liberalismo.org
Portada » Bitácoras » Areopagítica » Hacia los programas electorales genéricos

19 de Mayo de 2007

« Guerra entra en liza, vuelve el ruido de cheques | Principal | Racionamiento en Irán »

Areopagítica
Bitácora de Alberto Illán Oviedo

Hacia los programas electorales genéricos

Desengáñese, el político profesional no tiene ningún interés por su bienestar. Por mucho que se empeñe en dirigirse a usted específicamente, que le asegure que solucionará SUS problemas, que le muestre todo aquello que va a hacer en su nombre para que se sienta mejor, por mucho que persiga a su pequeño momoncete o a su tierno infante para plantarle dos besos en las mejillas, sonreír y salir lo mejor  posible en las noticias de las 9 de la tarde, en el fondo sólo quiere su voto. Ese es su único objetivo.

Una vez pasada este huracán política, este periodo donde su dinero se gasta en las orgías electorales llenos de excesos dialécticos y hasta físicos, estoy más que seguro que se pondrá a proyectar muchas cosas, algunas vendrán en el programa que creyó votar, otras no. Seguramente esa construcción del estado nacional que le aseguró, esa preponderancia de lo regional que reivindicó, ese nuevo parque que le prometió al lado de su casa, esa línea de metro, ese tranvía o todos esos policías que deberían de hacer más segura su zona, no terminarán de hacerse realidad o cuando lo hagan, estaremos a punto de volver a votarle y le recordará que durante los últimos cuatro años ha llenado su casa de polvo de obra interminable por su bien, que ha hecho cuentas para encontrar el presupuesto necesario para contratar unos cuantos funcionarios públicos más disfrazados de agentes de la autoridad por su bien, que ha liado no sé que embrollo autonómico-nacional por su seguridad, que ha hecho una oposición dura pero leal por su bien, que ha sacado las vergüenzas al poder y que él o ella lo hubiera hecho mejor para su bien.

Si nos detenemos en las propuestas de los partidos se puede sacar la conclusión de que los programas electorales salen de la tienda de fotocopias de la esquina, que lo que promete uno lo promete el de al lado sin pudor, cambiando aquí y allá algunas cláusulas, la letra pequeña o ciertas minúsculas ideas. Los programas electorales son como aquellos medicamentos genéricos que los laboratorios venden despojados de marca, simplemente la fórmula magistral, pero sin el adjetivo. Los recientes “copia y pega” del PSOE canario y de otros partidos es un ejemplo de, como poco, una tomadura de pelo para los ciudadanos, cuando no un fraude a los electores. Pero que podemos esperar, donde uno promete 10.000 pisos VPO, el otro 20.000; donde uno dice que va a construir tres hospitales, el otro promete cuatro; donde uno dice que va a subir la dote para atender a tal cual minoría maltratada, el otro envida más o te echa un órdago. La capacidad de promesa del político no tiene fin, su capacidad de demagogia es infinita, la pólvora de rey en forma de impuestos es como agua de mayo para el político profesional.

Llevamos ya una semana larga de circo y además de trapecistas, funambulistas que usan las redes de los impuestos, además de domadores de fieras y de fieras sin domadores, hemos visto payasos que no hacen ni pizca de gracia y directores de pista que deberían estar en los programas de la prensa rosa o en Alcalá-Meco en vez de cómo aspirantes a la poltrona. Pues qué viva la democracia que así da gusto.


Comentarios

 

No se admiten ya más comentarios.