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5 de Octubre de 2006

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La Hora de Todos
Bitácora de José Carlos Rodríguez

A un año de Katrina

Un año y algo más, pero como estoy en plena recuperación de mis últimos artículos, vamos con Katrina cumple un año, en La Gaceta de los Negocios:

Antes de que el Katrina besara las costas de Luisiana, Home Depot distribuyó miles de generadores, leña, o baterías a la zona. La capacidad de Wal Mart de hacer llegar a los vecinos alimento, agua, más todo lo que creían más adecuado para su protección fue tan portentosa que su reconocimiento ha sido general. Las compañías telefónicas remozaron sus instalaciones y sus repetidores de señal para que ningún ciudadano se quedara sin hacer una llamada salvadora.

¿Qué fue de la actuación pública? El Cuerpo de Ingenieros del Ejército de Tierra había construido unos diques preparados para un huracán de grado 4. Siempre se habló de mejorarlos ante el temor de que algún día llegaría a la ciudad un huracán con su máxima fuerza (5), pero los grupos ecologistas lograron detener la iniciativa, gracias a una eficaz campaña en contra. Más tarde, el pasado junio, el Cuerpo llegó a reconocer su mala gestión. Eso sí, elaborando un informe de 6.000 páginas que ha costado casi 20 millones de dólares. Las autoridades locales no supieron coordinarse y sólo supieron hacer funcionar a una pequeña fracción de las 149 bombas de achique que tenían en su poder.

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Aprovecho, claro está, para traer el artículo que sobre el mismo tema ha escrito Gabriel Calzada, Katrina, un año después:

Por otro lado, el omnipresente Estado no sólo gestionó de forma catastrófica la ayuda, secuestró a miles de habitantes y logró, como suele ser habitual en estas grandes organizaciones estatales, que la malversación de fondos obtuviera mayores titulares que las tareas de ayuda y reconstrucción. Además, se olvidan de que el Estado ayudó de manera decisiva a la catástrofe con su continuado intervencionismo en materia de seguros. Durante décadas, los esfuerzos de las aseguradoras privadas por exigir niveles de protección más elevados a los clientes que vivían en áreas con alto riesgo de huracanes chocaron frontalmente con los políticos de alta sensibilidad social. Los precios de las aseguradoras fueron regulados al tiempo que el estado concedía en cada nuevo huracán fondos públicos para las familias afectadas, reduciendo así el incentivo de los potenciales clientes para asegurarse frente al próximo huracán. Estas regulaciones fueron expulsando a las aseguradoras privadas, hecho que usó el Estado federal para crear seguros públicos como el Seguro Nacional contra las Inundaciones. Estos inventos propios de Estados del Malestar hicieron que los principios políticos sustituyeran a los actuariales extinguiéndose la relación contractual que ha probado ser la forma de prevención más eficaz contra los efectos en el ser humano de las catástrofes naturales y la manera más efectiva de restituir a los damnificados así como de restaurar las ciudades y su actividad.

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Ver también: Desastres naturales, desarrollo, y muertes, Catástrofes y Estado, Katrina arrasa el periodismo.


Comentarios

 
Chiste aparecido en la bitácora Si Rayo fuera liberal:
Un liberal y un progre van caminando por la calle y se encuentran a un mendigo. El liberal le da su tarjeta de visita y le dice que se pase por su empresa para conseguir un trabajo. A continuación coge veinte euros de su cartera y se los da al mendigo.

El progre queda muy impresionado y cuando encuentran otro mendigo, decide ayudarlo.

Se dirige hacia el mendigo y le da la dirección de servicio de asistencia social. A continuación le coge la cartera al liberal y saca veinte euros. El progre se queda con quince euros por gastos de administración y le da al mendigo los otros cinco euros. Ahora entenderás la diferencia entre un liberal y un progre.
Para los interesados, hay una campaña electoral interesantísima en Maryland entre un candidato Republicano, el vicegobernador del estado, de raza negra y criado en un pueblo segregado, y un megaprogre superpijo Demócrata. En el debate de ayr, el Demócrata dijo que prometía pedir que se aumentaran los impuestos para gastarlos en programas sociales. El republicano tuvo el valor de decir que lo que había que hacer es seguir bajando impuestos para que el sector privado invirtiese y que así los negros conseguirían empleos y becas de estudio, y no una limosna.
El candidato republicano se llama Steele, no es perfecto, pero espero que gane porque decir las verdades del barquero en un estado donde el 28% de la población es negra es suficiente motivo para que sea él y no el pijo quien gane.
Enviado por el día 5 de Octubre de 2006 a las 17:33 (1)
Si Rajoy fuera liberal -con tanto espíritu empresarial el inconsciente me ha jugado una mala pasada y he acordado de una charla de Juan Ramón en el IJM este pasado verano.
http://sirajoyfueraliberal.blogcindario.com
Enviado por el día 5 de Octubre de 2006 a las 17:35 (2)

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