Hispanoamérica
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El gobierno demo-liberal es el único posible...
Enviado por el día 20 de Febrero de 2005 a las 16:51
Lo he comprobado: El gobierno demo-liberal es el único posible. En mi empresa tengo un sistema de cámaras en circuito cerrado que me permite monitorear el trabajo de mis colaboradores. Como su líder, trato de ser humano con ellos, vamos, soy su amigo, o mejor, su padre. Llegamos un acuerdo en cuanto a ritmo de producción, pero me he llevado una sorpresa: Mis trabajadores gandulean a la hora de trabajar, haciendo pajaritas, viendo t.v., etc. Me iluminé como Buda: Carlos Marx fue luterano hasta la tumba. Como el padre de Marx era pastor luterano, Marx trasladó el luteranismo a la Economía Política: Hay una clase que se salva: El Proletariado y otra que se pierde: La Burguesía. Lo malo es que estos "salvos" son desleales conmigo, su patrón, y con ellos mismos, porque perdiendo el tiempo, producen menos, y acabamos quebrando y ellos sin trabajo. Me parece que la realidad que Marx olvidó es que el hombre es malo por naturaleza y que esta tierra no es morada de justicia. Si el comunismo se implanta ocurre lo mismo: Surge una clase dominante que se llamara Nomenklatura como en la Rusia Soviética. Soy firme creyente del Darwinismo Social: La supervivencia será de los más aptos y Hobbes tenía razón hasta la última letra: El Hombre es el Lobo del Hombre...
Re: El gobierno demo-liberal es el único posible...
Enviado por el día 20 de Febrero de 2005 a las 16:58
Todo eso significa que, en este mundo, cuando más hijo de p.uta seas y menos escrúpulos morales tengas, mejor te saldrán las cosas, ¿me equivoco?
Re: Re: El gobierno demo-liberal es el único posible...
Enviado por el día 22 de Febrero de 2005 a las 23:33
¿Eres brutto o te haces? Es precisamente lo contrario! La Ley es el antídoto para frenar a la bestia humana, la que llevamos dentro, eso es lo que estoy diciendo!
Re: Re: Re: El gobierno demo-liberal es el único posible...
Enviado por el día 22 de Febrero de 2005 a las 23:50
La planificacion humana o la organizacion social, o las teorias de organizacion social para acabar con las desigualdades, la injusticia social y la bestialidad capitalista o blablablabla.
Al final el liberalismo y el libre albeldrio permaneceran.
Al final el liberalismo y el libre albeldrio permaneceran.
Una visión distinta
Enviado por el día 20 de Febrero de 2005 a las 17:33
http://www.lanacion.cl/prontus_noticias/site/artic...
La Nación Domingo
(suplemento dominical de La Nación)
Chile
19 de febrero de 2005
“No importa si un gobierno es de izquierda o derecha"
Touraine y el sueño socialdemócrata en Latinoamérica
Sociedades dependientes, la tercera vía, modernidad y democracia. El francés Alan Touraine, uno de los sociólogos más influyentes en las esferas progresistas, saca a la pizarra al modelo político latinoamericano. Esta es la conversación telefónica que mantuvo con Leer/LND desde su despacho en la capital francesa.
Alan Touraine
Doctor en Letras y Sociología. Nació en 1925, en la localidad de Hermanville-sur Mer, Francia; fue profesor en la Facultad de Letras París-Nanterre, de 1966 a 1969, donde estalló, precisamente, la revuelta de mayo, en 1968. Es amigo del ex presidente de Brasil, el sociólogo Fernando Henrique Cardoso, con quien compartió años de estudio y trabajo en Chile, además de la amistad conjunta con Salvador Allende. Su esposa era chilena. Habla el castellano a la perfección. Desde 1960 es Director de Estudios en L’ Ecole des Hautes Etudes en Sciences Sociales de París, y desde 1989 miembro del College de la Prevention des Risques Tecnologiques. Ha publicado, entre otros ensayos, “Sociología de la acción”, “Vie et morte du Chili Populaire”, “Las sociedades dependientes. Ensayos sobre América Latina”, “Crítica de la modernidad”, “¿Qué es la democracia?” y “¿Podremos vivir juntos?”.
ENTREVISTA
LND -Después del “diluvio conservador” de los noventa, usted sostuvo que, en América Latina, las reales referencias progresistas, variantes de una socialdemocracia moderna en mutación, eran los gobiernos de Chile y Brasil ¿sigue manteniendo aquellos términos? ¿Cuál es el balance provisorio que hace?
(sigue)
La Nación Domingo
(suplemento dominical de La Nación)
Chile
19 de febrero de 2005
“No importa si un gobierno es de izquierda o derecha"
Touraine y el sueño socialdemócrata en Latinoamérica
Sociedades dependientes, la tercera vía, modernidad y democracia. El francés Alan Touraine, uno de los sociólogos más influyentes en las esferas progresistas, saca a la pizarra al modelo político latinoamericano. Esta es la conversación telefónica que mantuvo con Leer/LND desde su despacho en la capital francesa.
Alan Touraine
Doctor en Letras y Sociología. Nació en 1925, en la localidad de Hermanville-sur Mer, Francia; fue profesor en la Facultad de Letras París-Nanterre, de 1966 a 1969, donde estalló, precisamente, la revuelta de mayo, en 1968. Es amigo del ex presidente de Brasil, el sociólogo Fernando Henrique Cardoso, con quien compartió años de estudio y trabajo en Chile, además de la amistad conjunta con Salvador Allende. Su esposa era chilena. Habla el castellano a la perfección. Desde 1960 es Director de Estudios en L’ Ecole des Hautes Etudes en Sciences Sociales de París, y desde 1989 miembro del College de la Prevention des Risques Tecnologiques. Ha publicado, entre otros ensayos, “Sociología de la acción”, “Vie et morte du Chili Populaire”, “Las sociedades dependientes. Ensayos sobre América Latina”, “Crítica de la modernidad”, “¿Qué es la democracia?” y “¿Podremos vivir juntos?”.
ENTREVISTA
LND -Después del “diluvio conservador” de los noventa, usted sostuvo que, en América Latina, las reales referencias progresistas, variantes de una socialdemocracia moderna en mutación, eran los gobiernos de Chile y Brasil ¿sigue manteniendo aquellos términos? ¿Cuál es el balance provisorio que hace?
(sigue)
Re: Una visión distinta
Enviado por el día 20 de Febrero de 2005 a las 17:35
(viene del mensaje anterior)
AT -En principio, tengo que celebrar la sensatez de los gobiernos del continente que -salvo excepciones- están priorizando, no importa si se dicen de izquierda, derecha o centro, la estabilidad institucional y la inclusión en el mercado económico internacional (aunque en muchos casos no pase de un deseo). Es cierto que en este orden hay que dejar de lado los casos de Venezuela y de Cuba, pues representan facciones populistas, democracias de ficción fundadas sobre la preeminencia del líder carismático y un desprecio absoluto por los mecanismos de representación política y por las libertades públicas. Hay diferencias en uno y otro caso, pero seguro que no se corresponden con ese otro estilo de la centroizquierda latinoamericana, donde la opción más consistente sigue siendo Chile, y el gobierno del PT (Partido de los Trabalhadores) en Brasil. El Frente Amplio uruguayo, a pesar de mi desconfianza por algunos de sus elementos más radicales (el ala de los ex Tupamaros), ha hecho un largo ejercicio de aprendizaje democrático, y lo ha demostrado en la administración de Montevideo. Eso permite ser relativamente optimista, porque la cultura política uruguaya, antes que populista, es democrática. Al contrario de la Argentina, todavía dominada por el peronismo, cierto que ahora con una impronta de racionalidad que hay que adjudicársela a Kirchner.
LND -La socialdemocracia, ¿existe aún o no es más que la izquierda del capitalismo?
AT -Bueno…Yo creo que hoy no importa tanto si un gobierno es de izquierda o derecha, sino su calidad: es decir, el grado de compromiso que tiene con las instituciones democráticas y con la economía global. Hay una izquierda remanente, comunista en el peor sentido, que sigue siendo estalinista, más que en sus métodos, en su ideología, que además está disfrazada. Entiendo que la Unión Europa (UE) quiera hacer negocios con los rusos, incorporarlos al sistema, pero no puede ignorarse que (Vladimir) Putin, en el fondo, nunca abandonó sus prácticas de apparattchik formado en las entrañas de la KGB. Pudo verse el año pasado, cuando el ejército ruso recuperó a la fuerza el colegio tomado por los terroristas chechenos. Y así hay más ejemplos, de gobiernos que se dicen de izquierda y parecen de derecha y viceversa. La socialdemocracia, sea en su versión ‘tercera vía’, o en su homónima ‘liberal’, la de Norberto Bobbio, es, sin dudas, la izquierda realmente existente, y no puedo más que festejar que algo de ese espíritu se haya trasladado a Latinoamérica. Perder la ilusión de desarrollarse y crecer por fuera de las instituciones democráticas y de la economía global, disculpe que insista, es una señal de madurez política. ¿Piensa usted que con guerrilla, voluntarismo o piqueteros, asambleas y clubs de trueque iban a llegar muy lejos en Argentina?
AT -En principio, tengo que celebrar la sensatez de los gobiernos del continente que -salvo excepciones- están priorizando, no importa si se dicen de izquierda, derecha o centro, la estabilidad institucional y la inclusión en el mercado económico internacional (aunque en muchos casos no pase de un deseo). Es cierto que en este orden hay que dejar de lado los casos de Venezuela y de Cuba, pues representan facciones populistas, democracias de ficción fundadas sobre la preeminencia del líder carismático y un desprecio absoluto por los mecanismos de representación política y por las libertades públicas. Hay diferencias en uno y otro caso, pero seguro que no se corresponden con ese otro estilo de la centroizquierda latinoamericana, donde la opción más consistente sigue siendo Chile, y el gobierno del PT (Partido de los Trabalhadores) en Brasil. El Frente Amplio uruguayo, a pesar de mi desconfianza por algunos de sus elementos más radicales (el ala de los ex Tupamaros), ha hecho un largo ejercicio de aprendizaje democrático, y lo ha demostrado en la administración de Montevideo. Eso permite ser relativamente optimista, porque la cultura política uruguaya, antes que populista, es democrática. Al contrario de la Argentina, todavía dominada por el peronismo, cierto que ahora con una impronta de racionalidad que hay que adjudicársela a Kirchner.
LND -La socialdemocracia, ¿existe aún o no es más que la izquierda del capitalismo?
AT -Bueno…Yo creo que hoy no importa tanto si un gobierno es de izquierda o derecha, sino su calidad: es decir, el grado de compromiso que tiene con las instituciones democráticas y con la economía global. Hay una izquierda remanente, comunista en el peor sentido, que sigue siendo estalinista, más que en sus métodos, en su ideología, que además está disfrazada. Entiendo que la Unión Europa (UE) quiera hacer negocios con los rusos, incorporarlos al sistema, pero no puede ignorarse que (Vladimir) Putin, en el fondo, nunca abandonó sus prácticas de apparattchik formado en las entrañas de la KGB. Pudo verse el año pasado, cuando el ejército ruso recuperó a la fuerza el colegio tomado por los terroristas chechenos. Y así hay más ejemplos, de gobiernos que se dicen de izquierda y parecen de derecha y viceversa. La socialdemocracia, sea en su versión ‘tercera vía’, o en su homónima ‘liberal’, la de Norberto Bobbio, es, sin dudas, la izquierda realmente existente, y no puedo más que festejar que algo de ese espíritu se haya trasladado a Latinoamérica. Perder la ilusión de desarrollarse y crecer por fuera de las instituciones democráticas y de la economía global, disculpe que insista, es una señal de madurez política. ¿Piensa usted que con guerrilla, voluntarismo o piqueteros, asambleas y clubs de trueque iban a llegar muy lejos en Argentina?
Re: Re: Una visión distinta
Enviado por el día 20 de Febrero de 2005 a las 17:36
(viene de arriba)
LND -No era ese el punto. También puede haber institucionalidades que son cáscaras vacías, mascaradas para la corrupción. Sin ir muy lejos, el gobierno de Carlos Andrés Pérez, en Venezuela, es un ejemplo rampante de institucionalidad formal y corrupción. Para no hablar de Menem en la Argentina.
AT -Se olvida usted de Fernando de la Rúa.
LND -Prefiero olvidarme.
AT -Está bien. Pero fíjese: De la Rúa reforzó lo peor de esa política, mezcla de liberalismo y populismo, que no era una cosa ni la otra. ¿Por qué?: porque nunca tuvo otra política o porque no tuvo ninguna política. En ese mismo momento, en muchos países del mundo podía advertirse el deseo de salir del período que yo llamo de “transición liberal”. Estoy hablando de Gran Bretaña y Francia, pero también, y sobre todo, de Chile y de Brasil. En Chile, contra todos los pronósticos, esa transición fue la más exitosa de toda América latina. Las razones son múltiples: un grado razonable de proteccionismo, renta sobre los capitales ‘golondrina’, acuerdos macro sobre políticas de Estado entre los socialistas y los demócrata-cristianos, prudencia en el trato a los militares y si usted quiere, acepto que esa prudencia resultó táctica. Los militares ahora empiezan a ser juzgados, y empieza también a pensarse si la prosperidad (que no es para todos la misma, por supuesto) no tendrá algo que ver con el ‘trabajo sucio’ hecho por los economistas de Pinochet. Es una discusión complicada, porque eso quiere decir que durante Allende también se cometieron excesos. Entiéndase: excesos no quiere decir injusticias sino errores estratégicos. Pero claro, los errores estratégicos, en todo caso yo tiendo a pensar que Allende pudo haberlos cometido por la presión a la que permanentemente estuvo sometido, tanto de la izquierda ultra como de las clases dominantes, conservadoras y preconciliares que lo detestaban y se aliaron a lo peor del sindicalismo, del ejército y por supuesto, a los Estados Unidos. Pero esa discusión existe. En su país (Argentina) no existe esa discusión. Todavía están pensando si la culpa la tuvo el primer Perón, el segundo Perón, la última dictadura militar o Alfonsín, o Menem.
(sigue y finaliza en el próximo)
LND -No era ese el punto. También puede haber institucionalidades que son cáscaras vacías, mascaradas para la corrupción. Sin ir muy lejos, el gobierno de Carlos Andrés Pérez, en Venezuela, es un ejemplo rampante de institucionalidad formal y corrupción. Para no hablar de Menem en la Argentina.
AT -Se olvida usted de Fernando de la Rúa.
LND -Prefiero olvidarme.
AT -Está bien. Pero fíjese: De la Rúa reforzó lo peor de esa política, mezcla de liberalismo y populismo, que no era una cosa ni la otra. ¿Por qué?: porque nunca tuvo otra política o porque no tuvo ninguna política. En ese mismo momento, en muchos países del mundo podía advertirse el deseo de salir del período que yo llamo de “transición liberal”. Estoy hablando de Gran Bretaña y Francia, pero también, y sobre todo, de Chile y de Brasil. En Chile, contra todos los pronósticos, esa transición fue la más exitosa de toda América latina. Las razones son múltiples: un grado razonable de proteccionismo, renta sobre los capitales ‘golondrina’, acuerdos macro sobre políticas de Estado entre los socialistas y los demócrata-cristianos, prudencia en el trato a los militares y si usted quiere, acepto que esa prudencia resultó táctica. Los militares ahora empiezan a ser juzgados, y empieza también a pensarse si la prosperidad (que no es para todos la misma, por supuesto) no tendrá algo que ver con el ‘trabajo sucio’ hecho por los economistas de Pinochet. Es una discusión complicada, porque eso quiere decir que durante Allende también se cometieron excesos. Entiéndase: excesos no quiere decir injusticias sino errores estratégicos. Pero claro, los errores estratégicos, en todo caso yo tiendo a pensar que Allende pudo haberlos cometido por la presión a la que permanentemente estuvo sometido, tanto de la izquierda ultra como de las clases dominantes, conservadoras y preconciliares que lo detestaban y se aliaron a lo peor del sindicalismo, del ejército y por supuesto, a los Estados Unidos. Pero esa discusión existe. En su país (Argentina) no existe esa discusión. Todavía están pensando si la culpa la tuvo el primer Perón, el segundo Perón, la última dictadura militar o Alfonsín, o Menem.
(sigue y finaliza en el próximo)
Re: Re: Re: Una visión distinta
Enviado por el día 20 de Febrero de 2005 a las 17:37
(termina entrevista)
LND -¿Y cuál es su opinión?
AT -Mire…lo conozco a Alfonsín, y a Duhalde, y a Menem también…
LND -No se ha privado de nada…
AT -(risas) Bueno, ¿qué me parecen?: que son iguales, los tres. Es la Argentina vieja, impotente, nacionalista, intervencionista; es decir, un país que perteneció al populismo socialdemócrata de posguerra. Pero la guerra terminó hace sesenta años. Y no son sólo los políticos, también hay elementos del establishment que están a favor de la vieja Argentina: los empresarios (algunos de los cuales, después de años de prebendas, pretenden hoy hacer política; eso en Chile no pasa), y los profesionales, sectores de la clase media, intelectuales, universitarios, quieren mantener a esa Argentina. Pero Kirchner, que está lleno de vicios peronistas, que se apoya en el peronismo que antes era menemista y duhaldista, que no es la nueva política ni nada parecido, al menos se animó a responsabilizar al FMI (Fondo Monetario Internacional) de la catástrofe del 2001. Esa fue una sorpresa. Pero no alcanza, por supuesto.
LND -Entonces, si el manejo de la economía está muy restringido a las condiciones que imponen los mercados globales y los países del G-7 (proteccionismo agrario, excepción cultural, etcétera), ¿cuáles son las diferencias entre un gobierno de centroizquierda y otro de derecha?
AT -Eso me lo dice a mí porque soy francés…pero es cierto, el proteccionismo europeo, que en su origen fue una manera de defenderse contra la invasión industrial norteamericana, ya no tiene sentido, en la medida que ahora también juegan ese mismo juego los rusos y palabras mayores, los chinos; la solución será reforzar la unidad europea, en todos los órdenes, no sólo el político y el económico, sino también el sociocultural, sin dudas, y ahí está la diferencia: los socialdemócratas modernos, los demócratas norteamericanos (menos) se diferencian en las leyes de familia, políticas sociales, libertades públicas, cierta permisividad cultural; la derecha es conservadora, incluso en cuestiones urgentes de la agenda contemporánea: biotecnología, pensiones, aborto, control demográfico, educación sexual. Es difícil verlo todavía en América latina, excepto en el campo de los derechos humanos. Porque todas esas cuestiones vienen después de la normalización institucional y económica. Parece mentira, pero a la fecha, nadie como (Karl) Marx supo ver los desafíos que el avance y la difusión del conocimiento iba a traer a las sociedades desarrolladas.
LND -¿Y cuál es su opinión?
AT -Mire…lo conozco a Alfonsín, y a Duhalde, y a Menem también…
LND -No se ha privado de nada…
AT -(risas) Bueno, ¿qué me parecen?: que son iguales, los tres. Es la Argentina vieja, impotente, nacionalista, intervencionista; es decir, un país que perteneció al populismo socialdemócrata de posguerra. Pero la guerra terminó hace sesenta años. Y no son sólo los políticos, también hay elementos del establishment que están a favor de la vieja Argentina: los empresarios (algunos de los cuales, después de años de prebendas, pretenden hoy hacer política; eso en Chile no pasa), y los profesionales, sectores de la clase media, intelectuales, universitarios, quieren mantener a esa Argentina. Pero Kirchner, que está lleno de vicios peronistas, que se apoya en el peronismo que antes era menemista y duhaldista, que no es la nueva política ni nada parecido, al menos se animó a responsabilizar al FMI (Fondo Monetario Internacional) de la catástrofe del 2001. Esa fue una sorpresa. Pero no alcanza, por supuesto.
LND -Entonces, si el manejo de la economía está muy restringido a las condiciones que imponen los mercados globales y los países del G-7 (proteccionismo agrario, excepción cultural, etcétera), ¿cuáles son las diferencias entre un gobierno de centroizquierda y otro de derecha?
AT -Eso me lo dice a mí porque soy francés…pero es cierto, el proteccionismo europeo, que en su origen fue una manera de defenderse contra la invasión industrial norteamericana, ya no tiene sentido, en la medida que ahora también juegan ese mismo juego los rusos y palabras mayores, los chinos; la solución será reforzar la unidad europea, en todos los órdenes, no sólo el político y el económico, sino también el sociocultural, sin dudas, y ahí está la diferencia: los socialdemócratas modernos, los demócratas norteamericanos (menos) se diferencian en las leyes de familia, políticas sociales, libertades públicas, cierta permisividad cultural; la derecha es conservadora, incluso en cuestiones urgentes de la agenda contemporánea: biotecnología, pensiones, aborto, control demográfico, educación sexual. Es difícil verlo todavía en América latina, excepto en el campo de los derechos humanos. Porque todas esas cuestiones vienen después de la normalización institucional y económica. Parece mentira, pero a la fecha, nadie como (Karl) Marx supo ver los desafíos que el avance y la difusión del conocimiento iba a traer a las sociedades desarrolladas.
Re: Re: Re: Re: Una visión distinta
Enviado por el día 20 de Febrero de 2005 a las 19:36
En sociedades tercermundistas y para mas colo regidas por payasos como Chavez, la culpa de todos los males del proletariado la tiene siempre la oligarquia, la clase dominante y bla bla bla....., pero resulta que en Venezuela, el primer generador de empleo es el sector privado (entiendase y rebajandonos al nivel intelectual de un chavista, oligarca) y me pregunto yo que seria de la vida de los millones de trabajadores que laboran en empresas privadas y que detestan a los oligarcas???? sera que si se quedan sin emplep Chavez les va adar uno, con la tasa de desempleo que hay en Venezuela lo dudo mucho......
Re: Re: Re: Re: Una visión distinta
Enviado por el día 22 de Febrero de 2005 a las 00:15
Touraine es un tipo inteligente cuando opina de lo que sabe, pero como buen zurdo frances no se resiste a dar opiniones sobre lo que no tiene idea y por lo visto de Argentina no sabe nada, pretender presentar a Kirchener como algo diferente a lo "tradicional" del populismo peronista es ridiculo. También se miente grotescamente, cuando habla sobre la izquierda como defensora de los derechos humanos en America Latina, es evidente que ve la realidad con un ojo tapado, aqui los mismos zurdos piden carcel para los viejos dictadores son los mismos que se besuquean con Castro, Chavez y las guerrillas colombianas. Igual Touraine sigue siendo mi zurdito favorito.
Re: Re: Re: Re: Re: Una visión distinta
Enviado por el día 22 de Febrero de 2005 a las 23:23
insisto en que el problema no es tanto de zurdos y diestros, es de corrupción. El ejemplo de mi pequeño país es notable: Torrijos padre e hijo se han movido siempre en la línea izquierdista, sin embargo los notables desfalcos a la Caja del seguro social por allegados a Torrijos están a punto de producir su quiebra. América Latina está hasta la mier-da por la corrupción. Aparentemente sólo Chile ha conseguido superar esta situación...
