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2 de Noviembre de 2005

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Areopagítica
Bitácora de Alberto Illán Oviedo

El verde Gallardón

Que mi tocayo Alberto Ruiz-Gallardón es un hombre de magnas empresas es una verdad tan obvia que no hace falta mucha demostración. Los que padecemos Madrid día a día lo sabemos en carne propia y los que no, ni se lo imaginan. A nuestro Alberto particular la oposición le había tachado de arboricida. Un obra tan grande como descabellada, que es la que acomete en la M-30 autopista de circunvalación de Madrid, no podía pasar de desapercibida para los defensores de focas, hongos y pinos piñoneros y ni mucho menos para los que usan ese pensamiento rojiverde como arma arrojadiza. Tantos kilómetros de obras han terminado con más de uno, de dos, incluso de 10.000 árboles de los que rodeaban tan importante infraestructura. Y con argumentos bastante delirantes han terminado por llamar al alcalde algo así como genocida de árboles.

Es un poco difícil hacer una tortilla sin romper los huevos y aunque la política hace milagros, hasta la fecha es complicado que con lo que se está acometiendo no se termine por derribar árboles, arbustos y hierbajos sin distinguir edad o procedencia. Pero seamos realistas, la mayoría de esos árboles fueron puestos ahí hace mucho por manos humanas y no por la madre naturaleza, quizá si exceptuamos ciertas partes de la Casa de Campo que sobrevivieron incluso a la Guerra Civil. Estos parques por muchos años que tengan son de procedencia humana y su destrucción, aunque nos duela y a mí no me hace ni pizca de gracia, no es ni mucho menos una catástrofe medioambiental por mucho que tantos kilómetros de obras supongan tantas miles de plantas destruidas y de la misma manera que se quitan, se pueden poner.

Pues esto es lo que ha pensado el alcalde, que a él a poner árboles no le gana nadie y en los próximos años va a poner en Madrid algo así como un cuarto de millón de árboles. Los viveros deben estar frotándose las manos, ¡cuánto dinero público van a recibir! El Programa de Ajardinamiento y Reforestación Madrid Calle 30 supondrá la plantación de tantos árboles como hay ya en las aceras de la capital en una superficie de 337,3 hectáreas. La gracia viene en el precio, 12.000.000 de euros, es decir algo así como 47,25 euros por árbol que no parece mucho pero que a precio de mayorista se me antoja un tanto carillo sobre todo si los que lo tienen que ponerlos son las mismas constructoras: "Para llevar a cabo con éxito el programa, el Ayuntamiento exige a los adjudicatarios ajardinar su ámbito de actuación, reponer los árboles afectados e incluso incrementar su número y compensar a la ciudad por las afecciones con plantaciones de arbolado en otras áreas urbanas".

Lo que más gracia me hace o más pena me da, según se mire, es la filosofía que exculpa el gasto de tanto dinero del contribuyente, "No solo no es una operación dura sino que mejorará la movilidad; reducirá los gases agravantes del efecto invernadero en 35.000 toneladas anuales en 2007; luchará contra la contaminación acústica; y regenerará el paisaje urbano". Con el cambio climático hemos topado, amigo Sancho.

Comentarios

 
Nunca había oído que los árboles eliminaran la contaminación acústica, eso es nuevo xD
Enviado por el día 2 de Noviembre de 2005 a las 21:34 (1)
Sí, pero es cierto, doy fe. Vivo al lado de la M-30 y cuando en primavera verano les salen las hojas se oye mucho menos que en otoño y en invierno cuando no las tienen.

De hecho hay estudios de cuáles son las especies meores y como se debe diseñar una barrera acústica con especies vegetales.
Enviado por el día 2 de Noviembre de 2005 a las 22:25 (2)
Pues si es verdad, lo de la contaminación acústica, desde luego es bastante sorprendente
Enviado por el día 3 de Noviembre de 2005 a las 07:43 (3)

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