Hispanoamérica

EL AMIGO CASTRO

Durante casi 50 años, el controvertido, el mal perdonado y con el maligno hechizo de ese mismo medio siglo, el devenido dictador, führer y neoexterminador de la isla de Cuba, el doctor Fidel Castro ha sido un hombre de éxito, con una mente perversa y al mismo tiempo con una personalidad electrizante y un increible poder de convencimiento casi sobrenatural, como un hábil depredador de dos caras que primero atrae a su presa para al final lograr su objetivo de devorarla con diabólicas características que el mismo Adolfo Hitler hubiera envidiado.

Este pérfido rey de la intriga y de las maniobras sucias, de las falsas promesas, de las oscuras movidas y de los plazos traicioneros se ha caracterizado por ser experto en el juego de ajedrez de la contrainteligencia, siempre anteponiéndose y adelantándose a las jugadas de su contrario y llevando consigo los fatales atributos del genio del mal por medio de los cuales se las ha arreglado para ser "invicto", epíteto con el cual se autocalifica, tanto en la función de verdugo de su propio pueblo como con su engañosa fachada internacional de moderno e indefenso Robin Hood.

Este aprendiz de diablo ha sido extrañamente como un elegido para los deseos concedidos ya que siempre ha logrado lo que se ha propuesto caiga quién haya caido y sin importar los medios para esos fines y hasta ahora nadie ha podido, o quizás ha querido, detenerlo y lo más curioso de todo es que ha acariciado un misterioso, extraño y excesivo triunfo como un Aquiles u otro inalcanzable ente protegido por los dioses.

Es increible el hecho de que en pleno siglo XXI exista un pueblo moribundo sin comida, agua, con solo 6 horas de electricidad al día, reprimido y privado de voz y derecho, sin las más mínimas y elementales libertades, en un pais destruido sin guerra y sin desastre natural en un forzado viaje de más de 100 años atrás en el tiempo, condenado indefinidamente a un inexplicable castigo masivo solo justificado por misteriosos y ocultos pecados ancentrales y que este pueblo tenga un verdugo que disfrace a su policía política como pueblo para intimidarlo, castigarlo y reprimirlo, que anuncie insólitos logros en el medio del desastre, que inclusive hasta reclame derechos y todavía se salga con la suya sin que ocurra nada. Es la realización del refrán de llueve sobre mojado y como si la palabra justicia se hubiese esfumado del diccionario mundial.

Mientras esto pasa, este apátrida y traidor carcelero, que ha sumergido a su pais en la más vergonzosa situación desde su existencia, guarda sus millones en bancos extranjeros, acomoda a su familia, vive una vida de millonario y gasta el patrimonio nacional en mantenerse en el poder como lo invirtió en Ginebra para dar una falsa imagen de la situación de destrucción de la isla.