2 de Febrero de 2006
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Bitácora de Alberto Illán Oviedo
Greenpeace pide lo imposible
Greenpeace hace lo que sabe hacer bien, demagogia. De hecho, ha pervertido la ecología en ecologismo y el ecologismo, privado de su apoyo marxista a fuer de Historia, en uno de los populismos más demagógicos que azotan el planeta en el que vivimos. La apuesta de Greenpeace por las energías renovables es un troyano que ha calado con fuerza en esta solidaria y influenciable sociedad del bienestar y la postura de muchos gobiernos y Estados por este tipo de energías, más allá de sus virtudes y sus defectos, de sus costes, es un ejemplo más que suficiente. Greenpeace sabe que maneja un arma para conseguir poder y bien que sabe utilizarla.
Lo último, aquí en España, es pedir que el Gobierno certifique el origen de toda la electricidad y no sólo de la renovable, como se venía haciendo ahora. La certificación de que la energía que se está usando es de origen renovable es simplemente una mentira. Es imposible determinarlo como ya comente en este artículo hace unos años. Como dije, los electrones que se incorporan a la red desde una central de energía renovable no llevan un marchamo de calidad como pueden llevar las vacas, eso es un engaño. A lo sumo Red Eléctrica de España puede certificar que en un momento dado tanto porcentaje de energía usada viene de tal o cual central de producción y así dar una cifra. Pero ojo, esto puede cambiar dentro de un segundo, se apaga una central y se enciende otra, se para un molinillo y se pone en funcionamiento una planta de térmica o una fotovoltaica. Y dos horas después después, todo vuelve a cambiar. Tampoco podemos olvidar que los cables pierden en forma de calor mucha de esa energía al transportarla a su destino y en ciertas circunstancias climáticas puede ser un porcentaje muy elevado, ¿podríamos certificar que toda esa energía perdida es precisamente la renovable?. Además, la generación de energía de fuentes renovables está limitada independientemente de la potencia que se tenga instalada, precisamente para evitar que un brusco cambio en el tiempo atmosférico produzca una parada en la generación que el resto de fuentes no renovables no pueda compensar. En dichas circunstancias podría producirse un apagón. Greenpeace pide lo imposible o en todo caso, que el Gobierno y las empresas suministradoras mientan para que el ciudadano "comprometido" sonría.
¿Qué persiguen nuestros amigos verdes con esta petición?. Supongo que es una estrategia a medio o largo plazo. Si consigue que este o cualquier otro Gobierno nos diga que el 90% de la energía que utilizamos es de fuentes que a juicio de los ecologistas suponen una amenaza para el clima, para el planeta o para quién tengan en menester, pueden orquestar una campaña más dura que acogote a las autoridades y las pongan a su merced, ¿quién podría permanecer impasible si sabe que su lavadora, su frigorífico o su televisión está amenazando el planeta, a ese oso polar tan majo o a esa foca tan pacífica?. Sería todo un triunfo, uno más para los alegre activistas, estos modernos Robin Hoods, estos piratas de la calavera verde...
Lo último, aquí en España, es pedir que el Gobierno certifique el origen de toda la electricidad y no sólo de la renovable, como se venía haciendo ahora. La certificación de que la energía que se está usando es de origen renovable es simplemente una mentira. Es imposible determinarlo como ya comente en este artículo hace unos años. Como dije, los electrones que se incorporan a la red desde una central de energía renovable no llevan un marchamo de calidad como pueden llevar las vacas, eso es un engaño. A lo sumo Red Eléctrica de España puede certificar que en un momento dado tanto porcentaje de energía usada viene de tal o cual central de producción y así dar una cifra. Pero ojo, esto puede cambiar dentro de un segundo, se apaga una central y se enciende otra, se para un molinillo y se pone en funcionamiento una planta de térmica o una fotovoltaica. Y dos horas después después, todo vuelve a cambiar. Tampoco podemos olvidar que los cables pierden en forma de calor mucha de esa energía al transportarla a su destino y en ciertas circunstancias climáticas puede ser un porcentaje muy elevado, ¿podríamos certificar que toda esa energía perdida es precisamente la renovable?. Además, la generación de energía de fuentes renovables está limitada independientemente de la potencia que se tenga instalada, precisamente para evitar que un brusco cambio en el tiempo atmosférico produzca una parada en la generación que el resto de fuentes no renovables no pueda compensar. En dichas circunstancias podría producirse un apagón. Greenpeace pide lo imposible o en todo caso, que el Gobierno y las empresas suministradoras mientan para que el ciudadano "comprometido" sonría.
¿Qué persiguen nuestros amigos verdes con esta petición?. Supongo que es una estrategia a medio o largo plazo. Si consigue que este o cualquier otro Gobierno nos diga que el 90% de la energía que utilizamos es de fuentes que a juicio de los ecologistas suponen una amenaza para el clima, para el planeta o para quién tengan en menester, pueden orquestar una campaña más dura que acogote a las autoridades y las pongan a su merced, ¿quién podría permanecer impasible si sabe que su lavadora, su frigorífico o su televisión está amenazando el planeta, a ese oso polar tan majo o a esa foca tan pacífica?. Sería todo un triunfo, uno más para los alegre activistas, estos modernos Robin Hoods, estos piratas de la calavera verde...
Comentarios
El diálogo o debate que se establece entre un liberal y un ecologista fundamentalista es muy ilustrativo
http://www.columbia.edu/~xs23/catala/articles/2002...
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Greenpeace cree que los certificados de garantía de origen renovable pueden servir para que el consumidor tenga certeza de que si ha optado por adquirir energía de origen renovable, ésta lo sea realmente, pero es imprescindible que estos certificados vayan unidos a la misma electricidad en toda transacción comercial, y por tanto no puedan ser negociables por separado de la electricidad que certifican.
"Lo que se necesita es garantizar de dónde viene la electricidad que uno elija comprar, no crear un mercado paralelo de certificados. El certificado de origen renovable sólo puede ser obtenido por quien realmente produce y vende energía renovable, no debe acabar en manos de quien está vendiendo energía sucia, que lo podría utilizar para ocultarla y engañar al consumidor”, ha añadido García Ortega.
http://www.greenpeace.org/espana/news/greenpeace-p...
"Lo que se necesita es garantizar de dónde viene la electricidad que uno elija comprar, no crear un mercado paralelo de certificados. El certificado de origen renovable sólo puede ser obtenido por quien realmente produce y vende energía renovable, no debe acabar en manos de quien está vendiendo energía sucia, que lo podría utilizar para ocultarla y engañar al consumidor”, ha añadido García Ortega.
http://www.greenpeace.org/espana/news/greenpeace-p...
Ya, todo muy bonito pero es materialmente imposible comprar energía de un determinado origen a no ser que se haya creado una red de distribución independiente que transporte la energía que se demanda hasta el consumidor final. Todos los certificados y las gaitas que se inventen los amigos de lo verde sólo será un trámite burocrático más, un coste que se repercutirá en el consumidor o ya que tenemos los precios intervenidos, en los contribuyentes que son los que ponen la pasta que la eléctrica "deja de ganar" por la intervención. O porque no, que se lleva por la cara ya que tampoco es seguro que en un mercado libre los precios sean más caros, lo mismo son más baratos.
Además, Ortega lo que pide es nacionalizar un poco más el mercado energético, que el Estado meta más la mano de lo que ya la mete. Si la empresa no puede certificarlo, entiendo que el comisario político de turno o incluso los mismos ecologistas tendrán que certificarlo.
Un saludo
Además, Ortega lo que pide es nacionalizar un poco más el mercado energético, que el Estado meta más la mano de lo que ya la mete. Si la empresa no puede certificarlo, entiendo que el comisario político de turno o incluso los mismos ecologistas tendrán que certificarlo.
Un saludo
Alberto, cuando leí tu comentario estuve tentado de responderte como lo voy ha hacer ahora.
El comentario de Mario y tu respuesta me parece que ahondan en mi idea.
Verás. Yo si lo veo positivo. Por un lado deberíamos saber cuánta electricidad “verde” son capaces las empresas de producir. Deberíamos saber a qué coste. Deberíamos saber cuantos impuestos está dispuesto el Estado a poner para igualar el precio. Deberíamos saber si la ciudadanía, informada obligatoriamente por el Estado en su recibo de la luz está dispuesta a pagar más por ser más ecológica o no. Deberíamos poder elegir.
Si así ocurriera, la ciudadanía tendría reconocido el derecho a elegir pagar más por algo que el mercado le puede proporcionar por menos. Pero si la ciudadanía resulta que prefiere energía barata no creo que ningún estado esté dispuesto a poner impuestos sobre aquella que sea más contaminante. Es más, deberíamos exigir que en el precio que pagamos de toda la energía, quede bien claro cuánto va a impuestos...
La información es un arma que hay que usarla. Y cada uno puede usarla en su beneficio si se hace bien.
El comentario de Mario y tu respuesta me parece que ahondan en mi idea.
Verás. Yo si lo veo positivo. Por un lado deberíamos saber cuánta electricidad “verde” son capaces las empresas de producir. Deberíamos saber a qué coste. Deberíamos saber cuantos impuestos está dispuesto el Estado a poner para igualar el precio. Deberíamos saber si la ciudadanía, informada obligatoriamente por el Estado en su recibo de la luz está dispuesta a pagar más por ser más ecológica o no. Deberíamos poder elegir.
Si así ocurriera, la ciudadanía tendría reconocido el derecho a elegir pagar más por algo que el mercado le puede proporcionar por menos. Pero si la ciudadanía resulta que prefiere energía barata no creo que ningún estado esté dispuesto a poner impuestos sobre aquella que sea más contaminante. Es más, deberíamos exigir que en el precio que pagamos de toda la energía, quede bien claro cuánto va a impuestos...
La información es un arma que hay que usarla. Y cada uno puede usarla en su beneficio si se hace bien.
El lado bueno puede ser que la energía de fuentes menos "demandadas" como la nuclear, se venda más barata, lo que estaría muy bien para los que no tuviéramos problemas en demandarla...
Zuppi, por ejemplo. Además pensad que el problema fundamental del asunto de la energía es el control gubernamental de precios, de licencias de construcción, de control de las empresas vía cajas de ahorros controlados por los polìticos...
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