Hispanoamérica
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Integración desintegradora
Enviado por el día 4 de Diciembre de 2005 a las 13:38
Integración desintegradora
por Ignacio De León
http://www.cedice.org.ve/detalle.asp?ID=613
Es inexcusable que México se sorprenda por los desplantes del presidente venezolano. ¿Acaso no fue el mismo sujeto que intentó estampar un fraternal beso criollo en las arrugadas mejillas de esa buena ancianita, la Reina Isabel de Inglaterra, quien seguramente pensaba que Dios ya le iba a dar tregua, luego de soportar por toda una vida los escándalos de su familia? Tomado del Diario Tal Cual, 18 de Noviembre de 2005
¿Cómo sorprenderse ahora de que el presidente Chávez decida en su programa dominical descargarse, uno por uno, a todos los presidentes de América, divulgando videos privados, y afincándose en el “lacayo”, Fox? Con seguridad, más que pretender insultar al presidente mexicano, Chávez estaría pensando en la oportunidad de mostrarnos a todos lo bien que conoce la copla llanera de Florentino; “salir espinao”, y todo ese folklore. En su percepción, estas son nimiedades, juegos de palabras, simples retruécanos; nada que merezca llamar a casa los embajadores. Por eso a Miraflores le sorprende la reacción del gobierno azteca; no hay por qué enfadarse.
Lamentablemente estas son las nimiedades que colocan bombas atómicas sobre estrategias pacientemente construidas por generaciones de diplomáticos. Venezuela tiene que elevar su perfil en Centroamérica y el Caribe para lo cual necesita entenderse con la potencia regional, México. Esta era la razón de suscribir en1980 suscribiendo el Pacto de San Jose, dejando atrás una rivalidad histórica que comenzó desde que Bolívar propusiera al gobierno mexicano en 1825, sin éxito, invadir la isla de Cuba con una armada, para liberarla de la corona española. Ahora la rivalidad es energética, como lo puso de manifiesto el reciente anuncio mexicano de construir una refinería en Centroamérica. Venezuela está perdiendo la batalla, porque su diplomacia apuesta al incordio y la contradicción de los hechos con la palabra. Bastaba con ver la cara de circunstancia del Canciller Ali Rodriguez Araque, declarando ayer exactamente lo contrario a lo dicho por él a la prensa mexicana el día viernes. Es un gobierno que habla de integración, pero coloca al mando del ministerio respectivo al señor Gustavo Márquez, quien hizo su debut en el gabinete cerrando comercialmente la frontera con Colombia, nuestro segundo socio comercial, frustrando la decisión andina de liberar el transporte de carga, para perjuicio de los consumidores venezolanos.
Por eso, cada vez que el gobierno venezolano eleva sus votos por la integración de los pueblos, los demás latinoamericanos se persignan. Saben que tarde o temprano el desplante les tocará a ellos. El ex – presidente brasileño Cardoso lo sabe, y por eso ha cuestionado el ingreso de Venezuela al MERCOSUR. Sabe que de un gobierno del cual se puede esperar cualquier cosa, no conviene integrarse, ni para atenderle el teléfono.
por Ignacio De León
http://www.cedice.org.ve/detalle.asp?ID=613
Es inexcusable que México se sorprenda por los desplantes del presidente venezolano. ¿Acaso no fue el mismo sujeto que intentó estampar un fraternal beso criollo en las arrugadas mejillas de esa buena ancianita, la Reina Isabel de Inglaterra, quien seguramente pensaba que Dios ya le iba a dar tregua, luego de soportar por toda una vida los escándalos de su familia? Tomado del Diario Tal Cual, 18 de Noviembre de 2005
¿Cómo sorprenderse ahora de que el presidente Chávez decida en su programa dominical descargarse, uno por uno, a todos los presidentes de América, divulgando videos privados, y afincándose en el “lacayo”, Fox? Con seguridad, más que pretender insultar al presidente mexicano, Chávez estaría pensando en la oportunidad de mostrarnos a todos lo bien que conoce la copla llanera de Florentino; “salir espinao”, y todo ese folklore. En su percepción, estas son nimiedades, juegos de palabras, simples retruécanos; nada que merezca llamar a casa los embajadores. Por eso a Miraflores le sorprende la reacción del gobierno azteca; no hay por qué enfadarse.
Lamentablemente estas son las nimiedades que colocan bombas atómicas sobre estrategias pacientemente construidas por generaciones de diplomáticos. Venezuela tiene que elevar su perfil en Centroamérica y el Caribe para lo cual necesita entenderse con la potencia regional, México. Esta era la razón de suscribir en1980 suscribiendo el Pacto de San Jose, dejando atrás una rivalidad histórica que comenzó desde que Bolívar propusiera al gobierno mexicano en 1825, sin éxito, invadir la isla de Cuba con una armada, para liberarla de la corona española. Ahora la rivalidad es energética, como lo puso de manifiesto el reciente anuncio mexicano de construir una refinería en Centroamérica. Venezuela está perdiendo la batalla, porque su diplomacia apuesta al incordio y la contradicción de los hechos con la palabra. Bastaba con ver la cara de circunstancia del Canciller Ali Rodriguez Araque, declarando ayer exactamente lo contrario a lo dicho por él a la prensa mexicana el día viernes. Es un gobierno que habla de integración, pero coloca al mando del ministerio respectivo al señor Gustavo Márquez, quien hizo su debut en el gabinete cerrando comercialmente la frontera con Colombia, nuestro segundo socio comercial, frustrando la decisión andina de liberar el transporte de carga, para perjuicio de los consumidores venezolanos.
Por eso, cada vez que el gobierno venezolano eleva sus votos por la integración de los pueblos, los demás latinoamericanos se persignan. Saben que tarde o temprano el desplante les tocará a ellos. El ex – presidente brasileño Cardoso lo sabe, y por eso ha cuestionado el ingreso de Venezuela al MERCOSUR. Sabe que de un gobierno del cual se puede esperar cualquier cosa, no conviene integrarse, ni para atenderle el teléfono.
