Hispanoamérica
Estos foros están cerrados. Podéis debatir en Red Liberal.
LA ULTREDERECHA ESTA alborotada
Enviado por el día 18 de Noviembre de 2006 a las 05:27
a ultraderecha y el stalinismo conviven y se identifican desde los opuestos. La historia contemporánea da certeza de tal identidad esencial que se deriva de una necesidad práctica de legitimarse mutuamente. En Venezuela Hugo Chávez llegó al poder montado en la ola de esta confluencia de corrientes de ultraderecha y de stalinismo, ambas hábilmente puestas a funcionar en un solo tono por Luis Miquilena, uno de los pocos que podia entrar a las casas de las viejas familias gomecistas-medinistas como a las de los ortodoxos del Partido Comunista. Hugo Chávez se convirtió en la esperanza de la ultraderecha para quitarse de encima ese reto de esfuerzo que siempre le significó el pensamiento plural de la democracia representativa. La ultraderecha como el stalinismo, no sabe pensar sino en una sola dirección, generalmente la que le dictan sus jefes, por ese miedo secular a la libertad que igual les viene de la religión, de la subordinaciòn económica, o de la jerarquizaciones pueblerinas, y fundamentalmente de aquella fobia a las ideas que hizo exclamar a un brutal general de la falanga española: “Cuando oigo la palabra inteligencia me llevó la mano a mi pistola”.
Durante ocho años de gobierno de Hugo Chávez la ultraderecha se ha sentido cómoda, justificada, se ha reorganizado. Cuando sus anacronismos parecen perder fuerza, Hugo Chávez les otorga alguna razón para levantar banderas. Lo que la ultraderecha le agradece devolviéndole con creces el favor, como fue el caso del “carmonazo”. Las masas democráticas huyen espantadas de una banda a la otra frente a los excesos del stalinismo o de la ultraderecha. Es el modelo de la Alemania de los años 30 del siglo pasado, cuando las escuadras de bandoleros tirapiedras del partido comunista y del nacional-socialismo se batian en las calles de Berlin, arrinconando al resto mayoritario del país. Ese juego les ha funcionado durante ocho años en Venezuela, al estilo criollo, con mas habladera de pistoladas y menos pistolas (afortunadamente). Pero como la sociedad venezolana no es estúpida, terminó por construir una opción de carácter democrático enfrentada al
Durante ocho años de gobierno de Hugo Chávez la ultraderecha se ha sentido cómoda, justificada, se ha reorganizado. Cuando sus anacronismos parecen perder fuerza, Hugo Chávez les otorga alguna razón para levantar banderas. Lo que la ultraderecha le agradece devolviéndole con creces el favor, como fue el caso del “carmonazo”. Las masas democráticas huyen espantadas de una banda a la otra frente a los excesos del stalinismo o de la ultraderecha. Es el modelo de la Alemania de los años 30 del siglo pasado, cuando las escuadras de bandoleros tirapiedras del partido comunista y del nacional-socialismo se batian en las calles de Berlin, arrinconando al resto mayoritario del país. Ese juego les ha funcionado durante ocho años en Venezuela, al estilo criollo, con mas habladera de pistoladas y menos pistolas (afortunadamente). Pero como la sociedad venezolana no es estúpida, terminó por construir una opción de carácter democrático enfrentada al
Re: LA ULTREDERECHA ESTA alborotada
Enviado por el día 18 de Noviembre de 2006 a las 05:28
bonapartismo de izquierda (stalinismo), pero no susceptible de servir a la ultraderecha para legitimarse y mucho menos para seguir vendiendo el “antichavismo” a precio de oro mientras sus grupos bancarios y empresariales aumentan geométricamente sus beneficios y subastan Venezuela a las transnacionales, sin sindicatos que los molesten, sin partidos populares que los cuestionen, porque el stalinsmo y la ultrederecha han impuesto transitoriamente un rígido modelo de subordinación a una u otra tendencia. Pero he aquí que la ultraderecha se encuentra con una candidatura popular, socialdemócrata, que reúne un amplio sector polìtico, sindical, gremial, que por igual rechaza al stalinismo como a la ultraderecha, que ha desenmascarado la falacia del supuesto carácter socialista del proyecto bonapartista de Hugo Chávez y la falsedad de la máscara democrática de la ultraderecha. Una candidatura rodeada de gente nacionalista con una noción de justicia social, que conoce el valor del recurso petrolero y que conoce el nacionalismo petrolero que las mayorìas demócratas vinieron practicando durante sesenta años. Una candidatura que no solo reconoce el valor del pluralismo polìtico sino que se mueve en él como pez en el agua. Todo eso le advierte a la ultraderecha que tendrá que ir a lamerse mutuamente sus heridas junto con el stalinismo, por igual, como fieras derrotadas que serán de la misma selva en que han pretendido sumergir a Venezuela todos estos años. Por eso está alborotada la ultraderecha, queriendo convertir la campaña de Rosales en una amenaza para las masas chavistas y al mismo tiempo denostando de Rosales en dosis homeopáticas pero diarias y constantes; porque ante la imposibilidad natural de enseñorear nuevamente a Venezuela la ultraderecha prefiere seguir jugando con el stalinismo el juego macabro de las tenazas, y mete constantemente el palo a la rueda del carro, frenando aquí y allá, sembrando cizaña, dudas, desconfianzas, quebrantando voluntades, propiciando la diletancia de la oposición democrática. La encrucijada de Venezuela el 3 de diciembre es por tanto entre democracia y bonapartismo de derecha e izquierda por igual. El 3 de diciembre tendrá que ser el triunfo de la razón del pluralismo sobre la pestilente antinomia ultraderecha-stalinismo. La encrucijada es entre la segmentación de Venezuela por dos tendencias que se unen desde los opuestos o la integración de una sola patria libre y plural.