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un artículo interesante para compartir
Enviado por el día 20 de Noviembre de 2003 a las 00:13
Salvados por la memoria

por Carlos Fuentes


(La Jornada, 10 de mayo, 1995,
Ciudad de Mexico, Mexico)



Abril fue el mes mas cruel: hizo surgir la memoria desde
la tierra muerta.

Universalmente, pero sobre todo en Europa, fue recordado el infame
holocausto de seis millones de judios por el regimen nazi de
Alemania. Nada, en la historia humana, puede compararse a este acto
de barbarie. Antes de Hitler, la relacion entre la crueldad y la
historia era distinta; era menor la distancia entre el progreso
cientifico y la barbarie politica. El nazismo abolio para siempre
las pasadas justificaciones de la barbarie; el holocausto no fue
un acto de guerra, violento por necesidad, sino un programa concebido
fria e intelectualmente. Hitler proclamo, desde Mein Kamp, el Mal
como su proposito; no lo escondio, como Stalin, detras de una
filosofia humanista. El holocausto tampoco fue un acto explicable
por el espiritu del tiempo; ocurrio en el siglo de mayor adelanto
cientifico y lo marco para siempre, como el siglo de mayor distancia
entre la moral politica y el progreso tecnico.

Hace veinte an~os, William Styron evoco una frase de Andres
Malraux para darle cuerpo a su gran novela, Sophie's Choice. En
este cruel abril de la memoria, Jorge Semprun, internado en Buchenwald
desde abril de 1943 hasta la liberacion en abril de 1945, se sirve d
el mismo epigraafe para iniciar su insustituible libro, La escritura o
la vida; ''...busco la region crucial del alma donde el Mal absoluto
se opone a la Fraternidad''.

Lo terrible, lo actual de esta frase de Malraux, es que se ha
universalizado. Styron nos recordo que en el universo
concentracionario del Tercer Reich habia no solo judios,
sino catolicos, comunistas, socialdemocratas, homosexuales, gitanos
... Auschwitz, Treblinka, Bergen-Belsen, fueron el preludio de una
conciencia; en nuestro siglo, nada ni nadie, ningun pais y
practicamente ningun gobierno, queda exento del sello infamante de
la violencia.

En Argentina, los mea culpa sucesivos de los jefes militares
confirman lo que todos sabiamos: entre 1976 y 1983, la dictadura
castrense violo sistematicamente la ley, los derechos humanos y la
mas elemental decencia. Que diferencia esencial puede haber entre
la heroina de Styron, obligada a escoger entre la muerte de uno de
sus dos hijo, y una argentina embarazada de ocho meses y arrojada
desde un avion en vuelo a las aguas del Atlantico?

Las culpas insurreccionales de los Montoneros son muchas. No
justifican que se combata a la violencia revolucionaria con la
ilegalidad oficial. Todo lo contrario; la unica manera de
contrarrestar el descontento politico es que el Estado se sujete
a la ley, demostrando asi la razon que podra asistirle. La
dictadura argentina no solo violo la ley; extendio su sebacia a
los inocentes, torturo y asesino por simple sospecha o asociacion,
y destruyo la vida moral, intelectual, universitaria y artistica de
la Argentina. Errores y horrores.

Mientras se debate la derogacion o vigencia de las Leyes de Punto
Final y Obediencia Debida, debe construirse en Buenos Aires en
Muro de la Memoria en el que se inscriban los nombres de los treinta
mil desaparecidos, victimas de un sadismo y brutalidad en nada
diferentes de los que practicaron Hitler, Himmler y Heydrich. Las
leyes politicas pueden amparar a los criminales de la historia
oficial argentina. No los puede amparar contra los derechos de la
memoria.

De nin~o, en las escuelas norteamericanas, nos decian que la
violencia era propia de pueblos retrasados y de piel oscura. Se
olvidaba, convenientemente, la historia de la barbarie colonial
britanica y la propia violencia, constante, de la historia de
Estados Unidos. Durante el cruel mes de abril, Robert MacNamara,
secretario de la Defensa bajo los presidentes John F. Kennedy y
Lyndon Johnsson, admitio que la guerra de EU contra el pueblo de
Vietman fue un error asi que la Casa Blanca sabia que era un error.
El error le costo cincuenta y cuatro mil muertos a EU y, a la antigua
Indochina, un total de un cuarto de millon de seres perdidos en las
luchas coloniales de este siglo.

Durante la conferencia de paz de Versalles, en 1919, un joven
indochina se presentaba todos los dias en la antesala del
presidente Wilson para pedir que este apostol de la autodeterminacion
le concediera la independencia a las colonias francesas del Sureste
Asiatico, jamas fue recibido. Wilson pensaba que la independencia
nacional era privilegio de los pueblos desarrollados y la violencia
-la revolucion mexicana pesaba sobre el animo del presidente-
de los pueblos subdesarrollados. El nombre del joven vietnamita era
Ho Chi Minh.

Siempre me he preguntado por la razon de la ignorancia -fingida o
cierta- de los gobiernos norteamericanos respecto al mundo. No hay
corredor de informacion mas concentrado que el que va de Washington
a Boston. En 1977, Richard Nixon explico que la razon de la
intervencion norteamericana en Vietnam era detener el expansionismo
chino. Olvidaba o ignoraba que durante mil an~os Indochina ha sabido
resistir, por si sola, a todo intento de expansion china; no le hacia
falta la ``ayuda'' norteamericana. En My Lai, en cambio, las fuerzas
armadas de EU demostraron que eran incapaces de una barbarie comparable
a la de los britanicos en China, los holandeses en Indonesia, los
franceses en Argelia o los alemanes en Polonia.

Sin embargo, existe una constante de la politica exterior de EU,
que consiste en buscar el enemigo afuera de EU. El villano confiable,
como lo ha llamado el politilogo James Chace, le es indispensable al
norteamericano para justificar su propia moralidad maniquea. Ingleses,
mexicanos, espan~oles, alemanes, rusos, coreanos, chinos, cubanos,
arabes, han asumido cumplidamente el papel hollywoodesco de la nacion
detestable.

Pero en el mes mas cruel, a la terrible admision de MacNamara se ha
se ha unido otro hecho aun mas terrible, el salvaje atentado de
Oklahoma dirigido contra el gobierno federal por grupos neonazis
norteamericanos que en sus sudaderas proclaman su credo: ``Amo a mi
pais pero detesto a mi gobierno''. No mataron al gobierno. Mataron
a trabajadores y nin~os inocentes. Y le revelaron a la ciudadania
lo que Clinton intenta decirles desde su campan~aa presidencial.
Esta vez el enemigo esta adentro. Ya no hay villano externo.

Ojala que la tragedia de Oklahoma haga ver a la ciudadania
norteamericana que no son las pildoras de azucar de la mayoria
derechista en el Congreso lo que renovara la grandeza de su patria,
sino la solucion de los problemas de fondo: salud, educacion,
politica industrial, entrenamiento de trabajadores, renovacion de
infraestructuras. La crisis universal a la que asistimos, provocada
por un capitalismo especulativo que maneja un trillon de dolares
diarios sin propositos productivos, nos coloca a todos ante la
obligacion de revalorar lo mas precioso con que contamos:
nuestro capital humano.

Cuando Nietzsche habla del eterno retorno, se refiere tambien a la
repeticion infernal de eso que Freud concebia como una heredad
inconsciente, generacion tras generacion, de los males de la
humanidad. Recordar el mal es la mejor manera de evitar su repeticion.
La memoria le da su verdadero sentido a la historia, la salva de la
pretendida objetividad de los hechos de archivo, la conecta a la
vez con la colectividad y con las vidas personales.

Esta es la leccion positiva de la memoria del Holocausto, la guerra
sucia y Vietnam. La crueldad de abril anuncia, despues de todo,
la alegria de mayo, la celebracion de los cincuenta an~os de la
victoria contra el fascismo en una guerra que debia librarse y que
debia ganarse. Hoy, la muerte del fascismo estalinista no justifica la
resurreccion del fascismo capitalista