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16 de Marzo de 2005

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La Hora de Todos
Bitácora de José Carlos Rodríguez

Globalización y la convergencia real

Out of Control nos ha vuelto a dejar una gran anotación, ésta sobre la pobreza y el desarrollo. What a great time to be poor.

Por la anotación se llega a un interesante artículo de Ronald Bailey que se refiere, a su vez, a un tercero publicado por el Banco Mundial. En él, llamado Why Are We Worried About Income? Nearly Everything that Matters is Converging, su autor, Charles Kenny, añade un gramo de sentido común en la discusión sobre desarrollo, al traspasar el velo monetario para prestar atención a los bienes reales.

Pedro Schwartz recuerda habitualmente que los índices de inflación están sesgados al alza, especialmente en ciertos sectores. Las televisiones de hoy ofrecen mucho mejores servicios que las de hace 30 años. Y en ambos casos el denominador es el mismo.

En la misma línea de fijarse, en lo posible, en indicadores reales de calidad de vida, Kenny muestra que el mundo está convergiendo y no separando cada vez más a ricos y pobres. La diferencia entre unos y otros, por lo que se refiere a la atención más básica y a las manifestaciones de lo que llamamos calidad de vida, se está haciendo crecientemente estrecha.

El punto tres del artículo hace un repaso de anteriores intentos de medir esta evolución. Uno de ellos (Crafts, 2000 citado en la bibliografía) escoge como baremo el Índice de Desarrollo Humano. Inicialmente creado, de ello estoy seguro, para encontrar un índice que fuera más amable con las economías más socializadas, ya que el crecimiento económico siempre se ha mostrado renuente a asociarse con el dirigismo, el Índice de Desarrollo Humano, según el estudio de Crafts, revela una convergencia entre los países en desarrollo y el país más desarrollado desde 1950 y hasta el fin del siglo XX . En el caso de Latinoamérica y la Europa del Este la convergencia también se produce de 1913 a 1950.

Más adelante cita otros estudios (Ram, 1992 y otros del mismo autor; Ingram, 1992) que revelan, entre otras cosas, que las diferencias en consumo de calorías son pequeñas y se han estado estrechando, y que lo mismo ocurre con otro tipo de indicadores, como esperanza de vida, alfabetización o urbanización.

Kenny elabora sus propias tablas, con más indicadores que los utilizados por los tres autores citados, y llega a las mismas conclusiones. Si bien en los siglos anteriores al XX no está clara la convergencia, es con la llegada del último siglo del segundo milenio cuando, junto con el enorme desarrollo económico, se ha producido un acercamiento en los niveles de vida.

A todo esto, no es que yo piense que las diferencias tienen alguna importancia. Para citar de nuevo a Pedro Schwartz, no me fijo en las diferencias de renta, u otras, porque no soy envidioso. Pero el artículo vale para echarle la realidad a la cara a quienes sí tienen la desigualdad entre sus preocupaciones y que no paran de decir que las desigualdades crecen sin detenerse. Y ya más en serio, lo importante es comprobar una vez más que el progreso de los pobres en este mundo globalizado es real.

Comentarios

 
Es más que evidente que dejando de lado el puro patrimonio monetario existe a lo largo del siglo XX una convergencia entre los más ricos y los más pobres en cuanto al nivel de vida por la simple razón de la generalización de los servicios y los productos para el consumo. En cuanto al puro patrimonio también las mayorías menos favorecidas han experimentado una mejora notable por la sencilla razón de que partían de muy abajo y no han hecho más que sumar a la cifra inicial.
Enviado por el día 16 de Marzo de 2005 a las 19:19 (1)
No estaría mal si pudiese citarme algún libro del "círculo" neo-mercantilista o keynesiano sobre crecimiento económico y convergencia. Le estaría muy agradecido.

Salud y libre comercio.

PD: ¿No cree que el IDH es insuficiente?
Enviado por el día 17 de Marzo de 2005 a las 03:05 (2)

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