31 de Enero de 2006
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TAR vs TDR IX Principio 5: Los rendimientos crecientes
Así como otros principios de la TDR extraídos por él son despachados sin mayor atención, a este le dedica un mayor espacio y empeño. Y es que cree que, a diferencia de otros, podría llegar a ser relevante.
Es importante, sí, porque desmiente la importancia del famoso pico de la producción. Dije en su momento que es posible que la producción de un determinado recurso decrezca sin parar y que sin embargo aumentáramos constantemente los servicios que obtenemos de esa producción, si el aumento de la productividad más que compensa esa caída en la producción. Es la crítica a su non sequitur (I, II) que no ha sabido responder.
Como me señala Marcel Coderch, en su momento puse un ejemplo en un artículo titulado Porqué no nos quedaremos sin petróleo. Entonces recalqué, para señalar la importancia de la productividad, que
Cuando con una determinada cantidad física de recurso aumentamos los servicios que podemos obtener por unidad del mismo en un 100%, es exactamente igual que si dobláramos la cantidad de materia prima disponible con la antigua tecnología. De este modo, con un aumento en la productividad anual del 5%, por ejemplo, y un aumento en el consumo del 3%, se podría aumentar indefinidamente el consumo acrecentando al mismo tiempo la cantidad de servicios atesorados (la negrita la añadió Marcel Coderch).
Marcel tiene un problema con los ejemplos numéricos. No los toma como meramente ilustrativos cuando en casos como el párrafo anterior tienen claramente esa función. Para desmentir esta sencilla idea tiene la amabilidad de hacer una tabla que desarrolla los crecimientos relativos de la productividad al 5% y del consumo al 3% para luego decir
Así, si esta ley fuera operativa, a 100 años vista podríamos multiplicar por 18 el número de Km realizados y dividir por 6 la gasolina consumida, con lo que la productividad se habría multiplicado por 125: un escenario ciertamente envidiable pero que parece alejado de todo lo conocido.
Pero Marcel ¡que es un mero ejemplo con el ánimo de ilustrar, de hacer más visible, intuitiva y comprensible una idea que, por lo demás, tampoco resulta muy compleja! Creo sinceramente que se entiende que el ejemplo numérico no tiene pretensión de describir una realidad pasada o futura.
Lo que tendrías que demostrar, para invalidar mi argumento, es que la productividad no crecerá o no lo hará a partir de determinado punto, o que lo hará en general a menor ritmo que las necesidades del recurso.
Gracias al ejemplo numérico que referí en ese artículo, y gracias a la idea de que cuando con una determinada cantidad física de recurso aumentamos los servicios que podemos obtener por unidad del mismo en un 100%, es exactamente igual que si dobláramos la cantidad de materia prima disponible con la antigua tecnología, queda clara una cosa. Y es que el hecho de que haya una cantidad física finita de un determinado que se está consumiendo a un determinado ritmo, constante o creciente es lo mismo, no quiere decir necesariamente que se vaya a agotar en el futuro. Como mucho es una posibilidad. Pero no la única.
A partir de ahí, podemos hacer valoraciones sobre el poder del ingenio humano, su capacidad para solventar problemas a los que se enfrenta o para aumentar la productividad de los recursos. Y podemos ilustrar cómo históricamente el aumento de los servicios que obtenemos de los recursos no se han derivado únicamente por un uso creciente en las cantidades de recursos, sino también por un aumento en la productividad. Pero lo que no se puede decir es que necesariamente agotaremos el recurso y que en consecuencia, y también necesariamente, nos haremos más pobres en los servicios que ahora extraemos de su uso.
El siguiente paso de Coderch consiste en decir: ¿De qué me vale a mí el aumento de la productividad si de todos modos la cantidad que consumimos históricamente ha crecido? Nos dice
En el mundo real lo que observamos es todo lo contrario (de mi ejemplo ilustrativo del 5% y el 3%): un consumo creciente en términos absolutos
Pero de nuevo, el que en la mayoría de los casos y desde el punto de vista histórico haya sido así no quiere decir que en el futuro solo tenga que ser de ese modo. Recuerdo el sentido de mi idea. No estoy diciendo que en el pasado o en el futuro necesitaremos y consumiremos cada vez menos recursos, con más servicios derivados de ellos gracias a una creciente productividad. Solo digo que es posible.
Es más, afirmo, ya por enésima vez, que si alcanzáramos el santo grial del pico de la producción de petróleo que buscan estos caballeros, sin descanso, y la producción anual comenzara a descender, aún con sus picos ulteriores, ello no implicaría necesariamente que fuéramos más pobres en los recursos derivados de esa mermante producción. La posibilidad de enfrentarnos a un consumo decreciente de cantidad de petróleo no la he planteado yo. La plantean ellos. Que Marcel me acuse de hacerlo resulta de lo más sorprendente. Si, como ellos afirman, todo lo que sube baja y ello va también por la producción de petróleo, lo único que digo es que la productividad podría compensar al menos en parte esa creciente disponibilidad y por tanto ese menor consumo, en términos físicos, del recurso.
Yo sé que con todo esto Marcel se desespera un poco conmigo. Porque me exige que haga predicciones concretas sobre la evolución probable o posible de los recursos, o porque espera que demuestre con datos o con razonamientos matemáticos que el hombre tiene una capacidad creativa, una facultad que combina conocimiento, ingenio y razón y que le hace progresar. No lo haré porque no es el camino (método) para llegar a demostrar que el hombre tiene el ingenio o la creatividad, al servicio de sus intereses.
Pero ¿es que no se ha parado Marcel a hacer un breve repaso de la historia del hombre? Recordará que hace unos cuantos miles de años nuestra tecnología alcanzaba a la creación y mantenimiento de fuegos, a tallar piedras. A la primera agricultura. ¿Cómo cree que hemos llegado de ahí a pisar la luna? ¿Por casualidad? ¿No tendremos algo entre oreja y oreja, entre la frente y el cogote, entre la nuez y la coronilla que nos ha permitido progresar? En una anotación posterior seguiré con el tema, ya que me acusa de tener (qué gracia me hacen este tipo de frases) una fe ciega en la tecnología.
La tecnología es la forma de ordenar los recursos para alcanzar de la forma más cumplida que puede proponer el ingenio humano una serie de objetivos definidos. Nuestro deseo para salir adelante, para cumplir dichos deseos, es permanente. Pero nuestro esfuerzo por conseguirlo depende de que pensemos que tenemos posibilidades de conseguirlos. En una economía de mercado hay una relación positiva y poderosa, aunque incierta, entre el esfuerzo guiado por la razón y los fines perseguidos por los hombres. Esa relación, que se manifiesta en los beneficios y las pérdidas, está guiada por los precios de mercado. Por eso, en una sociedad libre, hay grandes incentivos para alcanzar las tecnologías más adecuadas para la consecución de nuestros propósitos.Anotaciones anteriores:
TAR vs TDR VIII Principio 4: El ahorro energético
TAR vs TDR VII Principio 3: Los estímulos a los nuevos descubrimientos
TAR vs TDR VI Principio 2: La elasticidad del consumo de los recursos energéticosTAR vs TDR V Principio 1: La economía como subdivisión de la praxeología
TAR vs TDR IV El esquema de TAR de Marcel Coderch
TAR vs TDR III Sobre la relevancia de mis argumentos
TAR vs TDR II Falsabilidad
TAR vs TDR I Presentación del debate
Comentarios
"Porque me exige que haga predicciones concretas sobre la evolución probable o posible de los recursos, o porque espera que demuestre con datos o con razonamientos matemáticos que el hombre tiene una capacidad creativa, una facultad que combina conocimiento, ingenio y razón y que le hace progresar."
Pero Marcel no hace aquí una petición tan descabellada. El que haya incentivos para la aparición de una tecnología no quiere decir que esa teconología aparezca.
Cito a Von Mises:
"Las objeciones opuestas tanto a la ley de Malthus como a la ley de los rendimientos a escala son vanas". Y en otro punto nos recuerda que las ciencias naturales siempre deben entrar dentro del cálculo económico.
No podemos decir a priori (ni siquiera desde la economía austriaca) que vayamos a encontrar siempre las tecnologías que necesitamos.
Solo podemos decir a priori que el mercado hara una utilizacion optima de los recursos, dado el descuento temporal de los agentes.
Pero para garantizar que ese óptimo es realmente bueno (y no optimo, pero miserable) es importante asegurarse de que tenemos o vamos a tener las tecnologías necesarias. Por eso escribí el post sobre energía.
De lo que trata Marcel, en el fondo, no es otra cosa que justificar un gobierno mundial para el control de las fuentes de energía (petróleo, gas) y partiendo de ahí luchar contra la globalización.
No nos engañemos por las cifras los picos, los posibles y los imposibles.
La cuestión fundamental de todo este tema, la TAR contra la TDR, creo recordar, es viabilidad de opciones futuras
Y sólo lo sabremos si se deja a la economía seguir su curso libremente.
1) La gente tenga una creciente necesidad de que se dé lugar a una nueva tecnología
2) Las instituciones (precios, comunidad científica, escuelas...) favorezcan la aparición de dichas tecnologías
Vayan a aparecer. Como le expliqué a Marcel Coderch cuando le demostraba que su opinión de que no aparecerán alternativas no es más que una mera opinión sin valor y sin posible sustento científico, basándome en Popper, no podemos predecir de antemano el desarrollo futuro de la tecnología.
En consecuencia, no podemos
1) Ni negar que vaya ha aparecer una tecnología alternativa
2) Ni asegurar que precisamente sea ello lo que ocurra.
¿Qué es lo que podemos decir? Lo más que puede decir la teoría económica: En el supuesto A, se darán más fenómenos del tipo a que si A no se diera. Es decir, llevado a este asunto:
En el supuesto de
1) Un recurso es crecientemente escaso.
2) En una economía de mercado.
Lo que tendremos es que se tenderá a producir las tecnologías adecuadas para hacerlo más abundante, más productivo o menos necesario por el desarrollo de alternativas, ya que dado que el mercado internaliza las consecuencias positivas de tal hallazgo, los incentivos se mueven precisamente en tal sentido.
Este tipo de respuesta le desespera a Coderch. Esto es porque él tiene un martillo y en consecuencia no ve en el mundo más que clavos. Es decir: es un ingeniero y cree que solo hay problemas ingenieriles. Cree que tenemos que encontrar una solución. Pero con lo que nos encontramos no es con una solución, sino con un proceso con un tipo re resultados, ni siquiera con unos resultados concretos.
Permíteme que haga mías estas palabras.
"...
La enseñanza del ingeniero debe ser, pues, en todo momento, racional. Pero el principio de economía que debe orientar al técnico, aun en su formación, exige que este racionalismo no engendre por exageración una sistemática desconfianza que le impida, por ejemplo, clavar un clavo sin antes calcular el momento de inercia de la sección del martillo. No se anheló el rigor para matar la intuición, sino para vigorizarla.
..."
Pedro Puig Adam.
Madrid, marzo de 1947.
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