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Un vistazo a un marxista venezolano:Ludovico Silva
Enviado por el día 22 de Diciembre de 2005 a las 15:22
De acuerdo con Ludovico Silva, la filosofía no debía centrarse en preguntas sobre el ser, sino ocuparse de los entes.
De esta manera declaró la inutilidad de toda pretensión por explicar el universo en su totalidad mediante sistemas filosóficos cerrados.
Como parte central de sus reflexiones, se ubicaron los entes sociales, los cuales abordó con una orientación marxista que interpretaba lo que ocurría históricamente a los seres particulares.
Esto le condujo a sostener una concepción contra la verdad universal, proponiendo cambiarla por la observación de verdades particulares, o lo que cada uno ve como hombre particular.
Según Silva, en lugar de repetir o parafrasear a los grandes filósofos, de lo que se trata es de transformarlos, superarlos para adecuarlos a las nuevas realidades sociales.
Por tanto, dentro de esta posición transformadora y superadora, se dio a la tarea de redactar un diccionario del marxismo heterodoxo, tratando de mostrar la actualidad y vigencia de conceptos marxistas, a través de la aplicación de tales categorías a la realidad latinoamericana; conceptos tales como: dialéctica, materialismo dialéctico, alineación o ideología.
Para Ludovico Silva, la dialéctica marxista no era más que un método para la presentación de los hechos históricos según su dinámica estructural.
Respecto al materialismo dialéctico, rechazó la idea de concebirlo como un sistema filosófico.
En relación con la alineación, Silva negó que fuese un factor antropológico, es decir, esencial a la naturaleza humana y propuso verla como un fenómeno histórico.
Al ocuparse del concepto de ideología, trazó una detallada historia del vocablo, llegando a la conclusión de que la ideología era un sistema de valores, creencias y representaciones que generan las sociedades con relación de explotación; tales sociedades, con el objeto de justificar esa explotación, la consagran en la mente de los hombres como algo natural e inevitable, como algo esencial.
Por el contrario, consideró lo ideológico como algo determinado por la estructura social, pero no mecánicamente, sino dialécticamente, lo que implica su carácter reversible y cambiante.
Por otra parte, abogó Silva por una estrecha unión entre la filosofía y la literatura, y por superar la falsa dicotomía según la cual el literato se dedica al ser concreto y particular, mientras que el filósofo se compromete con lo abstracto y lo general.
Entre las principales obras de Ludovico Silva figuran: La alineación como sistema: teoría de la alineación en la obra de Marx (1983); La alineación en el joven Marx (1979); Antimanual para uso de marxistas, marxólogos y marxianos (1976); y Contracultura (1980).
De esta manera declaró la inutilidad de toda pretensión por explicar el universo en su totalidad mediante sistemas filosóficos cerrados.
Como parte central de sus reflexiones, se ubicaron los entes sociales, los cuales abordó con una orientación marxista que interpretaba lo que ocurría históricamente a los seres particulares.
Esto le condujo a sostener una concepción contra la verdad universal, proponiendo cambiarla por la observación de verdades particulares, o lo que cada uno ve como hombre particular.
Según Silva, en lugar de repetir o parafrasear a los grandes filósofos, de lo que se trata es de transformarlos, superarlos para adecuarlos a las nuevas realidades sociales.
Por tanto, dentro de esta posición transformadora y superadora, se dio a la tarea de redactar un diccionario del marxismo heterodoxo, tratando de mostrar la actualidad y vigencia de conceptos marxistas, a través de la aplicación de tales categorías a la realidad latinoamericana; conceptos tales como: dialéctica, materialismo dialéctico, alineación o ideología.
Para Ludovico Silva, la dialéctica marxista no era más que un método para la presentación de los hechos históricos según su dinámica estructural.
Respecto al materialismo dialéctico, rechazó la idea de concebirlo como un sistema filosófico.
En relación con la alineación, Silva negó que fuese un factor antropológico, es decir, esencial a la naturaleza humana y propuso verla como un fenómeno histórico.
Al ocuparse del concepto de ideología, trazó una detallada historia del vocablo, llegando a la conclusión de que la ideología era un sistema de valores, creencias y representaciones que generan las sociedades con relación de explotación; tales sociedades, con el objeto de justificar esa explotación, la consagran en la mente de los hombres como algo natural e inevitable, como algo esencial.
Por el contrario, consideró lo ideológico como algo determinado por la estructura social, pero no mecánicamente, sino dialécticamente, lo que implica su carácter reversible y cambiante.
Por otra parte, abogó Silva por una estrecha unión entre la filosofía y la literatura, y por superar la falsa dicotomía según la cual el literato se dedica al ser concreto y particular, mientras que el filósofo se compromete con lo abstracto y lo general.
Entre las principales obras de Ludovico Silva figuran: La alineación como sistema: teoría de la alineación en la obra de Marx (1983); La alineación en el joven Marx (1979); Antimanual para uso de marxistas, marxólogos y marxianos (1976); y Contracultura (1980).
Re: Un vistazo a un marxista venezolano:Ludovico Silva
Enviado por el día 22 de Diciembre de 2005 a las 15:37
Vaya,pues no estoy de acuerdo.La orientación debe hacerse en sentido contrario,la generalidad es simpre una suma de individualidades.
Los "entes sociales" son construcciones supraindividuales,difusas y poco esclarecedoras,solo son un reflejo,nunca una esencia.
Los "entes sociales" son construcciones supraindividuales,difusas y poco esclarecedoras,solo son un reflejo,nunca una esencia.
