liberalismo.org
Portada » Bitácoras » Areopagítica » Maragall el implacable

18 de Septiembre de 2005

« Pol Pot Loach | Principal | Capitalismo chino para no iniciados »

Areopagítica
Bitácora de Alberto Illán Oviedo

Maragall el implacable

Maragall está que se sale. A pesar de que según las encuestas el nuevo Estatuto catalán importa mucho menos que el concursante que va a salir de la academia el próximo jueves en el bodrio-musical Operación Triunfo, no termina de darse por aludido y en esa posición tan socialista de que el gobierno está por encima de los ciudadanos ha asegurado, arropado por los suyos, que "habrá Estatut" y que ninguna fuerza catalana podrá decir "yo no quiero, conmigo no contéis" y que "quien se apee del proceso deberá vérselas con el pueblo de Cataluña en las urnas" por lo que "tendremos Estatut, y bien pronto, a finales de mes".

La deriva nacionalista de Maragall es ya irreversible. Cae en el mismo error de concepto de esta gente, confundir poder político, el Estado con los ciudadanos, con las personas. El Estatuto catalán, como el vasco, el extremeño, al andaluz, el madrileño o el castellanoleonés es un artificio que poco o nada importa a los que viven bajo su amparo. Sólo se acuerdan de él cuando se preparan alguna oposición de carácter autonómico o municipal y se olvida con aún más facilidad. Poco o nada interesa a la mayoría y generalmente suele ser fuente de problemas para empresarios y trabajadores que ven hiperreguladas sus actividades. En el peor de los casos, es un mal inevitable y en el mejor, ni se acuerdan pues parece que no se inmiscuye en sus vidas.

Pero además el Estatuto catalán, como el resto, no pasa sólo por el Parlamento catalán, sino que tiene que hacerlo por las Cortes españolas y deberá ser aprobado aquí. Siguiendo la misma línea argumental que el implacable Maragall, serán los españoles, no sólo los catalanes, los que autoricen o no este Estatuto y si al final se decide que no, se la tendrán que envainar. La convivencia es de todos, no sólo de una parte y a final de mes, es más que seguro que no tengan nada de nada.

La debilidad de Zapatero, más preocupado por sus Alianzas, sus Civilizaciones y sus ''pacificaciones'' sin importar las consecuencias, se hace evidente en el exceso verbal de aquellos que desde el poder deberían mostrarse más cautos y menos vehementes en sus apreciaciones y sus opiniones. Aquellos que deberían sopesar las consecuencias de sus acciones antes que su futuro a corto plazo en la política. A Zapatero le viene grande el cargo y las malas compañías se hacen compañeras inseparables en este viaje ¿al abismo?.

Comentarios

 
Los Presidentes españoles tienen cierta tendencia a volverse majaras cuando viajan por el mundo. Le pasó a FG y le pasó a Aznar. Zapatero tiene de novedoso que no ha tardado ni media legislatura en pasear el talante por la rosa de los vientos. Eso descontando que estaba loco bastante antes de llegar al poder. Respecto a Maragall ¿cómo no va a hacer lo que hace, y más, si fuera menester, si se está jugando la manutención?. La política, como el fútbol, es un modo de vida al que se dedican los que no valen para otra cosa.
Enviado por el día 19 de Septiembre de 2005 a las 10:52 (1)
El verdadero problema de detentar el poder es empeñarse en pasar a la historia.

Parece que si no se hace nada, si simplemente estás administrando lo que te dan con el único objetivo de que todo, al menos, continúe como estaba no entra dentro de aquellos que ambicionan el poder.

Pero la culpa de todo ésto es del pueblo, de esa masa soberana que elige a quien le gobierna, que le pide cosas.

Dificil gobernar para no hacer. Dificil no hacer si quieres gobernar, aunque sea cualquier cosa.
Enviado por el día 19 de Septiembre de 2005 a las 11:41 (2)

No se admiten ya más comentarios.