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Teoría política

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ElTalón de Aquiles de F V Hayek
Enviado por el día 3 de Octubre de 2006 a las 23:51
El análisis que Rothbard realiza sobre la filosofía política que funda Hayek en defensa de la libertad individual, viene a poner de manifiesto cómo Hayek proporciona una base imperfecta e inadecuada para una teoría sistemática de la libertad y de los derechos fundamentales:

En su obra “Los Fundamentos de la Libertad”, Hayek define la libertad como “ausencia de coacción”. Hasta ahí, todo correcto. La cuestión se torna espinosa en el momento en que define la coacción de forma ambigua e imprecisa.
Efectivamente, como pone de manifiesto nuestro teórico libertario, en lugar de de entenderla como como el uso (o la amenaza del uso) invasor de la violencia física contra la persona o la (justa) propiedad de un tercero, Hayek dice, por ejemplo, que la coacción “es la presión autoritaria que una persona ejerce en el medio ambiente o en las circunstancias de otra, de tal modo que ésta, para evitar males mayores, se ve forzada a actuar en desacuerdo con un plan coherente propio y hacerlo al servicio de los fines de un tercero” O “La coacción tiene lugar cuando las acciones de un hombre están encaminadas a servir la voluntad de otro; cuando las acciones del agente no tienden al cumplimiento de sus fines, sino a los de los otros”.

Según Hayek, la coacción implica el uso agresivo de la violencia física, pero, por desgracia, este término incluye también las acciones pacíficas y no agresivas. Así, afirma que “la amenaza de la fuerza o de la violencia constituye la forma más importante de la coacción, aunque no sean sinónimos, puesto que el recurso a la fuerza física no es el único modo de ejercer esa coacción”.
Algunos de esos modos no violentos de ejercicio de la coacción se inscriben en el ámbito de las interacciones puramente voluntarias, como serían los casos de un “marido hosco” o de “una esposa marimandona”, capaces de “hacer la vida insoportable a cualquiera salvo que se someta voluntariamente a sus caprichos”. Hayek concede aquí que sería absurdo que se declare ilegl el malhumor o el carácter dominante. Pero lo reconoce sólo en virtud del falso argumento de que de lo contrario “se daría una coacción aún mayor”.

Ahora bien, como destaca Rothbard, la “coacción” no es una especie de cantidad que se pueda sumar o restar. ¿Cómo comparar cuantitativamente los diferentes “grados de coacción, sobre todo cuando esas comparaciones se hacen entre diferentes personas?
El problema básico es el uso que hace Hayek del vocablo “coacción”, porque sólo genera confusión la mezcla de los dos tipos de acciones: violencia física y acciones voluntarias, no violentas ni invasoras.
ElTalón de Aquiles de F V Hayek
Enviado por el día 3 de Octubre de 2006 a las 23:52
Pero es que, enfatiza Rothbard, además de confusión, esa mezcla genera una contradicción intrínseca. Hayek incluye, en efecto, en su concepto de coacción, también ciertas formas de negativa pacífica y voluntaria a hacer intercambios. La libertad de intercambiar implica necesariamente la libertad equivalente a no hacerlo. Pero para Hayek algunos tipos de negativa pacífica a intercambiar son “coactivos”, y los mezcla y confunde con los intercambios forzosos , así, por ejemplo, las amenazas de despido en períodos de mucho paro, ignorando que despedir significa sencillamente que el empleador que invierte su propio capital rehúsa hacer más intercambios con una o varias personas. Y puede negarse a ello por varias razones, sin que haya criterios subjetivos que autoricen a Hayek a calificar de “arbitraria” esta conducta.
Declarar ilegal la negativa a dar trabajo equivale a crear una sociedad de esclavitud generalizada.

Hayek se ve en la precisión de admitir una de estas dos cosas: o circunscribir el concepto de coacción estrictamente a la invasión contra la persona o la propiedad de terceros mediante la utilización (o la amenaza de utilización) de la violencia física o desechar totalmente el término coacción y limitarse a definir la libertad no como “la ausencia de coacción”, sino como la ausencia de violencia física agresiva o amenaza de la misma”.

Otro de los fallos fundamentales que Rothbard pone de relieve respecto al sistema de Hayek radica en que éste no acierta a distinguir con suficiente precisión la coacción o violencia “ofensiva” de la “defensiva”, y entre las dos hay todo un mundo de distancia.
La violencia ofensiva es criminal e injusta; la defensiva es perfectamente justa y adecuada; la primera invade los derechos de la persona y la propiedad, la segunda los defiende contra tal invasión.
Para Hayek, en las coacciones sólo hay diferencias de grado o de cantidad, y así afirma que “la coacción no puede evitarse totalmente, porque el único camino para impedirla es la amenaza de coacción”. A partir de aquí Hayek elabora su defensa del Estado y de las acciones estatales, basada en la insostenible supresión de la distinción entre la violencia ofensiva y la violencia defensiva y la aglutinación de todas las acciones violentas bajo la rúbrica única de los diversos grados de coacción.



Re: ElTalón de Aquiles de F V Hayek
Enviado por el día 4 de Octubre de 2006 a las 12:44
Afirma Hayek que la sociedad libre se ha enfrentado con el problema de la coacción confiriendo al Estado el monopolio de la coacción, intentando limitar el poder estatal a los casos que sea necesario ejercerlo e impidiendo que dicha coacción se ejercite por personas privada.

La crítica de Rothbard al sistema hayekiano viene aquí de nuevo de mano del concepto de “coacción”. Y es que Hayek compara los diversos grados de una masa indiferenciada que puede llamarse “coacción”, y no se trata de eso.
Podemos evitar completamente la violencia ofensiva anticipándonos a ella mediante la compra de los servicios de agencias de defensa a las que concedamos únicamente el uso de la violencia defensiva. No nos hallamos indefensos frente a la coacción, como afirma Hayek, si la definimos sólo como violencia ofensiva (o, alternativamente, si renunciamos totalmente al término mismo de “coacción” y nos atenemos a la distinción entre violencia ofensiva y violencia defensiva).
Además, como pone de manifiesto Rothbard, en ningún caso histórico la “sociedad libre” “ha conferido” el monopolio de la coacción al Estado; nunca ha habido nada parecido al “contrato social”. Históricamente es dable comprobar que el Estado se ha apoderado, mediante el uso de la violencia ofensiva y de la conquista, de este monopolio de la violencia en la sociedad. Y, además, lo que el Estado detenta no es tanto el monopolio de la “coacción” cuanto más bien el de la violencia ofensiva (además de la defensiva). Este monopolio se ha construido y se mantiene en pie gracias al empleo sistemático de dos formas específicas de violencia ofensiva: los impuestos para llenar las arcas estatales y la proscripción forzosa de todas las agencias de violencia defensiva que podrían competir con el Estado dentro del territorio de su jurisdicción.
Por consiguiente, dado que la libertad requiere la eliminación de la violencia ofensiva en la sociedad (aunque conservando la violencia defensiva contra posibles invasores), el Estado no puede ni podrá nunca justificarse como defensor de la libertad.

Por otro lado, Hayek restringe indebidamente el mismo concepto de coacción como violencia física para excluir ciertas formas de violencia física ofensiva.
Con el propósito de “limitar” la coacción del Estado (es decir, para justificar las acciones estatales dentro de estos límites), afirma que la coacción queda minimizada e incluso ni siquiera existe si los edictos en que se basa no son personales y arbitrarios, sino que se promulgan bajo la forma de normas generales, universales, cognoscibles con antelación (el “imperio de la Ley”).
Re: Re: ElTalón de Aquiles de F V Hayek
Enviado por el día 4 de Octubre de 2006 a las 12:45
Como afirma Rothbard, raras veces se ha manifestado tan abiertamente lo absurdo que resulta querer hacer de las normas generales, universales (“por un igual aplicables”) y predecibles el criterio, o la defensa, de la libertad individual. Esto significa, en efecto, que si hubiera, por ejemplo, un gobierno que decretara que todas las personas deberían vivir un año de esclavitud de cada tres, tal esclavitud universal no sería “coactiva”.
¿En qué sentido son las normas generales de Hayek superiores o más libertarias que cualquier caso concebible de normas dictadas por el capricho?.
Frente a una sociedad gobernada por la vasta red de normas hayekianas, de general aplicación a todos los ciudadanos, imaginemos, por contraste otra sociedad, totalmente libre, en la que todos y cada uno de sus componentes gozan de libertad completa para emplear sus personas y sus propiedades, para hacer intercambios, etc., tal como les plazca, excepto que una vez al año el monarca (que no tiene literalmente nada que hacer el resto del tiempo) lleva a cabo un acto de invasión arbitraria contra un individuo que ha elegido personalmente.
¿Cuál de las dos debe ser tenida por más libre, más libertaria?
Re: Re: Re: ElTalón de Aquiles de F V Hayek
Enviado por el día 4 de Octubre de 2006 a las 12:46
Concluye Rothbard que “Los Fundamentos de la Libertad” de Hayek no pueden proporcionar, bajo ningún concepto, los criterios ni la base de un sistema de libertad individual. A sus profundamente insuficientes definiciones de la “coacción” se añade, en la teoría hayekiana de los derechos individuales, el fallo básico de que -como el profesor Hamowy subraya- tales derechos no surgen de una doctrina moral ni de un cierto orden social independiente y no gubernamental, sino cabal y precisamente de los poderes públicos.
Para Hayek son el gobierno y su imperio de la ley quienes, más que ratificar o defender el derecho, lo crean. No tiene, pues, nada de sorprendente que a lo largo de su obra Hayek haya dado su aprobación a una larga lista de acciones estatales que invaden claramente los derechos y libertades de los ciudadanos concretos.
Re: Re: Re: Re: ElTalón de Aquiles de F V Hayek
Enviado por el día 4 de Octubre de 2006 a las 12:54
No ...si cuando quiere pegar la "galleguita" pega!!!!,no hay dudas de eso.:)
Re: Re: Re: Re: Re: ElTalón de Aquiles de F V Hayek
Enviado por el día 4 de Octubre de 2006 a las 16:37
Como ciudadanos, siempre podemos,ante la imposición coactiva en lo que se refiere a los impuestos, declararnos "objetores".

Por sus actos los conoceréis...
Re: Re: Re: Re: Re: Re: ElTalón de Aquiles de F V Hayek
Enviado por el día 4 de Octubre de 2006 a las 16:44
De los últimos objetores fiscales cabe destacar a Lola FLores y al maestro Agustín García Calvo.

En mi opinión Rothbard no va más allá de Kant, para quien el estado niega la individualidad del hombre convertiéndolo en un medio y no en un fin en sí mismo.

Pregunto: ¿R. recoge esta crítica o lo basa todo en el análisis de la coacción ejercida por el estado?

Otra pregunta: ¿el objetor fiscal ejerciría una acción defensiva legítima?
Re: Re: Re: Re: Re: Re: Re: ElTalón de Aquiles de F V Hayek
Enviado por el día 4 de Octubre de 2006 a las 20:08
He dicho en otro hilo:

"Imaginemos una sociedad en la que el estado ha desaperecido y existen distintas compañías de seguridad que compiten en libertad por dar sus servicios. La libre competencia provocaría que algunas de estas fracasaran,con lo cual las compañías con más beneficios tenderían a ocupar cada vez más cuota de mercado, lo cual les premitiría no dar el mejor servicio, en cuanto los competidores han sido eliminados.

Además estas compañías monopolizarían el "mercado de la violencia", permítaseme la expresión, con lo cual podrían extender su oferta hacia otros productos, con lo que esto implicaría. Por otra parte, estas compañías podrían ejercer un dominio sobre el individio, negando sus derechos y ejerciendo una coacción. En fin quien crea en un mundo de "grandes compañías de seguridad" como un mundo feliz... Yo no."
Re: Re: Re: Re: Re: Re: Re: Re: ElTalón de Aquiles de F V Hayek
Enviado por el día 5 de Octubre de 2006 a las 14:43
No quiero entrometerme en discusiones tan sesudas y de tan alto nivel. Sin estado impera el mercado y el mercado también tiene sus leyes "coactivas". Terriblemente coactivas diría yo.

¿Qué es lo que impediría en un modelo de economía libertaria que un grupo de "selectas" personas ejerciera el monopolio de toda la economía?.

Ahora supuestamente lo impide el estado, que es el que tiene el cuasimonopolio de casi todo. Con lo cual daríamos la vuelta a la tortilla para comprobar que una tortilla dada la vuelta sigue siendo una tortilla.

Me parece que caminamos en círculos.

Y disculpen ustedes la vulgaridad de mi exposición Sigan, sigan....es interesante.
Re: Re: Re: Re: Re: Re: Re: ElTalón de Aquiles de F V Hayek
Enviado por el día 5 de Octubre de 2006 a las 14:49
Una cosa es no querer pagar impuestos y otra objetarlos...