1 de Diciembre de 2007

Hacia las 9:00 de esta mañana, unos terroristas de la ETA han acribillado a balazos a dos Guardias Civiles en la localidad francesa de Capbreton, al norte de Bayona. Uno de ellos ha fallecido y el otro, permanece en estado crítico en un hospital francés. Ambos agentes realizaban un seguimiento a los etarras en el sur de Francia, dentro de las misiones conjuntas de colaboración antiterroristas entre Francia y España. La AVT ha convocado una manifestación silenciosa en todos los ayuntamientos españoles a las 12:00 de la mañana del próximo 3 de diciembre, lunes.

Caben algunas reflexiones a vote pronto. En primer lugar, los partidos han empezado con las declaraciones de condena contra el terrorismo, algunas de las cuales deberíamos considerar más hipócritas que sinceras. Sinceramente, no creo que la declaración conjunta de los grupos parlamentarios sea creíble, pues los intereses electorales de todos y las políticas aparentemente antiterroristas de la mayoría, lo convertirán, salvo sorpresa mayúscula, en una lamentable parodia. Debemos poner en el congelador cualquier declaración afligida de los principales responsables del Gobierno o del nacionalismo vasco. Ahora todo el mundo condenará los hechos y se dará golpes de pecho. Su pasado-presente de diálogo-cesión ante las peticiones terroristas no les da demasiada credibilidad. Es dentro de unos días, como cuando ocurrió el atentado de la T4 en Barajas, cuando veremos cuál es la verdadera naturaleza de sus declaraciones y sobre todo, sus hechos.

En segundo, no es casualidad que esto ocurra el día siguiente al que la justicia española haya ordenado la detención de 46 miembros de organizaciones-tapadera política de la ETA, que recordemos, no dejan de ser parte de la banda terrorista. La cesión ante las bandas terroristas es sólo una muestra de debilidad que los asesinos aplauden. Que según el PSOE, éste haya sido el periodo con menos muertos de ETA, no es sino una confirmación que los etarras han vuelto a conseguir todo el poder que perdieron con los gobiernos que apostaron por su erradicación a través de la línea policial y la aplicación del Estado de Derecho, no de que vivamos en el mejor momento posible ante el terrorismo y que cuando lo consideren, volverán a las andadas, pero sobre todo establecerán un régimen de terror allá donde gobiernen. Las políticas de claudicación son históricamente la antesala de algo mucho más cruel y desalmado, sobre todo cuando en el ambiente se respira la xenofobia y el racismo del que hacen gala los responsables nacionalistas.