11 de Agosto de 2004

Según nos cuentan hoy los medios, a los señores de la Junta de Andalucía les ha fallado la calculadora y como eso del sumatorio les viene un poco grande y contar hectáreas no es lo suyo, los primeros cálculos de la superficie devastada por el fuego que afectó a las provincias de Huelva y Sevilla estaban 7.787 hectáreas por debajo de los finales.

Fíjense queridos lectores que no estamos hablando de decenas ni siquiera de centenas, sino de miles de hectáreas menos. Pero la ineficacia pública va mucho más allá de esta circunstancia, gran parte de la superficie todavía no ha sido reconocida por las autoridades, al no comunicar la magnitud del fuego en los primeros momentos, la ayuda de los servicios centrales llegó con 24 horas de retraso, existen testimonios de retenes que fueron enviados a lugares alejados del incendio y ya veremos que más cosas surgen con el tiempo.

¿Alguien me puede explicar cómo se realizaron los cálculos para que hubiera tanta diferencia? Si fuera bien pensado sería que en una primera aproximación no se tuvo en cuenta la orografía del terreno pero como soy malpensado es que los señores funcionarios de la Junta y sus colegas de la administración central no podían permitirse un desastre ecológico de semejante calibre. A un partido que convirtió en cuestión de Estado el hundimiento del Prestige y la ruptura de la balsa en Aznalcollar, no le puede pasar lo mismo, sobre todo si son de izquierdas, así que han recurrido al truco más viejo del mundo, burdo pero efectivo. Primero transmite información falsa, la que reflejan los medios, luego esperan cierto tiempo un poco de humo por allí, un poco de humo por acá, una ayuda en forma de dinero y poco más, la crisis ha pasado. El tiempo es una anestésico muy potente. Y si a eso ayuda un periodismo de vacaciones y una oposición un tanto pasota que se conforma con que la ministra rinda cuentas después del verano tras la inútil queja oficial, la cosa mucho mejor para ZP.

Aunque todo esto sea grave, sin embargo es esperable. Que los políticos reaccionen así se puede comprender pues así se han manejado siempre estos asuntos; es difícil, aunque exigible, conseguir más de lo que hemos tenido hasta ahora. Lo que me llama la atención es la debilidad de lo que llamamos rimbombantemente sociedad civil. Dada la superficie dañada así como la calidad de algunas de las zonas, estaríamos ante un desastre tan grave como el del Prestige o el de Aznalcollar y sin embargo, no sé si porque están de vacaciones o porque sólo importa el desastre ecológico que se le puede encasquetar a la derecha, no hay manifestaciones de cientos de miles de personas pidiendo la dimisión de consejeros y ministra. Esto me lleva a una conclusión que siempre que he expresado he conseguido una reprimenda por tan 'fascista' pensamiento, que en España mucha gente cede la capacidad de pensar por sí mismo al grupo (partido, empresa mediática, club de fútbol, etc) que más le gusta y se limita a hacer lo que este propone sin profundizar más en el asunto, sin buscar otras fuentes de información, sin plantearse otras opciones. No hay nada más totalitario que la sociedad civil concebida como una manada que reacciona a las ordenes del pastor. Y el pastor parece que no ha ordenado que se manifiesten por la calle.