Hispanoamérica
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Mis Condolezzas, Sra. Rice
Enviado por el día 28 de Enero de 2005 a las 19:39
MIS CONDOLEEZZAS, Sra. RICE
http://www.noticierodigital.com/forum/viewtopic.ph...">Portada de Tal Cual
¡Mira tú por donde vienen las vainas, distinguida analfabeta!, ¿quién se lo habría imaginado?
Todo el lío que se ha armado por tus secretas apetencias sexuales. Tú también tienes unas cosas: ¿qué necesidad tenías de meterte en el lío de Granda para enemistarnos con el país vecino? ¿Te costaba tanto decirnos a los venezolanos lo que requerías? Aquí hay mucha gente dispuesta a sacrificarse por la patria, encarnada en la súper dotada humanidad de Esteban de Jesús. Verdaderamente, ustedes las norteamericanas son incomprensibles: habiendo tanto gringo de ojos azules dispuesto, vienes a enamorarte de la persona equivocada. Merecida te tienes la arenga. Da gracias a Dios que no hubo referencia al día que te presentaste en el Congreso de los United States llevando pantalones (¡pantalones una mujer!, ¡qué bolas!), porque ibas comiendo arroz, Rice, no sé si te diste cuenta. Menos mal que el que te conté no se enteró, porque te habría dicho: “!No le des trapo, dale carne, mamita!” o “si como caminas cocinas, me lambo hasta la olla”.
Sinceramente, cómo se ve que en esas universidades norteamericanas regalan las notas, porque dicen que y que quedaste de primera no sé si de la Universidad de Denver (seguramente una universidad chimba de esas en que las carreras duran tres años), a la que dice una reseña tuya que entraste con 15 años y te graduaste de Ciencias Políticas de 19 (o sea, que encima repetiste un año). ¿Cuánto pagaste por ese título, Condoleezza? ¿Quién sabe a cuántos profesores les diste lo suyo? Leo también que fuiste víctima de la segregación racial. Entonces los segregacionistas no eran tan malos como los pintan.
Dices en una entrevista que “Mis padres me convencieron de que quizá no pudiera comer una hamburguesa en Woolworth, pero sí ser presidenta de los Estados Unidos”. Lamento decirte que tus papás se pelaron: Tú deberías estar es vendiendo hamburguesas en Woolworth. Dicen que tu madre te enseñó a tocar piano y que tu padre era pastor: Con razón estás como una cabra. En relación con lo del piano, dicen los entendidos que eres muy buena manejando el instrumento.!Ja,ja,ja,ja! También señalas que tus padres te enseñaron que la educación era la mejor armadura contra la segregación y los prejuicios. Te volviste a pelar, mamita: Como te hemos demostrado, la mejor arma es la falta de educación. Nosotros aquí, afortunadamente, sólo consideramos inferiores a los que realmente lo son, como es tu caso: Una mujer, por solo nombrar una de tus debilidades.
Bueno, mi negra. Eso era todo lo que quería decirte en este artículo políticamente correcto. No sé si se me pasó la mano.
No creo.
Ah, se me olvidaba. En relación con lo otro, lamento decirte que, por ahora, no se va a poder: el jefe tiene mejores ocupaciones, no sé si me entiendes. Mis Condoleezzas.
Cuídate, ricura.
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¡Mira tú por donde vienen las vainas, distinguida analfabeta!, ¿quién se lo habría imaginado?
Todo el lío que se ha armado por tus secretas apetencias sexuales. Tú también tienes unas cosas: ¿qué necesidad tenías de meterte en el lío de Granda para enemistarnos con el país vecino? ¿Te costaba tanto decirnos a los venezolanos lo que requerías? Aquí hay mucha gente dispuesta a sacrificarse por la patria, encarnada en la súper dotada humanidad de Esteban de Jesús. Verdaderamente, ustedes las norteamericanas son incomprensibles: habiendo tanto gringo de ojos azules dispuesto, vienes a enamorarte de la persona equivocada. Merecida te tienes la arenga. Da gracias a Dios que no hubo referencia al día que te presentaste en el Congreso de los United States llevando pantalones (¡pantalones una mujer!, ¡qué bolas!), porque ibas comiendo arroz, Rice, no sé si te diste cuenta. Menos mal que el que te conté no se enteró, porque te habría dicho: “!No le des trapo, dale carne, mamita!” o “si como caminas cocinas, me lambo hasta la olla”.
Sinceramente, cómo se ve que en esas universidades norteamericanas regalan las notas, porque dicen que y que quedaste de primera no sé si de la Universidad de Denver (seguramente una universidad chimba de esas en que las carreras duran tres años), a la que dice una reseña tuya que entraste con 15 años y te graduaste de Ciencias Políticas de 19 (o sea, que encima repetiste un año). ¿Cuánto pagaste por ese título, Condoleezza? ¿Quién sabe a cuántos profesores les diste lo suyo? Leo también que fuiste víctima de la segregación racial. Entonces los segregacionistas no eran tan malos como los pintan.
Dices en una entrevista que “Mis padres me convencieron de que quizá no pudiera comer una hamburguesa en Woolworth, pero sí ser presidenta de los Estados Unidos”. Lamento decirte que tus papás se pelaron: Tú deberías estar es vendiendo hamburguesas en Woolworth. Dicen que tu madre te enseñó a tocar piano y que tu padre era pastor: Con razón estás como una cabra. En relación con lo del piano, dicen los entendidos que eres muy buena manejando el instrumento.!Ja,ja,ja,ja! También señalas que tus padres te enseñaron que la educación era la mejor armadura contra la segregación y los prejuicios. Te volviste a pelar, mamita: Como te hemos demostrado, la mejor arma es la falta de educación. Nosotros aquí, afortunadamente, sólo consideramos inferiores a los que realmente lo son, como es tu caso: Una mujer, por solo nombrar una de tus debilidades.
Bueno, mi negra. Eso era todo lo que quería decirte en este artículo políticamente correcto. No sé si se me pasó la mano.
No creo.
Ah, se me olvidaba. En relación con lo otro, lamento decirte que, por ahora, no se va a poder: el jefe tiene mejores ocupaciones, no sé si me entiendes. Mis Condoleezzas.
Cuídate, ricura.