Hispanoamérica

Quiere entonces España ayudar a Iberoamérica? Veamos cómo. Mientras España asegura que su política exterior es la de un amigo que hace las veces de interlocutor frente a la Comunidad Económica Europea, Rodrigo Rato protesta airadamente contra Bruselas cuando Europa intenta eliminar los aranceles al plátano para el año 2006. Eso, para el analfabeto menos inteligente de nuestro maltratado continente, se llama hipocresía y se debe a la codicia, a la avaricia, a la cicatería, al egoísmo oportunista de José María Aznar. El resto, las explicaciones y las contraexplicaciones de sus ministros cortesanos frente a Madeleine Albright5, se le llama demagogia ibérica barata.

¿Quiere España ayudar a Cuba? ¿Cómo? ¿Criticando el embargo y dejando que todas las ganancias se las lleve Castro? ¿Acusando al embargo norteamericano de la pobreza en Cuba? No gracias señor Aznar. Dentro de la asnada los asnos gozan con Aznar. Allí, lo que quiere decir en Cuba, que no es más que una finca de Fidel Castro (el asno con barbas) administrada como si fuese una asnería al estilo de la granja del pequeño Napoleón (el cerdito inglés, no el francés), los asnos se reparten hoy las tierras robadas, las casas desalojadas, las fábricas confiscadas y un botín que, en el menos conocido de los casos, a ninguno de ellos jamás le ha pertenecido.