquí se acepta por entero y es completamente falsa. Hay espacios intermedios entre la fantasmal autopropiedad y la esclavitud y es en ellos entre los que se mueven las distintas civilizaciones habidas y existentes. Yo creo que se tiene que trabajar sobre eso y establecer las distinciones entre posturas sobre eso. Y es que no es una discrepancia ideológica, es la aceptación o no de la realidad.

Perdón por reprimir a los pederastas. Chachis, me han fastidiado la universalidad de mi ética; a ver si les convenzo de que hacen mal o les boicoteo...


Enviado por el día 6 de Diciembre de 2007 a las 22:13 (2)
Si, a falta de alguna aportación por parte de Paco al hilo que el mismo ha propuesto y que tú has referido, JRR, cabría pensar en si sigues la idea Rothbardiana sobre la libertad individual y la esclavitud.

¿Puede un ser humano someterse a esclavitud?

Es decir ¿puede voluntariamente perder control total sobre su vida, sobre su libertad, sobre su autopropiedad?

Si o no.
Enviado por el día 7 de Diciembre de 2007 a las 16:28 (3)
Cáspita (que aquí no se pueden escribir según qué palabrasa), Iracundo; no sabía que eras de la opinión de que los pederastas no hacen violencia a nadie.
Enviado por el día 7 de Diciembre de 2007 a las 17:57 (4)
Marzo: me refiero a los pederastas que consiguen que los chavalines objeto de sus atenciones les firmen un consentimiento. Formas de ver la dinámica contractual, amigo. ¿O es que acaso de la ética de la libertad se deduce el concepto de mayoría de edad? Aunque le advierto que estoy por creer que de dicha ética se deducen las reglas de la física. Sólo les falta un Hegel que haga la enciclopedia...
Enviado por el día 7 de Diciembre de 2007 a las 19:23 (5)
Todo tirano prudente, cuando se da a perseguir algo, se molesta al menos en fingir que lo que persigue es último término una agresión para alguien (declarar descaradamente que uno persigue a víctimas inocentes no es muy habitual). Pero tú, Iracundo, ni eso.

Al traer a niños a cuestiones de adultos haces como quien argumentase, en contra de la democracia, que no puede esperarse que los niños elijan sabiamente; después de todo, del principio democrático tampoco se deduce el concepto de mayoría de edad. Pero, al igual que la ética de la libertad, tampoco lo niega; es una cuestión previa, precisamente, quién es sujeto de la libertad (a quién se considerará un agente ético) o titular del derecho de sufragio, respectivamente.
Enviado por el día 8 de Diciembre de 2007 a las 18:45 (6)
"del principio democrático tampoco se deduce el concepto de mayoría de edad."

No, es un concepto componente de nuestra civilización. La democracia no es la base de nuestra civilización sino un factum de la misma y que, curiosamente, no ha aparecido en otras. Es una de las razones para juzgar mejor a nuestra civilización, claro. Pero la mayoría de edad es un concepto que no se deduce de la democracia, en absoluto. Tiene más que ver con la mera organización de los asuntos públicos: la milicia y la progenie guerrera...

La cuestión es que la llamada "ética de la libertad" es un corrosivo de la sociedad, de la civilización. De ella no se deduce el carácter del consentimiento (mayoría de edad, representación, etc, etc...) ni infinidad de otras cosas jurídicamente confusas o necesitadas de demarcación: asegurándose de tal forma, a mi juicio, una suerte de guerra civil hobbesiana abordada por los deconstructivistas como una suerte de supremo esfuerzo estético al modo neroniano.

Es obvio que el éxito tiene muchos padres y el fracaso bien pocos. Nos encontramos así con que el socialismo real no fue culpa de nadie o "no existió" mientras que los dones del capitalismo pretenden todos que son obra suya. Pero no se debe caer en la terrible arrogancia de suponer que es el mercado un motor inmóvil y que no debe su funcionamiento o existencia particular a un funcionamiento o existencia particular de la institución pública y su constante y peculiar evolución.

Me resta decir que desprecio su etiqueta de tirano: prefiero la de ciudadano, otra que por cierto el anarquismo desprecia. ¡Y ese es el más craso y siniestro error de los ancaps y similares! ¡Han confundido en su crítica a ciudadanos y tiranos! Y es que hablan de la ciudadanía, del ciudadano, con un desprecio del que sólo es capaz, precisamente, el tirano.
Enviado por el día 10 de Diciembre de 2007 a las 12:04 (7)

No se admiten ya más comentarios.