Hispanoamérica

En varias ocasiones he mencionado aquí la situación pre-revolucionaria (en el sentido "latino-socialista" del término) de Bolivia. Hoy tenemos en El Mundo una nueva indicación de que las cosas van por el camino más habitual en estos casos:
"El presidente boliviano, Carlos Mesa, recibió ayer un mensaje en el cual los dirigentes sindicales amenazan con sublevar al pueblo si el Gobierno se atreviera a exportar gas a la Argentina."
Carlos Mesa, un presidente que lo es gracias a la amplia experiencia que tienen los sindicatos y las minorías indígenas en esto de sublevar al pueblo, ya ha propuesto la renacionalización de todas las reservas de hidrocarburos del país, para lo que pretende convocar un referéndum. Sabe que necesita la fuente de ingresos que supondría un acuerdo de exportación de gas con algún país vecino para evitar perder el control del estado y sabe también que ese país no puede ser Chile, quizás el más solvente para hacer negocios de este tipo en toda la región, ya que esos mismos sindicatos han recurrido reiteradamente a conflictos históricos que se remontan a 1887 para provocar tensiones demagógicas de corte nacionalista y aumentar su control sobre partes cada vez mayores del poder estatal. La otra opción, que por simpatía ideológica bien podría haber satisfecho a los sindicalistas, era Argentina, por mucho que el país que crió a Maradona difícilmente esté en situación de garantizar estabilidad en este tipo de acuerdos. Ni siquiera esta jugada parece satisfacer a los cocaleros y amiguitos de lo ajeno, que prefieren ver a su patria arruinada pero en sus manos a que una estabilización temporal de la situación económica del país permita a sus ciudadanos tomarse un respiro para plantearse hacia donde les dirigen los demagogos de turno.

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