2 de Abril de 2005
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Bitácora de Alberto Illán Oviedo
Legalizar el robo
Belén Gopegui es escritora y ha dedicado su última novela a justificar, de alguna manera, la dictadura castrista que padece Cuba hace mucho más tiempo del que me gustaría recordar. Esta madrileña ha publicado un artículo en El Mundo (1 de abril) en su sección Tribuna Libre titulado "EEUU, Cuba y los derechos humanos", donde abunda en el tema y que podéis leer aquí. (No sé lo que pensarán en El Mundo de los derechos de propiedad y esas cosas, pero los Rebelión.org se lo pasan por donde yo me sé).
Quita, como no podía ser de otra manera, autoridad moral a EEUU para erigirse en defensora de los Derechos Humanos en Cuba y curiosamente lo hace otorgándoselo a un puñado de "premios Nobel, músicos, filósofos, escritores, etcétera" cuya condición moral supongo le es satisfactoria. Ejercicio de subjetivismo. Sin embargo, entre los muchos eslóganes que se lanzan, me gustaría centrarme en uno que el propio periódico destaca sobre los demás: "Según Washington, habría que entregar las riquezas y el patrimonio del pueblo cubano a las transnacionales de EEUU".
Una de las segundas cosas que hizo Castro cuando subió al poder en Cuba fue nacionalizar a diestro y siniestro. Digo segundas, porque lógicamente la primera fue asesinar a quien se le pusiera por delante. La nacionalización no deja de ser un robo estatal y descarado, con la aquiescencia de más instituciones y personas de lo aconsejable en el noble arte del latrocinio justificado. Es este robo una de las bases del 'bloqueo' que Estados Unidos tiene sobre el Gobierno cubano, que no sobre los cubanos. Realmente lo que es ilegal es comerciar con los bienes y servicios que alguna vez fueron de ciudadanos y empresas norteamericanas. La propiedad es uno de los derechos fundamentales del ser humano y son los derechos humanos los que están en juego. Pero la señora o señorita Gopegui juega al engaño y a la exageración. Estados Unidos no exige como dice la escritora las riquezas y el patrimonio del pueblo cubano, sino que se les devuelvan a sus legítimos dueños o en su caso a los herederos, los activos que Castro y sus compinches robaron, ni más ni menos. Cierto es que en algunos casos, sino en muchos ello será más difícil de lo normal y en otros, imposible pero ello ya se dirimirá entre las partes.
Por otra parte, la propiedad es un derecho individual, las personas físicas y jurídicas pueden poseer cosas, las naciones o los pueblos como entes abstractos, no. Gopegui juega como muchos progresistas de salón con la faceta emocional del lector. Enfrenta al todopoderoso con la supuesta víctima, el pobre y aplica la lógica izquierdista que infla, justificadamente o no, el efecto para eliminar 'la causa' y colocar 'su causa'. La pobreza del cubano se debe única y exclusivamente al régimen impuesto por el tirano, régimen cuyo mayor éxito, además de condenar a muerte a varios miles de personas por procedimientos varios, está en proporcionar una olla arrocera que hará las delicias de la progresía occidental, acostumbrada al microondas.
Es factible que muchos de los que leerán el artículo creerán a pies juntillas todo lo que en él se dice y con ello juega, no me refiero a este artículo en especial sino a tantos y tantos que como este se escriben, el tirano habanero para conseguir apoyos como los que hasta ahora está consiguiendo en la Unión Europea y lo que me es más vergonzoso, del ministro de asuntos exteriores español, Miguel Ángel Moratinos, Curro para que nos entendamos. Los cubanos, si tantas y tantas décadas de tiranía no los han atontolinado como ha pasado con el 'homo soviéticus', podrán con libertad y democracia, volver a generar riqueza en poco tiempo pues recursos y posibilidades, ofrece la Isla. Cuba fue antes que este 'fumapuros' se hiciera con el poder, uno de los países más prósperos de Sudamérica y seguramente lo volverá a ser.
Juega a la demagogia asesina y al miedo infame la señora o señorita Gopegui cuando asegura que "Cuba tendría que convertirse en una colonia, habría que quitar a los cubanos sus casas, sus tierras y sus escuelas, para devolvérselas a los antiguos dueños que regresarían de Estados Unidos. Habría que privatizar la salud y la educación y entregar las riquezas y el patrimonio de un pueblo a las transnacionales norteamericanas". Cuba es menos que una colonia pero para el Partido Comunista Cubano y el monstruo que lo dirige, Cuba es una especie de congregación de esclavos que personajillos como esta escritora se empeña en convertir en el paraíso perdido. A los cubanos no se les puede quitar nada porque nada tienen, salvo los privilegiados del régimen, no tienen salud ni pública ni privada, porque no tienen ni los medios más esenciales para suministrarla, no tienen educación porque me niego a aceptar que cuatro soflamas y cuatro soplapolleces se puedan considerar como tal. Nada de esto quieren las empresas americanas sino sus activos que no pasan por las cochiqueras y las chabolas en las que malviven los pobres cubanos. Gopegui quiere legalizar el robo que es lo que suelen hacer los dictadores o los que aspiran a ello.
Quita, como no podía ser de otra manera, autoridad moral a EEUU para erigirse en defensora de los Derechos Humanos en Cuba y curiosamente lo hace otorgándoselo a un puñado de "premios Nobel, músicos, filósofos, escritores, etcétera" cuya condición moral supongo le es satisfactoria. Ejercicio de subjetivismo. Sin embargo, entre los muchos eslóganes que se lanzan, me gustaría centrarme en uno que el propio periódico destaca sobre los demás: "Según Washington, habría que entregar las riquezas y el patrimonio del pueblo cubano a las transnacionales de EEUU".
Una de las segundas cosas que hizo Castro cuando subió al poder en Cuba fue nacionalizar a diestro y siniestro. Digo segundas, porque lógicamente la primera fue asesinar a quien se le pusiera por delante. La nacionalización no deja de ser un robo estatal y descarado, con la aquiescencia de más instituciones y personas de lo aconsejable en el noble arte del latrocinio justificado. Es este robo una de las bases del 'bloqueo' que Estados Unidos tiene sobre el Gobierno cubano, que no sobre los cubanos. Realmente lo que es ilegal es comerciar con los bienes y servicios que alguna vez fueron de ciudadanos y empresas norteamericanas. La propiedad es uno de los derechos fundamentales del ser humano y son los derechos humanos los que están en juego. Pero la señora o señorita Gopegui juega al engaño y a la exageración. Estados Unidos no exige como dice la escritora las riquezas y el patrimonio del pueblo cubano, sino que se les devuelvan a sus legítimos dueños o en su caso a los herederos, los activos que Castro y sus compinches robaron, ni más ni menos. Cierto es que en algunos casos, sino en muchos ello será más difícil de lo normal y en otros, imposible pero ello ya se dirimirá entre las partes.
Por otra parte, la propiedad es un derecho individual, las personas físicas y jurídicas pueden poseer cosas, las naciones o los pueblos como entes abstractos, no. Gopegui juega como muchos progresistas de salón con la faceta emocional del lector. Enfrenta al todopoderoso con la supuesta víctima, el pobre y aplica la lógica izquierdista que infla, justificadamente o no, el efecto para eliminar 'la causa' y colocar 'su causa'. La pobreza del cubano se debe única y exclusivamente al régimen impuesto por el tirano, régimen cuyo mayor éxito, además de condenar a muerte a varios miles de personas por procedimientos varios, está en proporcionar una olla arrocera que hará las delicias de la progresía occidental, acostumbrada al microondas.
Es factible que muchos de los que leerán el artículo creerán a pies juntillas todo lo que en él se dice y con ello juega, no me refiero a este artículo en especial sino a tantos y tantos que como este se escriben, el tirano habanero para conseguir apoyos como los que hasta ahora está consiguiendo en la Unión Europea y lo que me es más vergonzoso, del ministro de asuntos exteriores español, Miguel Ángel Moratinos, Curro para que nos entendamos. Los cubanos, si tantas y tantas décadas de tiranía no los han atontolinado como ha pasado con el 'homo soviéticus', podrán con libertad y democracia, volver a generar riqueza en poco tiempo pues recursos y posibilidades, ofrece la Isla. Cuba fue antes que este 'fumapuros' se hiciera con el poder, uno de los países más prósperos de Sudamérica y seguramente lo volverá a ser.
Juega a la demagogia asesina y al miedo infame la señora o señorita Gopegui cuando asegura que "Cuba tendría que convertirse en una colonia, habría que quitar a los cubanos sus casas, sus tierras y sus escuelas, para devolvérselas a los antiguos dueños que regresarían de Estados Unidos. Habría que privatizar la salud y la educación y entregar las riquezas y el patrimonio de un pueblo a las transnacionales norteamericanas". Cuba es menos que una colonia pero para el Partido Comunista Cubano y el monstruo que lo dirige, Cuba es una especie de congregación de esclavos que personajillos como esta escritora se empeña en convertir en el paraíso perdido. A los cubanos no se les puede quitar nada porque nada tienen, salvo los privilegiados del régimen, no tienen salud ni pública ni privada, porque no tienen ni los medios más esenciales para suministrarla, no tienen educación porque me niego a aceptar que cuatro soflamas y cuatro soplapolleces se puedan considerar como tal. Nada de esto quieren las empresas americanas sino sus activos que no pasan por las cochiqueras y las chabolas en las que malviven los pobres cubanos. Gopegui quiere legalizar el robo que es lo que suelen hacer los dictadores o los que aspiran a ello.
Comentarios
¿Cual Sudamerica si Cuba esta en Centroamerica?
Bueno, otro articulo horroroso de una defensora de la dictadura que le parece.
Bueno, otro articulo horroroso de una defensora de la dictadura que le parece.
Tienes razón nayinus, tenía que haber puesto Latinoamérica, son cosas de la noche que es cuando lo escribí y los efectos sobre la mente humana.
Los cubanos seguro sólo sueñan en comprar el microondas. Decía Andrés que recién legalizaron en Cuba la venta de las ollas a presión. En Bolivia cualquier cholita puede tener un microondas (pero creo que no le interesa a la mayoría de ellas todavía). El gran problema en Sudamérica es que hay muchos admiradores de Fidel Castro; muchos tienen la afición de jugar el papel de víctimas y eso que se benefician todos los días de productos que fueron producidos para las masas en EE.UU. Como me dijo una vez un ingeniero sobre Fidel Castro: «él es el único que tiene dignidad». Tan práctico que era ese ingeniero cuando no se convertía en un ejemplar de las masas lloronas.
Sí, es que alguna vez se me va la olla de manera brutal y me pasan estas cosas. Afortunadamente, he escrito 'arrocera' y no 'harrocera' porque entonces el ridículo hubiera sido apoteósico.
Espero que se me imponga la pena adecuada.
Espero que se me imponga la pena adecuada.
Esto está chistoso, sobre Carlos Santana, Ché Guevara y Cuba.
http://www.lewrockwell.com/fontova/fontova44.html
http://www.lewrockwell.com/fontova/fontova44.html
Perdón, de chistoso sólo el principio (artículo que recomiendo arriba). Tremendo artículo, hay que leerlo.
¿Cuál es el perfil de los defensores del régimen? 1- o son funcionarios de este ó, 2- Viven fuera de Cuba inmersos en la "asquerosa" sociedad de consumo que tanto desprecian.
Os recomiendo leer esta respuesta a la susodicha:
http://www.cubaliberal.org/opinion/041201-eladofri...
http://www.cubaliberal.org/opinion/041201-eladofri...
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