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Un análisis político serio que solo a Juan puede interesarle
Enviado por el día 27 de Abril de 2004 a las 03:43
Juan,
Te mando esta interesante nota sobre el caso Blumberg y sus proyecciones en la puja política actual. Es un análisis serio, solo a vos puede interesarte. Que los demás sigan perdiendo el tiempo con esa basura anticastrista que los yanquis difunden para consumo de los sudacas subnormales. Saludos.


EL SEÑOR BLUMBERG
Y LA CIUDADANÝA DECENTE
por Osvaldo Calello

Las dos movilizaciones promovidas por Juan Blumberg constituyeron el acontecimiento político más importante desde que la masacre en el Puente Pueyrredón, a mediados de 2002, obligó a Eduardo Duhalde a adelantar más de seis meses la entrega del gobierno. Convocada por un núcleo de alta clase media, una imponente masa, predominantemente de pequeña burguesía, desbordó la plaza de los Dos Congresos unificada por una sola consigna: seguridad. La amplitud de la movilización echó luz sobre cuales son los temores y los reclamos de una parte decisiva de la sociedad argentina. En este sentido la consigna convocante obró como el nombre de una ausencia: la ausencia de un orden público en condiciones de reducir el reino de la contingencia a las dimensiones más previsibles de una vida ciudadana normal. Sin embargo, la respuesta a la convocatoria demostró algo más.

El señor Blumberg hizo un llamado a la “gente decente”y alcanzó el logro nada desdeñable de que la ciudadanía distinguida traspusiera las rejas y cercos de countries y barrios privados, y se mezclara en una abigarrada multitud. Por supuesto sin identificaciones políticas o sindicales.
¿Para ese selecto núcleo de la ciudadanía, Sandra Cabrera, compañera de la Asociación de Mujeres Meretrices de Argentina, asesinada por la policía rosarina, o Maximiliano Kosteki y Darío Santillán, compañeros del MTD asesinados por la policía bonaerense, formaban parte de la “gente decente”? ¿Y a las víctimas del “gatillo fácil”, cómo habría que clasificarlas?

Además de realizar una contundente demostración de capacidad convocante, el señor Blumberg hizo patente que tiene una solución para la crisis de seguridad, e hizo firmar a miles de sus seguidores un petitorio para dar impulso a las medidas que deben tomar el gobierno y los legisladores, de modo de encarrilar la situación. Dejando de lado el hecho de que la gran mayoría firmó un papel en blanco, sin detalle alguno de los reclamos, el “petitorio por Axel” es un conjunto de fórmulas dirigidas centralmente a aumentar el rigor de las penas, incluyendo la reducción a 14 años de la edad de imputabilidad. Sin embargo, el planteo deja intacta la actual estructura de seguridad, cuya corrupción, en combinación con la naturaleza mafiosa que ha adquirido la organización política en distintos niveles del aparato estatal, particularmente en el Gran Buenos Aires, constituye el principal origen de la violencia y el delito.

Así considerada, la “solución Blumberg” es un planteo de derecha destinado a abordar un reclamo de alcance general. Está en línea con las iniciativas para modificar el Código de Convivencia de la ciudad de Buenos Aires, propuestas por las fuerzas que encabezan Patricia Bullrich y Mauricio Macri. Y no fue casual que la convocatoria a la plaza de los Dos Congresos fuera motorizada por los medios del centro y la derecha, desde el “respetable” diario de los Mitre hasta la radio-cloaca de Hadad, pasando por el grupo Clarín.

Semejante presión social y mediática no podía menos que repercutir violentamente sobre el Congreso, y poner en evidencia que la crisis de representatividad que estalló a fines del 2001, sigue ahí y puede reaparecer en el momento menos esperado. El señor Blumberg se instaló en las dos cámaras como una suerte de interventor, amonestó a los diputados por perder el tiempo en dilatadas deliberaciones, y retó a un grupo de ellos que se retiró en protesta del recinto porque se les había negado el derecho a la palabra. En cambio elogió al Senado, de composición más conservadora, y a decir verdad, el aguantadero de donde salió la corrupta Ley Banelco, entre otras.

¿Por Axel o por la hegemonia?
Para las fuerzas de la derecha el “caso Axel” se ha convertido en el terreno de una batalla política de capital importancia, y en esa dirección han desplegado una intensa campaña propagandística destinada a llenar de contenido el vacío que evoca el reclamo generalizado de seguridad. Los que hacen el papel de intelectuales orgánicos de la burguesía desde los periódicos, y en general desde los medios de difusión y algunas ONG, han encontrado en el término “seguridad” lo que ciertos posmodernos o posmarxistas denominan un “significante vacío”: un terreno de lucha en condiciones de ser hegemonizado por uno u otro contenido de clase. Para los ejecutores de esta operación simbólica, se trata de armar una cadena que establezca signos de equivalencia entre “seguridad”, “represión”, “reordenamiento social”. De forma tal, la derecha busca una oportunidad de reorganizar sus filas confiriendo contenido a lo que buena parte de la sociedad vive como un vacío: la ausencia de un orden social en condiciones de asegurar la seguridad en el plano público y privado.

En esta secuencia simbólica, el discurso de la derecha tiende a establecer subliminalmente una relación de proximidad entre el pobre, el indigente, el piquetero y el delincuente. La hostilidad e irritación de las señoras y señores del barrio norte y de los countries ante la presencia de algunos movimientos de desocupados en el acto frente al Palacio de Tribunales durante la segunda convocatoria, habló a las claras de cómo la parte más retrógrada de la sociedad argentina recorre uno a uno los eslabones de esa cadena de equivalencias. Sobre esta suerte de asociación de ideas machacan insistentemente las usinas ideológicas del status quo, hasta transformarla en una relación de sentido común. Es el famoso sentido común del que se proclama portador el señor Blumberg; sentido común que, según dice, también posee la señora que trabaja en su casa, pero del que –afirma-, carece su esposa.

Simultáneamente, el cierre simbólico en torno a la sucesión pobreza-marginalidad-delincuencia, está orientado a bloquear una apertura de contenido totalmente diferente, en la cual la marginación y la inseguridad están asociadas a la concentración sin igual de la riqueza y a la corrupción del conjunto institucional. En esta secuencia, en cambio, las víctimas cotidianas de la violencia de las bandas delictivas y de los aparatos de seguridad pública son los sectores socialmente desplazados. A modo de ilustración: la Correpi tiene detectados 1.500 casos de personas asesinadas por fuerzas policiales y de seguridad, en el marco de la práctica del “gatillo fácil”.

Lo que está en curso, por lo tanto, es una batalla ideológica para reorientar el comportamiento de una parte decisiva de la sociedad. Una batalla que justamente se libra centralmente en el terreno de la clase media, cuyas capas son las más inestables, oscilantes e influenciables. En este sentido el “caso Axel” ha demostrado que la crisis de representatividad que estalló en diciembre de 2001 no ha sido clausurada, y que de su resolución depende el balance del poder y la direccionalidad política de la Argentina posmenemista.


De diciembre de 2001 a abril de 2004
Más allá de las miradas que interpretan los acontecimientos históricos como producto de una conspiración, la caída del régimen de De la Rúa, fue el resultado de la movilización espontánea, básicamente de la clase media que en la noche del 19 de diciembre se volcó a la Plaza de Mayo para repudiar al gobierno que había votado dos años atrás. La crisis de representatividad que se hizo patente en ese momento, encerraba en el fondo una crisis de hegemonía, consistente en el hecho de que la ideología que había cimentado el discurso dominante en los 90’, había perdido influencia en amplias capas de la sociedad. Sin embargo, sin organización ni dirección política, el “que se vayan todos” no era otra cosa que una consigna sin programa. A partir de esta ausencia el régimen de partidos tradicionales logró asegurarse una salida electoral y reestablecer provisoriamente el aparato institucional. Dentro del bloque de clases dominantes se modificaron las correlaciones internas a favor de las fracciones de la burguesía exportadora, en detrimento del capital financiero, pero a pesar de las tensiones internas el bloque conservó intacta su unidad. En consecuencia, lo que predominó a la salida de la crisis fueron las líneas de continuidad con el patrón de acumulación de los años 90’. La sociedad argentina repudió los comportamientos, costumbres y excentricidades que impuso por diez años el menemismo, prolongados luego por la Alianza, pero no terminó de romper con el modelo de capitalismo dependiente, controlado por las diversas fracciones de la burguesía monopolista. A su vez, el duhaldismo, corriente a cargo de la administración estatal luego del derrumbe del gobierno de De la Rúa, no logró imponer una continuidad político-institucional bajo la modalidad de centroderecha, dada la negativa de Reutemann a la candidatura presidencial, y debió conformarse con la variante de centroizquierda que encarnó el kirchnerismo.

Sin embargo, el gobierno de Kirchner es, en su forma actual, una solución provisoria al problema del poder. El kirchnerismo es la expresión de una fracción de pequeña burguesía progresista que, a través de la proclamada reconstrucción del capitalismo nativo, intenta dar curso a un programa centrado en los intereses de la burguesía nacional. En este sentido es un régimen inestable y contradictorio. Las fracciones del gran capital local, que estaban colocadas en dólares en el exterior, fueron las beneficiadas con la devaluación y, simultáneamente, con la pesificación de sus deudas contraídas en el país. Históricamente vinculada al capital imperialista, la gran burguesía se enriqueció gracias a los distintos negocios especulativos que desde 1977 posibilitó la apertura financiera de Martínez de Hoz y siguió haciendo fortuna gracias a las privatizaciones de la década menemista. Orientada hacia la exportación o hacia las franjas sociales de más altos ingresos, hace tres décadas que la fracción más concretada del capitalismo local ha dejado de considerar el salario como equivalente de mercado interno. A su vez las capas medias y bajas de la burguesía no tienen una política independiente. Oscilan entre el gran capital, del que son en buena medida ideológicamente tributarias y un acuerdo con los trabajadores, pero puestas en una situación límite, en general prefieren la “flexibilización laboral” a la ruptura del trato extorsivo que le imponen las grandes corporaciones.

En consecuencia el kirchnerismo, como lo ponen en evidencia las crecientes tensiones dentro del partido oficialista, es un régimen inestable, sujeto a un juego de múltiples presiones, encaminadas a asegurar en un sentido o en otro el rumbo definitivo. Desde esta perspectiva el escándalo en congreso del PJ, con predominio de los sectores conservadores o simplemente retrógrados, o el acercamiento del matrimonio Duhalde a Menem, así como el acuerdo del ex presidente con Macri en la Capital, ambos movimientos orientados a reorganizar el campo del centroderecha, constituyen la evidencia de que la crisis de representatividad lejos de haber quedado saldada, ha de tender a reaparecer cada vez con mayor frecuencia. En definitiva, lo que está en juego es la naturaleza de la construcción hegemónica que influirá sobre las concepciones, los comportamientos y el imaginario de una parte decisiva de la sociedad durante todo un período. La derecha ha logrado insertar el “caso Axel” en el centro de ese campo de batalla. Por lo tanto, desarticular el discurso del sentido común constituye el primer paso hacia una construcción contrahegemónica, abierta en una dirección nacional y democrática, popular y antiimperialista con vistas a dar una respuesta estratégica a la crisis del país.


Re: Un análisis político serio que solo a Juan puede interesarle
Enviado por el día 28 de Abril de 2004 a las 01:16
A mí me interesó... Y dudo que juan salvo haya leído a Laclau para saber de cadenas simbólicas y demás... De hecho estoy de acuerdo con cierta parte del análisis. En efecto hay una lucha por la hegemonía dentro la clase formadora de opinión, y en efecto algunos intentan hacer equivaler a "seguridad" con "represión" (y no, por ejemplo, con "libertad"). Pero el artículo se equivoca si cree que la "espontaneidad" de Diciembre del 2001 no operó de manera similar. Aquella vez fue el corralito (como ahora la seguridad) el que articuló verticalmente la cadena de demandas hasta entonces dipersas.

Y de más está decir que cuando el artículo se pone reduccionista-economicista ya carece de todo interés y rigor.
Re: Re: Un análisis político serio que solo a Juan puede interesarle
Enviado por el día 28 de Abril de 2004 a las 04:29
Laclau tiene el mismo origen político que el autor de esta nota. Ambos militaron juntos hace varias décadas. Pero Laclau abandonó la Argentina hace ya muchos años y se dedicó a la actividad académica en la Universidad de Essex. El autor de esta nota, en cambio, se quedó aquí para luchar por la conformación de una corriente político ideológica que transformara la Argentina. Es la diferencia entre un profesor y un revolucionario.

Saludos,
Re: Re: Re: Un análisis político serio que solo a Juan puede interesarle
Enviado por el día 30 de Abril de 2004 a las 03:48
Me parece que tiene bastante más peso en las discusión de las ideas en el país (ni que hablar del mundo) Laclau que este tipo...
Re: Re: Re: Re: Un análisis político serio que solo a Juan puede interesarle
Enviado por el día 30 de Abril de 2004 a las 04:08
Laclau tiene el apoyo de los grandes aparatos propagandísticos europeos. Es un "académico prestigioso" de una Universidad inglesa y eso le asegura prensa y calor mediático. El autor de la nota es un intelectual revolucionario argentino que decidió vivir acá y luchar acá. Es un personaje anónimo que carece de espacio en las Universidades de la Argentina colonizada.

Laclau se vio favorecido además por el enorme retroceso de las ciencias sociales en las décadas de hegemonía neoliberal-conservadora, ideología esta que se correspondía a las mil maravillas con sus vaguedades posmodernas destinadas a quebrar en el plano del pensamiento cualquier tentativa de resistencia contrahegemónica y revolucionaria.

Te recomiendo la lectura de un excelente novelista inglés, David Lodge, que con su pluma magistral satiriza y desnuda la podredumbre intelectual de los ambientes académicos de Gran Bretaña y EE.UU..

Saludos,
Re: Re: Re: Re: Re: Un análisis político serio que solo a Juan puede interesarle
Enviado por el día 1 de Mayo de 2004 a las 04:52
De nuevo el simplismo. Laclau no es lo que es "por el apoyo de los grandes aparatos propagandísticos europeos". Con o sin ese apoyo, sus ideas me siguen pareciendo buenas. Lo que haga en su vida privada (ser un "intelectual revolucionario" -¿lo qué?- o un burgués londinense) me chupa un huevo. Si el autor de esa nota desarrolla un día una teoría tan compleja y sutil (posmoderna, sí; pero nada de "vaguedades") como la de Laclau, bien por él. Pero entre sus fracasos como revolucionario, y los éxitos de Laclau como pensador, me quedo con lo último...