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La tolerancia
Enviado por el día 16 de Marzo de 2005 a las 00:00
Este articulo me parecio interesante.
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Mucho se habla de la Tolerancia.
Y yo digo que...
En un arrebato de optimismo, Confucio soñó con una época de tolerancia universal en la que los ancianos vivirían tranquilos sus últimos días; los niños crecerían sanos; los viudos, las viudas, los huérfanos, los desamparados, los débiles y los enfermos encontrarían amparo; los hombres tendrían trabajo, y las mujeres hogar; no harían falta cerraduras, pues no habría bandidos ni ladrones, y se dejarían abiertas las puertas exteriores. Esto se llamaría la gran comunidad.
La tolerancia, como cualquier valor, no se adquiere de una manera espontánea, requiere de un aprendizaje
[1]. Se puede decir que es tolerante quien quiere serlo
[2], pero, si en algo se fundamenta la tolerancia es en el diálogo y en el estudio, como búsqueda de la verdad.
1. Fe y fanatismo
Existen valores con los cuales las personas que influyen en los medios de comunicación se encuentran a gusto, y uno de ellos es la tolerancia.
Se considera una actitud acertada el permisivismo y se recrimina la postura rígida.
El ser tolerante se presenta como un modelo de vida.
Nadie quiere ser tratado de intolerante, sería casi descalificarlo como persona[3].
Ahora, para pasar por inteligente hay que permitir cualquier atropello contra la dignidad humana: Quienes están a favor del aborto pueden propagar su falta de respeto a la vida, pero hablar contra ellos es paradigma de intolerancia.
Si alguien se opone a alguna iniciativa como las que pretenden legalizar el uso de drogas o las relaciones sexuales con menores de edad, se le etiqueta de intolerante.
Se ha difundido que el tolerante se abstiene de emitir juicios de valor sobre comportamientos diversos. Según esto, para ser tolerante hay que ser relativista, si no se caería en ser fanático[4].
La tolerancia es pregonada, contemplando al intolerante como un grave peligro para la sociedad. Y entre los intolerantes son colocados los cristianos que se atreven a confesar su fe en verdades y valores absolutos; la etiqueta de “fundamentalistas” se utiliza a veces refiriéndose a la mera fidelidad a Dios que es propia del cristiano[5].
Evocar valores cristianos es tenido como provocador. Quien los cita y no está dispuesto a ver los valores como hipótesis revisables es calificado de dogmático y fanático.
Ahora bien, marcar con la sospecha de intolerante a todo aquél que mantiene convicciones religiosas profundas, es muy poco tolerante[6].
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Mucho se habla de la Tolerancia.
Y yo digo que...
En un arrebato de optimismo, Confucio soñó con una época de tolerancia universal en la que los ancianos vivirían tranquilos sus últimos días; los niños crecerían sanos; los viudos, las viudas, los huérfanos, los desamparados, los débiles y los enfermos encontrarían amparo; los hombres tendrían trabajo, y las mujeres hogar; no harían falta cerraduras, pues no habría bandidos ni ladrones, y se dejarían abiertas las puertas exteriores. Esto se llamaría la gran comunidad.
La tolerancia, como cualquier valor, no se adquiere de una manera espontánea, requiere de un aprendizaje
[1]. Se puede decir que es tolerante quien quiere serlo
[2], pero, si en algo se fundamenta la tolerancia es en el diálogo y en el estudio, como búsqueda de la verdad.
1. Fe y fanatismo
Existen valores con los cuales las personas que influyen en los medios de comunicación se encuentran a gusto, y uno de ellos es la tolerancia.
Se considera una actitud acertada el permisivismo y se recrimina la postura rígida.
El ser tolerante se presenta como un modelo de vida.
Nadie quiere ser tratado de intolerante, sería casi descalificarlo como persona[3].
Ahora, para pasar por inteligente hay que permitir cualquier atropello contra la dignidad humana: Quienes están a favor del aborto pueden propagar su falta de respeto a la vida, pero hablar contra ellos es paradigma de intolerancia.
Si alguien se opone a alguna iniciativa como las que pretenden legalizar el uso de drogas o las relaciones sexuales con menores de edad, se le etiqueta de intolerante.
Se ha difundido que el tolerante se abstiene de emitir juicios de valor sobre comportamientos diversos. Según esto, para ser tolerante hay que ser relativista, si no se caería en ser fanático[4].
La tolerancia es pregonada, contemplando al intolerante como un grave peligro para la sociedad. Y entre los intolerantes son colocados los cristianos que se atreven a confesar su fe en verdades y valores absolutos; la etiqueta de “fundamentalistas” se utiliza a veces refiriéndose a la mera fidelidad a Dios que es propia del cristiano[5].
Evocar valores cristianos es tenido como provocador. Quien los cita y no está dispuesto a ver los valores como hipótesis revisables es calificado de dogmático y fanático.
Ahora bien, marcar con la sospecha de intolerante a todo aquél que mantiene convicciones religiosas profundas, es muy poco tolerante[6].
Re: La tolerancia
Enviado por el día 16 de Marzo de 2005 a las 00:03
Continua>>>>>>
El fanatismo se opone realmente a la tolerancia, pues no argumenta sus afirmaciones, impone visceralmente sus tesis. Cree que posee la verdad absoluta, por eso es intolerante. Dividen el mundo en dos: nosotros (los fanáticos) que somos los buenos, los que estamos en la verdad, y los otros, que están equivocados y que obran mal[7].
Pero, realmente, el acto de creer ¿es principio de intolerancia? El cristiano busca ser coherente a Jesucristo. Quienes no vislumbran en su horizonte la posibilidad de creer, califican como intolerantes a las personas de fe. Algunos tienden a confundir la fidelidad hacia Dios con el fanatismo intolerante. Pero éste es una persona obsesionada por algún pensamiento que trata de hacer realidad a toda costa y está dispuesto a utilizar la violencia para que se apoyen sus proyectos. Descarta el diálogo como un elemento inútil, sólo quiere ser persuasivo, no busca ser razonable. Por eso, fe y fanatismo son actitudes radicalmente diversas.
La fe se asienta en una relación con el Absoluto;
el fanatismo surge de una creencia-apuesta.
El fanático se limita a apostar su vida a una opinión vehemente que él coloca en la cima de sus valores, tomando simultáneamente la decisión de que dicha opinión sea indiscutible (en cambio la fe libera del absolutismo en todo lo que es opinable). El fanatismo sólo merece el calificativo de “religioso” extrínsecamente, porque la esencia de la religiosidad es el amor a Dios que es Bondad. El fanático es una persona que ha elegido por sí mismo, siguiendo su propio parecer, busca prescindir de algunas creencias, adoptar otras e imponerlas violentamente a la sociedad[8].
2. Significado
¿Quién no se manifestaría a favor de que la tolerancia impere en la sociedad? Muchas veces se da por descontado que todos los que responden afirmativamente saben de sobra en qué consiste la tolerancia, porque no resultaría intelectualmente “tolerable” declararse a favor de no se sabe qué[9].
De cierto tiempo a la fecha, en los medios de comunicación se está calificando a algunas personas o grupos de “intolerantes”, y, en donde de paso, se colocan ellos mismos como tolerantes. Sin embargo, realmente, ¿qué significa “tolerar”?
En una caricatura de Calvin y Hobbes en donde Calvin entusiasmado le pregunta a su mamá si desea ver algo grande, el diálogo es el siguiente:
“Con un sólo sorbo de gaseosa puedo eructar por casi diez segundos -y continúa-, eso no es todo, al mismo tiempo recitaré una rima grosera que oí en la escuela ¿…lista?”. El siguiente cuadro muestra a Hobbes que consuela a Calvin y le dice: “quizás si le recitas el himno…” pero Calvin, comenta molesto: “las de su clase no valoran mis talentos”.
El fanatismo se opone realmente a la tolerancia, pues no argumenta sus afirmaciones, impone visceralmente sus tesis. Cree que posee la verdad absoluta, por eso es intolerante. Dividen el mundo en dos: nosotros (los fanáticos) que somos los buenos, los que estamos en la verdad, y los otros, que están equivocados y que obran mal[7].
Pero, realmente, el acto de creer ¿es principio de intolerancia? El cristiano busca ser coherente a Jesucristo. Quienes no vislumbran en su horizonte la posibilidad de creer, califican como intolerantes a las personas de fe. Algunos tienden a confundir la fidelidad hacia Dios con el fanatismo intolerante. Pero éste es una persona obsesionada por algún pensamiento que trata de hacer realidad a toda costa y está dispuesto a utilizar la violencia para que se apoyen sus proyectos. Descarta el diálogo como un elemento inútil, sólo quiere ser persuasivo, no busca ser razonable. Por eso, fe y fanatismo son actitudes radicalmente diversas.
La fe se asienta en una relación con el Absoluto;
el fanatismo surge de una creencia-apuesta.
El fanático se limita a apostar su vida a una opinión vehemente que él coloca en la cima de sus valores, tomando simultáneamente la decisión de que dicha opinión sea indiscutible (en cambio la fe libera del absolutismo en todo lo que es opinable). El fanatismo sólo merece el calificativo de “religioso” extrínsecamente, porque la esencia de la religiosidad es el amor a Dios que es Bondad. El fanático es una persona que ha elegido por sí mismo, siguiendo su propio parecer, busca prescindir de algunas creencias, adoptar otras e imponerlas violentamente a la sociedad[8].
2. Significado
¿Quién no se manifestaría a favor de que la tolerancia impere en la sociedad? Muchas veces se da por descontado que todos los que responden afirmativamente saben de sobra en qué consiste la tolerancia, porque no resultaría intelectualmente “tolerable” declararse a favor de no se sabe qué[9].
De cierto tiempo a la fecha, en los medios de comunicación se está calificando a algunas personas o grupos de “intolerantes”, y, en donde de paso, se colocan ellos mismos como tolerantes. Sin embargo, realmente, ¿qué significa “tolerar”?
En una caricatura de Calvin y Hobbes en donde Calvin entusiasmado le pregunta a su mamá si desea ver algo grande, el diálogo es el siguiente:
“Con un sólo sorbo de gaseosa puedo eructar por casi diez segundos -y continúa-, eso no es todo, al mismo tiempo recitaré una rima grosera que oí en la escuela ¿…lista?”. El siguiente cuadro muestra a Hobbes que consuela a Calvin y le dice: “quizás si le recitas el himno…” pero Calvin, comenta molesto: “las de su clase no valoran mis talentos”.
Re: La tolerancia
Enviado por el día 16 de Marzo de 2005 a las 00:05
El fanatismo se opone realmente a la tolerancia, pues no argumenta sus afirmaciones, impone visceralmente sus tesis. Cree que posee la verdad absoluta, por eso es intolerante. Dividen el mundo en dos: nosotros (los fanáticos) que somos los buenos, los que estamos en la verdad, y los otros, que están equivocados y que obran mal[7].
Pero, realmente, el acto de creer ¿es principio de intolerancia? El cristiano busca ser coherente a Jesucristo. Quienes no vislumbran en su horizonte la posibilidad de creer, califican como intolerantes a las personas de fe. Algunos tienden a confundir la fidelidad hacia Dios con el fanatismo intolerante. Pero éste es una persona obsesionada por algún pensamiento que trata de hacer realidad a toda costa y está dispuesto a utilizar la violencia para que se apoyen sus proyectos. Descarta el diálogo como un elemento inútil, sólo quiere ser persuasivo, no busca ser razonable. Por eso, fe y fanatismo son actitudes radicalmente diversas.
La fe se asienta en una relación con el Absoluto;
el fanatismo surge de una creencia-apuesta.
El fanático se limita a apostar su vida a una opinión vehemente que él coloca en la cima de sus valores, tomando simultáneamente la decisión de que dicha opinión sea indiscutible (en cambio la fe libera del absolutismo en todo lo que es opinable). El fanatismo sólo merece el calificativo de “religioso” extrínsecamente, porque la esencia de la religiosidad es el amor a Dios que es Bondad. El fanático es una persona que ha elegido por sí mismo, siguiendo su propio parecer, busca prescindir de algunas creencias, adoptar otras e imponerlas violentamente a la sociedad[8].
2. Significado
¿Quién no se manifestaría a favor de que la tolerancia impere en la sociedad? Muchas veces se da por descontado que todos los que responden afirmativamente saben de sobra en qué consiste la tolerancia, porque no resultaría intelectualmente “tolerable” declararse a favor de no se sabe qué[9].
De cierto tiempo a la fecha, en los medios de comunicación se está calificando a algunas personas o grupos de “intolerantes”, y, en donde de paso, se colocan ellos mismos como tolerantes. Sin embargo, realmente, ¿qué significa “tolerar”?
En una caricatura de Calvin y Hobbes en donde Calvin entusiasmado le pregunta a su mamá si desea ver algo grande, el diálogo es el siguiente:
“Con un sólo sorbo de gaseosa puedo eructar por casi diez segundos -y continúa-, eso no es todo, al mismo tiempo recitaré una rima grosera que oí en la escuela ¿…lista?”. El siguiente cuadro muestra a Hobbes que consuela a Calvin y le dice: “quizás si le recitas el himno…” pero Calvin, comenta molesto: “las de su clase no valoran mis talentos”.
Pues bien, las preguntas salen solas:
¿Le faltó tolerancia a la mamá de Calvin para presenciar el show que ilusionado había ensayado su hijo?
¿No será que al niño le tocó por mamá a una fanática mujer chapada a la antigua?
¿Será necesario tolerar una situación como la descrita?
Pero, realmente, el acto de creer ¿es principio de intolerancia? El cristiano busca ser coherente a Jesucristo. Quienes no vislumbran en su horizonte la posibilidad de creer, califican como intolerantes a las personas de fe. Algunos tienden a confundir la fidelidad hacia Dios con el fanatismo intolerante. Pero éste es una persona obsesionada por algún pensamiento que trata de hacer realidad a toda costa y está dispuesto a utilizar la violencia para que se apoyen sus proyectos. Descarta el diálogo como un elemento inútil, sólo quiere ser persuasivo, no busca ser razonable. Por eso, fe y fanatismo son actitudes radicalmente diversas.
La fe se asienta en una relación con el Absoluto;
el fanatismo surge de una creencia-apuesta.
El fanático se limita a apostar su vida a una opinión vehemente que él coloca en la cima de sus valores, tomando simultáneamente la decisión de que dicha opinión sea indiscutible (en cambio la fe libera del absolutismo en todo lo que es opinable). El fanatismo sólo merece el calificativo de “religioso” extrínsecamente, porque la esencia de la religiosidad es el amor a Dios que es Bondad. El fanático es una persona que ha elegido por sí mismo, siguiendo su propio parecer, busca prescindir de algunas creencias, adoptar otras e imponerlas violentamente a la sociedad[8].
2. Significado
¿Quién no se manifestaría a favor de que la tolerancia impere en la sociedad? Muchas veces se da por descontado que todos los que responden afirmativamente saben de sobra en qué consiste la tolerancia, porque no resultaría intelectualmente “tolerable” declararse a favor de no se sabe qué[9].
De cierto tiempo a la fecha, en los medios de comunicación se está calificando a algunas personas o grupos de “intolerantes”, y, en donde de paso, se colocan ellos mismos como tolerantes. Sin embargo, realmente, ¿qué significa “tolerar”?
En una caricatura de Calvin y Hobbes en donde Calvin entusiasmado le pregunta a su mamá si desea ver algo grande, el diálogo es el siguiente:
“Con un sólo sorbo de gaseosa puedo eructar por casi diez segundos -y continúa-, eso no es todo, al mismo tiempo recitaré una rima grosera que oí en la escuela ¿…lista?”. El siguiente cuadro muestra a Hobbes que consuela a Calvin y le dice: “quizás si le recitas el himno…” pero Calvin, comenta molesto: “las de su clase no valoran mis talentos”.
Pues bien, las preguntas salen solas:
¿Le faltó tolerancia a la mamá de Calvin para presenciar el show que ilusionado había ensayado su hijo?
¿No será que al niño le tocó por mamá a una fanática mujer chapada a la antigua?
¿Será necesario tolerar una situación como la descrita?
Re: La tolerancia
Enviado por el día 16 de Marzo de 2005 a las 00:07
Pues bien, las preguntas salen solas:
¿Le faltó tolerancia a la mamá de Calvin para presenciar el show que ilusionado había ensayado su hijo?
¿No será que al niño le tocó por mamá a una fanática mujer chapada a la antigua?
¿Será necesario tolerar una situación como la descrita?
En fin, ¿qué se entiende por “tolerar”?
Conociendo su significado facilitará la labor de opinar sobre su correcto uso, y con ello, qué se debe tolerar y qué no.
No todos tienen la misma idea del significado de tolerancia y de su aplicación.
La realidad es que muchas veces no se conoce.
Se trata de un término equívoco del que se suele entender lo siguiente:
TOLERANCIA -1.-
Sufrir algo molesto, aguantar (tolera el frío, no tolera el calor; intolerante a tal medicamento; tolerar el mal aliento, el hard rock que escuchan los hijos, ver que se mastica con la boca abierta, que fumen mientras otros comen, que se grite o se haga berrinche)[10].
TOLERANCIA-2.- Permitir algo que no se tiene por lícito, sin aprobarlo. Este es el significado más clásico. Se permite el mal en vez de reprimirlo porque se considera que sería peor el remedio que la enfermedad. Es una acción que hace sufrir porque es considerada como ilícita, por inmoral o por ilegal. Por tanto sólo puede ser tolerante quien tenga sensibilidad moral[11].
Se tolera un error o un mal quien tiene la facultad moral de impedirlo pero no la ejerce para evitar un daño más grave[12]. La definición clásica de P. Cappello es: Permisión negativa del mal: Permissio negativa mali.
Tomás de Aquino dice que “la autoridad tolera con acierto algunos males para no impedir algunos bienes o para que no se incurra en males peores”[13].
TOLERANCIA-3. Convicción de que no existen normas morales universales y permite cualquier acción que no sea ilegal. Se califica de intolerante a quien en materias religiosa o moral defiende la existencia de normas universales[14].
TOLERANCIA-4. Absoluto rechazo de la intolerancia, especialmente en cuestiones morales[15]. Esta se ha definido como la intolerancia de la intolerancia[16].
Defender algo que se considera como un bien, más allá de lo establecido por la legislación, se considera una imposición, que limita la libertad de los demás. Aunque, en buena medida, dependerá de la opinión que tengan quienes manejan los medios. Si desean cambiarlo harán presión calificando de intolerantes y retrógrados a quienes piensen que aquello debe conservarse; y, por el contrario, si se ve con buenos ojos conservar algo, se abocarán a etiquetar como contrarios a la libertad a los que pretenden modificar lo establecido.
En su sentido originario y más propio, la tolerancia indica la no represión, mediante la violencia, de opiniones consideradas falsas o de comportamientos nocivos. Así entendida, la tolerancia presupone el que ciertos comportamientos son valorados negativamente y su tolerancia es vista como moralmente necesaria[17].
¿Le faltó tolerancia a la mamá de Calvin para presenciar el show que ilusionado había ensayado su hijo?
¿No será que al niño le tocó por mamá a una fanática mujer chapada a la antigua?
¿Será necesario tolerar una situación como la descrita?
En fin, ¿qué se entiende por “tolerar”?
Conociendo su significado facilitará la labor de opinar sobre su correcto uso, y con ello, qué se debe tolerar y qué no.
No todos tienen la misma idea del significado de tolerancia y de su aplicación.
La realidad es que muchas veces no se conoce.
Se trata de un término equívoco del que se suele entender lo siguiente:
TOLERANCIA -1.-
Sufrir algo molesto, aguantar (tolera el frío, no tolera el calor; intolerante a tal medicamento; tolerar el mal aliento, el hard rock que escuchan los hijos, ver que se mastica con la boca abierta, que fumen mientras otros comen, que se grite o se haga berrinche)[10].
TOLERANCIA-2.- Permitir algo que no se tiene por lícito, sin aprobarlo. Este es el significado más clásico. Se permite el mal en vez de reprimirlo porque se considera que sería peor el remedio que la enfermedad. Es una acción que hace sufrir porque es considerada como ilícita, por inmoral o por ilegal. Por tanto sólo puede ser tolerante quien tenga sensibilidad moral[11].
Se tolera un error o un mal quien tiene la facultad moral de impedirlo pero no la ejerce para evitar un daño más grave[12]. La definición clásica de P. Cappello es: Permisión negativa del mal: Permissio negativa mali.
Tomás de Aquino dice que “la autoridad tolera con acierto algunos males para no impedir algunos bienes o para que no se incurra en males peores”[13].
TOLERANCIA-3. Convicción de que no existen normas morales universales y permite cualquier acción que no sea ilegal. Se califica de intolerante a quien en materias religiosa o moral defiende la existencia de normas universales[14].
TOLERANCIA-4. Absoluto rechazo de la intolerancia, especialmente en cuestiones morales[15]. Esta se ha definido como la intolerancia de la intolerancia[16].
Defender algo que se considera como un bien, más allá de lo establecido por la legislación, se considera una imposición, que limita la libertad de los demás. Aunque, en buena medida, dependerá de la opinión que tengan quienes manejan los medios. Si desean cambiarlo harán presión calificando de intolerantes y retrógrados a quienes piensen que aquello debe conservarse; y, por el contrario, si se ve con buenos ojos conservar algo, se abocarán a etiquetar como contrarios a la libertad a los que pretenden modificar lo establecido.
En su sentido originario y más propio, la tolerancia indica la no represión, mediante la violencia, de opiniones consideradas falsas o de comportamientos nocivos. Así entendida, la tolerancia presupone el que ciertos comportamientos son valorados negativamente y su tolerancia es vista como moralmente necesaria[17].
Re: La tolerancia
Enviado por el día 16 de Marzo de 2005 a las 00:09
4. Tolerancia epistemológica
Aquella que se puede dar en aspectos que no se consideran ilícitos, sino en opiniones distintas a las propias.
5. Tolerancia práctica y “mal menor”
Nunca es lícito elegir el mal para obtener un bien, como tampoco la cooperación formal del mal. La tolerancia consiste en no impedir un comportamiento negativo sin aprobarlo, y por tanto se realiza a través de una omisión. No impedir sin aprobar no es por sí ni hacer el mal para obtener un bien ni cooperar formalmente a un mal. Pero, mientras que los preceptos morales negativos son absolutos, de forma que nunca es moralmente lícito hacer lo que ellos prohiben, los preceptos morales positivos -como el deber de impedir- no obligan siempre, ya que el bien que se debe hacer depende de las circunstancias, las cuales no se pueden prever globalmente con antelación. Pueden existir situaciones que hagan moralmente lícito, e incluso obligatorio, no impedir un comportamiento que en principio se debería impedir[21].
Lo que no responde a la verdad y a la norma moral no tiene ningún derecho a la existencia, ni a su propaganda. En cambio, por causas proporcionadas puede admitirse una tolerancia práctica, para salvaguardar bienes superiores. Debe haber una reprobación especulativa del mal y del error; si se tolera en la práctica alguna de sus manifestaciones, no es porque se olvide su calificación, sino porque se hace una elección prudencial entre dos males, con objeto de evitar el mal mayor[22].
Las palabras del Papa León XIII (Enc. Libertas praestantissimum, 20-VI-1888) expresan el fundamento de su licitud: “No se opone la Iglesia a la tolerancia por parte de los poderes públicos de algunas situaciones contrarias a la verdad y a la justicia para evitar un mal mayor o para adquirir o conservar un mayor bien. Dios mismo, en su providencia, aun siendo infinitamente bueno y todopoderoso, permite, sin embargo, la existencia de algunos males en el mundo, en parte para que no se impidan bienes mayores y en parte para que no se sigan mayores males. Más aún, no pudiendo la autoridad humana impedir todos los males, debe permitir y dejar impunes muchas cosas que son, sin embargo, castigadas justamente por la divina providencia. Pero en tales circunstancias si por causa del bien común, y únicamente por ella, puede y aun debe la ley humana tolerar el mal, no puede, sin embargo, ni debe jamás aprobarlo ni quererlo en sí mismo”[23].
El Papa Pío XII (1876-1958) razona así: “El error y el pecado se hallan en el mundo en gran medida. Dios los reprueba, y, sin embargo, los deja que existan. Por tanto, la afirmación de que la desviación religiosa y moral ha de ser siempre impedida … no puede tener un valor de absolutismo incondicionado”[24].
Aquella que se puede dar en aspectos que no se consideran ilícitos, sino en opiniones distintas a las propias.
5. Tolerancia práctica y “mal menor”
Nunca es lícito elegir el mal para obtener un bien, como tampoco la cooperación formal del mal. La tolerancia consiste en no impedir un comportamiento negativo sin aprobarlo, y por tanto se realiza a través de una omisión. No impedir sin aprobar no es por sí ni hacer el mal para obtener un bien ni cooperar formalmente a un mal. Pero, mientras que los preceptos morales negativos son absolutos, de forma que nunca es moralmente lícito hacer lo que ellos prohiben, los preceptos morales positivos -como el deber de impedir- no obligan siempre, ya que el bien que se debe hacer depende de las circunstancias, las cuales no se pueden prever globalmente con antelación. Pueden existir situaciones que hagan moralmente lícito, e incluso obligatorio, no impedir un comportamiento que en principio se debería impedir[21].
Lo que no responde a la verdad y a la norma moral no tiene ningún derecho a la existencia, ni a su propaganda. En cambio, por causas proporcionadas puede admitirse una tolerancia práctica, para salvaguardar bienes superiores. Debe haber una reprobación especulativa del mal y del error; si se tolera en la práctica alguna de sus manifestaciones, no es porque se olvide su calificación, sino porque se hace una elección prudencial entre dos males, con objeto de evitar el mal mayor[22].
Las palabras del Papa León XIII (Enc. Libertas praestantissimum, 20-VI-1888) expresan el fundamento de su licitud: “No se opone la Iglesia a la tolerancia por parte de los poderes públicos de algunas situaciones contrarias a la verdad y a la justicia para evitar un mal mayor o para adquirir o conservar un mayor bien. Dios mismo, en su providencia, aun siendo infinitamente bueno y todopoderoso, permite, sin embargo, la existencia de algunos males en el mundo, en parte para que no se impidan bienes mayores y en parte para que no se sigan mayores males. Más aún, no pudiendo la autoridad humana impedir todos los males, debe permitir y dejar impunes muchas cosas que son, sin embargo, castigadas justamente por la divina providencia. Pero en tales circunstancias si por causa del bien común, y únicamente por ella, puede y aun debe la ley humana tolerar el mal, no puede, sin embargo, ni debe jamás aprobarlo ni quererlo en sí mismo”[23].
El Papa Pío XII (1876-1958) razona así: “El error y el pecado se hallan en el mundo en gran medida. Dios los reprueba, y, sin embargo, los deja que existan. Por tanto, la afirmación de que la desviación religiosa y moral ha de ser siempre impedida … no puede tener un valor de absolutismo incondicionado”[24].
Re: La tolerancia
Enviado por el día 16 de Marzo de 2005 a las 00:12
En fín, espero haber definido mejor lo que entiendo YO por esto de la Tolerancia.
... y como todo... siempre se basa en un punto de vista personal..
Hasta el próximo artículo.
publicado por Fran tomado de: http://www.portaldorado.com/index.php3
>>
Diviertanse un buen rato leyendo, culturicense y dejen de ser tan mentes de pollo, y solo denle honra y gloria al creador que es bendito por los siglos.
Saludos
... y como todo... siempre se basa en un punto de vista personal..
Hasta el próximo artículo.
publicado por Fran tomado de: http://www.portaldorado.com/index.php3
>>
Diviertanse un buen rato leyendo, culturicense y dejen de ser tan mentes de pollo, y solo denle honra y gloria al creador que es bendito por los siglos.
Saludos
Re: Re: Re: La tolerancia
Enviado por el día 16 de Marzo de 2005 a las 01:25
Esto cae como anillo al dedo por la situación que vive Bolivia. Mesa acaba de llamar a elecciones, los fanáticos e intolerantes de izquierda abusaron de su tolerancia y da un paso al costado.
Re: Re: Re: Re: La tolerancia
Enviado por el día 17 de Marzo de 2005 a las 00:04
Espero que te haya sido util amigo, creo que ha llegado el momento de poner los puntos sobre las ies, es hora de desenmascar a "La religion humanista" que pretende ser laica pero en si misma actua como una religion, y esto a sido el origen de todo la confusión que existe en el mundo, pronto escribire con mas detalle y aclarare las dudas sobre este asunto.
Y le deseo suerte al pueblo boliviano, tienen un gran presidente y eso es lo que le molesta al Sr Evo Morales, que no lo puede meter en el "mismo saco" de lo que ha sido tipicamente la politica boliviana, además de añadir que el Sr Evo Morales tambien es parte de ese sistema politico, que el presidente Mesa quiere cambiar para el bien del pueblo de Bolivia.
Y le deseo suerte al pueblo boliviano, tienen un gran presidente y eso es lo que le molesta al Sr Evo Morales, que no lo puede meter en el "mismo saco" de lo que ha sido tipicamente la politica boliviana, además de añadir que el Sr Evo Morales tambien es parte de ese sistema politico, que el presidente Mesa quiere cambiar para el bien del pueblo de Bolivia.
