9 de Noviembre de 2006
« Amazon.es y el precio fijo del libro | Principal | Burocracia y corrupción »
Caso Couso
El segundo recuerdo es de finales de ese año 2003, a orillas del turrón. Hablando con Alfredo Timmermans, responsable de medios de comunicación en La Moncloa, con la placidez de esos días en los que ya todo parecía encauzado y Aznar se dirigía con paso seguro a lo que todos creíamos que iba a ser una suave y melancólica retirada, me confesó que lo más miserable del caso Couso fue que la víspera le había ofrecido a Juan Pedro Valentín, jefe de informativos de Tele 5, la evacuación de Couso y los enviados de otros medios en un helicóptero especial proporcionado por los USA, porque sabían que los americanos iban a entrar en Bagdad a sangre y fuego y los tanquistas, después de veinte días de batallas feroces y sin apenas dormir, no se iban a poner a distinguir a sadamistas y periodistas. Valentín dijo que no, porque El País se iba a quedar y ellos no podían dar la imagen de largarse. Por supuesto, no creo que informaran a Couso de esa posibilidad de evacuación. Pero lo que sí sé es que cuando montaron en la cadena la gran jeremiada contra el supuesto asesinato de Couso, esta propuesta de evacuación, a medias entre Aznar y Bush, se ocultó totalmente a los espectadores. Esto prueba la catadura de los responsables de la cadena que estuvieron al tanto de este hecho, pero aún más la ilimitada estupidez de un Gobierno que elevó la rendición ante la propaganda de sus enemigos a la categoría de arte.
Si eso es cierto, sin duda alcanzaron la categoría de arte, sí. Supongo, siguiendo la lógica retorcida™ de la izquierda que habría que gritar algo así como "¡Valentín, asesino!", ¿no?
Comentarios
Reconozco que a mi sí que me sorprendió. La pregunta es ¿los peperos eran (son) tan tontos como parecen? Tiene alguna complicación filtrar la conversación, pero nada insalvable.
¿Se callaron por la política del "ya escampará" que también relata Losantos?
Lo que si puedo aportar es mi experiencia al leer esas lineas: me senti traicionado por el PP.
El contrato de trabajo de Couso era penoso, la camara se la tuvo que pagar de su bolsillo.
Pero ahora resulta que además, Valentín es básicamente un sonofabitch -no por arriesgarse, que si sus periodistas quieren es legítimo, para eso están- sino por la utilización demagógica que hizo de la muerte de Couso. Lo tenía vendido, y utilizó para colmo su muerte para desprestigiar al gobierno, cunado era él más culpable que el tanquista. Que canalla.
En cuanto al PP, hay tonterías y estupideces involuntarias que rayan el delito. Si uno es negligente hasta ese punto es como si actuase con dolo. Lo peor es que siguen ahí, en la estupidez, lo que me recuerda la dificultad para explicar a lo a los anglosajones la diferencia entre ser y estar. Estos son.
No se admiten ya más comentarios.