26 de Agosto de 2005
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Bitácora de Daniel Rodríguez Herrera
La rebelión de Atlas
Hace un par de semanas terminé la lectura del novelón de Ayn Rand, "La rebelión de Atlas". Mi problema al enfrentarme a esta escritora es que no me gustan los panfletos, y la pobre tiene una tendencia a ser panfletaria que no puede con ella. Entre las más de 1.000 páginas que componen el libro, hay un discurso filosófico que ocupa 50 páginas. Podéis suponeros lo aburrido que es algo así en una obra de ficción. Y lo peor es que, en realidad, no sería necesario incluir esos discursos. En el fragmento que tenemos publicado aquí, Rand muestra narrativamente lo que quiere mostrar de forma magistral.
De hecho, la novela se lee bien porque la mayor parte es eso: la narración de cómo la intervención estatal destruye un país y, especialmente, a aquellos que lo levantan. Decae un poco porque los personajes son bastante increíbles; la forma de narrar lo que piensan en las escenas de cama, por ejemplo, me resulta especialmente hilarante. Me produce una sensación de estar leyendo las vicisitudes de una serie de robots en lugar de personas. Y eso tampoco es necesario. La trilogía de La Edad de Oro muestra como se puede hacer una novela liberal y objetivista con personas de verdad como personajes (pese a las enormes diferencias que tienen con nosotros debido a la tecnología dl futuro) y sin discursos peñazo. El último libro de la misma, incluso, incorpora una discusión filosófica sobre si la moral es o no objetiva. Y resulta entretenido. Todo lo contrario que el discurso de 50 páginas que le llevó a Rand 3 años escribir.
De hecho, la novela se lee bien porque la mayor parte es eso: la narración de cómo la intervención estatal destruye un país y, especialmente, a aquellos que lo levantan. Decae un poco porque los personajes son bastante increíbles; la forma de narrar lo que piensan en las escenas de cama, por ejemplo, me resulta especialmente hilarante. Me produce una sensación de estar leyendo las vicisitudes de una serie de robots en lugar de personas. Y eso tampoco es necesario. La trilogía de La Edad de Oro muestra como se puede hacer una novela liberal y objetivista con personas de verdad como personajes (pese a las enormes diferencias que tienen con nosotros debido a la tecnología dl futuro) y sin discursos peñazo. El último libro de la misma, incluso, incorpora una discusión filosófica sobre si la moral es o no objetiva. Y resulta entretenido. Todo lo contrario que el discurso de 50 páginas que le llevó a Rand 3 años escribir.
Comentarios
Tu problema con esa novela es que te ponías a leerla cuando estabas en una cafetería de Riga rodeado de diosas bálticas, y claro así es imposible concentrarse X-D
Qué quisquilloso eres, yo aún me voy por la mitad, pero no lo puedo calificar de pestiño, todo lo contrario. A pesar de que los personajes son ciertamente ideales y sus discursos son apropiadísimos en el momento adecuado, no puedes alejarte del hecho de que es una novela.
Creo que está cargadísima de contenido y, al menos a mí, ofrece al lector unas ganas locas de comerse al mundo y en concreto a los progres. Y eso se agradece en un mundo en el que parece que los únicos libros que existen son el Código DaVinci, Harri Potter y bodrios similares.
Ahora te toca Archipiélago Gulag ;)
Creo que está cargadísima de contenido y, al menos a mí, ofrece al lector unas ganas locas de comerse al mundo y en concreto a los progres. Y eso se agradece en un mundo en el que parece que los únicos libros que existen son el Código DaVinci, Harri Potter y bodrios similares.
Ahora te toca Archipiélago Gulag ;)
Precisamente una de las principales dificultades para que se hiciera la película fue que la Rand se empeñó en que el discurso tenía que salir íntegro.
Joder. Un discurso que, según la novela, tarda 3 horas en ser radiado y Rand se empeña en meterlo en una película. Quien diría que fue guionista.
Creo que por un lado, el libro expone como dice Daniel una brillante descripción de los efectos perversos del intervencionismo en todas las esferas: moral y económica. La gente se embrutece, la economía se va al carajo, la miseria se extiende como la peste...Problemas. los personajes salvo el asistente de Dagny no son creíbles. Puntos positivos: para quienes no quieren leerse ensayos, les ofrece ideas a mansalva en su novela. Ahora bien, cuando critica el socialismo lo hace de lujo, cuando propone un sistema, tiene fallos. Por ejemplo, que hace saltos lógicos, diciendo cuales son los valores y virtudes, cómo se obtiene el conocimiento (nota: acepta la "tabula rasa" lockeana que se ha refutado una y otra vez), y en su teoría de los derechos resulta tan simple como Locke y Rothbard aunque apunta una línea interesante; rescatar a Aristóteles, relacionar la propiedad con el derecho a una vida completa, en la que la persona se desarrolle como tal, y procure ser feliz. Así que para empezar en esto del liberalismo no está mal pero como novela es mejor El Manantial.
Con más de un toque cursi que no llega a empalagar, recomiendo, en ficción, "The Invisible Heart: An Economic Romance" de Russell Roberts. Creo que hay traducción. En La Ilustración Liberal alguien hizo una recensión hace algún tiempo.
Pero "El corazón invisible" es más una novela sobre economía que otra cosa. En cambio, el Atlas es más una novela sobre cómo la sociedad necesita a los empresarios. Yo, personalmente, prefiero El manantial, donde la novela prima y se ve a una especie de Polanco haciendo de las suyas para arruinar a cualquier individuo que no se someta a sus consignas...Muy actual no?,je
El Corazón Invisible está muy bien para recomendar a alguien que empiece, pero no es comparable a las obras de Rand.
A mí me apasionó cuando comencé a leerla (por recomendación del maestro Mascaró), pero se me ha ido desinflanso poco a poco. Lo de esta señora es una propuesta moral con la que no siempre puedo coincidir; el liberalismo es otra cosa a mi entender.
Por cierto, a mí me encanta Harry Potter. Y Dani tiene escrito de hace tiempo (dos años o así) una lectura liberal de la saga.
A mí me apasionó cuando comencé a leerla (por recomendación del maestro Mascaró), pero se me ha ido desinflanso poco a poco. Lo de esta señora es una propuesta moral con la que no siempre puedo coincidir; el liberalismo es otra cosa a mi entender.
Por cierto, a mí me encanta Harry Potter. Y Dani tiene escrito de hace tiempo (dos años o así) una lectura liberal de la saga.
Yo estoy acabando La rebelión de Atlas (acabo de pasar el pesadísimo discurso de John Galt) y lo que más me choca es que la descripción de la Atlántida feliz donde viven se parece sospechosamente a las descripciones de utopías de todas clases (aparte de que no creo que un grupo tan reducido de personas pueda poner en marcha una ciudad tecnológicamente tan avanzada, sobre todo cuando no hay intercambio con el mundo exterior) y que el final del discurso central también es una arenga sobre el modo de vivir correcto que debe adoptarse (algo muy poco liberal).
Por cierto friedrich_hayek, a mí también me gusta mucho Harry Potter (¿ya has leído el sexto?), también creo que tiene rasgos liberales (por ejemplo, el sistema educativo) y me gustaría saber dónde encontrar el escrito de Dani sobre la saga.
Por cierto friedrich_hayek, a mí también me gusta mucho Harry Potter (¿ya has leído el sexto?), también creo que tiene rasgos liberales (por ejemplo, el sistema educativo) y me gustaría saber dónde encontrar el escrito de Dani sobre la saga.
No, Zuppi. Si lo puedo evitar, no leo en otro idioma que no sea el español. Pura comodidad que me pasará factura.
Respecto al artículo de Dani, http://www.libertaddigital.com/php3/opi_desa.php3?...">aquí lo tienes.
Respecto al artículo de Dani, http://www.libertaddigital.com/php3/opi_desa.php3?...">aquí lo tienes.
No, Zuppi. Si lo puedo evitar, no leo en otro idioma que no sea el español. Pura comodidad que me pasará factura.
Respecto al artículo de Dani, aquí lo tienes.
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