Hispanoamérica

¿esto es lo que quieren?

El Gobierno del Distrito Federal desalojó con 100 granaderos y 50 sujetos vestidos de civil, perros de la policía y grúas, a dos familias que se negaron a vender parte de sus predios para que sobre ellos la administración local construya una vialidad o un estacionamiento.
Ernestina Paredes, una de las afectadas, contó que alrededor de las 10:00 de la noche del lunes pasado un trabajador del Gobierno capitalino, quien no se identificó, tocó la puerta de su vivienda ubicada en avenida Lomas de Plateros número 17 colonia Merced Gómez.
El empleado dijo buscar a Antonio Vásquez, esposo de Ernestina, para entregarle un documento firmado por el Oficial Mayor del DF, Octavio Romero.
—Dígame de qué se trata y yo se lo entrego —respondió la mujer.
—Es una orden de desalojo —respondió el trabajador.
Ernestina se comunicó con su abogado, quien le recomendó recibir el documento y no salir de la casa. “No le pueden hacer nada, porque no hay una notificación”, le planteó su defensor.
Detrás de su puerta, Ernestina dijo al trabajador que no podían desalojarla; con lo que el hombre indicó que pegaría el documento en su puerta. Al abrir para verificar lo anterior, se dio cuenta de que aún estaba afuera el notificador quien, dice, aprovechó para pedirle su credencial de elector, “me tomaron mis datos, pero no me dejaron ver el papel”.
Después de varios minutos de discusión, uno de los elementos de la SSP puso su pie en la puerta para impedir que cerrara.
“Mejor sálganse, no les va a pasar nada, pero los vamos a desalojar”, le advirtieron los policías que iban al mando del director general de Administración Inmobiliaria del DF, Javier González.
La familia Vásquez des-conocía que afuera de su casa ya esperaban más de cien personas para proceder a la inmediata demolición.
La razón. Ernestina fue sacada de su vivienda por la fuerza, pues se negó a vender nueve metros de su terreno para que se construya un estacionamiento o se amplíe la avenida Lomas de Plateros, esto, como consecuencia de la construcción del proyecto vial.
“Los policías se metieron a mi casa sin presentar ninguna orden de cateo. Buscaban mis escrituras, pero mi esposo se subió a la azotea y desde ahí me aventó una caja con todos los papeles”, contó.
Mientras Ernestina permanecía en la calle, Antonio brincó desde la azotea hasta una ventana. Enseguida los policías se formaron y colocaron sus toletes como escudos para impedir el paso de las personas al predio en disputa.
Los uniformados localizaron a Antonio, de aproximadamente 60 años, y comenzaron a golpearlo.
El médico legista que lo revisó, luego del desalojo, le comentó que los elementos le pegaron en la espinilla y le hicieron un hoyo con los casquillos de sus botas.
El hijo de Antonio, de aproximadamente 27 años, fue golpeado al igual que su hija de siete, a quien empujaron los policías y gritaron “enciérrate en ese cuarto y no salgas”.
Una de las maquinas tiró el zaguán del un negocio de hojalatería.

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