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Hispanoamérica

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Mañana es el gran día SI VAMOS A GANAR
Enviado por el día 14 de Agosto de 2004 a las 16:47
EL 15-A nace la Venezuela posible, en donde todos cabemos, a partir de mañana los venezolanos pensaremos lo que nos de la gana, el domingo y para siempre no nos vamos a vestir de un color, no todo el mundo tiene que vestirse como quiera como le guste, eso es en otra parte que obligan a la gente a comer lo que ellos dicen, a vestir como ellos dicen, a caminar como ellos dicen, a pensar como ellos dicen y vestirse del color que ellos dicen, no, nosotros nos vestimos con el color que nos da la gana porque somos libres.

Y mañana no me vestire de un solo color como hacen los seguidores de Chavez(EN preaviso para irse del gobierno), Mañana me visto con los colores de la bandera nacional: AMARILLO, AZUL Y ROJO.


Que viva Venezuela Carajo.
Que viva la democracia.

SI AL FUTURO
Re: Mañana es el gran día SI VAMOS A GANAR
Enviado por el día 14 de Agosto de 2004 a las 17:18
Suerte para el pueblo venezolano, ke Dios ilumine sus mentes y voten con la razon.Ke lo ke el pueblo decida sea lo mas justo y feliz.
!!!!1SUERTE VENEZUELA!!!!!!!!
Yasmila_super_hispanoamerikana!!!!!!!!!
Re: Re: Mañana es el gran día SI VAMOS A GANAR
Enviado por el día 14 de Agosto de 2004 a las 21:42
Ojalá gane la libertad y manden a Cuba a ese fantoche grotesco. ¡Viva Venezuela!
Re: Mañana es el gran día SI VAMOS A GANAR una patada en el culo
Enviado por el día 16 de Agosto de 2004 a las 12:14
Joder con el "dictador", que no para de ganar elecciones y referendums. Esto es ganar, y no como Bush, haciendo trampas. ¿Por qué será que rara vez me equivoco en mis pronósticos?
Re: Mañana es el gran día SI VAMOS A GANAR
Enviado por el día 15 de Agosto de 2004 a las 08:25
Venezuela y la paliza a Chávez: sus causas y consecuencias

Carlos Alberto Montaner
Firmas Press, Agosto 14, 2004

El chavismo está cabizbajo. Sabe que va a perder por un amplio margen. La multitudinaria manifestación opositora del 12 de agosto contribuyó a subrayar lo que señalaban las encuestas más solventes: más del sesenta por ciento de los electores quiere que el revoltoso coronel se vaya con la música a otra parte, preferiblemente a Cuba. La paliza democrática será tan notable que ni siquiera habrá espacio para el fraude y la marrullería. No es posible escamotear ese millón de votos de ventaja que sacará la oposición, de acuerdo con la predicción del sociólogo Carlos Raúl Hernández, una de las voces más autorizadas del mundo académico venezolano.

Lo que va a acontecer en el referéndum es perfectamente razonable: la mayoría de los venezolanos perciben a Chávez como un incosteable charlatán que ha logrado el extraño contramilagro de hundir el país en medio de la mayor bonanza petrolera de su historia. En los últimos tres años de gobierno ―y lleva cinco― Chávez ha dilapidado, malversado y entregado a muchos de sus corruptos cómplices unos ingresos de más de cuarenta mil millones de dólares. Durante su permanencia en Miraflores el ex golpista ha visto aumentar el desempleo del 10 al 19% y subir cuatro puntos los ya altos niveles de pobreza. Miles de pequeñas, medianas y grandes empresas han cerrado sus puertas. La moneda se ha devaluado más de un 100%. El crimen se ha triplicado hasta convertir a Caracas en una de las ciudades más peligrosas del mundo.

Y luego siguen los agravios ideológicos. Con su talante chusco y pendenciero, en un tono navajero, entreverado con metáforas deportivas, Chávez ha insultado a la Iglesia, a los sindicatos, a los Estados Unidos, a Chile, a los empresarios, a los blancos, a las personas pudientes, a los universitarios, a Bush, Aznar y Berlusconi, y a casi todos los medios de comunicación.

Simultáneamente, por la otra punta ha hecho gala de sus afinidades electivas: “mi hermano” Fidel Castro, “mi hermano” Sadam Hussein, “mi hermano” Gadaffi, hasta completar una aterrorizante y extendida familia que incluye a la estalinista señora Bonafini, madre de la Plaza de Mayo y madrina de la etarrería más sanguinaria, Daniel Ortega, y hasta Pérez Esquivel, un argentino al que los suecos le entregaron una patente de corso disfrazada de Nobel para que se dedicara a la defensa sistemática de todos los enemigos de la libertad.

Tras el referéndum, en treinta días vendrán las elecciones y ya Chávez anunció que volverá a aspirar. Por ese periodo, le dejará el cargo al vicepresidente José Vicente Rangel, un siniestro personaje que tiene sus mismas ideas, pero un mayor grado de educación y prudencia. En todo caso, ¿cómo piensa Chávez que va a ganar dentro de cuatro semanas si acaban de rechazarlo estrepitosamente? El coronel confía en que la oposición, dividida, presente varios candidatos y atomice el voto. Pero no va a ocurrir. Ya existe entre los demócratas la decisión de acudir unidos a las urnas para ponerle punto final a esta emboinada pesadilla. El candidato probablemente sea Enrique Mendoza, gobernador del Estado de Miranda, un ex democristiano que se ha ganado el respeto y el liderazgo del país.

Hace cinco años, los venezolanos, borrachos de ilusión y decepcionados con los gobiernos democráticos, se metieron en la cama con un pintoresco tipo disfrazado de reformador social que intentó dar un golpe militar. Craso error. A la cama electoral hay que acudir siempre sobrio y acondonado para que no nos den gato por liebre. Al día siguiente comenzaron a descubrir la verdad: era un revolucionario oral de la sub especie caotizadora, convencido de que usando la brújula democrática se podía llegar al “mar de la felicidad” cubano. No va a ocurrir así. Chávez salió de la cárcel para ocupar el poder. No es extraño que ahora vuelva a la cárcel. Ha cometido una montaña de delitos.