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Caso Blumberg: cuando los delincuentes manipulan el dolor de un padre
Enviado por el día 8 de Abril de 2004 a las 17:40
Lo más podrido de la prensa canalla argentina se ha apropiado del dolor del Sr. Blumberg y lo pone al servicio de su cruzada en favor de la... delincuencia. Han montado un fenomenal show mediático explotando perversamente la tragedia de Blumberg.

Cualquiera que conozca mínimamente el problema de la seguridad en la Argentina (y en otro paises de A. Latina) sabe bien de las conexiones que existen entre los delitos más resonantes (secuestros seguidos de muerte, prostitución infantil, trafico de drogas, bandas, etc.) y el aparato de seguridad del Estado diseñado por las políticas neoliberales aplicadas en las últimas décadas. Es el mismo Estado podrido que en la década del 70 secuestró, torturó y asesinó a miles de argentinos. Como en los 70, la derecha liberal más reaccionaria apoya la acción de ese Estado y pide mayor represión policial no contra las mafias delictuales integradas por esa misma policía y sus conexiones político/judiciales, sino contra la delincuencia común que ha crecido extraordinariamente a remolque de las políticas de la derecha liberal ultrarreaccionaria. De paso cañazo, como decimos en la Argentina, ubican a la protesta social en el campo de la delincuencia y piden represión.

Los que hablan de justicia para Blumberg no dicen ni una palabra en favor de la justicia para los miles de desaparecidos o para las víctimas de la acción de las mafias policiales del "gatillo fácil". Por supuesto, jamás han usado su inmenso poder mediático para movilizar a la población en favor de la lucha contra el hambre, la desocupación y la marginalidad (fuente de buena parte de la delincuencia común).

Una auténtica lucha contra la delincuencia pasa en la Argentina por la lucha contra esa mafia liberal que vació el país, provocó una descomunal desocupación y fugó capitales al exterior por el circuito negro de la banca.

Saludos,
Saludos,
Caso Blumberg: cuando los delincuentes IZQUIERDISTAS se cagan en el dolor de un padre
Enviado por el día 8 de Abril de 2004 a las 18:03
Las torres del señor K

En la tierra de fantasía en que se convirtió la Argentina, control de la información mediante, una ilusoria carroza progre que nos llevaba sin costo al paraíso de la irresponsabilidad con el que los argentinos sueñan íntimamente, empezó esta semana a convertirse en la calabaza que siempre fue.

Abundaron los anuncios del fin de la luna de miel de la sociedad con el ungido de Eduardo Duhalde. Empezó Urgente 24 seguido varios cuerpos atrás por la revista Noticias y otros análisis.

El caso Blumberg y la crisis energética abrieron una brecha en un clima idílico más firme que el calor en Buenos Aires, creado por la encuestología oficialista. También empiezan a aparecer chispazos en la prensa que hasta ahora mantenía abiertas relaciones carnales con el elenco K. No han aflojado los controles, pero la realidad los está haciendo insuficientes.

Tal vez empezaremos a ver arrepentidos y viudas del actual poder, como los vimos de otros, de esos que en tiempos más serios que el de este país en serio hubieran sido considerados ratas abandonando el barco y que hoy son percibidos como hijos pródigos (de madres muy dadas).

Patas flojas

Un gran punto débil que empieza a pesar fuerte en el futuro político kakista es el de la falta de seguridad que todo el mundo percibe.

El señor Blumberg desde un sentido común elemental y con sus errores, puso de manifiesto que una mayoría siempre silenciosa está algo cansada de las justificaciones del horror, no ya del de treinta años atrás, sino del actual constituido por el delito que produce más muertes que la guerra en Irak. Al establishment político no le importan mucho; después de todo estos muertos no son revolucionarios, asesinos, psicópatas, ni resentidos. Muertos sin mérito alguno, hasta con deméritos, según los parámetros oficiales. Pero sobre todo muertos que padecen quienes no tienen vocación ni poder ofensivo (que es lo único que la kultura kakista respeta). Hasta ahora.

Resulta difícil culpar a la izquierda rabiosa argentina que con apoyo de la publicidad oficial no pudo juntar más que 8000 empleados públicos y otros mantenidos por el Estado en el acto de entrega de la ESMA a los montoneros. No pueden ellos ser culpables de que los 200 mil ciudadanos que se juntaron en la Plaza de los dos Congresos, sólo convocados por un padre que perdió a un hijo, vivan escondidos para sorprender muy de vez en cuando con su existencia, y dejen que los ocho mil manejen el país, dicten los parámetros morales a favor del horror y contra el derecho, monopolicen la opinión publicada, desinformen, deformen, exciten, demonicen, tachen, reprueben y propaguen el odio.

Para hacer semejante cosa la minoría de izquierda necesita una mayoría complaciente. Los 200 mil son más culpables que los 8 mil. Toda sociedad tiene 8 mil marginales o más. Lo inusual es que la mayoría los entronice en lugar de descartarlos intuitivamente.

Falsa opción

Los marginales deben volver al margen, pero no a costa de los derechos humanos, sino en función de ellos. No debe siquiera admitirse que repudiar el terror, sea reivindicar cualquier método reñido con la civilización para defenderse de él, porque no son alternativas. La izquierda revolucionaria ha sido en la historia mucho más autora de violaciones a los derechos humanos que víctima.

Los 200 mil deben curarse de sus fantasmas para dejar de ser gobernados por los 8000. No enfrentar la historia oficial falsa sobre lo ocurrido en la Argentina de manos de la generación maldita es lo que da lugar a los enemigos de la civilización en la Argentina.


Ciudadanos sin representantes

Los políticos que aspiran a representarlos debieran también poner sus barbas en remojo preguntándose por qué los ciudadanos deben salir solos de manera espontánea a manifestar y no tienen un dirigente que les sirva de referencia. Será porque los que hay en lugar de actuar esperan que las encuestas cambien, oportunidad en la que en realidad ya no serían necesarios.

Esa visión pasiva de la política que espera que los cambios se produzcan en lugar de producirlos, es la clase de decadencia que la mayoría que suele estar escondida parece merecer. Ningún mediocre logrará representarlos, porque no necesitan lectores de encuestas sino personas responsables con voluntad de despertarlos de su largo sueño.

Le preguntaron a Ricardo López Murphy en la sección Enfoques de La Nación por el acto en la ESMA. Se dijo molesto por el hecho de que la bandera nacional hubiera sido arriada para colocar en su lugar “otra cosa”. Qué otra cosa, le preguntaron. “No sé” contestó. Todos sabemos que la imagen que reemplazó a la bandera fue la del Che Guevara. ¿Puede representar un cambio hacia valores elementales de civilización y convivencia (eso que se conoce como “derecha” en términos homologables en el mundo como diría el propio líder de Recrear) y enfrentar a quienes los amenazan alguien que teme tanto a la retorcida izquierda argentina que no se anima siquiera a nombrar al Che Guevara?

Sin embargo sigue siendo una incógnita si esa parte no representada de la sociedad toleraría otra cosa que la mediocridad, porque no puede saberse cómo responderían siquiera los 200 mil manifestantes del jueves ante un mensaje claro que contraste con el izquierdismo barato predominante. No podemos olvidar que hace menos de un año Felipe Solá fue elegido por una abrumadora mayoría, o que el señor K y su extremismo verbal y a veces en la acción gozan de altos índices de popularidad.

Así vista la paradoja política no parece tener solución. Por un lado, una sociedad que parece elegir políticos de izquierda para que hagan gobiernos de derecha y por otro aspirantes a dirigentes de derecha vergonzantes que terminan confundiendo sus mensajes con los de la izquierda.

Puede que la salida de esta paradoja esté en encontrar una dirigencia con un mensaje moral que saque de su letargo a la mayoría que quiere vivir en paz, aclarando cosas elementales como que el no querer ser asaltado o secuestrado no es una expresión de nazismo. Lo que la Argentina necesita para recuperar la cordura no es un nuevo equipo de ineptos que leen encuestas sino una vanguardia moral convencida.

Marcelo Longobardi realizó una impresionante reseña de las estupideces que la izquierda “esclarecida” de la Argentina dijo en reacción a la manifestación Blumberg. En general desprecian a las víctimas de los delitos, igual que despreciaron en su momento a los que recibieron sus propios balazos o bombas. Porque no puede pensarse que una cosa no tenga relación con la otra, están íntimamente ligadas.

Sin embargo el punto es que inclusive en este punto el resto de la sociedad tiene parte en el problema. Si el nivel de idiotez de la izquierda aumenta exponencialmente es porque no ha tenido en veinte años al menos nadie que les conteste como es debido. Gente que piense de otra manera (o que piense simplemente) hay, pero gente que les conteste casi no hay. El peor loco es el loco incontenido. Ni la izquierda puede mejorar para parecerse por ejemplo a su versión chilena, sin una derecha de pie.

Mensajes pro delincuencia desde el kakismo

No importó que Juan Carlos Blumberg dejara a salvo al gobierno nacional en sus críticas al sistema legal que condujo a la muerte de su hijo. El gobierno igual percibió la manifestación masiva que produjo como un cuestionamiento directo a las políticas oficiales. Miles de personas espontáneamente en lugar de dirigirse a la Casa de la Provincia de Buenos Aires para seguir la protesta como propuso Blumberg, fueron directamente a la Casa Rosada con cánticos anti oficiales. El presidente no estaba. Decidió que no era el mejor momento para inaugurar el balcón.

El gobierno y la gente común saben, aunque la prensa adicta lo oculte, que esta manifestación contradice la política seguida por el señor K, el ministro Beliz, el secretario de Justicia Pablo Lanusse (hoy premiado como interventor de Santiago del Estero) y el secretario de seguridad Norberto Quantín.

Ellos promovieron casi todos los anti valores que agrandaron a los asesinos de Alex Blumberg. En primer lugar con malas artes llevaron a cabo para su jefe el asalto a la Corte Suprema de Justicia, mintiendo sobre una supuesta auto limitación presidencial que demostró ser un mero acto de burda propaganda, para nombrar ministros simpatizantes de la delincuencia. Podemos estar seguros de que los asesinos de Alex Blumberg se habrán alegrado con la designación de Eugenio Zaffaroni como miembro de la Corte y la de Carmen Argibay como candidata actual.

Simultáneamente ponían el acento de la política de seguridad en las grandes declaraciones públicas y trataban de endilgarle al problema a algún otro. Entretuvieron a la población con leyes antisecuestros anunciándolas como panaceas y supuestos puntos de inflexión en la inseguridad como el desbaratamiento de desarmaderos, que ningún efecto tuvieron en la situación general de inseguridad.

También aseguraron impunidad a las hordas de piqueteros autorizadas expresamente por el Poder Ejecutivo a cometer delitos y dejándolos adueñarse de la calle en detrimento de los ciudadanos cumplidores de la ley. Fueron artífices de otras impunidades expresas, como la de tomar fábricas cometiendo un sinnúmero de delitos en nombre de una revolución mundial que para el resto del planeta terminó con la implosión de la Unión Soviética. La Policía Federal recibió instrucciones expresas del ministro Beliz de desobedecer órdenes judiciales de desalojo.

Esta cesión de la calle a los que ejercen la fuerza tiene mucho que ver con el estado de inseguridad actual. Será difícil resolver en ese contexto y con estas personas el problema de la seguridad.

La calle entregada

Ni una legislación perfecta podría resolver el problema, porque la seguridad depende de cuánto se creen los delincuentes que la calle les pertenece y en ese propósito el castigo sólo juega un papel parcial. Le legislación se encontraba casi desbaratada un año atrás. El resto del clima que les dice a los delincuentes actúen con tranquilidad, lo aportó el gobierno del señor K en un año de gestión.

Es cierto que el aflojamiento de la legislación desde 1983 hasta la fecha produjo una explosión de la inseguridad que nos llevó de ser un país muy seguro a parecernos o tal vez haber superado a Colombia. Pero el clima que provoca ver al Estado retirarse culposo frente a los criminales tuvo mucho más que ver que específicamente las reformas llamadas “garantistas”.

La retórica oficial según la cual los delincuentes son víctimas de la sociedad que los padece, seguida de la cantinela descerebrada y estúpida de los medios de comunicación progres que estigmatizan como nazi toda queja por la criminalidad creciente, el nombramiento de jueces “emblemáticos” como favorables a la delincuencia y los ataques generales a la policía, constituyen una combinación perversa que da señales a los delincuentes para actuar y a las víctimas para encerrarse en su casa.

La política argentina con el delito puede definirse como de tolerancia total con el crimen y tolerancia cero con quienes lo padecen. ¿Quién puede asombrarse con el resultado?

Tolerancia cero

El éxito de la política contraria que llevó a New York de ser una ciudad muy peligrosa a gozar de un alto grado de seguridad, no interesa a nadie con poder, porque los ciudadanos prenden velas y los inadaptados protestan de verdad. De hecho quien la propuso en primer lugar, el ministro Béliz, hoy es el brazo ejecutor de la izquierda gobernante y promotor de jueces que expresan lo contrario.

La confusión que existe sobre lo que esta política significa es mayúscula. Se la identifica como una forma de “mano dura” y los mismos que tratan de justificar el delito hablando de que se debe hacer prevención (que en sus propios términos significa hacer ricos a los delincuentes para ahorrarles el trabajo de delinquir) la atacan, cuando en realidad constituye una forma de ultra prevención.

Tolerancia cero significa quebrar la sensación de los delincuentes de que son dueños de la calle. No se trata de largar a la policía a salir a “meter balas a los delincuentes” como de manera demagógica y torpe definió alguna vez un ex gobernador, sino de despojar la calle de pequeñas infracciones y retomar el control. Cuando uno se encuentra en una ciudad que no conoce percibe inmediatamente cuando se acerca a una zona peligrosa. El desorden indica que el ambiente es desfavorable. El delincuente peligroso, no ya el mendigo agresivo o el vendedor instalado en la vereda pública, tiene la misma percepción, pero por supuesto la reacción contraria. Cuanto mayor es la sensación de que el lugar es tierra de nadie, mayor es la posibilidad de que se produzcan crímenes.

Cuando un año atrás se desalojó de la calle Florida a los vendedores ambulantes la cantidad de denuncias por delitos en esa calle disminuyó sensiblemente. No quiere esto decir que los vendedores fueran asaltantes, sino que los criminales percibían descontrol y actuaban en consecuencia.

El Estado debe retomar el control de la calle sin arbitrariedades y con reglas que permitan la mayor libertad para ejercer actividades lícitas, no en nombre de ningún puritanismo porque lo que se haga en el ámbito privado debe quedar a juicio exclusivo de los interesados. De lo que se trata es de que existan reglas para regir lo que es común, mientras sea común, de un modo en que quede claro que el control pertenece a quienes respetan a los demás y actúan pacíficamente.

Esto requiere recurrir al instrumento institucional que se usa en cualquier lugar del mundo y acá por recuerdos de violentos frustrados se persigue: La policía. Esta policía u otra policía. Ocasiones para reformarla sobraron, pero la idea de que puede restablecerse la seguridad sin policía es sencillamente loca.
Re: Caso Blumberg: cuando los delincuentes IZQUIERDISTAS se cagan en el dolor de un padre
Enviado por el día 8 de Abril de 2004 a las 20:37
La prensa oficialista adicta a Kir$ner tambien manipula. Ver el titular de Panfleto 12:
"LA PROTESTA DE BLUMBERG FUE CONTRA LA BONAERENSE".....sigan haciendose los boludos....
Re: Caso Blumberg: cuando los delincuentes IZQUIERDISTAS se cagan en el dolor de un padre
Enviado por el día 9 de Abril de 2004 a las 07:43
Che, las torres del señor K son las de Isengard y la de Mordor?
Re: Caso Blumberg: cuando los delincuentes manipulan el dolor de un padre
Enviado por el día 9 de Abril de 2004 a las 00:53
Esto anda circulando por mail.

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CARTA ABIERTA AL SEÑOR BLUMBERG
Los abajo firmantes, ciudadanas y ciudadanos decentes, honestos, trabajadores y trabajadoras, nos dirigimos a Ud. con respeto y le decimos:

- Que compartimos su dolor.

- Que vemos con profunda preocupación que sea asesorado por quienes generaron la crisis de seguridad que hoy nos acosa.

- Que está demostrado en el mundo entero que aumentar penas no tiene la más mínima incidencia en la disminución de los delitos.

- Que en las últimas décadas se reformaron innumerables veces los códigos penales y procesales nacionales y provinciales aumentando penas y los resultados están a la vista.

- Que cada vez que los legisladores aumentan penas lo hacen sin estudios técnicos que los avalen y con el solo objetivo de conseguir rédito electoral y de mantener el statu quo.

- Que si Ud. acepta esta demagogia contribuye a la defensa de las mafias, las mismas mafias que crecieron en la provincia de Buenos Aires amparadas por quienes hoy lo están asesorando.

- Que la única forma de empezar a solucionar los problemas de seguridad es con una política integral que desarticule las connivencias entre los intendentes, la policía y el delito organizado.

- Que las mafias comenzaron a organizarse bajo el amparo de la última dictadura militar contando con la complicidad, la intervención y la impunidad de las fuerzas de seguridad.

- Que por ello es indispensable que su reclamo exija siempre el respeto por las garantías constitucionales, los Derechos Humanos y los Tratados Internacionales que la Argentina se comprometió a cumplir.

.- Que cuando el miedo o la venganza irracional impulsa los reclamos de una sociedad, se producen las peores tragedias históricas.

.- Que su dolor, como el de los padres y madres de miles de pibes y pibas de barrios humildes, asesinados todos los días, muchos de ellos a manos de la policía, no debe conformarse con la demagogia de reformar leyes a cada rato, sino con atacar las verdaderas causas de impunidad y marginación. Los resultados se verán a largo plazo, pero se verán. De la otra forma solo empeorarán las cosas como viene sucediendo hasta ahora.

- Que la exigencia para que nuestros políticos trabajen no tiene que ser que lo hagan con la rapidez de los tiempos televisivos sino con la constancia, la dedicación y la reflexión que se merecen estos graves temas.

- Que la única manera de tener un futuro sin violencia es construyendo un País Justo y Solidario, en el que todos tengan acceso a la educación, a la salud y a la justicia, en donde se combata la impunidad, para que la impunidad de ayer no genere las mafias de hoy.

Si estás de acuerdo con esta carta abierta agrega tu nombre abajo y reenviala a todos tus contactos y a todosporaxel2004@yahoo.com.ar
Re: Re: Caso Blumberg: cuando los delincuentes manipulan el dolor de un padre
Enviado por el día 9 de Abril de 2004 a las 01:48
che, Negro dentro de la denominada "PRENSA CANALLA ARGENTINA" incluímos a Panfleto 12 y Klarin?..... si o no?
Re: Re: Re: Caso Blumberg: cuando los delincuentes manipulan el dolor de un padre
Enviado por el día 9 de Abril de 2004 a las 07:42
Pagina/12 ultimamente anda muy oficialista para mi gusto, pero jamas fue canalla.

Clarin si. Ese diario, propiedad de una oligarca como vos posiblemente apropiadora de nietos de desaparecidos, la jugo para todos los gobiernos, no solo el de K. En la Masacre de Avellaneda (26 de Junio del 2002) formo parte de la comparsa mediatica para demonizar a los piqueteros, despues se tuvo que retractar.

Pagina/12 no se sumo a eso y dijo la verdad desde el primer dia.
Re: Re: Re: Re: Caso Blumberg: cuando los delincuentes manipulan el dolor de un padre
Enviado por el día 9 de Abril de 2004 a las 09:25
parte importante de pagina 12 le pertenece a Clarin, por eso Lanata se las termino tomando del pasquin que el invento.
Re: Re: Re: Re: Re: Caso Blumberg: cuando los delincuentes manipulan el dolor de un padre
Enviado por el día 9 de Abril de 2004 a las 17:55
Por supùesto que al lado de pasquines filo-mafiosos y menemistas como InfoBae y Ambito Financiero, Pagina 12 parece un monumento a la verdad y a la ética periodística. Sin embargo, Pagina 12 se ha convertido en el vocero del gobierno, es decir en el vocero del statu quo devenido en cambio cosmético. Eso lo transforma en unz pieza periodística al servicio de la decadencia nacional.
saludos,
Re: Re: Re: Re: Re: Re: Caso Blumberg: cuando los delincuentes manipulan el dolor de un pa
Enviado por el día 10 de Abril de 2004 a las 18:17
Perfectamente de acuerdo.
Re: Caso Blumberg: cuando los delincuentes manipulan el dolor de un padre
Enviado por el día 10 de Abril de 2004 a las 18:14
Con la misma escuela de Camps
por Osvaldo Bayer


Se ha discutido a fondo, pero no quiero quedarme sin expresar mi opinión en esta repentina expresión popular del operativo Blumberg.

Quien me da la oportunidad es el intelectual Ricardo Talesnik, el conocido dramaturgo, que acaba de escribir "Nadie es dueño de la historia" en Clarín.
Talesnik no hace la historia de los derechos humanos en la Argentina, que tomando el corto plazo podría escribirse, digamos, desde el teniente coronel Osinde, o la operación masacre de Aramburu o mejor, un poco más acá, desde López Rega, pasando por el denominado "proceso" y llegando ya a la actualidad a las policías de Duhalde, de Ruckauf y de Solá, para hacer pocos nombres. Pero para ser más justos mencionemos también a los saltos de canguro de Menem, a De la Rúa, pasando por el purgatorio alfonsinista del "yo no vi, tú no viste, él no vio" y que dejó intacta la estructura, ahora más sonriente, de los que hacían parir a las prisioneras políticas en los patrulleros de Camps y Etchecolatz. No, Talesnik se refiere sólo a la reciente manifestación Blumberg.
Bastaría preguntarse: ¿dónde están hoy esos oficiales, esos suboficiales, esos agentes que desaparecían además de los sospechosos, los televisores y las radios? Fueron los que ayudaron a integrar la estructura "democrática". Pero también los de las nuevas mamadas con la moralidad del período Menem y el brazo ejecutor de Ruckauf y Duhalde, cuyo fresco más costumbrista fue aquella fiesta de fin de año de la escuela de policía donde los flamantes oficiales se robaron hasta las cucharas y las ollas del banquete. Todo dentro de la misma moralidad. De la policía de Camps a la Bonaerense de Duhalde.
Con la escuela de Camps, un monstruo con todas las cualidades del asesino nato. Poder y disciplina: al primer movimiento, el tiro fácil. El secuestro de lujo y el vamo y vamo.
Con la teoría radical de los dos demonios ya está toda la definición. A olvidar y a mirar para adelante. Por eso Alfonsín dejó a todos los profesores de las escuelas de policía y a todos de las escuelas militares nombrados en general por la dictadura, con los mismos programas del proceso. Y felices Pascuas. Ahora tenemos todo esto, de la estructura monstruosa de la dictadura pero también de antes de los López Rega que ya había roto las coyunturas para proceder. Esa tradición del peronismo que en su primer gobierno metió preso a Atahualpa Yupanqui y nos presentó al teniente coronel Alberte y a esas apariciones como el Juancito, el Turco Antonio, para hablar un poco de la maffia, y a aquellos hábiles picaneros que terminaron con Stroessner, el protector, los policías Lombilla y Amoresano, dos sirvientes de la tortura para no olvidar. Y como decíamos, después lo monstruoso sin medida: Camps, Etchecolatz, Etchecolatz, Etchecolatz, Suárez Mason, Menéndez. Pero la casa estaba en orden.
Pero bien, me quería referir a Talesnik, el intelectual. Les reprocha a "Hebe de Bonafini, a las Abuelas, las Madres y a los organismos de derechos humanos" no haber concurrido a la "manifestación popular excepcional" de Blumberg.
Con toda comprensión por el dolor de Blumberg, no se puede emparejar la historia argentina yendo todos a pedir al Congreso nacional penas más drásticas para los ladrones y asesinos. La República padece de males más profundos que la de sentirnos todos iguales, en nuestros dolores y nuestros ideales, como lo pide Talesnik.
Fueron Hebe de Bonafini, las Madres, las Abuelas y los organismos de derechos humanos los que constantemente denunciaron a qué jugaban la Bonaerense, la Federal, las palmaditas en el hombro de Alfonsín, después las felonías de Alí Babá y sus cuarenta yabranes, las gansadas del radical de pura cepa Fernando de la Rúa (repetimos: radical, radical hasta la médula), y luego Duhalde, el Barceló de Lomas de Zamora, para no hablar de Ruckauf, que estuvo en todas y tiene las manos manchadas de sangre desde que era el confesor gratuito de Isabelita y López Rega. Y fueron esas dignísimas viejas de pañuelo blanco las que salieron a la calle para terminar con el antro de los desaparecedores. Fueron esas viejas, Talesnik: nunca el nombre de Blumberg apareció en una solicitada por ellas.
Desde 1976 hasta hace pocas semanas se vendió todo lo argentino. ¿Y por qué, si los ladrones del poder vendían todo la policía no iba a pasar de la pizza con doble muzzarella a los miles de dólares con los cobardes secuestros y los robos? Y de pronto, las víctimas fueron esa clase media alta, porque allí había guita. Los que saludaron a Videla y sus escuadrones de asesinos de pronto pasaron a ser las víctimas. Ah, entonces, sí, a la calle. E hicieron bien, porque es en la conquista de la calle donde se puede conquistar la justicia y la moral, como hicieron los pueblos en sus épicas marchas de protesta y conquistaron así las ocho horas y la búsqueda del fin de la explotación del hombre por el hombre. Así, sí. En la calle. Y claro, entonces sí, ante la masa hasta se movieron los senadores y diputados.
No, Talesnik, Hebe de Bonafini y las Madres no estuvieron en esa manifestación custodiada y trasmitida por los canales privados de televisión. Estuvieron desde 1977 en esa Plaza de Mayo, custodiada por la asesina SIDE, las policías, los militares Astiz y los alcahuetes del poder, que ya habían hecho desaparecer a Azucena Villaflor y dos Madres más.
Ya es una historia vieja: el aumento de penas no soluciona nada. Lo ha demostrado la historia. La Iglesia Católica pese a sus hogueras donde se quemaban vivos a los librepensadores no logró parar a los protestantes. El fusilamiento, la horca, la guillotina, las inyecciones letales no lograron nunca disciplinar las sociedades injustas pese a que los que aplicaron esas penas se llamaran Hitler, Mussolini, Franco o Bush. El jueves lo dijo bien claramente, con toda valentía, el peronista Miguel Bonasso cuando le preguntaron porqué habían fracasado todas las políticas bonaerenses de mano dura, y el respondió: "No dio resultado porque no desmontaron la estructura mafiosa que une a los punteros del Partido Justicialista de Buenos Aires, intendentes y comisarios. Una tríada que forma una gran camorra. Y no desmontaron esa hermandad porque forman parte de ella".
Bien claro de un hombre que conoce a fondo la situación política. ¿Por qué la Cámara de Diputados no constituye una comisión investigadora a base de esta denuncia? No, dejan que Carlos Ruckauf y su guardaespaldas Casanovas tomen la voz cantante en la sesión Blumberg.
¿Cómo fue posible la experiencia Juárez en Santiago del Estero? ¿Cómo es posible que el Partido Justicialista haya permitido una experiencia absolutamente decadente e insultante a la condición humana? No, después de la experiencia López Rega, el Partido Justicialista tendría que haberse limpiado definitivamente y no volverse a meter en el barro de la inmoralidad y el abuso una y otra vez. Si seguimos así, nuestro próximo jefe de la Policía Federal va a ser Musa Azar, votado por los diputados que en la sesión Blumberg cortaron la palabra a los diputados de la oposición.
El intelectual Ricardo Talesnik termina su crítica a los organismos de derechos humanos diciendo: "Ninguna minoría, ningún sector político, racial o religioso tiene derecho a sentirse dueño de la historia, porque la historia la escribimos todos diariamente, aunque no militemos en política, no seamos famosos ni tengamos poder. Todos nos jugamos la vida por el simple hecho de estar vivos". No, Talesnik: ni López Rega, ni Musa Azar, ni los policías secuestradores hacen la historia, sino que la retroceden. Los que hacen la historia se llaman Sandino, Emiliano Zapata, Mariano Moreno, Agustín Tosco y José Martí. No necesitan velas para que los acompañemos en nuestro reconocimiento. Y aquí, desde 1977, las únicas que hicieron historia, y nada menos que en la Plaza de Mayo, fueron las Madres. Reconozcámoslo.
Con la misma escuela de Beria
Enviado por el día 10 de Abril de 2004 a las 22:13
Uh, Osvaldo Bayer... a este hijo de puta lo conozco personalmente. Hasta llegó a defender el Muro de Berlín. El y sus marchas del pueblo EN FAVOR de la explotación socialista del hombre por el hombre (o por el Estado), mientras que las mejoras del nivel de vida de todos los pueblos del mundo (que no son sólo sus clases obreras manuales) se debieron al crecimiento del capitalismo y no gracias al intervencionismo o al sindicalismo revolucionario.

Me gusta esta parte:

"El fusilamiento, la horca, la guillotina, las inyecciones letales no lograron nunca disciplinar las sociedades injustas pese a que los que aplicaron esas penas se llamaran Hitler, Mussolini, Franco o Bush."

Bush nunca aplicó pena de muerte a nadie. Es un presidente de un país republicano con una democracia multipartidaria. Fue la justicia de algunos de sus estados contra delincuentes, y esto se hizo bajo el gobierno de Clinton, Reagan, como el de Carter. Otra cosa son las ejecuciones políticas, que el mismo apoya. Y ahí parece olvidar a sus amigos dictadores Kim Il Sung, Castro, Honecker, Pol Pot, Mao Tse Tung, Stalin, Lenin, estos nombres no le suenan al hijo de puta.

Bonasso, otro terrorista montonero. Toda linda gente.

Hacer la historia. Para Bayer hacer la historia es un camino hacia el socialismo, el unipartidismo y el totalitarismo marxista.
Y por eso felicita a sus queridas "Madres" de 30.000 guerrilleros terroristas que SI luchaban por imponer un modelo económico, exactamente el socialista-estatista que hoy hambrea a Corea del Norte.

Escuchemos opinar a Hebe de Bonafini, esta gran defensora de los desechos humanos:

Nota I.

Por fin sin disfraces, sinceros, en su verdadero rostro militante revolucionario.

"Cuádruple apología del delito y la barbarie".

Hasta los Verbitsky y otros adlátares del terrorismo se despegan de estas palabras de espanto y desprolijidad; simple táctica, una cuestión de oportunidad, no creíble.

Resumen de: ¨VIÑAS, SCHOKLENDER, ZITO LEMA Y PASTOR DE BONAFINI¨

La alegría de la muerte.

Por Horacio Verbitsky.

David Viñas, Sergio Schoklender, Vicente Zito Lema y Hebe Pastor de Bonafini celebraron los ataques terroristas contra los Estados Unidos. Los interpretaron como parte de la lucha de clases globalizada y la Pastor de Bonafini sintió alegría mientras el mundo se paralizaba de espanto.

Durante una clase pública dictada en la academia denominada "Universidad Popular de las Madres de Plaza de Mayo", cuatro oradores celebraron los atentados del 11 de septiembre. TratarÈ de sintetizar sus argumentos con fidelidad y de refutarlos con calma.

El escritor David Viñas dijo que el ataque "a los grandes símbolos del poder" constituía "una forma inÈdita de lucha de clases", entre "la violencia popular y la violencia institucional del imperio", "la violencia desde abajo contra la violencia enquistada arriba". Que estas "señales inesperadas, inÈditas, invictas, primeras de la lucha de clases en el mundo globalizado por el imperio terrorista del Pentágono y de Wall Street" provendrían de "los sometidos, los humillados del mundo". Dijo que debían leerse "dentro del contexto del proceso general de globalización" . Comparó a sus autores con Robespierre o Castelli.

El director de la academia, Vicente Zito Lema, sostuvo que Osama Bin Laden era "un revolucionario", cuya lucha "es parte de la lucha de clases" de "los oprimidos de la humanidad contra el imperio". Lo comparó con San Martín, Belgrano, Artigas, Ernesto Guevara y "mis compañeros caídos en combate".

El abogado Sergio Schoklender afirmó que no fueron actos terroristas sino "operaciones quirúrgicas" de guerra contra "los centros precisos de poder", del "enemigo que nos está destruyendo". Expresó su admiración por los "militantes" que realizaron esas acciones al "llevarle al enemigo la guerra a su propio territorio". Dijo que le dolían "los casos individuales, esas figuras cayendo", pero que le dio "mucha alegría" saber que "no son tan invulnerables y que tenemos la posibilidad de resistir y enfrentarlos".

Hebe Pastor de Bonafini contó que estaba en Cuba ese día y que sintió alegría. "No voy a ser hipócrita, no me dolió para nada", porque "había muchos pueblos que eran felices" y de ese modo "la sangre de tantos en ese momento era vengada", entre ellos sus hijos. En esos ataques "no murieron pobres, no murieron poblaciones". Sus autores fueron "hombres y mujeres muy valientes", que "se prepararon y donaron sus vidas para nosotros". Ellos "declararon la guerra con sus cuerpos, manejando un avión para estrellarse y hacer mierda al poder más grande del mundo. Y me puse contenta" . El "miedo que nos metieron a nosotros, con la persecución, con la desaparición y con la tortura, ahora lo vive el pueblo norteamericano entero. Ese pueblo que se calló y aplaudió las guerras". "En esas dos torres se decidía todos los que nos íbamos a morir, a quedar sin trabajo, a masacrar, a bombardear". Igual que Viñas, comparó a los autores con "nuestros hijos","que dieron y entregaron sus vidas para un mundo mejor", a los que llamaban terroristas pero eran revolucionarios.

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Lucha de clases en el Corán.

Tal vez Viñas maneje informes más secretos que los empleados por Estados Unidos para persuadir a todos los gobiernos del mundo sobre el origen de los atentados. Mientras no los revele, parecería que sus autores no han sido proletarios en lucha por la revolución socialista, sino el rÈgimen teocrático de Afganistán, supresor de todas las libertades que permitirían vivir y desarrollar su obra en ese país a los intelectuales críticos, ateos, socialistas y judíos como Viñas. Y a sus mujeres, detalle no menor.

La mención de Viñas a sus hijos es conmovedora, pero infiel. Como otros intelectuales de la izquierda, Viñas equipara la decisión militante de aquella Època con un impulso suicida. Eso es ostensible en su obra teatral sobre Rodolfo Walsh, cuya muerte tergiversa. Walsh murió en la calle, resistiendo con un arma de puño, en una cita entregada por un compañero caído.

Pero Viñas lo muestra encerrado en una casa que la dictadura conoce, esperando que vengan a buscarlo despuÈs de desafiarla con su Carta Abierta.

Quienes "siempre alzaron la voz por los caídos en la humanidad", como es el caso de Zito Lema, deberían estar en mejores y no peores condiciones para sentir el espanto por lo sucedido el 11 de septiembre.

Que el doctor Schoklender hable de "operaciones quirúrgicas" para referirse al asesinato de 6000 personas en pocos minutos y contabilice a los talibanes en el bando de "la civilización y de la humanidad" no requiere refutación. Son enormidades que se descalifican solas.

El Che llegó a teorizar sobre la conversión del ser humano en una fría máquina de matar, pero jamás expresó sentimientos tan ruines como estos



NOTA II.

“La hipocresía de los más prolijos”.

Son lo mismo, pero más hábiles en la simulación.

Queda muy poco que agregar o comentar sobre la infame " celebración" de David Viñas, Sergio Schoklender, Vicente Zito Lema y Hebe Pastor de Bonafini; solo resta creer que la Justicia esta vez actuará, aun quizás pequemos de eternos ingenuos.

Pero no debemos confundirnos, estos cuatro forajidos verbales no representan el mayor peligro, son demasiado obvios y se anulan a si mismos.

El mayor problema está en los más hábiles, fríos e hipócritas, en aquellos que desde hace 18 años sobreviven políticamente con la falsa bandera de los DDHH que antes burlaron o enseñaron a burlar, que encuentran su nicho de trabajo en la permanente campaña de tergiversar la historia Argentina de los años 50 a los 80, en cambiar nuestra cultura dividiendo a la familia Argentina con herramientas de odio.

Nos referimos a los conocidos por todos, presuntos dirigentes políticos sin respuestas a los reales problemas argentinos, comunicadores sociales dedicados a la desinformación, presuntos "ingenuos escritores de cartas de lectores, hasta algunos pocos dignatarios de diferentes credos religiosos, sin dejar de lado a nuestras llamadas ONG´s con diferentes sellos de goma, pequeños clanes de Madres, Abuelas, Hijos y demás familiares de los terroristas caídos en las luchas de los 70".

Su falso mensaje es el de siempre, invariable, el que comenzaron en 1969 con las primeras barbaridades de los Bin Laden locales, ¿O que otra cosa fueron los Firmenich, Santucho y sus secuaces, los mataron como nunca justamente en pleno gobierno legal peronista del 73 al 76, del partido por el cual decían haber luchado antes?.

A la primera parte dedican dos o tres renglones breves, pero demuestran una falta de realismo. No se percatan de algo esencial, con la salvajada de las Torres Gemelas, con las vidas de los miles de inocentes inmolados, se derrumbó el falso edificio que construyeron, el de los derechos humanos al solo servicio de los terroristas revolucionarios o fundamentalistas.

Están viviendo una mentira real, son unos hipócritas asesinos.