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25 de Noviembre de 2008

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1812
Bitácora de Daniel Rodríguez Herrera

Dos comentarios adicionales sobre el ahorro asiático

Albert Esplugas recoge un muy buen artículo de Bob Murphy en el Mises Institute contra la teoría del savings glut como causa de la crisis, que también ha defendido Bernanke en numerosas ocasiones (la última en Barcelona).

Básicamente, la teoría del exceso de ahorro sostiene que los asiáticos han ahorrado tanto durante los últimos años, que las oportunidades de inversión se redujeron progresivamente, de modo que para rentabilizar el capital había que buscar inversiones más arriesgadas (como las subprime) que finalmente terminaron no siendo rentables y desatando la crisis.

La teoría del savings glut, por lo que tiene de keynesiana, es radicalmente opuesta al diagnóstico austriaco de la crisis: el problema no fue que había demasiado ahorro para las oportunidades de inversión, sino que se acometieron inversiones sin el suficiente ahorro. Bernanke (y Cowen, Henderson y Rummel) ven el problema en el exceso de ahorro y los austriacos en las carencias.

Aunque trato este tema en el próximo boletín del Observatorio de Coyuntura Económica del Instituto Juan de Mariana (que está a punto de aparecer) me gustaría efectuar dos comentarios adicionales al artículo de Murphy.

El primero, es que buena parte de lo que se llama ahorro asiático no es más que pura expansión crediticia asiática colateralizada por la expansión crediticia de la Fed. Como explico en el boletín:
La sobreabundancia de ahorros internacionales no fue, en su mayor medida, más que una expansión de los fondos prestables merced a esta transformación de plazos. La Fed (y el resto de bancos centrales occidentales) bajaba los tipos de interés, lo que permitía expandir el consumo de los estadounidenses sin que la reducción de ahorro presionara al alza los tipos de interés; buena parte de esa alza del consumo procedió de las importaciones de los países emergentes que vieron incrementar sus rentas, no con cargo a riqueza real creada por los estadounidenses, sino con cargo a un saldo acreedor nominado en dólares en los bancos que estaba respaldado por los activos inflados por los bajos tipos de interés; y esos saldos acreedores en dólares eran a su vez utilizados como respaldo para la emisión de nueva moneda por parte de los bancos centrales de los países emergentes (paradigmáticamente en China), quienes en lugar de atesorar los dólares los utilizaban para recomprar deuda pública y privada de EEUU, reduciendo aun más los tipos de interés.
Y el segundo punto, tan importante como el anterior, es que toda esta teoría del exceso de ahorro como causante de la crisis surge de una incomprensión total de Keynes de la teoría del capital. Según Keynes, la eficiencia marginal del capital era decreciente; es decir, conforme la inversión aumentaba, la rentabilidad de la inversión adicional necesariamente tenía que ser inferior a la anterior. Si fuera posible aumentar la rentabilidad con más inversión, sin asumir necesariamente mayores riesgos, toda la teoría del exceso de ahorro se vendría abajo.

¿Y por qué sostenía Keynes que la eficiencia marginal del capital era decreciente? Básicamente porque, como digo, no tenía ni idea sobre teoría del capital (algo que él mismo admite en su correspondencia con Hayek). Keynes asume que todos los bienes de capital son sustitutivos entre sí; dicho de otra manera, los nuevos bienes de capital deben entrar en la posición de los antiguos o en proyectos marginales con respecto a los antiguos.

Sin embargo, como digo, esto es falaz. Los bienes de capital son en parte sustitutivos entre sí pero también en parte complementarios. La creación del ordenador destruye las maquinas de escribir, pero el descubrimiento de un pozo de petróleo incrementa la rentabilidad de los automóviles y de todos los procesos productivos intensivos en petróleo.

De hecho, lo relevante es que muchos bienes complementarios de capital no son rentables a menos que se cuente con un nivel mínimo de ahorros para producir los bienes de capital a los que tiene que complementar. Por ejemplo, construir una central eléctrica para abastecer a dos fábricas puede no ser rentable, pero construirla para abastecer a 20 polígonos industriales sí puede serlo. Dado que los bienes de capital no son perfectamente divisibles, es necesario alcanzar un umbral mínimo antes de proceder a aumentar sus bienes complentarios de capital. Como muy bien explica Lachmann:
Complementariedad más indivisibilidad son las claves del asunto. No es rentable instalar bienes de capital indivisibles a menos que se cuente con bienes complementarios de capital suficientes que lo justifiquen. Hasta que no se transporten una cantidad mínima de mercancías, no compensa construir una nueva línea de ferrocarriles (…) A la vista de estas conclusiones es erróneo decir, por ejemplo, que una inversión continua reducirá la eficiencia marginal del capital, lo que realmente hará será inutilizar aquellos bienes de capital para los que sea sustitutivo e incrementar las rentas del trabajo y del capital de aquellos bienes para los que sea complementario.
Por tanto, en todo caso el problema estaría en la insuficiencia de ahorro, nunca en su exceso. Y por eso, las medidas políticas tendentes a incentivar el consumo, sólo impiden que la estructura productiva se reorganice creando los bienes complementarios de capital que hacen falta para rentabilizar los distintos proyectos empresariales desajustados durante el boom artificial del crédito. Ni se enteraron durante el auge ni se dan cuenta durante la crisis.



Comentarios

 
Una reflexión muy interesante.

Un apunte de caracter completamente sencundario y sin ninguna relevancia: Keynes le reconocío a Hayek que era cierto que en su modelo faltaba una teoría del capital pero esto no lo dijo en la correspondencia que mantuvieron sino en un artículo previo que apareció en la revista Economica titulado «The Pure Theory of Money. A Reply to Dr. Hayek». Este artículo era la respuesta que de Keynes a la recensión de Hayek del Treatise on Money :)

Un abrazo!

hoyu
Enviado por el día 25 de Noviembre de 2008 a las 13:39 (1)
esta reflexión esta para el cuadrito de la habitación
Enviado por el día 19 de Diciembre de 2008 a las 17:21 (2)

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