Hispanoamérica
Estos foros están cerrados. Podéis debatir en Red Liberal.
El valiente cardenal venezolano
Enviado por el día 2 de Marzo de 2006 a las 02:31
El valiente cardenal venezolano
Aníbal Romero*
http://www.aipenet.com/articulo_semanal.asp?Articu...
Caracas (AIPE)- En 1938, el destacado filósofo político cristiano Eric Voegelin escapó de Hitler y se refugió en Estados Unidos. Años después regresó a Alemania y dictó un ciclo de conferencias que generó polémica. En sus exposiciones denunció el manto de olvido que sus conciudadanos pretendían tender sobre el pasado nazi y aseveró que la culpa por lo ocurrido no podía atribuirse exclusivamente a la maldad de un individuo, sino que la sociedad entera tenía que admitir sus responsabilidades. Citando a Heráclito, enfatizó que ninguno de nosotros tiene el derecho a ser "idiotes", "stultus", o "estúpidos" en materia política. Dicho de otra manera, no tenemos excusas morales para la abdicación ante el mal, en especial cuando éste se exhibe a nuestros ojos con la claridad meridiana que en ocasiones asume.
La homilía pronunciada recientemente por el cardenal Rosalio Castillo Lara quiso transmitir, en otro contexto y circunstancias, un mensaje similar al que Eric Voegelin dirigió a sus compatriotas en la Universidad de Munich en 1964. Cuando se trata de distinguir entre el bien y el mal, no tenemos derecho a refugiarnos en medias tintas y eufemismos. Es éticamente imperativo mirar las cosas en su cruda realidad y adoptar una postura inequívoca. La homilía del cardenal venezolano nos colocó ante esa disyuntiva y lo hizo con acierto, coraje, sentido patriótico y clara conciencia de su misión pastoral. Los que sostienen que no lo hizo en el momento y marco adecuados pierden de vista que semejante argumento no es sino una excusa que desvía la atención de lo esencial: el llamado de libertad formulado por el prelado católico.
En efecto, si la Casa de Dios no es la casa de la dignidad humana, entonces no es Casa de Dios. Y si la dignidad humana no es lo mismo que la libertad del ser humano, entonces no existe la dignidad humana. Como varios predecesores suyos -el Cardenal Mindszenty en Hungría bajo el comunismo, el Cardenal Miguel Ovando y Bravo en la Nicaragua sandinista y el Obispo mártir Oscar Arnulfo Romero en El Salvador-, el cardenal venezolano se echó sobre sus frágiles hombros todo el peso de su misión pastoral, al implorarle a la Madre de Dios que interceda con su Hijo y nos conceda a los venezolanos "la alegría de la recuperada libertad".
Hacía tiempo que no experimentaba con respecto un venezolano, en cualquier ámbito de la vida nacional, una admiración tan grande como la que sentí ese día, y sigo sintiendo, hacia Rosalio Castillo Lara. Esa figura físicamente endeble, de edad avanzada, aparentemente solitaria en medio de la multitud, vilipendiada y amenazada por el régimen canalla que impera en Venezuela, se alzó como un coloso moral y leyó un documento que será reivindicado por los historiadores de mañana como un texto fundamental en defensa de la dignidad de los venezolanos.
Aníbal Romero*
http://www.aipenet.com/articulo_semanal.asp?Articu...
Caracas (AIPE)- En 1938, el destacado filósofo político cristiano Eric Voegelin escapó de Hitler y se refugió en Estados Unidos. Años después regresó a Alemania y dictó un ciclo de conferencias que generó polémica. En sus exposiciones denunció el manto de olvido que sus conciudadanos pretendían tender sobre el pasado nazi y aseveró que la culpa por lo ocurrido no podía atribuirse exclusivamente a la maldad de un individuo, sino que la sociedad entera tenía que admitir sus responsabilidades. Citando a Heráclito, enfatizó que ninguno de nosotros tiene el derecho a ser "idiotes", "stultus", o "estúpidos" en materia política. Dicho de otra manera, no tenemos excusas morales para la abdicación ante el mal, en especial cuando éste se exhibe a nuestros ojos con la claridad meridiana que en ocasiones asume.
La homilía pronunciada recientemente por el cardenal Rosalio Castillo Lara quiso transmitir, en otro contexto y circunstancias, un mensaje similar al que Eric Voegelin dirigió a sus compatriotas en la Universidad de Munich en 1964. Cuando se trata de distinguir entre el bien y el mal, no tenemos derecho a refugiarnos en medias tintas y eufemismos. Es éticamente imperativo mirar las cosas en su cruda realidad y adoptar una postura inequívoca. La homilía del cardenal venezolano nos colocó ante esa disyuntiva y lo hizo con acierto, coraje, sentido patriótico y clara conciencia de su misión pastoral. Los que sostienen que no lo hizo en el momento y marco adecuados pierden de vista que semejante argumento no es sino una excusa que desvía la atención de lo esencial: el llamado de libertad formulado por el prelado católico.
En efecto, si la Casa de Dios no es la casa de la dignidad humana, entonces no es Casa de Dios. Y si la dignidad humana no es lo mismo que la libertad del ser humano, entonces no existe la dignidad humana. Como varios predecesores suyos -el Cardenal Mindszenty en Hungría bajo el comunismo, el Cardenal Miguel Ovando y Bravo en la Nicaragua sandinista y el Obispo mártir Oscar Arnulfo Romero en El Salvador-, el cardenal venezolano se echó sobre sus frágiles hombros todo el peso de su misión pastoral, al implorarle a la Madre de Dios que interceda con su Hijo y nos conceda a los venezolanos "la alegría de la recuperada libertad".
Hacía tiempo que no experimentaba con respecto un venezolano, en cualquier ámbito de la vida nacional, una admiración tan grande como la que sentí ese día, y sigo sintiendo, hacia Rosalio Castillo Lara. Esa figura físicamente endeble, de edad avanzada, aparentemente solitaria en medio de la multitud, vilipendiada y amenazada por el régimen canalla que impera en Venezuela, se alzó como un coloso moral y leyó un documento que será reivindicado por los historiadores de mañana como un texto fundamental en defensa de la dignidad de los venezolanos.
Re: El valiente cardenal venezolano
Enviado por el día 2 de Marzo de 2006 a las 02:34
El cardenal dijo verdades decisivas, en particular que "los siete años de gobierno ofrecen abundantes muestras de cómo será el futuro de Venezuela si este régimen se perpetúa". Por encima de todo ubicó el eje de la lucha en el terreno que corresponde: el de la libertad. De esta forma, el cardenal puso de manifiesto un nítido contraste con buena parte de los dirigentes políticos y supuestos "precandidatos" de la oposición venezolana, que son incapaces de actuar por convicción genuina, de mirar de frente el mal que tienen ante sus ojos y denunciarlo, y se pasan la vida saltando de banalidad en banalidad, y de ambigüedad en ambigüedad, en lugar de levantar sin miedo las banderas de la libertad y la democracia.
También contrastó Castillo Lara como un gigante moral frente al resto de la jerarquía católica, con escasas excepciones, cuya falta de solidaridad será para ellos una mancha imborrable de vergüenza. Han sido también vergonzosos los intentos de ciertos editorialistas dirigidos a establecer una presunta equivalencia moral entre el gobierno y el cardenal como "extremistas" igualmente condenables. No hay equivalencia moral posible entre el mal y el bien, y el bien no es "extremista".
¿Cuál debe ser el programa de la oposición? Pues la libertad, la democracia y la dignidad de los venezolanos. Nadie luchará por propuestas puramente gerenciales y tecnocráticas de eficacia económica y paternalismo social. Nadie seguirá a los que sólo dicen: "Chávez no lo hace del todo bien, pero yo lo haré mejor". El pueblo sólo se movilizará por la libertad y la reconquista de la democracia. Como lo dijo el cardenal valiente.
___* Profesor de ciencia política, Universidad Simón Bolívar.
© www.aipenet.com
También contrastó Castillo Lara como un gigante moral frente al resto de la jerarquía católica, con escasas excepciones, cuya falta de solidaridad será para ellos una mancha imborrable de vergüenza. Han sido también vergonzosos los intentos de ciertos editorialistas dirigidos a establecer una presunta equivalencia moral entre el gobierno y el cardenal como "extremistas" igualmente condenables. No hay equivalencia moral posible entre el mal y el bien, y el bien no es "extremista".
¿Cuál debe ser el programa de la oposición? Pues la libertad, la democracia y la dignidad de los venezolanos. Nadie luchará por propuestas puramente gerenciales y tecnocráticas de eficacia económica y paternalismo social. Nadie seguirá a los que sólo dicen: "Chávez no lo hace del todo bien, pero yo lo haré mejor". El pueblo sólo se movilizará por la libertad y la reconquista de la democracia. Como lo dijo el cardenal valiente.
___* Profesor de ciencia política, Universidad Simón Bolívar.
© www.aipenet.com
Re: Re: El valiente cardenal venezolano
Enviado por el día 3 de Marzo de 2006 a las 03:28
Perdón por la herejía, pero este Cardenal que en un "agudo y científico" ejercicio de análisis sociológico, afirma que en Venezuela se enfrentan "el mal contra el bien", ¿qué posición asumió frente al golpe cívico-militar que intentó derribar a Chávez?.
No tengo el gusto de conocer al prelado, pero lo poco que se dice de él acá lo situa entre lo más reaccionario, antipopular y antidemocrático de la arcaica cúpula de la Iglesia Católica latinoamericana, que hace más de un siglo tomó partido (y cumplió invariablemente) por "la opción por los ricos".
Fue la Iglesia que bendijo a los torturadores y sicarios de las más crueles dictaduras que masacraron, entre otros, a auténticos cristianos que luchaban contra el poder, la pobreza y la injusticia, como enseñó Jesucristo.
Saludos
No tengo el gusto de conocer al prelado, pero lo poco que se dice de él acá lo situa entre lo más reaccionario, antipopular y antidemocrático de la arcaica cúpula de la Iglesia Católica latinoamericana, que hace más de un siglo tomó partido (y cumplió invariablemente) por "la opción por los ricos".
Fue la Iglesia que bendijo a los torturadores y sicarios de las más crueles dictaduras que masacraron, entre otros, a auténticos cristianos que luchaban contra el poder, la pobreza y la injusticia, como enseñó Jesucristo.
Saludos
Re: Re: Re: El valiente cardenal venezolano
Enviado por el día 3 de Marzo de 2006 a las 04:10
"Fue la Iglesia que bendijo a los torturadores y sicarios de las más crueles dictaduras que masacraron, entre otros, a auténticos cristianos que luchaban contra el poder, la pobreza y la injusticia, como enseñó Jesucristo."
Ese "entre otros" me supongo que incluye a los valientes del ERP y Montoneros, que como enseño jesucristo dejaban bombas en las calles o mataban niños "de la oligarquia" ¿no moro?
Ese "entre otros" me supongo que incluye a los valientes del ERP y Montoneros, que como enseño jesucristo dejaban bombas en las calles o mataban niños "de la oligarquia" ¿no moro?
