Hispanoamérica

ademas de negro, maricón y chavista , se puede ser mas desgraciado en esta vida . creo que no.

Demuestras total desconocimiento de lo que escribes. 1. Yo soy descendiente de esos hijos de puta españoles de la conquista, pero también desciendo de negros e indios, y pertenezco a la raza mestiza, sometida desde aquella época, por los españoles puros, que en mi país se reúnen en este lugar: www.club-union.com
2. yo no me planteo esa posibilidad, ya que no desciendo ni de las tribus Siux, Cherockee o Apaches, masacrados por los anglos; soy descendiente de las mujeres Zenúes, Guaymíes, Chocoes, violadas por españoles.
3. Chávez de Venezuela plantea un proyecto similar al que llevó adelante en Paraguay el Doctor Gaspar Rodríguez de Francia, proyecto que fue destruido por las oligarquías brasileña, argentina y uruguaya, blancos de mierda como tú.

El "bello arte" de la blasfemia

Es en el teatro de Bellas Artes de Madrid donde se representa una pieza teatral que ha sido titulada con una blasfemia. Con la blasfemia “común” entre los católicos habitantes de la parte hispánica de la piel de toro. Parece ser que el blasfemo título atraerá espectadores dispuestos a disfrutar de la belleza del arte de Talía. Hace unos meses un futbolista mexicano era despedido de un equipo de primera división. Un periodista le preguntaba cómo se sentía ante su fracaso deportivo. Respondía: “yo confío siempre en Dios, en este Dios del que tanto se acuerdan los españoles para insultarlo cada dos palabras”. En una pared de la zona colonial de esta ciudad desde donde escribo ha aparecido escrita con grandes caracteres la blasfemia que titula esa obra literaria del “Bellas Artes”, nunca oída en la boca de los nativos de este país. No es juicio temerario pensar que alguien ha exportado de España ese “bello” producto y lo expone en público; supongo que con la intención de mejorar el índice cultural de los dominicanos. Recuerdo que en las tabernas de mi región tiempo ha aparecía escrita la advertencia: “prohibido blasfemar y hablar de política”. Ahora la blasfemia es un modo de hacer política “cultural”. Un periodista ha expresado que en la blasfemia si en vez de la palabra Dios apareciera la de Alá, se hubiera habido un clamor general y político contra semejante irreverencia. Me pregunto yo: ¿Por respeto a Alá? No, por miedo a sus seguidores fanáticos. Gracias a ese Dios del que se blasfema, sus seguidores no somos fanáticos peligrosos y a ese Dios tampoco se le teme, ni merece respeto. Dentro de pocos días volveré a España, me temo que se repita la experiencia de otros regresos: ya en el avión sabré que estoy en “suelo español”, porque después de varios meses oiré alguna irreverencia o blasfemia en la boca de alguno de mis compatriotas. “¡País!” diría Forges.

Juan José de León Lastra, OP

¿lolaylo? Ja, ja, ja! Para mí que tú debes ser lo que en Panamá llamamos un "Tralalaila": Un pedazo de maricón.