20 de Enero de 2005

Irán tiene toda la pinta para convertirse en un foco de tensión creciente durante el recién estrenado 2005. A pesar de todas sus promesas, acuerdos y tratados que haya podido firmar o que firme en el futuro, la experiencia dice que fiarte de un país musulmán de este tipo se paga con sangre. Irán juró y perjuró que iba a terminar con su proyecto nuclear pero los hechos una vez más contradicen las palabras. La vía diplomática es una de las preferidas de estos regímenes totalitarios. Ven en ella una debilidad de la otra parte y al despreciar a los débiles, la palabra dada no les ata.

Su actitud no es fruto de la casualidad o el capricho de su teocrático gobierno, la situación de su vecino Irak ha despertado en ellos la necesidad de crear, por la vía del terrorismo, un macroestado chiita integrista, potenciando así su posición geoestratégica. El apoyo a la mal llamada insurgencia, pues no dejan de ser terroristas, que no dudan en matar a cuantos se le pongan por medio, no ha pasado desapercibido a Washington al que ya han acusado de realizar misiones de comando en territorio iraní. Aunque los americanos lo nieguen, este tipo de misiones se han hecho, se hacen y se harán y con una flagrante a la vez que necesaria infracción de la legalidad internacional, se recopila información y extraoficialmente se acaba con focos hostiles y peligrosos. Escandalizarse no deja de ser ingenuo.

Pero Irán no anda solo, cuenta con importantes aliados, algunos inesperados para los no acostumbrados a las relaciones internacionales. Que el dictador de Zimbabwe, Robert Mugabe esté de visita en Teherán no es extraño, esta ralea necesita sentirse acompañada de los suyos. Los que han relanzado su relación son los chinos. China necesita petróleo para mantener su actual ritmo de crecimiento económico e Irán necesita tecnología militar. No es que China esté a la vanguardia en este sector pero puede vender al régimen iraní lo suficiente para abastecer a los terroristas y convertirse en una potencia regional y esto ha enfadado a los americanos que ven como sus 'amigos' chinos abastecen a sus enemigos. Varias compañías chinas han sido sancionadas por Estados Unidos precisamente por vender este tipo de tecnología. Esta tecnología unida a sus misiles de alcance medio y seguramente parte de las armas de destrucción masiva iraquíes le convierten en un peligroso actor del teatro internacional. Es paradójico que los regímenes comunistas se fijen tan poco en sus aliados. La extinta unión Soviética apoyó sin límite a los países musulmanes en las guerras árabes israelíes y ahora tiene que aguantar en su propio territorio el terrorismo islámico. China también tiene en su imperio este problema pero su visión a corto plazo le impide plantearse otras posibilidades.

La UE ha advertido a Bush que los conflictos como los de Irán se resuelven con diplomacia pero, ¿cuántas décadas llevamos así?. Estados Unidos no parece dispuesto a embarcarse en otra guerra como la de Irak pero Bush avisa que no descarta otras opciones. Supongo que algo parecido a lo que hizo Reagan en Libia, bombardeo en zonas especialmente elegidas y aviso a navegantes. Personalmente creo que la vía de la diplomacia todavía es viable pero acompañada de alguna amenaza potencial, ayuda a que las plabras sean escuchadas con más interés. Lo que parece que es inevitable es que la UE con Francia a la cabeza se convierta en 'aliado' del régimen de los ayatolás, buscando copiar esa política tan de Bismarck que fue la búsqueda del equilibrio de poderes. Da la sensación de que algunos tienen poco claro cuáles son los compañeros recomendables.