26 de Abril de 2008
« Ecologistas vs. televisiones | Principal | ¿Drásticas medidas? »
La recalificación del Levante
Para los que no sean aficionados al fútbol diré que tras varias semanas de huelga, los jugadores del Levante han desconvocado la que habían iniciado para presionar al club y que abonara los sueldos que desde hacia meses no cobraban. Desde luego, cualquier individuo o conjunto de individuos que a su entender consideren que se ha roto un contrato, tienen derecho a iniciar las medidas que consideren oportunas, dentro de la legalidad y el sentido común, para conseguir lo que es suyo. La huelga de los jugadores de este club valenciano tiene todos los argumentos del mundo para considerarse razonable y su acciones han ido siempre contra los responsables del club y nunca contra terceros.
Sin embargo, la solución a la que han llegado es cuanto menos indignante. Los jugadores del Levante cobrarán los 18 millones de euros que se les debe antes de finales de junio, con un adelanto que se ha obtenido merced a un crédito de ocho millones de euros que avalarán a partes iguales el club, con el respaldo de una entidad financiera, y el Ayuntamiento de Valencia. Luis Manuel Rubiales, uno de los dos capitanes, ha declarado ente otras cosas que:
“Para nosotros era importantísimo tener la garantía de que vamos a cobrar nuestros salarios de forma íntegra, y el club ha puesto a nuestra disposición un contrato por el que se nos comunica que próximamente se contará con nuevas fuentes de financiación amparadas en la futura recalificación del estadio”.
¿Por qué todas las soluciones pasan porque los contribuyentes paguemos las deudas de los demás? Si el Levante tiene una deuda con sus jugadores, que hipoteque sus activos, que busque nuevos socios y haga una ampliación de capital, que llegue a algún tipo de acuerdo con los patrocinadores o, desde luego, que como otras empresas en un sistema que se dice de mercado, desaparezca. Sé que los sentimientos de muchos cuando les tocan la fibra deportiva se deslizan hacia lo irracional y la desaparición de su club de toda la vida es una experiencia peor que un divorcio o incluso, la muerte de un pariente. Bueno, allá ellos, si tan aficionados son, que junten entre todos el dinero que se adeuda y que lo repartan entre los jugadores, pero que no tengan que pagar sus particulares problemas psicológicos el resto de los valencianos, el resto de los españoles. El Ayuntamiento de Valencia ni puede ni debe implicarse en este asunto, ni mucho menos recalificar terrenos por razones tan sumamente frívolas. Legalmente no sé si estamos ante un delito, pero desde luego la decisión es inmoral. Que se hunda el Levante si sus responsables no han sabido llevar el equipo, no será el primer club de fútbol que desaparece. Que yo recuerde Logroñés y Burgos desaparecieron después de militar en Primera División y desconozco si alguien los ha vuelto a reflotar. El deporte español es desde hace muchos años servidor de un Estado que cada vez está en más sitios.
Comentarios
No se admiten ya más comentarios.