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De la concepcion de la ciencia economica.
Enviado por el día 14 de Noviembre de 2003 a las 19:17
¿Como debe de ser el enfoque del estudio y la enzeñansa en las universidades sobre la economia?
Actualmente en la facultad de economia de la UNAM se esta llevando un proceso para cambiar el plan de estudios, sin embargo, se dice que en la mayor parte de las instituciones de enzeñansa de la economia se ha enfocado hacia los requerimientos del mercado laboral, es decir, la formacion del economista esta en funcion de lo que espera obtener el dueño del capital, por lo que aqui se pretende hacer lo mismo.

Creo yo que es un tanto basio el hecho que el economista se convierta en solo un instrumental mas para que el capitalista incremente mas sus ganancias, yo me preguntaria aqui, ¿y donde esta el compromiso con la sociedad?

Claro esta que el servir a las empresas privadas, y en especial a las multinacionales, es el romper con todo eslabon de compromiso con el desarrollo y bienestar de la sociedad, principalmente con los paises tercer mundistas.

Ahora bien, es un tanto alarmante el hecho que en la actualidad se vive un momento de "crisis teorica de la economia", en concreto, la consepcion varia mucho dependiendo el pais, la institucion, la doctrina, etc. Esto pone de manifiesto fundamentalmente dos corrientes antagonicas: la economia como tecnica matematica y la economia como ciencia social.

Yo opino que la economia economia debe de ser tomada como una ciencia social, y que la formacion de todo economista debera de ser cientifica, analitica y critica.

Re: De la concepcion de la ciencia economica.
Enviado por el día 14 de Noviembre de 2003 a las 23:01
La economìa es una ciencia social que tiene, entre otros, un amplio instrumental matemàtico a su alcance.

Lo de servir al capital o no, pues bien, ya depende de tu convicciòn ideològica.

Saludos cordiales.
Re: Re: De la concepcion de la ciencia economica.
Enviado por el día 16 de Noviembre de 2003 a las 06:52
Hé tenido la no muy grata experiencia de pasar clases con profesores formados en la UNAM, no se si será generalizado, pero su formación parecía más de sociólogos. Metidos totalmente con aquello de la "metodología", una serie de pasos que hacen que cualquier peregrina investigación se convierta en "científica".

Además aquello de las "técnicas de estudio", unas técnicas como llevar fichas de colores las cuales te ayudan a tener coherencia (a y en colores), ves, una cuestión de procedimientos que les encantaba a los sociólogos, hacían sus tareas con papelitos de colores, cortaban con tijeras y pegaban con goma. También ponían sus fichan en orden en unas cajas especialmente diseñadas. Y también aquello de la "educación participativa", con este sistema podes aparecer en clases y contar las cosas que se te ocurran y así aportas a la ciencia y el conocimiento universal.

Con todo ese instrumental se daban a la tarea de criticar a la economía. Todo parece bien hasta que si queres hacer alguna investigación con CRITERIO ECONOMICO, simplemente no sabes en que área es la que estas preparado.

Aquellos de las matemáticas son solo un procedimiento, con la ventaja de darte disciplina y rigurosidad en el razonamiento, ves es que en ciencias sociales se te puede ocurrir cualquier cosa y darla por válida, eso te evitan las matemáticas, nada más. Podes también usar la lógica verbal, pero debes dominarla muy bien para no caer en aquello de las falacias.

No se lo que entendes con aquello de "compromiso con la sociedad" ¿y las técnicas matemáticas en oposición a la economía como ciencia social?. Muchos de aquellos que sienten adversión a las matemáticas son los que les encantan las lecturas de héroes y villanos, de buenos malos, de ricos y pobres, de comprometidos y no comprometidos y claro se ubican entre los buenos, los héroes y comprometidos con los pobres. Pero para demostrarlo lo peor que podrían hacer es el esfuerzo primero ellos mismos y luego a quienes los escuchan de mínimamente razonar, sería impopular, mejor es contar historias mal contadas pero que sean muy emocionantes, las emociones son manipulables.

¿De donde sale aquello de "crisis teórica"?, la economía es en realidad la única ciencia social y justamente porque ha conseguido un cuerpo teórico capaz de explicar su objeto de estudio: el mercado. Obviamente si descalificas al mercado, también descalificas aquello que explica su funcionamiento: la teoría económica. Y luego le reclamas a la economía de tener crisis,¿quién lo dice?

No conozco otra ciencia tan intervenida como la economía; sociólogos, artistas, profesores de literatura, sindicalistas, abogados, periodistas, psicólogos, políticos, politólogos y todólogos opinan de economía. Te recomiendo un libro: Historia de la Teoría Económica y su Método, de la McGrawHill, pueden haber otros, pero es necesario conocer la maravillosa y particular evolución que ha tenido esta ciencia por la que nos hemos decidido.

Cuando se consigue que haya rentabilidad en una empresa, no solo aseguras las ganancias del capitalista, también aseguras el salario del trabajador sustento de su familia y el dinero para los impuestos que cobra el estado y que gastan los políticos para sus "obras sociales". Si hay rentabilidad también es señal que estas trabajando con eficiencia, que la gente acepta tu trabajo.

Que bien que pretendan reformar el plan de estudios. No te preocupes de si es una ciencia social, porque la economia es la reyna de las ciencias sociales. Saludos
Sin capital no hay riqueza que redistribuir
Enviado por el día 16 de Noviembre de 2003 a las 10:07
Gracias, frank, por tu claridad.

Subrayo tu párrafo final: "Cuando se consigue que haya rentabilidad en una empresa, no solo aseguras las ganancias del capitalista, también aseguras el salario del trabajador sustento de su familia y el dinero para los impuestos que cobra el estado y que gastan los políticos para sus "obras sociales". Si hay rentabilidad también es señal que estas trabajando con eficiencia, que la gente acepta tu trabajo".

Y es que si queremos que la sociedad funcione, que existan servicios sociales para las situaciones de emergencia, o de desamparo en que pueden quedar ciertas personas, es decir, lo que se llama comunmente "redistribuir la riqueza" es necesario crearla primero. En una visión simplista de la sociedad formada por ricos y pobres, lo importante no es cuanto tienen los "ricos", sino mas bien de cuanto disponen los "pobres" para salir adelante.

La izquierda democrática pretende un estado donde estén garantizados a todos una serie de servicios, tanto esenciales como menos esenciales (el "estado de bienestar") Evidentemente la izquierda democrática no cuestiona el modelo de sociedad en el que está asentada la "economía de mercado" y la "libertad de empresa". La discusión política se centra únicamente en qué servicios debe ofertar el estado y cuales no: es decir, donde está la línea que separa la actividad estatal de la privada. Esto se podría traducir en la pregunta de ¿Qué % del PIB puede manejar y distribuir el Estado para que la libertad de empresa quede garantizada y la corrupción que pueda generar no sea significativa socialmente?

Y la respuesta a esa pregunta es compleja, de ahí que sea necesaria la controversia política para dirimirla, pero esa es otra cuestión.

Un saludo a todos.
Re: Sin capital no hay riqueza que redistribuir
Enviado por el día 16 de Noviembre de 2003 a las 14:50
Excelentes intervenciones, amigos frank y Pol.

Saludos cordiales.
Re: Sin capital no hay riqueza que redistribuir
Enviado por el día 25 de Abril de 2004 a las 03:09
Pues es raro pero estoy bastante en consonancia
Re: De la concepcion de la ciencia economica.
Enviado por el día 18 de Noviembre de 2003 a las 18:33
Me parece alentador el hecho mismo de que existe interes acerca de la concepcion de la ciencia economica.
La preocupacion principal aqui es tratar de determinar el rumbo que esta tomando la ciencia economica, y en particular la formacion de la licenciatura de economia.
En el caso de la UNAM se ha caracterizado de otras instituciones por el hecho que en el plan de estudios de aqui se lleva la materia de Economia Politica esta presente durante la mitad de la carrera. Esta materia en especial desarrolla un sentido de "abstraccion" y de profundo analisis, antetodo los fenomenos economicos son vistos de una manera filosofica. Ahora pareciera que la economia politica se ha convertido en algo obsoleto que no debe enseñarse mas. ¿Como se determino esto?
Pasa lo mismo con la formacion metodologica. Un problema actual es que las nuevas generaciones no saben realizar trabajos de investigacion.
Poner la formacion del economista apartir de las demandas de el mercado laboral implica quitar este tipo de formaciones academicas que señale arriba, sobre rodo el de la critica, pero tambien se debe de tener presente la situacion del desempleo. Creo yo que debe de tener de ambas
No me opongo a el desarrollo de las matematicas, al contrario, ya que pueden servir de base para realizar teorias y modelos economicos que representan la realidad. A lo que me opongo es se han desarrollado modelos son demasiado abstractos para su aplicacion a la realidad.
Coincido con ustedes al señalar que la economia es la ciencia social mas bella de todas, y a eso agragaria que es la mas completa. Creo yo que debe de seguir asi, ya que no puede existir una "economia pura", se necesita de otras herramientas ademas de las matematicas para desarrollar el analisis economico a plenitud.
Por ultimo, el libro de "Historia de la teoria economica y de su metodo" me parese un buen libro mas que nada para comprender el desarrollo de la "corriente principal", como le llaman ellos al neoliberalismo. No me gusto la forma en que tratan a diversos economistas, en especial a Marx y a los pensamientos alternos (como los socialista utopiocos, los anarquistas, ni siquiera hablan de Bakunin ni de Lennin); asi como tambien a Keynnes.
Saludos.

Re: Re: De la concepcion de la ciencia economica.
Enviado por el día 23 de Abril de 2004 a las 19:48
la ciencia económica laciencia social más bella? pero si belleza es un concepto no económico...
siendo abogado tuve clases con economistas y puedo decir que sufri con las matemáticas, pero desde el punto de vista lógico, no es dificil discutir con ellos.La filosofia es mucho más bella porque busca respuestas más fundamentales a la existencia, que es corta.
Tuve un profesor de eeconomia doctor en Oxford que escibió un artículo postulando la necesidad de regular un tema, resulta que el tema ya estaba regulado hace años.Para que hablar del tema de la etica y la "solidaridad".
Re: De la concepcion de la ciencia economica.
Enviado por el día 23 de Abril de 2004 a las 21:12
La "crisis teorica de la economia" tiene una explicacion. Universalizar una explicacion cientifica de la economia pondria en peligro a quienes se benefician del modo de produccion capitalista (o sea, a los capitalistas).

Les conviene socializar ignorancia, distorsiones, supersticiones y fomentar el culto al Mercado.
Re: Re: De la concepcion de la ciencia economica.
Enviado por el día 24 de Abril de 2004 a las 18:47
Yo me pregunto ,cuando estos estudiantes de economia llegan al poder,para justificar tanto estudio es que deciden intervenir en los acuerdos pacificos de la gente??

La economía es el único campo del conocimiento en donde dos personas pueden compartir el premio Nobel por decir exactamente lo contrario.

Un economista es un profesional entrenado para adivinar mal sobre la economía. Un econometrista es un profesional entrenado para, utilizando computadoras, adivinar mal sobre la economía.

La economía es la dolorosa elaboración de lo obvio

¿Cuál es la diferencia entre un economista y un anciano con Alzheimer? El economista tiene una calculadora en la mano.

Un economista es alguien que no sabe de qué está hablando pero tiene la habilidad de hacerte sentir que es tu culpa.

¿Para qué creo Dios a los economistas? Para que los pronosticadores del clima se vieran bien.

Para un economista, la vida real es solamente un caso especial.

¿Cuántos economistas se necesitan para cambiar un foco? Ocho. Uno para cambiarlo y los otros siete para mantener todo lo demás constante.

Los economistas han pronosticado 9 de las últimas cinco recesiones.

Cuando un economista afirma que las señales son mixtas, en realidad quiere decir que la teoría dice una cosa y los datos exactamente lo opuesto.

Si la realidad no se ajusta a la teoría, hay que desechar la realidad.

¿Para qué se inventó la astrología? Para que la economía pudiese ser una ciencia exacta.

Un economista es un individuo que se hace rico explicando a los otros por qué son pobres.

“Prefiero estar vagamente correcto que precisamente equivocado” (KEYNES).

¿Por qué los economistas pronostican el crecimiento económico con dos decimales? Para mostrar que tienen sentido del humor.

Todos los modelos económicos están mal, pero algunos son útiles.

Si torturas suficientemente los datos, finalmente la naturaleza va a confesar.

Para sentirse bien, hay dos cosas que más vale no ver mientras se elaboran: las salchichas y los pronósticos de la economía.

Pronosticar el crecimiento es como manejar un automóvil con los ojos vendados y recibiendo instrucciones de un acompañante que va viendo hacia atrás.

Primera ley de los economistas: "para cada economista hay otro igual pero opuesto". Segunda ley de los economistas: "los dos están equivocados".

Los economistas no responden a las preguntas porque sepan la respuesta correcta. Lo hacen porque se les pidió hacerlo.

¿Cómo se puede saber que un economista está mintiendo? Sus labios se mueven.

Y finalmente, un economista es un experto que sabrá mañana por qué lo que ayer predijo estaba mal.

Re: Re: Re: De la concepcion de la ciencia economica.
Enviado por el día 26 de Abril de 2004 a las 05:30
¿Cual es la conclusion de este compendio?
Re: Re: Re: Re: De la concepcion de la ciencia economica.
Enviado por el día 27 de Abril de 2004 a las 13:35
Jajajajaja, hay que explicarte todo eh!!!???la conclusion es que los economistas no son la solucion de nada ,porque quien tiene derecho a meterse en mi economia particular, nadie se puede abrogar ese derecho,me estan quitando mi Libertad,por ahi en otros foro hicimos un juego, "como seria la sociedad autenticamente liberal??y propusimos que el Ministerio de Economia no exista,nadie puede planificar mi propiedad privada ,solo yo.
Re: Re: Re: Re: Re: De la concepcion de la ciencia economica.
Enviado por el día 27 de Abril de 2004 a las 17:17
Como pensaba... la conclusion es que no hay teoria economica y todo se explica por el poder mistico de la propiedad privada y el mercado. Muy funcional al status quo.

Y muy mediocre tambien.
Re: Re: Re: Re: Re: Re: De la concepcion de la ciencia economica.
Enviado por el día 27 de Abril de 2004 a las 17:26
Pero por supuesto que no hay teorias economicas,recien te avivas??claro!! que otra cosa se puede esperar de un soberbio que se siente superior para intervenir en las relaciones pacificas de la gente mediante la prepotencia y la coaccion.

El status quo lo defendes vos ,vos queres la mierda de los intervencionistas, la mierda de los planificadores,hay solo una cosa que hay que conservar y para ello lucharemos y esa sola cosa se llama Libertad!!!algo que un esclavo del estado no comprende.
Re: Re: Re: Re: Re: Re: Re: De la concepcion de la ciencia economica.
Enviado por el día 28 de Abril de 2004 a las 18:27
¿Acaso propones la anarquia en la economia?
Re: Re: Re: Re: Re: Re: Re: Re: De la concepcion de la ciencia economica.
Enviado por el día 28 de Abril de 2004 a las 19:33
Amigo mexicano,en el foro de Hispanoamerica puse un tema de Alberdi, me gustaria que lo leas,ahi esta la base de mi idea,que no es mia ,es la de mi pais cuando de un desierto deshabitado se transformo en la Tierra Prometida para millones de inmigrantes.Saludos liberales.


http://www.liberalismo.org/foros/4/0/21729/
Re: Re: De la concepcion de la ciencia economica.
Enviado por el día 25 de Abril de 2004 a las 02:27
< La "crisis teorica de la economia" tiene una explicacion. Universalizar una explicacion cientifica de la economia pondria en peligro a quienes se benefician del modo de produccion capitalista (o sea, a los capitalistas).>

Juansalvo donde estudiastes, en la escuela para rojitos como el culo de mandril con hemorroides ?

< Les conviene socializar ignorancia, distorsiones, supersticiones y fomentar el culto al Mercado. >

Buena distorsionado supersticioso sociata de tercera.
Re: Re: Re: De la concepcion de la ciencia economica.
Enviado por el día 25 de Abril de 2004 a las 05:30
dukenukem, fiel exponente de la intelectualidad putrefacta.
Re: Re: Re: Re: De la concepcion de la ciencia economica.
Enviado por el día 25 de Abril de 2004 a las 09:23
Gracias Gracias muy Amable

juansitosalvo, exponente fiel de nada

BRAVO CAMALEON!
Re: Re: Re: Re: Re: De la concepcion de la ciencia economica.
Enviado por el día 26 de Abril de 2004 a las 19:04
hay dos economistas caminando y uno le dice al otr: "mira, un billete tirado en la calle", y el otro le responde, "si en verdad fuera un billete, alguien ya lo habria tomado"
Re: De la concepcion de la ciencia economica.
Enviado por el día 26 de Abril de 2004 a las 21:11
Quisiera que me contestaran ¿es la economia la ciencia mas polemica de todas?
yo creo que si, por que de ella parte el intento por explicar lo que seria la base de la sociedad, la sociedad no puede existir sin las relaciones sociales de produccion. Se debe de garantizar que la sociedad subsista, para que asi se pueda dedicar el tiempo para el cultivo de las ciencias.
Si no exitiese la economia, no existirian las demas concepciones cientificas de la realidad, como por ejemplo, la Quimica, la sociologia, etc.
Es la economia la base de la sociedad, es la discucion basica para simplemente poder ser.

Por otro lado, yo creo que la discucion entre marxistas y liberales (defensores del capitalismo) parte del hecho de como coinciben la conformacion de esas relaciones sociales de produccion. El cuestionamiento basico de la economia es la de ¿como solucionar el problema economico? Hasta la fecha, ninguna escuela de pensamiento economico ha podido responder satisfactoriamente a esto. Las divergencias entre diversas corrientes de pensamiento, como el capitalista y el socialista, pareciera que actualmente se basan unicamente en diferencias politicas, olvidandose de su compromiso con la totalidad de la sociedad, quien sufre las consecuencias de estas diferencias de incompatitivilidad.
Re: De la concepcion de la ciencia economica.
Enviado por el día 29 de Abril de 2004 a las 17:11
La economia politica ES una ciencia social, y la formacion de todo economista deberia de ser cientifica, analitica y critica.

Sin embargo, eso que Josafat pide (que es mas que razonable) va en contra de los intereses de los capitalistas. Por eso esta la concepcion (levantada oligofrenicamente por sujetos como Racing Stones) de que la teoria economica no existe. Esto lleva a asignarle un poder fantasmal al mercado. O sea, las cosas funcionan "solas", y lo mejor que pueden hacer los economistas es engrasar los mecanismos pero no "intervenir".

El metodo cientifico es observar a la realidad como unidad de esencia y apariencia (apariencia=forma fenomenica).

Lo que pasa es que los economistas "convencionales" solo miran la forma fenomenica o apariencia, y no penetran la esencia, por eso su analisis dista de ser cientifico y se acerca mas que nada el empirismo. El empirismo, mas que explicar las cosas, las describe. Pero la ciencia, como sabemos, no se concibe como la descripcion de las cosas sino como la explicacion de las cosas.

Una frase bastante popular dice "las cosas no son lo que parecen". Esto, traducido, seria "la apariencia de las cosas no es igual a su esencia".

Pero los economistas "convencionales" sí creen que, en economia politica, las cosas son lo que parecen. Y de ahi salen los misticismos como la teoria subjetiva del valor, un compendio de estupideces basado unicamente en la apariencia de la mercancia y unicamente desde el punto de vista del sujeto consumidor.

Los astronomos -por ejemplo- sí saben distinguir entre esencia y apariencia. Segun la apariencia, el Sol nace desde el Este y se pone en el Oeste. Segun la forma fenomenica, es el Sol el que gira alrededor de la Tierra en un movimiento de traslacion. Pero todos -ahora, en parte gracias a gente como Galileo que se enfrento a la Inquisicion- sabemos que es la Tierra la que gira alrededor del Sol, y que la Tierra tiene un movimiento de rotacion cuya forma fenomenica es la salida del Sol por el Este y su puesta por el Oeste.

¿Eso que significa? ¿Que una vez obtenida la esencia hay que despreciar la apariencia? No, significa que, una vez obtenida la esencia de las cosas, debemos relacionarla con la apariencia para tener un completo entendimiento de la realidad. Este es el enfoque filosofico usado en la investigacion cientifica, y es el que debe usarse tambien en la economia politica.

Pero no es asi en el caso de los economistas "convencionales".

¿Como es posible, en las ciencias sociales, partir de la apariencia y llegar a la esencia? Con el mecanismo de la abstraccion. Por el mecanismo de la abstraccion Marx llega a la conclusion de que todas las mercancias (que tienen un valor de uso y un valor que se manifiesta en el valor de cambio) son producto del trabajo humano abstracto.

Pero los economistas "convencionales" sufren de empirismo y quieren que todos compartan su sufrimiento. Se quedan en la apariencia y la igualan a la esencia, y asi embrutecen a los incautos. Para los economistas "convencionales", las cosas SON lo que PARECEN.

En las "refutaciones" a Marx, los filisteos hacen enfasis en contraponer la esencia del valor de las mercancias (a la que Marx llega mediante el mecanismo de la abstraccion) oponiendole la apariencia que se manifiesta en la observacion empirica. Asi, le oponen al valor de las mercancias su precio de mercado.

El precio es el valor de cambio de la mercancia expresado en dinero. Pero el valor de cambio de una mercancia es la expresion de su valor. El valor de cambio es una forma fenomenica, no es la esencia. Para sostener la idea del valor puramente subjetivo, los filisteos igualan valor con valor de cambio. De esta manera hacen desaparecer al valor objetivo, que surge de la aplicacion de trabajo humano. Muy conveniente para los capitalistas, muy poco para los trabajadores. Es que a los filisteos (como stormgren) les encanta fomentar el "sentido comun" en la economia politica.

Al mismo tiempo, los subjetivistas que sostienen la teoria subjetiva del valor pretenden hacernos creer que el valor de uso no tiene un valor objetivo (mas alla del sujeto), sino que su valor (los filisteos igualan valor con valor de cambio) unicamente depende de las necesidades que el sujeto consumidor tenga.

Pero el valor de uso es algo que tiene un valor propio mas alla de los deseos del consumidor. Una manzana tiene propiedades nutritivas y es util para su consumo alimenticio ¡MAS ALLA DE SI EL CONSUMIDOR TIENE GANAS O NO DE COMERLA!

La ESENCIA de las cosas difiere de su REALIZACION. Una cosa ES un valor de uso si por sus propiedades es algo util. Una cosa se REALIZA como valor de uso si es consumida. Los filisteos igualan la esencia con la realizacion, entonces aseveran que las cosas solo tienen el valor que el sujeto consumidor les asigna. La produccion es algo que escapa a su analisis. Para ellos la produccion es una consecuencia del consumo.

Los "refutadores", ante el Galileo de la economia politica, cumplen el papel de la Inquisicion, diciendo "¡pero como es posible que se diga que la Tierra gira alrededor del Sol!". Lo que mas les duele es que para refutar a Marx tienen que refutar a los llamados "economistas clasicos" que, aun con sus limitaciones, habian empezado un analisis cientifico y critico de la economia capitalista. Marx no hizo mas que continuar y corregir los analisis de Smith, Ricardo y otros.

Los mercenarios intelectuales de la burguesia acusan a Marx de hacer un analisis ideologizado porque -por ejemplo- su teoria de la plusvalia favorece a la clase trabajadora. Pero hete aqui que los analisis de los economistas que favorecen a la clase capitalista, son puramente objetivos.

Se puede ser objetivo en un analisis y perjudicar a un sector de la sociedad o a un individuo. Pero esto ultimo no implica que el analisis no haya sido objetivo.

Por ejemplo, si yo camino por la calle y veo que un tipo esta intentando violar a una mujer, estoy haciendo un analisis objetivo y mediante ese analisis estoy perjudicando el victimario y favoreciendo a la victima. Pero aplicando el razonamiento filisteo, yo estaria "ideologizando", no estaria siendo objetivo. De este sentido comun surgen los comentarios como "algo habra hecho la victima". Una de las primeras preguntas que hacen los filisteos cuando le cuentan que una chica fue violada es "¿como iba vestida?".

¡Y guay de si yo quisiera intervenir para impedir la violacion! ¡Eso seria intervencionismo, y si me matan me lo tendria merecido por haberle querido imponer a otro mis ideas!

Suena exagerado, pero lamentablemente este seria el pensamiento de los filisteos si lo aplicamos a un caso de violacion. Solo espero que, si tienen la oportunidad de presenciar un intento de violacion, actuen objetivamente y protejan a la victima.
Re: Re: De la concepcion de la ciencia economica.
Enviado por el día 30 de Abril de 2004 a las 02:03
Jajajajajajajajajaja de donde sacaste esta estupidez??,ya te rebatimos en el foro de teoria politica,queres mas paliza??,que es esto??, joda!!!?? ,sadomasoquista tal vez??bueno ahi va...asi que vos decis que intervencionismo es tratar de salvar a una mujer violada??...puede uno en su sano juicio decir una estupidez mas grande, estoy seguro que estas para el Psiquiatrico, nadie en su sano juicio puede decir semejante pelotudez.
No entendes y tergiversas todas las cosas,no entendes que no tengo nada contra los economistas, si digo, que ellos por su especilidad se prestan para tomar posiciones y defender grupos de poder,entendes mamerto!!,vos sos el que quiere amigos del poder, cuando uno interviene en ECONOMIA esta favoreciendo un sector ,entonces ese sector lo unico que tiene interes es pedir una regulacion que lo favorezca,se entiende tomamer??,de la unica forma que podes evitar este intervencionismo es dejando que el poder de decision este en manos de los consumidores a traves del mercado libre,no hay otra forma ,cuando regulas ..cagas,entendes tomamer!!
La ley de gravedad existe boludo!!y uno no puede negarla,asi existe el valor subjetivo,ya stormgren te vapuleo queres mas???
No sigas haciendo el ridiculo,vas a vivir amargado por el resto de tu vida,y acordate ,de seguir en este camino vas a terminar robando o matando y en ese entonces te acordaras que Racing Stones tenia razon .
Re: Re: De la concepcion de la ciencia economica.
Enviado por el día 30 de Abril de 2004 a las 02:36
Fui yo quien te escribió esto, chanta, acusándote a vos, precisamente, que como marxista, considerás toda opinión objetiva que favorece a un sector social como "ideología".
Nadie dice que el marxismo es "ideología" reificadora porque favorezca a la clase obrera en desmedro de otra clase, sino porque tiene una concepción holista y cerrada armada con un conjunto de ideas. Y el marxismo es una ideología falsa, no objetiva, y que no pretende serlo. Leíste poco y nada de Hegel me parece, y ni siquiera de Marx. El marxismo se autoreconoce subjetivo, y se arroga la representación de la ideología obrera. Se objetiva porque considera que el proceso histórico hará a la clase obrera industrial dominante y única, y por ende portadora de la razón ya no dividida en clases.
Por eso: El concepto de ideología como falsa racionalización y como reificación es marxista. Caradura. Y lo de la violación de la mujer producto mecánico de como ésta estaría vestida (o bien: del orden social) es idea de los marxistas y sus derivados.

Hasta vos te contradecís: "Se puede ser objetivo en un analisis y perjudicar a un sector de la sociedad o a un individuo. Pero esto ultimo no implica que el analisis no haya sido objetivo." y antes hablás de "Los mercenarios intelectuales de la burguesia acusan a Marx". O sea, no se puede defender a la burguesía de ninguna forma parece. ¿No puede ser que de un análisis objetivo se descubra la justicia en la existencia de la burguesía como producto de un derecho universal de propiedad privada? ¿O lo que vos tenés es un dogma según el cual el socialismo conviene más al asalariado que el capitalismo y la convivencia con las clases sociales que la crearon?

Tema aparte: 1) El intervencionismo es, precisamente, en tu ejemplo, la violación. Lo que hay que hacer es acabar con esa intervención. 2) Las propiedades objetivas de un bien hablan de una utilidad potencial que depende de su utilidad marginal. Una manzana puede tener propiedades nutritivas y no tener ningun valor objetivo si pretendés sobrevivir de comer manzanas. Y más aún, las propiedades "objetivas" son útiles en tanto dependan de la utilidad subjetiva que se le de. Y más más aún, el "tiempo de trabajo" en cultivar un manzanero no es lo que define el valor nutritivo de las manzanas. Estás atomizando a la manzana, reificando su valor con independencia del contexto humano que es el que le da valor. Estás objetivando la utilidad HUMANA (subjetiva) de un bien y subjetivando los intereses objetivos del hombre.
Por eso, el trabajo humano invertido en un bien puede ser altísimo, y ese bien no tener ningun valor (estar mal hecho), o tenerlo potencialmente pero no servirle a nadie (un fósforo irrompible). Un vaso de agua en el Sahara no vale lo mismo que en un río cristalino. Es el mismo vaso de agua (esa es la apariencia, precisamente), pero su valor es contextual (esa es la esencia).
Si es malo tener el sentido común para darse cuenta de eso, pues bien... repitamos los errores de los economistas clásicos que engendraron el marxismo, ya que el marxismo es depurar a los clásicos de aquello en lo que sí acertaron.

Por eso: LAS COSAS SE HACEN PORQUE VALEN. NO VALEN PORQUE SE HACEN. Por eso la producción es una consecuencia del consumo. Y esto es objetivo, perjudique o no a la clase obrera, no debería importarte, ¿o sí? Que igual no lo hace, al contrario la beneficia, sólo que no a costa del empresariado. Por eso ganan más los empresarios creadores que un empleado en un trabajo intelectual en algo ya creado, y a la vez el trabajo intelectual se remunera más que el trabajo manual.
De cualquier forma no se trata de perjudicar a alguien, sino de perjudicar a quien perjudica al impedirle hacerlo. No de elegir a quien perjudicar. La pregunta es: ¿qué es perjudicar? ¿quien inicia el perjuicio? Justamente, no es lo mismo que el violador perjudique la integridad de una mujer, que la mujer perjudique a la líbido del violador. ¿Por qué? Porque hay una definición de propiedad privada: lo que es propio de cada uno. La sexualidad de la mujer es de ella, no del violador. Así se descubre que la mujer nunca perjudicó al violador, porque no inició el uso de la fuerza contra él para obtener de él nada. Esta es la verdadera teoría de la explotación. Y por eso el socialismo es el robo a todos, y si es popular, es el robo de todos por todos.

Pero volvamos a lo otro: Sos un cínico, es el colmo ya. Fuí yo quien te escribió esto y lo que hiciste fue copiarlo y acusar de tener prejuicios marxistas a quienes están en contra del marxismo. Fíjense, esto es de un mensaje mío anterior a juansalame que estaba defendiendo los ataques terroristas de Al-Qaeda en España:

"Lo de juansalvo aquí es mafioso y abominable: "Si te violaron, mujer, es culpa tuya que te vistes así". Otro argentino "marxista" de manual opinando pelotudeces. ¿Por qué no dirá algo como "Y no olvides que los 30 mil desaparecidos los causó el ERP y Montoneros embarcándose en la campaña de Castro-Stalin con el 90% de los argentinos en contra"
Hasta un izquierdista como Serrat tiene la suficiente inteligencia de darse cuenta que echarle la culpa a Aznar de los atentados de sus enemigos es una aberración ¡hasta para el!
Transformar al salvajismo terrorista en una suerte de reflejo mecánico de acción y reacción producto de la realidad y no de la voluntad de hombres y mujeres que cometen esos atentados, es la forma más cínica de chantaje y extorsión elevándolo al nivel ya no solo de fenómeno de la naturaleza sino incluso de castigo moral inevitable y divino, sirviendo incluso como prueba de la maldad de sus víctimas.
Pero... (y voy a hacer este comentario algo más extenso) ¿un marxista creyendo en el bien y el mal? ¿un marxista hablando de culpas? Eso es un método de manipular a los que sí creemos en esos conceptos. Para un revolucionario total, para un marxista, como bien dice Jacques Ellul: "No hay medida común de ningún género entre esta concepción [la Revolución con mayúsculas] y un valor. Son dos mundos totalmente separados. Así, los comunistas que utilizan las palabras justicia, libertad, democracia, etc., están perfectamente habilitados para hacerlo cuando se trata de propaganda, pero dejan radicalmente de ser marxistas si toman los términos en serio. En el plano intelectual, el marxismo implica respecto a la revolución una actitud puramente objetiva (científica) y en el plano moral un cinismo integral. A veces nos hemos indignado al ver luchas de clanes en los países marxistas, y entregar a la muerte a hombres que realmente eran sus amigos antes. (Mucho antes de Stalin, el abandono por Lenin de Rosa Luxemburg y Liebknecht es significativo). Pero esta indignación prueba que no se ha comprendido nada del marxismo. El mismo Lenin describe el oportunismo como (¡entre otras!) la actitud de los que modifican la conducta de la Revolución en función de sentimientos personales, amistad, odio, miedo, intereses... Al relacionarlo todo con el proceso histórico se produce ese cinismo en virtud del cual se puede hacer decir a las palabras exactamente lo contrario de lo que significan (y una parte de lo que hoy se llama crisis del lenguaje está en la difusión de este cinismo histórico). No hay ya dificultad alguna en calificar de libertad la más extrema dictadura. Y, de hecho, cuando la historia se convierte en la clave de todo, el comienzo y el fin del sentido, entonces el hombre está más estrechamente desposeído de sí mismo que por el más exigente de los valores. Pues, a lo largo de la Revolución, se encuentra desprovisto de todo punto de referencia posible, salvo la interpretación misma de la historia [...] mientras que el bien y el mal, integrados en el tiempo, no señalan nada de bueno o de malo, sino que sólo una práctica designa la eficacia y la oportunidad."
Y a riesgo de extenderme demasiado debo citar parte de un artículo, en el que se describe a la elite revolucionaria y solidaria que encarna la causa que, independientemente de los medios, encarnará la realización de un fin autojustificado. Así se siente un verdadero revolucionario: (crea éste o no realmente en su velado híbrido entre elitismo nietzschiano y populismo clasista) "[...] y es que evidentemente, yo estoy al margen de mi propia moral. Yo sí que puedo infringirla porque yo soy la bondad, la solidaridad. Mis hombres pueden ir a la velocidad que quieran con mis coches, pueden llevar armas y pueden cometer el más aberrante de los males que yo castigo."
Esto significa realmente el terrorismo: "el fin realizado no a través de sus medios sino por su propia sola existencia como causa" y esta valoración es el mismo colectivismo que podría justificar la experimentación con seres humanos en nombre de la salud pública, y luego la destrucción de la salud pública en nombre de la investigación por la salud pública, y luego la destrucción de esa investigación en nombre de la causa revolucionaria que acabará con las enfermedades."

Me había decidido a no perder más el tiempo, pero no podía dejar pasar a este hipócrita.

Saludos a todos
Re: Re: Re: De la concepcion de la ciencia economica.
Enviado por el día 30 de Abril de 2004 a las 02:55
No van a parar hasta q se meta un tiro o salte de un puente no?

NO PAREN
Re: Re: Re: De la concepcion de la ciencia economica.
Enviado por el día 30 de Abril de 2004 a las 17:22
De toda tu perorata anticomunista lo unico que vale responder es lo que decis del marxismo y del valor.

EL MARXISMO

El materialismo historico o marxismo es una ciencia social construida con el enfoque filosofico de la dialectica materialista, donde Marx y Engels superaron a sus mentores Hegel y Feuerbach. Hegel con su dialectica habia iniciado una critica contra la logica formal y el mecanicismo, pero caia en el idealismo. Feuerbach habia iniciado una critica materialista a conceptos como la religion, pero su materialismo limitado lo convertia en metafisico. En "La ideologia alemana" y "Tesis sobre Feuerbach" Marx y Engels sientan las bases para el materialismo historico a partir de la critica de sus mentores.

El marxismo no se arroga la representacion de la "ideologia obrera". El marxismo o materialismo historico se define en esta etapa historica como doctrina revolucionaria para la liberacion del proletariado ("para" no es lo mismo que "del"), una guia de accion para el comunismo. Pero ese es uno de los aspectos del marxismo, el principal HOY.

Gramsci define al marxismo como la filosofia de la praxis. La ciencia y la filosofia no son ajenas la una a la otra. La investigacion cientifica parte de un "a priori" filosofico (consciente o inconsciente). Los cientificos de distintas epocas y de distintas ramas han tenido distintos enfoques filosoficos.

"La doctrina de Marx suscita en todo el mundo civilizado la mayor hostilidad y el odio de toda la ciencia burguesa (tanto la oficial como la liberal), que ve en el marxismo algo así como una "secta perniciosa". Y no puede esperarse otra actitud, pues en una sociedad que tiene como base la lucha de clases no puede existir una ciencia social "imparcial". De uno u otro modo, toda la ciencia oficial y liberal defiende la esclavitud asalariada, mientras que el marxismo ha declarado una guerra implacable a esa esclavitud. Esperar que la ciencia sea imparcial en una sociedad de esclavitud asalariada, sería la misma absurda ingenuidad que esperar imparcialidad por parte de los fabricantes en lo que se refiere al problema de si deben aumentarse los salarios de los obreros disminuyendo los beneficios del capital."

Lenin, TRES FUENTES Y TRES PARTES INTEGRANTES DEL MARXISMO
http://www.marx2mao.org/M2M(SP)/Lenin(SP)/CPM13s.html

¡Que actuales son estas lineas de Lenin! Sigamos.

Que un conjunto de ideas (doctrina) sea parcial no implica que no sea objetiva. Nada es imparcial en una sociedad de clases.


UNA VEZ MAS: EL VALOR

Stormgren, no leiste nada de lo que dije, y por lo tanto no lo rebatis. Vamos a resumirtelo en puntos, asi si queres rebatirlo lo haces punto por punto:

1) El valor de cambio y el valor no son lo mismo. El valor de cambio es una forma de expresion (forma fenomenica) del valor.

2) El valor de uso y el valor tampoco son lo mismo. Por lo tanto, el valor de uso y el valor de cambio (la forma fenomenica del valor) tampoco son lo mismo.

3) El valor de uso es una cosa que por sus propiedades puede ser util en diversos aspectos. Los valores de uso conservan sus propiedades mas alla del sujeto, por lo tanto las propiedades del valor de uso son objetivas. La utilidad no flota en el aire, ya que esta condicionada por las propiedades del cuerpo del valor de uso. La utilidad no existe sin estas propiedades, pero las propiedades pueden existir sin las utilidades. Una cosa puede tener propiedades que no sean utiles. Entonces, una cosa puede no tener valor de uso. Las propiedades de una cosa son un factor independiente, objetivo. Una cosa que tenga CIERTAS propiedades tiene CIERTAS utilidades. Aqui vemos claramente como la utilidad depende de las propiedades, por lo tanto el valor de uso de una cosa depende de sus propiedades objetivas, ya que no es el sujeto el que define las propiedades.

4) Agreguemos la definicion subjetiva del valor de uso (porque involucra al sujeto en la definicion del objeto): El valor de uso es una cosa que por sus propiedades satisface necesidades humanas de cualquier clase. Aqui observamos que por tener propiedades, satisface necesidades humanas. Pero las propiedades siguen siendo un factor independiente, objetivo. Un valor de uso que tenga CIERTAS propiedades satisface CIERTAS necesidades.

5) Todas las mercancias son valores de uso, pero no todos los valores de uso son mercancias. El aire es un valor de uso y no es mercancia (por ahora).

6) Hay que distinguir entre el ser de una cosa y su realizacion. Una cosa ES un valor de uso, mas alla de que se REALICE (se consuma).

Los subjetivistas como vos dicen que una cosa solo es un valor de uso si se realiza. Partiendo de esa falsa premisa, es el sujeto consumidor el que define el valor de uso, son las utilidades y las necesidades satisfechas lo que definen las propiedades de las cosas, la producción es una consecuencia del consumo, el valor de las mercancias no lo da el trabajo humano, etc. Claro que para sostener todo esto tenemos que mezclar valor, valor de uso, y valor de cambio para que no se entienda nada.


EN CUANTO A TU EJEMPLO DE LA VIOLACION

Sinceramente no habia leido esa respuesta tuya, asi que de ninguna manera robe tus palabras. Todo el resto de tu lloriqueo metetelo en el culo.
Re: Re: Re: Re: De la concepcion de la ciencia economica.
Enviado por el día 30 de Abril de 2004 a las 23:35
Como siempre, vale la pena responder a lo que podés responder. De cualquier forma, respondés pero no refutás.

Veamos:


EL MARXISMO

El marxismo SI se define a sí mismo como "ideología obrera" o más adecuadamente ideología del obrero industrial o "ideología proletaria".

Cito a Mao Tse Tung: "Muchos de nuestros camaradas continúan sin distinguir muy claramente entre el proletariado y la pequeña burguesía. Muchos miembros del Partido se han incorporado a él en el plano organizativo, pero ideológicamente no lo han hecho del todo o incluso no lo han hecho en absoluto. Los que no se han incorporado al Partido ideológicamente conservan aún en sus cabezas mucha basura de las clases explotadoras y no tienen la más ligera noción de lo que es la ideología proletaria, el comunismo y el Partido. Piensan: ¿Ideología proletaria? ¡La misma cosa de siempre! No tienen idea de que adquirirla no es nada fácil. Algunos jamás olerán a comunista en toda su vida y acabarán marchándose del Partido. Por lo tanto, aunque la mayoría en nuestro Partido y nuestras filas es pura, debemos emprender una concienzuda labor de consolidación tanto en el terreno ideológico como en el organizativo para conducir el movimiento revolucionario a un desarrollo más vigoroso y a una victoria más rápida. A fin de lograr la consolidación organizativa, se requiere primero la consolidación ideológica, esto es, la lucha de la ideología proletaria contra las no proletarias. En los círculos artísticos y literarios de Yenán ya ha comenzado una lucha ideológica, lo que era muy necesario. Los intelectuales de origen pequeñoburgués siempre se obstinan por todos los medios, incluidos los artísticos y literarios, en manifestarse, difundir sus propias opiniones y exigir que el Partido y el mundo se remodelen a su propia imagen. En tales circunstancias, nuestro deber es gritarles: "Camaradas", ¡eso no funciona!" (Mao Tse-tung - INTERVENCIONES EN EL FORO DE YENAN SOBRE ARTE Y LITERATURA )

¿O querés que cite a Santucho?: "Dominar el marxismo-leninismo no es una cuestión académica de citar de memoria textos de Marx o de Lenin. El grado de dominio de la ideología proletaria se comprueba en la práctica, se observa en la forma de solucionar los problemas de la lucha de clases y se adquiere progresivamente armonizando la actividad revolucionaria de Partido con el estudio sistemático de los clásicos."

¿O cito a Marta Harnecker? "En la sociedad capitalista esta lucha es la lucha entre la ideología y todas sus formas de manifestación, y la ideología proletaria basada en la teoría del materialismo histórico"

El mismo Lenin empezó a hablar de "ideología proletaria", y en Proletarios y comunistas Marx identifica el proyecto comunista de la Liga con los intereses del proletariado internacional, de forma que define el comunismo como la ideología obrera final o vanguardia proletaria.

Has resumido en pocas palabras el polilogismo marxista: "Que un conjunto de ideas (doctrina) sea parcial no implica que no sea objetiva. Nada es imparcial en una sociedad de clases."

Contesto a esto, pues, en pocas palabras: "Que una doctrina sea parcial no implica que no sea objetiva, de la misma forma que puede haber una sociedad con clases, que sus intereses no sean contrapuestos, y que una doctrina objetiva lo demuestre y defienda a la burguesía, siendo así 'parcial'".
Y esto nos lleva a la cita de Lenin: La idea misma de la existencia de una "esclavitud asalariada" es parte de una posición parcial en el ámbito de las ciencas, y no necesariamente objetiva. Si la defensa liberal de la economía de mercado que favorece al empresariado es "ciencia burguesa", es deliberadamente parcial y al servicio de una clase, de cualquier forma podría no refutarse objetivamente, sino incluso afirmarse objetivamente. Ahora bien, si nos ubicamos en la posición leninista dogmática de que hay una contradicción entre las clases, entonces nunca puede tomarse una posición objetiva frente al asunto y entonces el marxismo se cerrará en la posición de ser una "ciencia obrera". Si, como dice Lenin, cada uno será totalmente parcial, entonces con qué criterio superior objetivo podrá analizarse cual de las dos ciencias "obrera" o "burguesa" tendrá la verdad objetiva. Si es así, el marxismo se transforma automáticamente en "ideología obrera", y nada puede analizarse de su forma de defender a la clase obrera sin pasar a ser parte de la "ideología burguesa". Es curioso, pero, el liberalismo que no ve contradicción de intereses entre clases nacidas de un mismo derecho de propiedad, pasaría a ser ideología burguesa, pero el marxismo que sí las ve y que discrimina a la ciencia que defienda la existencia de la burguesía en nombre de una ciencia obrera, pasaría a ser una ideología ajena a las clases y superior a ellas. O sea, que para un marxista, no se puede ser objetivo sin ser marxista. El marxista no es marxista porque es objetivo, sino que es objetivo -dice él- porque es marxista.
Entonces, cabe preguntar: 1) ¿El marxismo no debería aclarar que cuando dice científico dice ciencia obrera, o bien al mismo marxismo? y 2) ¿Como se puede ser objetivo y a la vez marxista si desde el principio se parte del dogma de la explotación clasista, burguesa sobre el proletariado, y que las ideas científicas que se contrapongan a esta tesis serán burguesas?

En pocas palabras: En esa parcialidad forzada ya hay una posición subjetiva y no objetiva en contra del empresariado como enemigo del asalariado industrial. A lo sumo lo único que hay objetivo en el marxismo es el doble prejuicio clasista de: 1) conflicto colectivo de intereses y 2) imposibilidad de objetividad en el análisis científico de los diferentes intereses, debido a las diferentes "ciencias parciales" de clase.
Para más información para entender el polilogismo marxista recomiendo leer: "Teoría e Historia" de Ludwig von Mises
http://www.unioneditorial.es/10austriaca.htm


OTRA VEZ MAS: EL VALOR

Sos vos el que no leyó nada de lo que dije, o no lo entendiste, sino verías que ya te lo rebatí. Pero esto es un diálogo de sordos parece.

Leé todos mis mensajes y vas a ver que lo que yo digo es sencillamente que no hay distinción entre valor de uso y valor de cambio (grave error de los clásicos y que hoy los marginalistas han descartado), ya que es el individuo quien decide cuanto uso tiene un bien, y eso lo mide en el marco de la división del trabajo a través del precio o lo que vos llamás valor de cambio.

Pero veo que, en parte, no querés aclarar tu posición, de hecho. Porque veo que vos no juzgás al valor de un bien por una suerte de utilidad intrínseca (lo que llamás valor de uso). No voy a que confundís propiedades de un bien con utilidad. Las propiedades sí son objetivas (ya lo dije mil veces), pero vos tampoco medís el valor a secas con el valor de uso.

Pero entonces, vamos al meollo del asunto, ¿qué es el valor en un bien para vos? No es el valor de cambio, no es el valor de uso, es el valor... ¿qué es entonces el valor? Tu respuesta eludida es esta: Es el tiempo de trabajo invertido en él. ¿Pero por qué? ¿En qué se refleja en el bien ese tiempo de trabajo? No en la utilidad, no en sus propiedades, no en su precio, no en su escasez... en nada. Porque sí: El valor de un bien es el tiempo de trabajo invertido en él, así que lo que se haya hecho no sirva para nada, no tenga utilidad, ni tenga precio, ¿no es así? Vos mismo lo dijiste: El valor no tiene nada que ver con el valor de uso ni con el valor de cambio. Un bien tiene valor por algo ajeno a todo eso. O sea, en pocas palabras: LLAMAS VALOR DE UN BIEN A ALGO QUE NADIE DA VALOR EN ESE BIEN. El truco es usar la palabra valor para definir algo que no tiene valor. Valor, en tu prejuicio marxista, ni siquiera es costo porque, ¿como medirlo sin precios? El valor en el marxismo es un prejuicio acerca de lo que el costo es: el tiempo de trabajo. ¿Y por qué el tiempo de trabajo es valor? El tiempo de trabajo no tiene valor en sí, sino dependiendo de la calidad del trabajo y de su utilidad en producir un bien consumible, lo cual se mide en un mercado. Este valor del tiempo de trabajo es valor para el trabajo en sí, no para el bien producido. Por eso en toda esta larga discusión no quisiste contestar algo tan simple como es que puedo fabricar en altos costos, con miles de asalariados trabajando de sol a sol para mi empresa fósforos irrompibles a $10 c/u, y el valor de esos bienes será 0.

Eso sólo ya contesta tus 6 puntos. El valor (el verdadero valor) es su valor de uso, y el valor de uso se define por su valor de cambio, o sea, por su utilidad marginal, que es la multiplicación de su escasez más la utilidad que pueda tener para el consumidor. Lo que vos llamás valor de uso no es lo mismo que utilidad, porque en ese sentido TODO tiene casi una infinita gama de valores de uso para cualquier estupidez, pero lo que define la verdadera utilidad, como ya he dicho, no son sus propiedades sino la utilidad subjetiva de esas propiedades.
Y por eso es que los costos de producción giran alrededor de la valoración subjetiva de los bienes que se venden en el mercado, y cuando no pueden adaptarse a eso, perecen. Las elecciones del consumidor definen los precios posibles de venta y llegan a todos los eslabones de los precios de los bienes de producción.

Por eso quien está confundiendo todo sos vos, al separar valor de uso, valor de cambio y valor. Repito, por enésima vez: LAS COSAS SE HACEN PORQUE VALEN, NO VALEN PORQUE SE HACEN.

Pero como dije, ya me cansé de refutar tus respuestas, que no son otra cosa que evasivas a mis respuestas, mientras que mis respuestas sí van directamente a tus argumentaciones, y encima refutándolas.
Por eso, repito, paso la posta a Mauro o cualquiera que sepa más de economía que yo, para que se divierta con tus argumentos perimidos hace más de un siglo.


EN CUANTO A MI EJEMPLO DE LA VIOLACION

Sinceramente, no te creo que no lo hayas leído. Pero no es eso lo más importante. Lo importante es que vos no sos coherente con tu argumentación, porque quien culpa a las víctimas por la acción de sus victimarios, como hiciste al defender los ataques de Al-Qaeda del 11-M, sos vos. Por eso sos un hipócrita y un cínico, y como siempre terminás agrediendo con insultos de lo más baratos para esconder esas tus dos más importantes cualidades.
Re: Re: Re: Re: Re: De la concepcion de la ciencia economica.
Enviado por el día 3 de Mayo de 2004 a las 22:17
EL MARXISMO

Ni Mao ni Santucho ni Marta Harnecker son marxistas para mi.

Hay que entender una cosa. A es B, pero b no es necesariamente A. Los marxistas somos partidarios de la revolucion socialista mundial, pero ser partidario de la revolucion socialista mundial no te convierte automaticamente en marxista. Y mucho menos los partidarios del socialismo en un solo pais. Es que la palabra "marxista" es usada indiscriminadamente por los filisteos anticomunistas como sinonimo de comunista o socialista revolucionario. Hay comunistas que no son marxistas.

Ser marxista es adscribir al materialismo historico o filosofia de la praxis. Puede, a su vez, haber marxistas que no sean revolucionarios, que no sean comunistas. Como ves, las cosas son un poco mas complejas de lo que parecen. Yo soy revolucionario marxista o marxista revolucionario.

Siguiendo: confundis parcialidad e imparcialidad con subjetividad y objetividad. Se puede ser objetivo y ser parcial.

En el prologo de "Historia de la Revolucion Rusa", Trotsky dice:

"Un trabajo histórico sólo cumple del todo con su misión cuando en sus páginas los acontecimientos se desarrollan con toda su forzosa naturalidad.

¿Mas tiene esto algo que ver con la que llaman «imparcialidad» histórica? Nadie nos ha explicado todavía claramente en qué consiste esa imparcialidad. El tan citado dicho de Clemenceau de que las revoluciones hay que tomarlas o desecharlas en bloc es, en el mejor de los casos, un ingenioso subterfugio: ¿cómo es posible abrazar o repudiar como un todo orgánico aquello que tiene su esencia en la escisión? Ese aforismo se lo dicta a Clemenceau, por una parte, la perplejidad producida en éste por el excesivo arrojo de sus antepasados, y, por otra, la confusión en que se halla el descendiente ante sus sombras.

Uno de los historiadores reaccionarios, y, por tanto, más de moda en la Francia contemporánea, L. Madelein, que ha calumniado con palabras tan elegantes a la Gran Revolución, que vale tanto como decir a la progenitora de la nación francesa, afirma que «el historiador debe colocarse en lo alto de las murallas de la ciudad sitiada, abrazando con su mirada a sitiados y sitiadores»; es, según él, la única manera de conseguir una «justicia conmutativa». Sin embargo, los trabajos de este historiador demuestran que si él se subió a lo alto de las murallas que separan a los dos bandos, fue, pura y simplemente, para servir de espía a la reacción. Y menos mal que en este caso se trata de batallas pasadas, pues en épocas de revolución es un poco peligroso asomar la cabeza sobre las murallas. Claro está que, en los momentos peligrosos, estos sacerdotes de la «justicia conmutativa» suelen quedarse sentados en casa esperando a ver de qué parte se inclina la victoria.

El lector serio y dotado de espíritu crítico no necesita de esa solapada imparcialidad que le brinda la copa de la conciliación llena de posos de veneno reaccionario, sino de la metódica escrupulosidad que va a buscar en los hechos honradamente investigados, apoyo manifiesto para sus simpatías o antipatías disfrazadas, a la contrastación de sus nexos reales, al descubrimiento de las leyes por que se rigen. Ésta es la única objetividad histórica que cabe, y con ella basta, pues se halla contrastada y confirmada, no por las buenas intenciones del historiador de que él mismo responde, sino por las leyes que rigen el proceso histórico y que él se limita a revelar."

Creo que queda mas que claro lo que quise decir.


Despues cuando decis:

"Que una doctrina sea parcial no implica que no sea objetiva, de la misma forma que puede haber una sociedad con clases, que sus intereses no sean contrapuestos, y que una doctrina objetiva lo demuestre y defienda a la burguesía, siendo así 'parcial'."

Esto es un desproposito, porque la misma existencia de clases expresa intereses contrapuestos. Que haya una cierta relacion de fuerzas que permita el gobierno de una clase dominante no quiere decir que esos intereses contrapuestos desaparecen. Si los intereses fueran los mismos, no habria clases. ¡Esto lo vemos todos los dias!

Si el liberalismo "no ve" contradicciones de clase (como decis mas adelante) es porque elige no verlas, y porque a la burguesia le conviene que el pensamiento hegemonico sea el embrutecedor "no existen clases". Pero la lucha de clases se ve en cada huelga o conflicto entre los trabajadores y la patronal y su Estado.

El que sepa analizar esta realidad social objetivamente no necesariamente sera marxista. Por ejemplo: un burgues con conciencia de clase dira "la sociedad esta dividida en clases, yo soy parte de la clase dominante, y a mi me conviene que las cosas sigan asi". Por lo tanto, es a la vez objetivo y parcial. Objetivo porque reconoce la division en clases y la dominacion de clase. Parcial porque elige ponerse del lado de su clase: la burguesia.


EL VALOR

Bueno, has confirmado lo que dije antes:

"Los subjetivistas como vos dicen que una cosa solo es un valor de uso si se realiza. Partiendo de esa falsa premisa, es el sujeto consumidor el que define el valor de uso, son las utilidades y las necesidades satisfechas lo que definen las propiedades de las cosas, la producción es una consecuencia del consumo, el valor de las mercancias no lo da el trabajo humano, etc. Claro que para sostener todo esto tenemos que mezclar valor, valor de uso, y valor de cambio para que no se entienda nada."

Entonces ahora si esta clarisimo. Gracias a esta bestialidad, se resalta el papel del consumidor y no el del productor (el trabajador). Por supuesto, entonces es facil negar la explotacion y la plusvalia. Pero esto es lo que decis vos, todavia no tuve tiempo de leer el trabajo completo del austriaco. Quisiera leer todos los textos de la polemica, tambien.


Lo que no te qued claro, entonces, es cual fue el camino que hizo Marx para encontrar al valor. Mi primera intervencion en este topico dice algo, pero la definicion mas exacta la hice en el topico del valor de las mercancias, con el subtitulo EL METODO DE INVESTIGACION DE MARX. http://www.liberalismo.org/foros/7/0/16737/

¿Como llega Marx a el valor de las mercancias? Utilizando la abstraccion, analizando las mercancias empezando por su forma fenomenica (el valor de cambio) hasta llegar a la esencia (el valor). Veamos estas palabras del primer capitulo de "El Capital":

"Tomemos otras dos mercancías, por ejemplo el trigo y el hierro. Sea cual fuere su relación de cambio, ésta se podrá representar siempre por una ecuación en la que determinada cantidad de trigo se equipara a una cantidad cualquiera de hierro, por ejemplo: 1 quarter de trigo = a quintales de hierro. ¿Qué denota esta ecuación? Que existe algo común, de la misma magnitud, en dos cosas distintas, tanto en 1 quarter de trigo como en a quintales de hierro. Ambas, por consiguiente, son iguales a una tercera, que en sí y para sí no es ni la una ni la otra. Cada una de ellas, pues, en tanto es valor de cambio, tiene que ser reducible a esa tercera.

Un sencillo ejemplo geométrico nos ilustrará el punto. Para determinar y comparar la superficie de todos los polígonos se los descompone en triángulos. Se reduce el triángulo, a su vez, a una expresión totalmente distinta de su figura visible: el semiproducto de la base por la altura. De igual suerte, es preciso reducir los valores de cambio de las mercancías a algo que les sea común, con respecto a lo cual representen un más o un menos.

Ese algo común no puede ser una propiedad natural --geométrica, física, química o de otra índole-- de las mercancías. Sus propiedades corpóreas entran en consideración, única y exclusivamente, en la medida en que ellas hacen útiles a las mercancías, en que las hacen ser, pues, valores de uso. Pero, por otra parte, salta a la vista que es precisamente la abstracción de sus valores de uso lo que caracteriza la relación de intercambio entre las mercancías. Dentro de tal relación, un valor de uso vale exactamente lo mismo que cualquier otro, siempre que esté presente en la proporción que corresponda. O, como dice el viejo Barbon: "Una clase de mercancías es tan buena como otra, si su valor de cambio es igual. No existe diferencia o distinción entre cosas de igual valor de cambio". En cuanto valores de uso, las mercancías son, ante todo, diferentes en cuanto a la cualidad; como valores de cambio sólo pueden diferir por su cantidad, y no contienen, por consiguiente, ni un solo átomo de valor de uso.

Ahora bien, si ponemos a un lado el valor de uso del cuerpo de las mercancías, únicamente les restará una propiedad: la de ser productos del trabajo. No obstante, también el producto del trabajo se nos ha transformado entre las manos. Si hacemos abstracción de su valor de uso, abstraemos también los componentes y formas corpóreas que hacen de él un valor de uso. Ese producto ya no es una mesa o casa o hilo o cualquier otra cosa útil. Todas sus propiedades sensibles se han esfumado. Ya tampoco es producto del trabajo del ebanista o del albañil o del hilandero o de cualquier otro trabajo productivo determinado. Con el carácter útil de los productos del trabajo se desvanece el carácter útil de los trabajos representados en ellos y, por ende, se desvanecen también las diversas formas concretas de esos trabajos; éstos dejan de distinguirse, reduciéndose en su totalidad a trabajo humano indiferenciado, a trabajo abstractamente humano.

Examinemos ahora el residuo de los productos del trabajo. Nada ha quedado de ellos salvo una misma objetividad espectral, una mera gelatina de trabajo humano indiferenciado, esto es, de gasto de fuerza de trabajo humana sin consideración a la forma en que se gastó la misma. Esas cosas tan sólo nos hacen presente que en su producción se empleó fuerza humana de trabajo, se acumuló trabajo humano. En cuanto cristalizaciones de esa sustancia social común a ellas, son valores.

En la relación misma de intercambio entre las mercancías, su valor de cambio se nos puso de manifiesto como algo por entero independiente de sus valores de uso. Si luego se hace efectivamente abstracción del valor de uso que tienen los productos del trabajo, se obtiene su valor, tal como acaba de determinarse. Ese algo común que se manifiesta en la relación de intercambio o en el valor de cambio de las mercancías es, pues, su valor. El desenvolvimiento de la investigación volverá a conducirnos al valor de cambio como modo de expresión o forma de manifestación necesaria del valor, al que por de pronto, sin embargo, se ha de considerar independientemente de esa forma."
http://www.ucm.es/info/bas/es/marx-eng/capital1/1....

Como vemos, la conclusion de que el valor de las mercancias esta determinado por el trabajo humano abstracto (no el concreto) invertido en ellas, no es para nada arbitraria. Si se quiere refutar a Marx habria que decir que lo que iguala los valores de cambio de las mercancias no es el trabajo humano sino otra cosa. Pero tiene que ser algo universal a todas las mercancias, por lo tanto no podemos hablar de sus propiedades naturales. ¿Que, la utilidad? En fin, tendre que leer bien a Bohm-Bawerk a ver como me resuelve esta duda.
The Neverending Story
Enviado por el día 3 de Mayo de 2004 a las 23:48
Bueno, voy a tratar de hacer corta la contestación. En resumen creo que nada de lo que dijiste y citaste refuta lo que yo he planteado. Voy a citarte en aquellos puntos que son medulares a esta discusión:


"Ni Mao ni Santucho ni Marta Harnecker son marxistas para mi."

Bueno, entonces, explicá por qué no lo son. Uno por uno: Mao, Harnecker y Santucho.
De cualquier forma hasta Lenin hablaba de ideología proletaria. ¿Lenin tampoco es marxista para vos?


"Hay comunistas que no son marxistas. [...] Puede, a su vez, haber marxistas que no sean revolucionarios, que no sean comunistas."

Obviamente hay comunistas que no son marxistas. ¿Qué serían sino Rousseau y Babeuf? Pero no puede haber marxistas que no sean comunistas, o bien, puede haberlo si quieren ir a contramano del proceso histórico, o sea: contra lo inevitable. Por eso no creo que ser anticomunista sea ser un filisteo, y tampoco veo por qué ha de ser un filisteo quien crea que todo marxista es comunista o socialista revolucionario. Es muy interesante como casi todo marxista necesita recurrir a adjetivaciones denostativas para reforzar una argumentación. El marxismo perdería tres cuartas partes de su poder de influencia si no se valiera de este retórico uso del lenguaje.
Está más que claro que quien dice "marxista" se refiere a un socialista/comunista revolucionario según la doctrina del materialismo dialéctico y del materialismo histórico, de la misma forma que cuando se dice que tal o cual es comunista se tiene por sobreentendido que se habla de un militante de un Partido Comunista que sea realmente socialista y comunista, y adscriba a la doctrina marxista-leninista.


"Siguiendo: confundis parcialidad e imparcialidad con subjetividad y objetividad. Se puede ser objetivo y ser parcial."

Bueno, ya te dije que la parcialidad no implica subjetividad. Es más, vos mismo me estás citando cuando lo digo (fijate). Ahora bien, lo que yo dije, es que no necesariamente para ser objetivo hay que ser parcial, o no al menos en forma permanente. Si no se ve una inherente conflictividad entre partes, entonces se puede tomar posición por una de las partes en respuesta a una parcialidad agresiva.


"Esto es un desproposito, porque la misma existencia de clases expresa intereses contrapuestos. Que haya una cierta relacion de fuerzas que permita el gobierno de una clase dominante no quiere decir que esos intereses contrapuestos desaparecen. Si los intereses fueran los mismos, no habria clases. ¡Esto lo vemos todos los dias!"

Los intereses no son los mismos, no sólo entre supuestas clases, sino entre individuos. Pero eso no significa que esos intereses estén en conflicto. Que existan conflictos de intereses que revistan la forma de luchas entre individuos, o de luchas entre clases, no significa que no exista una contradicción inherente entre los sectores en conflicto. De hecho puede haber un beneficio mayor mediante una asociación de esos intereses dispersos mediante una relación simbiótica, y al mismo tiempo coexistir como intereses diferentes. Lo que pasa es que vos no podés ver unidad en la diversidad, y por eso para lograr la unidad necesitás uniformidad.

Por eso, repito: puede haber lucha de clases pero eso no prueba una contradicción de intereses entre las clases.
Y por otro lado, no veo por qué decir que no existen clases sociales sea embrutecedor.
Las clases sociales son abstracciones para la investigación, pero no significa que existan en realidad como concretos con comunidades de intereses contrapuestos entre sí dentro de un modelo sistémico. De hecho, si hay algo interesante en el marxismo es que nunca Marx define qué es exactamente una clase. Y su descripción va variando continuamente.


"Ésta es la única objetividad histórica que cabe, y con ella basta, pues se halla contrastada y confirmada, no por las buenas intenciones del historiador de que él mismo responde, sino por las leyes que rigen el proceso histórico y que él se limita a revelar."

Sobre la cita de Trotsky, pues no dice nada. Muy literario, pero no prueba nada, salvo que para él debe elevarse al nivel de dogma de considerar objetivo contrastando todo con un prejuicio acerca de un supuesto proceso histórico. Pero como dije, ya contesté a esa teoría. Y por eso, repito, se puede ser objetivo y no necesariamente parcial.


Sobre el tema de la teoría del valor, bueno, creo que ya contesté suficiente. Paso la posta, como dije. Y ya sé como llegó Marx a buscar una esencia tras el intercambio de mercancías. El error esencial está en esa búsqueda de una esencia tras los bienes: "Una clase de mercancías es tan buena como otra, si su valor de cambio es igual. No existe diferencia o distinción entre cosas de igual valor de cambio". Si así fuera, no habría intercambio. Una cosa intercambiada obviamente a un precio para los dos partes en el mercado, se intercambia precisamente porque uno de los bienes posee más valor para una de las partes y el otro bien para la otra parte. En fín, es más largo... pero no tengo ganas ahora. Por ahora te paso esto para que leas:


3. The Class Struggle

As will be pointed out below, any philosophy of history must demonstrate the mechanism by means of which the supreme agency that directs the course of all human affairs induces individuals to walk in precisely the ways which are bound to lead mankind toward the goal set. In Marx's system the doctrine of the class struggle is designed to answer this question.

The inherent weakness of this doctrine is that it deals with classes and not with individuals. What has to be shown is how the individuals are induced to act in such a way that mankind finally reaches the point the productive forces want it to attain. Marx answers that consciousness of the interests of their class determines the conduct of the individuals. It still remains to be explained why the individuals give the interests of their class preference over their own interests. We may for the moment refrain from asking how the individual learns what the genuine interests of his class are. But even Marx cannot help admitting that a conflict exists between the interests of an individual and those of the



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class to which he belongs.[1] He distinguishes between those proletarians who are class conscious, i.e., place the concerns of their class before their individual concerns, and those who are not. He considers it one of the objectives of a socialist party to awake to class consciousness those proletarians who are not spontaneously class conscious.

Marx obfuscated the problem by confusing the notions of caste and class. Where status and caste differences prevail, all members of every caste but the most privileged have one interest in common, viz., to wipe out the legal disabilities of their own caste. All slaves, for instance, are united in having a stake in the abolition of slavery. But no such conflicts are present in a society in which all citizens are equal before the law. No logical objection can be advanced against distinguishing various classes among the members of such a society. Any classification is logically permissible, however arbitrarily the mark of distinction may be chosen. But it is nonsensical to classify the members of a capitalistic society according to their position in the framework of the social division of labor and then to identify these classes with the castes of a status society.

In a status society the individual inherits his caste membership from his parents, he remains through all his life in his caste, and his children are born as members
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[1]. Thus we read in the Communist Manifesto: “The organization of the proletarians into a class, and consequently into a political party, is at every instant again shattered by the competition between the workers themselves.”


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of it. Only in exceptional cases can good luck raise a man into a higher caste. For the immense majority birth unalterably determines their station in life. The classes which Marx distinguishes in a capitalistic society are different. Their membership is fluctuating. Class affiliation is not hereditary. It is assigned to each individual by a daily repeated plebiscite, as it were, of all the people. The public in spending and buying determines who should own and run the plants, who should play the parts in the theater performances, who should work in the factories and mines. Rich men become poor, and poor men rich. The heirs as well as those who themselves have acquired wealth must try to hold their own by defending their assets against the competition of already established firms and of ambitious newcomers. In the unhampered market economy there are no privileges, no protection of vested interests, no barriers preventing anybody from striving after any prize. Access to any of the Marxian classes is free to everybody. The members of each class compete with one another; they are not united by a common class interest and not opposed to the members of other classes by being allied either in the defense of a common privilege which those wronged by it want to see abolished or in the attempt to abolish an institutional disability which those deriving advantage from it want to preserve.

The laissez-faire liberals asserted: If the old laws establishing status privileges and disabilities are repealed and no new practices of the same character-such as tariffs, subsidies, discriminatory taxation, indulgence granted for non-governmental agencies like churches,



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unions, and so on to use coercion and intimidation-are introduced, there is equality of all citizens before the law. Nobody is hampered in his aspirations and ambitions by any legal obstacles. Everybody is free to compete for any social position or function for which his personal abilities qualify him.

The communists denied that this is the way capitalistic society as organized under the liberal system of equality before the law, is operating. In their eyes private ownership of the means of production conveys to the owners-the bourgeois or capitalists in Marx's terminology-a privilege virtually not different from those once accorded to the feudal lords. The "bourgeois revolution" has not abolished privilege and discrimination against the masses; it has, says the Marxian, merely supplanted the old ruling and exploiting class of noblemen by a new ruling and exploiting class, the bourgeoisie. The exploited class, the proletarians, did not profit from this reform. They have changed masters but they have remained oppressed and exploited. What is needed is a new and final revolution, which in abolishing private ownership of the means of production will establish the classless society.

This socialist or communist doctrine fails entirely to take into account the essential difference between the conditions of a status or caste society and those of a capitalistic society. Feudal property came into existence either by conquest or by donation on the part of a conqueror. It came to an end either by revocation of the donation or by conquest on the part of a more powerful conqueror. It was property by "the grace of God,"



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because it was ultimately derived from military victory which the humility or conceit of the princes ascribed to special intervention of the Lord. The owners of feudal property did not depend on the market, they did not serve the consumers; within the range of their property rights they were real lords. But it is quite different with the capitalists and entrepreneurs of a market economy. They acquire and enlarge their property through the services they have rendered to the consumers, and they can retain it only by serving daily again in the best possible way. This difference is not eradicated by metaphorically calling a successful manufacturer of spaghetti "the spaghetti king."

Marx never embarked on the hopeless task of refuting the economists' description of the working of the market economy. Instead he was eager to show that capitalism must in the future lead to very unsatisfactory conditions. He undertook to demonstrate that the operation of capitalism must inevitably result in the concentration of wealth in the possession of an ever diminishing number of capitalists on the one hand and in the progressive impoverishment of the immense majority on the other hand. In the execution of this task he started from the spurious iron law of wages according to which the average wage rate is that quantum of the means of subsistence which is absolutely required to enable the laborer to barely survive and to rear progeny.[2] This alleged law has long since been entirely
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[2]. Of course, Marx did not like the German term “das eherne Lohngesetz” because it had been devised by his rival Ferdinand Lassalle.


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discredited, and even the most bigoted Marxians have dropped it. But even if one were prepared for the sake of argument to call the law correct, it is obvious that it can by no means serve as the basis of a demonstration that the evolution of capitalism leads to progressive impoverishment of the wage earners. If wage rates under capitalism are always so low that for physiological reasons they cannot drop any further without wiping out the whole class of wage earners, it is impossible to maintain the thesis of the Communist Manifesto that the laborer "sinks deeper and deeper" with the progress of industry. Like all Marx's other arguments this demonstration is contradictory and self-defeating. Marx boasted of having discovered the immanent laws of capitalist evolution. The most important of these laws he considered the law of progressive impoverishment of the wage-earning masses. It is the operation of this law that brings about the final collapse of capitalism and the emergence of socialism.[3] When this law is seen to be spurious, the foundation is pulled from under both Marx's system of economics and his theory of capitalist evolution.

Incidentally we have to establish the fact that in capitalistic countries the standard of living of the wage earners has improved in an unprecedented and undreamt-of way since the publication of the Communist Manifesto and the first volume of Das Kapital. Marx misrepresented the operation of the capitalist system in every respect.

The corollary of the alleged progressive impoverishment
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[3]. Marx, Das Kapital, 1, 728.


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of the wage earners is the concentration of all riches in the hands of a class of capitalist exploiters whose membership is continually shrinking. In dealing with this issue Marx failed to take into account the fact that the evolution of big business units does not necessarily involve the concentration of wealth in a few hands. The big business enterprises are almost without exception corporations, precisely because they are too big for single individuals to own them entirely. The growth of business units has far outstripped the growth of individual fortunes. The assets of a corporation are not identical with the wealth of its shareholders. A considerable part of these assets, the equivalent of preferred stock and bonds issued and of loans raised, belong virtually, if not in the sense of the legal concept of ownership, to other people, viz., to owners of bonds and preferred stock and to creditors. Where these securities are held by savings banks and insurance companies and these loans were granted by such banks and companies, the virtual owners are the people who have claims against them. Also the common stock of a corporation is as a rule not concentrated in the hands of one man. The bigger the corporation, as a rule, the more widely its shares are distributed.

Capitalism is essentially mass production to fill the needs of the masses. But Marx always labored under the deceptive conception that the workers are toiling for the sole benefit of an upper class of idle parasites. He did not see that the workers themselves consume by far the greater part of all the consumers' goods turned out. The millionaires consume an almost negligible part of what



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is called the national product. All branches of big business cater directly or indirectly to the needs of the common man. The luxury industries never develop beyond small-scale or medium-size units. The evolution of big business is in itself proof of the fact that the masses and not the nabobs are the main consumers. Those who deal with the phenomenon of big business under the rubric "concentration of economic power" fail to realize that economic power is vested in the buying public on whose patronage the prosperity of the factories depends. In his capacity as buyer, the wage earner is the customer who is "always right." But Marx declares that the bourgeoisie "is incompetent to assure an existence to its slave within his slavery."

Marx deduced the excellence of socialism from the fact that the driving force of historical evolution, the material productive forces, is bound to bring about socialism. As he was engrossed in the Hegelian brand of optimism, there was to his mind no further need to demonstrate the merits of socialism. It was obvious to him that socialism, being a later stage of history than capitalism, was also a better stage.[4] It was sheer blasphemy to doubt its merits.

What was still left to show was the mechanism by means of which nature brings about the transition from capitalism to socialism. Nature's instrument is the class struggle. As the workers sink deeper and deeper with the progress of capitalism, as their misery, oppression, slavery, and degradation increase, they are driven to revolt, and their rebellion establishes socialism.

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[4]. On the fallacy implied in this reasoning, see below pp. 175 ff.


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The whole chain of this reasoning is exploded by the establishment of the fact that the progress of capitalism does not pauperize the wage earners increasingly but on the contrary improves their standard of living. Why should the masses be inevitably driven to revolt when they get more and better food, housing and clothing, cars and refrigerators, radio and television sets, nylon and other synthetic products? Even if, for the sake of argument, we were to admit that the workers are driven to rebellion, why should their revolutionary upheaval aim just at the establishment of socialism? The only motive which could induce them to ask for socialism would be the conviction that they themselves would fare better under socialism than under capitalism. But Marxists, anxious to avoid dealing with the economic problems of a socialist commonwealth, did nothing to demonstrate the superiority of socialism over capitalism apart from the circular reasoning that runs: Socialism is bound to come as the next stage of historical evolution. Being a later stage of history than capitalism, it is necessarily higher and better than capitalism. Why is it bound to come? Because the laborers, doomed to progressive impoverishment under capitalism, will rebel and establish socialism. But what other motive could impel them to aim at the establishment of socialism than the conviction that socialism is better than capitalism? And this preeminence of socialism is deduced by Marx from the fact that the coming of socialism is inevitable. The circle is closed.

In the context of the Marxian doctrine the superiority of socialism is proved by the fact that the proletarians are aiming at socialism. What the philosophers, the



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utopians, think does not count. What matters is the ideas of the proletarians, the class that history has entrusted with the task of shaping the future.

The truth is that the concept of socialism did not originate from the "proletarian mind." No proletarian or son of a proletarian contributed any substantial idea to the socialist ideology. The intellectual fathers of socialism were members of the intelligentsia, scions of the "bourgeoisie." Marx himself was the son of a well-to-do lawyer. He attended a German Gymnasium, the school all Marxians and other socialists denounce as the main offshoot of the bourgeois system of education, and his family supported him through all the years of his studies; he did not work his way through the university. He married the daughter of a member of the German nobility; his brother-in-law was Prussian minister of the interior and as such head of the Prussian police. In his household served a maid, Helene Demuth, who never married and who followed the Marx menage in all its shifts of residence, the perfect model of the exploited slavery whose frustration and stunted sex life have been repeatedly depicted in the German "social" novel. Friedrich Engels was the son of a wealthy manufacturer and himself a manufacturer; he refused to marry his mistress Mary because she was uneducated and of "low" descent;[5] he enjoyed the amusements of the British gentry such as riding to hounds.

The workers were never enthusiastic about socialism.
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[5]. After the death of Mary, Engels took her sister Lizzy as mistress. He married her on her deathbed “in order to provide her a last pleasure.” Gustav Mayer, Frederick Engels (The Hague, Martinus Nijhoff, 1934), 2, 329.


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They supported the union movement whose striving after higher wages Marx despised as useless.[6] They asked for all those measures of government interference with business which Marx branded petty-bourgeois nonsense. They opposed technological improvement, in earlier days by destroying new machines, later by union pressure and compulsion in favor of feather-bedding. Syndicalism-appropriation of the enterprises by the workers employed in them-is a program that the workers developed spontaneously. But socialism was brought to the masses by intellectuals of bourgeois background. Dining and wining together in the luxurious London homes and country seats of late Victorian "society," ladies and gentlemen in fashionable evening clothes concocted schemes for converting the British proletarians to the socialist creed.

4. The Ideological Impregnation of Thought

From the supposed irreconcilable conflict of class interests Marx deduces his doctrine of the ideological impregnation of thought. In a class society man is inherently unfit to conceive theories which are a substantially true description of reality. As his class affiliation, his social being, determines his thoughts, the products of his intellectual effort are ideologically tainted and distorted. They are not truth, but ideologies. An ideology in the Marxian sense of the term is a false doctrine which, however, precisely on account of its falsity,
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[6]. Marx, Value, Price, and Profit, ed. E. Marx Aveling (Chicago, Charles H. Kerr & Co. Cooperative), pp. 125-6. See below p. 137.


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serves die interests of the class from which its author stems.

We may omit here dealing with many aspects of this ideology doctrine. We need not disprove anew the doctrine of polylogism, according to which the logical structure of mind differs in the members of various classes.[1] We may furthermore admit that the main concern of a thinker is exclusively to promote the interests of his class even if these clash with his interests as an individual. We may finally abstain from questioning the dogma that there is no such thing as the disinterested search for truth and knowledge and that all human inquiry is exclusively guided by the practical purpose of providing mental tools for successful action. The ideology doctrine would remain untenable even if all the irrefutable objections that can be raised from the point of view of these three aspects could be rejected.

Whatever one may think of the adequacy of the pragmatist definition of truth, it is obvious that at least one of the characteristic marks of a true theory is that action based on it succeeds it attaining the expected result. In this sense truth works, while untruth does not work. Precisely if we assume, in agreement with the Marxians, that the end of theorizing is always success in action, the question must be raised why and how an ideological (that is, in the Marxian sense, a false) theory should be more useful to a class than a correct theory? There is no doubt that the study of mechanics was motivated, at least to some extent, by practical considerations. People wanted to make use of the theorems of mechanics
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[1]. Mises, Human Action, pp. 72-91.


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to solve various problems of engineering. It was precisely the pursuit of these practical results that impelled them to search for a correct, not for a merely ideological (false) science of mechanics. No matter how one looks at it, there is no way in which a false theory can serve a man or a class or the whole of mankind better than a correct theory. How did Marx come to teach such a doctrine?

To answer this question we must remember the motive that impelled Marx to all his literary ventures. He was driven by one passion-to fight for the adoption of socialism. But he was fully aware of his inability to oppose any tenable objection to the economists' devastating criticism of all socialist plans. He was convinced that the system of economic doctrine developed by the Classical economists was impregnable, and remained unaware of the serious doubts which essential -theorems of this system had already raised in some minds. Like his contemporary John Stuart Mill he believed "there is nothing in the laws of value which remains for the present or any future writer to clear up; the theory of the subject is complete."[2] When in 1871 the writings of Carl Menger and William Stanley Jevons inaugurated a new epoch of economic studies, Marx's career as a writer on economic problems had already come to a virtual end. The first volume of Das Kapital had been published in 1867; the manuscript of the following volumes was well along. There is no indication that Marx ever grasped the meaning of the new theory. Marx's economic teachings are essentially a garbled rehash of
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[2]. Mill, Principles of Political Economy, Bk. III, ch. 1, 1.


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the theories of Adam Smith and, first of all, of Ricardo. Smith and Ricardo had not had any opportunity to refute socialist doctrines, as these were advanced only after their death. So Marx let them alone. But he vented his full indignation upon their successors who had tried to analyze the socialist schemes critically. He ridiculed them, calling them "vulgar economists" and "sycophants of the bourgeoisie." And as it was imperative for him to defame them, he contrived his ideology scheme.

These "vulgar economists" are, because of their bourgeois background, constitutionally unfit to discover truth. What their reasoning produces can only be ideological, that is, as Marx employed the term "ideology," a distortion of truth serving the class interests of the bourgeoisie. There is no need to refute their chains of argument by discursive reasoning and critical analysis. It is enough to unmask their bourgeois background and thereby the necessarily "ideological" character of their doctrines. They are wrong because they are bourgeois. No proletarian must attach any importance to their speculations.

To conceal the fact that this scheme was invented expressly to discredit the economists, it was necessary to elevate it to the dignity of a general epistemological law valid for all ages and for all branches of knowledge. Thus the ideology doctrine became the nucleus of Marxian epistemology. Marx and all his disciples concentrated their efforts upon the justification and exemplification of this makeshift. They did not shrink from any absurdity. They interpreted all philosophical systems, physical and biological theories, all literature,



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music, and art from the "ideological" point of view. But, of course, they were not consistent enough to assign to their own doctrines merely ideological character. The Marxian tenets, they implied, are not ideologies. They are a foretaste of the knowledge of the future classless society which, freed from the fetters of class conflicts, will be in a position to conceive pure knowledge, untainted by ideological blemishes.

Thus we can understand the thymological motives that led Marx to his ideology doctrine. Yet this does not answer the question why an ideological distortion of truth should be more advantageous to the interests of a class than a correct doctrine. Marx never ventured to explain this, probably aware that any attempt to would entangle him in an inextricable jumble of absurdities and contradictions.

There is no need to emphasize the ridiculousness of contending that an ideological physical, chemical, or therapeutical doctrine could be more advantageous for any class or individual than a correct one. One may pass over in silence the declarations of the Marxians concerning the ideological character of the theories developed by the bourgeois Mendel, Hertz, Planck, Heisenberg, and Einstein. It is sufficient to scrutinize the alleged ideological character of bourgeois economics.

As Marx saw it, their bourgeois background impelled the Classical economists to develop a system from which a justification of the unfair claims of the capitalist exploiters must logically follow. (In this he contradicts himself, as he drew from the same system just the opposite conclusions.) These theorems of the Classical



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economists from which the apparent justification of capitalism could be deduced were the theorems which Marx attacked most furiously: that the scarcity of the maternal factors of production on which man's well-being depends is an inevitable, nature-given condition of human existence; that no system of society's economic organization could create a state of abundance in which to everybody could be given according to his needs; that the recurrence of periods of economic depressions is not inherent in the very operation of an unhampered market economy but, on the contrary, the necessary outcome of government's interfering with business with the spurious aim of lowering the rate of interest and making business boom by inflation and credit expansion. But, we must ask, of what use, from the very Marxian point of view, could such a justification of capitalism be for the capitalists? They themselves did not need any justification for a system which-according to Marx-while wronging the workers was beneficial to themselves. They did not need to quiet their own consciences since, again according to Marx, every class is remorseless in the pursuit of its own selfish class interests.

Neither is it, from the point of view of the Marxian doctrine, permissible to assume that the service which the ideological theory, originating from a "false consciousness" and therefore distorting the true state of affairs, rendered to the exploiting class was to beguile the exploited class and to make it pliable and subservient, and thereby to preserve or at least to prolong the unfair system of exploitation. For, according to Marx, the



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duration of a definite system of production relations does not depend on any spiritual factors. It is exclusively determined by the state of the material productive forces. If the material productive forces change, the production relations (i.e., the property relations) and the whole ideological superstructure must change too. This transformation cannot be accelerated by any human effort. For as Marx said, no social formation ever disappears before all the productive forces are developed for which it is broad enough, and new higher production relations never appear before the material conditions of their existence have been hatched out in the womb of the old society."[3]

This is by no means merely an incidental observation of Marx. It is one of the essential points of his doctrine. It is the theorem on which he based his claim to call his own doctrine scientific socialism as distinguished from the merely utopian socialism of his predecessors. The characteristic mark of the utopian socialists, as he saw it, was that they believed that the realization of socialism depends on spiritual and intellectual factors. You have to convince people that socialism is better than capitalism and then they will substitute socialism for capitalism. In Marx's eyes this utopian creed was absurd. The coming of socialism in no way depends on the thoughts and wills of men; it is an outgrowth of the development of the material productive forces. When the time is fulfilled and capitalism has reached its maturity, socialism will come. It can appear neither earlier nor
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[3]. Marx, Zur Kritik der politischen Oekonomie, p. xii (see above pp. 107 f.).


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later. The bourgeois may contrive the most cleverly elaborated ideologies-in vain; they cannot delay the day of the breakdown of capitalism.

Perhaps some people, intent upon salvaging the Marxian "ideology" concept, would argue this way: The capitalists are ashamed of their role in society. They feel guilty at being "robber barons, usurers, and exploiters" and pocketing profits. They need a class ideology in order to restore their self-assertion. But why should they blush? There is, from the point of view of the Marxian doctrine, nothing in their conduct to be ashamed of. Capitalism, in the Marxian view, is an indispensable stage in the historical evolution of mankind. It is a necessary link in the succession of events which finally results in the bliss of socialism. The capitalists, in being capitalists, are merely tools of history. They execute what, according to the preordained plan for mankind's evolution, must be done. They comply with the eternal laws which are independent of the human will. They cannot help acting the way they do. They do not need any ideology, any "false consciousness," to tell them that they are right. They are night in the light of the Marxian doctrine. If Marx had been consistent, he would have exhorted the workers: Don't blame the capitalists; in "exploiting" you they do what is best for yourselves; they are paving the way for socialism.

However one may turn the matter, one cannot discover any reason why an ideological distortion of truth should be more useful to the bourgeoisie than a correct theory.
El liberalismo o "como descubrir las leyes naturales del mercado"
Enviado por el día 4 de Mayo de 2004 a las 00:08
Agrego a mi respuesta un artículo:



HECHOS ACERCA DE LA REVOLUCION INDUSTRIAL

Por Ludwig von Mises [1]

Los autores socialistas e intervencionistas afirman que la historia del industrialismo moderno y. especialmente, la historia de la Revolución Industrial británica, ofrecen una verificación empírica de la doctrina realista o institucional y desvirtúan rotundamente el dogmatismo abstracto de los economistas [2] .

Los economistas niegan de plano que los sindicatos obreros y la legislación obrerista gubernamental hayan podido beneficiar o beneficiarla de una manera duradera a toda clase asalariada y mejorado su nivel de vida. Pero los hechos, dicen los antieconomistas, han refutado esas falacias: Según su criterio, los estadistas y legisladores que dictaron las leyes fabriles conocían mejor la realidad que los economistas; mientras la filosofía del laissez-faire enseñó según ellos que los sufrimientos de las masas trabajadoras son inevitables, el sentido común de los egos logró paliar los peores excesos del comercio ávido de ganancias. El mejoramiento de las condiciones de los trabajadores dicen, es obra exclusiva de los gobiernos y sindicatos obreros.

Estas son las ideas de que están impregnados la mayoría de los estudios históricos concernientes a la evolución del industrialismo moderno. Sus autores comienzan por esbozar una idílica imagen de las condiciones que prevalecían en vísperas de la Revolución Industrial. En esa época, nos aseguran, las cosas eran en gran medida satisfactorias. Los campesinos eran felices. Lo mismo sucedía con los trabajadores industriales bajo el sistema doméstico. Trabajaban en sus propias casas y gozaban de cierta independencia económica, puesto que poseían su parcela de tierra y sus propias herramientas. Pero entonces La Revolución Industrial cayó como guerra o plaga sobre esa gente [3] . El sistema fabril redujo al trabajador libre a la virtual esclavitud: hizo descender su nivel de vida al extremó de la mera subsistencia; al hacinar a mujeres y niños en los talleres, destruyó la vida del hogar y socavó los cimentos mismos de la sociedad, la moral y la salud pública. Una pequeña minoría de despiadados explotadores había logrado astutamente imponer su yugo a la inmensa mayoría.

Lo cierto es que en vísperas de la Revolución Industrial las condiciones económicas dejaban mucho que desear. Al sistema social tradicional le faltaba elasticidad para satisfacer las necesidades de una población en rápido crecimiento. Ni la agricultura ni los gremios podían dar ocupación a los brazos adicionales. El comercio estaba imbuido por un heredado espíritu de privilegio y monopolio exclusivos, sus fundamentos institucionales eran las licencias y el goce de un monopolio de patente; su filosofía era restringir y prohibir la competencia, tanto interna como extranjera. La cantidad de personas para las cuales no había lugar en el rígido sistema de paternalismo y tutelaje gubernamentales de los negocios, fue creciendo a paso acelerado. Eran virtualmente descastados. La apática mayoría de esta gente miserable vivía de migajas que caían de las mesas de las castas establecidas. En la época de la cosecha ganaban algo trabajando ocasionalmente en las granjas; el resto del año dependían de la caridad privada y de la ayuda a los pobres de la comuna. Miles de los jóvenes más vigorosos eran llevados a prestar servicio en el ejército y la marina reales; muchos morían o quedaban inválidos en acción; muchos más perecieron sin gloria por los rigores de la bárbara disciplina, las enfermedades tropicales o la sífilis[4]. Otros miles, los más audaces e inescrupulosos de su clase, infestaban el país como vagabundos, pordioseros, estafadores, ladrones y prostitutas. las autoridades no encontraban otra manera de lidiar con estos individuos que la de alojarlos en asilos de pobres o casas de trabajo.

El apoyo que prestó el gobierno al resentimiento popular causado por la introducción de nuevas invenciones y dispositivos que ahorraban mano de obra, hizo que las cosas no tupiesen remedio.

El sistema fabril evolucionó en continua lucha con innumerables obstáculos. Debió combatir prejuicios populares, antiguas costumbres establecidas, normas y reglamentaciones legales restrictivas, la animosidad de las autoridades, los intereses creados de grupos privilegiados, la envidia de los gremios. Los bienes de capital de las firmas individuales eran Insuficientes y la obtención de créditos hadase extraordinariamente difícil y costosa. Se carecía de experiencia tecnológica y comercial. La mayoría de los propietarios de fábricas fracasaron; los que triunfaron fueron comparativamente pocos. A veces las ganancias eran considerables, pero lo mismo sucedía con las pérdidas. Transcurrieron muchas décadas hasta que la práctica común de reinvertir la mayor parte de las ganancias acumuladas llegó a producir un capital adecuado para la conducción de las cosas en escala más amplia.

El que las fábricas prosperasen a pesar de todos estos inconvenientes se debió a dos razones. La primera consistió en las enseñanzas de la nueva filosofía social propugnada por los economistas, que destruyeron el prestigio del mercantilismo, paternalismo y restriccionismo. Refutaron la supersticiosa creencia de que los dispositivos y procesos para ahorrar mano de obra producen desocupación y conducen al pueblo a la pobreza y a la decadencia. Los economistas del laissez-faire fueron los precursores de las realizaciones tecnológicas sin precedentes de los últimos dos siglos.

Además hubo otro factor que debilitó la oposición a las innovaciones. Las fábricas liberaron a las autoridades y a la aristocracia terrateniente que dominaba de un problema comprometedor que se había vuelto demasiado pesado para ellos. Vaciaron los asilos de pobres, las casas de trabajo y las cárceles. Convirtieron a pordioseros hambrientos en hombres que se ganaban el pan por sí solos.

Los dueños de las fábricas no tenían facultad para obligar a nadie a aceptar un empleo fabril. Sólo podían contratar a los que estaban dispuestos a trabajar por los salarios que les ofrecían. Por bajos que fuesen estos salarios, representaban, sin embargo, mucho más de lo que esos pobres podían ganar en cualquier otra actividad accesible para ellos. Decir que las fábricas hicieron que las amas de casa abandonasen la crianza de sus hijos y las cocinas, y sacaron a los niños de sus juegos es tergiversar los hechos. Esas mujeres no tenían nada que cocinar ni qué dar de comer a sus hijos. Esos niños eran desposeídos y hambrientos. Su único refugio era la fábrica. Esta, los salvó de morir de hambre en el sentido estricto de la expresión.

Es deplorable que hayan existido estas condiciones. Pero si se quiere culpar a los responsables, no se debe mencionar a los propietarios de las fábricas, que animados por el egoísmo, por supuesto, y no por altruismo--hicieron todo lo que estuvo a su alcance por eliminar esos males. Lo que los provocó fue el orden económico de la era pre-capitalista, el orden imperante en los viejos tiempos.

En las primeras décadas de la Revolución Industrial, el nivel de vida de los fabriles fue chocantemente malo en comparación con la situación de las clases más altas de aquel entonces y con la situación de las masas industriales de la actualidad.

Las jornadas eran largas y las condiciones de trabajo en los talleres deplorables. La capacidad de trabajo del individuo agotábase rápidamente. Pero queda en pie el hecho de que con respecto al exceso de población, que el medio ambiente había dejado en la miseria y para la cual no había prácticamente lugar en la estructura del sistema de producción de la época, el trabajo en las fábricas fue la salvación. Esta gente no se volcaba a los talleres por ningún motivo sino por la apremiante necesidad de mejorar su nivel de vida.

La ideología del laissez-faire y su fruto, la Revolución Industrial, rompieron las barreras ideológicas e institucionales que obstaculizaban el progreso y el bienestar. Demolieron el orden social que condenaba a un creciente número de personas a la abyecta necesidad y pobreza. Los oficios de épocas anteriores se habían ajustado casi exclusivamente a suplir la demanda de los acaudalados. Su expansión estaba limitada por la cantidad de artículos de lujo que los círculos más ricos de la población podían adquirir. Los que no se dedicaban a producir artículos de primera necesidad, sólo podían ganarse la vida en la medida en que las clases más altas estuviesen dispuestas a utilizar su pericia y sus servicios. Pero entonces entró en acción un principio distinto: el sistema fabril, que inauguró una nueva modalidad de comercialización y producción. Su rango característico fue que las manufactureras no estaban destinadas ya a satisfacer el consumo de un puñado de ricos solamente, sino también el consumo de los que hasta entonces habían desempeñado un íntimo papel como consumidores. El objetivo del sistema fabril fue producir artículos baratos para los más. La fábrica clásica de los primeros días de la Revolución Industrial era la tejeduría de algodón. Pero los artículos de algodón que producía no tenían demanda entre los ricos. La gente acaudalada prefería la seda, el lino y la batista.

Siempre que la fábrica con sus métodos de producción en masa en los que se utilizaban máquinas accionadas por energía mecánica invadió un nuevo campo de la producción, lo hizo empezando con artículos baratos para las masas. Sólo en una etapa más avanzada las fábricas fueron dedicándose a producir artículos más refinados, y, por ende, más costosos, cuando el mejoramiento sin precedentes del nivel de vida de las masas acarreado por esas fábricas, hizo lucrativa la aplicación de los métodos de producción en masa a los artículos de mejor calidad. Así, por ejemplo, por muchos años el calzado fabricado sólo lo adquirían los proletarios, mientras los consumidores más pudientes seguían optando por el calzado hecho a mano, los talleres de sudor de los que tanto se habla, no produjeron ropa para los ricos, sino para las personas de modestos recursos. Las damas y caballeros aristocráticos seguían prefiriendo los vestidos, y trajes a la medida.

El hecho sobresaliente de la Revolución Industrial es que inauguró una era de producción en masa para la demanda de las masas. Los asalariados ya no trabajan solamente para el bienestar de otros. Ellos mismos son los principales consumidores de los productos que salen de las fábricas. El gran comercio depende del consumo en masa. En los Estados Unidos no existe en la actualidad ni una sola rama del gran comercio que no contemple las necesidades de las masas. El principio mismo del empresario capitalista es suplir al hombre común. En su capacidad como consumidor, el hombre común es el soberano cuyas compras o cuya negativa a comprar deciden la suerte de las actividades comerciales. En la economía mercantil no hay otro medio de adquirir y conservar riqueza que el de abastecer a las masas de todos los artículos que solicitan en la mejor forma y más barata posible.

Enceguecidos por los prejuicios, muchos historiadores y escritores han dejado totalmente de reconocer este hecho fundamental. Según ellos, los asalariados trabajan en beneficio de otros. Jamás se preguntan quiénes son los otros.

Los esposos Hammond nos dicen que los trabajadores eran más felices en 1760 que en 1830 [5]. Esta es una manera arbitraria de apreciar las cosas. No hay forma de comparar y medir la felicidad de personas distintas o de las mismas personas en momentos distintos. Por razones de argumentación podemos conceder que el individuo nacido en 1740 haya sido más feliz en 1760 que en 1830. Pero no olvidemos que en 1770 (según el cálculo de Arthur Young) Inglaterra contaba con 8.500,000 habitantes, mientras que en 1831 (según el censo) la cifra era de 16 millones [6] . Este notable aumento fue condicionado principalmente por la Revolución Industrial. Con referencia a esos ingleses adicionales, sólo pueden aprobar el aserto de los eminentes historiadores aquellos que concuerdan con los melancólicos versos de Sófocles: Es incuestionable que lo mejor es no nacer; pero una vez que el hombre ha visto la luz del día, lo mejor es que vuelva cuanto antes al lugar de donde vino.

Los primeros industriales eran en su mayoría hombres surgidos del mismo plano social que sus trabajadores. Vivían muy modestamente, sólo gastaban para su subsistencia una fracción de lo que ganaban y el resto volvían a invertirlo en sus negocios. Pero a medida que los empresarios fueran haciéndose más ricos, los hijos de los comerciantes prósperos comenzaron a introducirse en círculos de la clase dirigente. Los caballeros de alcurnia envidiaban la riqueza de los advenedizos y no veían con buenos ojos sus simpatías por el movimiento reformista. Por eso replicaron investigando las condiciones materiales y morales de los trabajadores y aprobando legislaciones fabriles.

La historia del capitalismo de Gran Bretaña, como la de todos los demás países capitalistas, revela una incesante tendencia hacia el mejoramiento del nivel de vida del asalariado. Esta evolución coincidió con el desarrollo de leyes obreristas y con la propagación del sindicalismo obrero, por una parte, y con el incremento de la productividad marginal dolos trabajadores por la otra. Los economistas afirman que el mejoramiento de las condiciones materiales de los trabajadores se debe al aumento de la cuota por cápita del capital invertido y a los adelantos tecnológicos que acarreó la utilización de este capital adicional.

Cuando la legislación obrera y la presión sindical no excedieron los límites de lo que los trabajadores habrían recibido sin tales influencias y como consecuencia necesaria de la aceleración de la acumulación de capital en proporción con la población, aquella legislación y presión fueron superfluas. Cuando dieron como resultado que excedieran esos límites, fueron dañinas para los intereses de las masas. Retardaron la acumulación de capital, frenando así la tendencia hacia el aumento de la productividad del trabajo y de los índices de salarios. Confirieron privilegios u ciertos grupos de asalariados en desmedro de otros. Crearon la desocupación en masa y disminuyeron el volumen de productos a disposición de los trabajadores en su carácter de consumidores.

Los apologistas de la interferencia gubernamental en los negocios y del sindicalismo obrero atribuyen todas las mejoras experimentadas por los trabajadores a los actos de gobiernos y sindicatos. De no haber sido por ellos, alegan, el nivel de vida de los trabajadores hoy no sería más alto que en los primeros años del sistema fabril.

Es obvio que esta polémica no puede resolverse apelando a la experiencia histórica. Con respecto al establecimiento de los hechos no existe desacuerdo entre ambos grupos. Su antagonismo gira en torno a la interpretación de esos hechos, interpretación que debe ser orientada por la teoría que se elija. Las consideraciones epistemológicas y lógicas que determinan el acierto o desacierto de una teoría, son lógica y temporalmente previas a la elucidación del problema histórico que está en juego. Como tales, los hechos históricos no prueban ni desvirtúan ninguna teoría, pues se los debe interpretar a la luz del conocimiento teórico.

La mayoría de los autores que escribieron la historia de las condiciones de trabajo bajo el capitalismo, ignoraban la economía y se jactaban de esta ignorancia. Sin embargo, este desprecio por el razonamiento económico acertado, no significó que encarecen el tema de sus estudios sin predisposiciones y, sin tendencias en favor de alguna teoría. Los guiaban las falacias populares sobre la omnipotencia gubernamental y las presuntas ventajas del sindicalismo obrero. Está fuera de toda duda que los Webbs, como Hugo Brentano y una hueste de otros autores de menor importancia estuvieron imbuidos desde el principio mismo de sus estudios por una fanática antipatía hacia la economía de mercado y por una entusiasta adhesión a las doctrinas del socialismo e intervencionismo. Indudablemente fueron honestos y sinceros en sus convicciones y trataron de hacer lo mejor posible. Su sinceridad y probidad los absuelve como individuos, pero no como historiadores. Por puras que sean las intenciones de un historiador, no hay excusa para que recurra a doctrinas falaces. El primer deber de un historiador consiste en examincir con el mayor cuidado todas las doctrinas que utiliza para encarar el tema de su trabajo. Si no lo hace, y se hace eco ingenuamente de las ideas fragmentarias y confusas de la opinión popular, no será un historiador sino un apologista y un propagandista.

El antagonismo entre estos dos puntos de vista opuestos no es meramente un problema histórico, puesto que no en menor medida tiene relación con los más candentes problemas de la actualidad. Es el eje de la controversia en lo que se ha dado en denominar el problema de las relaciones industriales en los Estados Unidos de hoy.

Séanos dado recalcar un sólo aspecto de la cuestión. Grandes regiones Asia Oriental, las Indias Orientales, el Sud y el Sudeste de Europa, América Latina no sólo son afectadas superficialmente por el capitalismo moderno. Las condiciones prevalecientes en esos países no difieren mayormente de las de Inglaterra en vísperas de la Revolución Industrial. Hay millones y millones de personas que no encuentran ubicación segura en la estructura económica tradicional. La suerte de esas masas indígenas sólo puede mejorar por medio de la industrialización. Lo que más necesitan son hombres de empresa y capitalistas. Debido a que sus propias políticas desacertadas han privado a estas naciones de seguir beneficiándose con la ayuda que el capital extranjero les brindara, tienen que embarcarse en la acumulación de capital interno. Tienen que atravesar todas las etapas por las cuales debió pasar el industrialismo Occidental. Tienen que empezar con salarios comparativamente bajos y largas horas de trabajo. Pero, engañados por las doctrinas que prevalecen actualmente en Europa Occidental y América del Norte, sus estadistas creen que pueden proceder de manera diferente. Alientan la presión sindical y la legislación presuntamente obrerista. Su radicalismo intervencionista frustra todos los intentos de crear industrias nacionales. Estos hombres no comprenden que la industrialización no puede iniciares adoptando los preceptos de la Oficina Internacional del Trabajo ni los del Congreso de Organizaciones Industriales de los Estados Unidos. Su obstinado dogmatismo sella la suerte de los coolies de la India y Japón, de los peones mexicanos y de millones de personas más, que luchan desesperadamente al borde del hambre. ©


Fuente: CEES (Guatemala)


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[1] [i] El doctor Mises fue profesor visitante de Economía en la Universidad de Nueva York



[2] [ii] El atribuir la frase Revolución Industrial a los reinados de los últimos Jorges de Hannover fue el resultado de deliberados intentos por melodramatizar la historia económica para adaptar a las procusteanas concepciones marxistas. La transición de los métodos mediavales de producción a los aplicados por el sistema de empresa libre, fue un largo proceso que se inició siglos antes de 1760 y que en 1830 no se había completado ni siquiera en Inglaterra. Sin embargo, es cierto que el desarrollo industrial de Inglaterra se aceleró considerablemente en la segunda mitad del siglo dieciocho. Por lo tanto se puede emplear el término de Revolución Industrial cuando se analizan las connotaciones emotivas con las cuales el fabianismo, el marxismo, la escuela histórica y el institucionalismo la han cargado.



[3] [iii] J.L.Hammond y Bárbara Hammond The Skilled Labourer 1760-1882, (2a. Edición, Londres, 1920, p. 4.)



[4] [iv] > En la Guerra de los Siete Años, 1,512 marineros británicos murieron en combate, mientras 133,703 fallecieron por enfermedades o desaparecieron W. L. Dorn. Competition for Empire 140 - l763 (Nueva York 1940) - p. 114,



[5] [v] J. L. Hammond y Bárbara Hammond. OP. CIT.



[6] [vi] F. C. Dietz, An Economic Hlstory of England (Nueva York 1942) PP. 392.



Saludos,
Stormgren

P.D. al mensaje anterior:

Me parece muy bueno que leas todo, aunque sería mejor que en vez de citar tu propia interpretación de la Escuela Austríaca, citaras lo que te contesté al respecto (porque la tuya, antes de comprenderla, de siquiera haberla leído, ya tiene vituperios). Pero me parece bien cuando decís que: "se resalta el papel del consumidor y no el del productor (el trabajador). Por supuesto, entonces es facil negar la explotacion y la plusvalia. Pero esto es lo que decis vos, todavia no tuve tiempo de leer el trabajo completo del austriaco. Quisiera leer todos los textos de la polemica, tambien."
Al menos estás abierto a la posibilidad de cambiar de ideas si descubrís que podés estar equivocado. Y no te preocupes: Bohm-Bawerk va a resolverte la duda.
El empresario como creador y productor de sus propios ingresos
Enviado por el día 4 de Mayo de 2004 a las 00:14
De yapa:

Kizner, Israel M. El empresario (PDF)
http://www.eumed.net/cursecon/textos/Kirzner_empre...
Re: El empresario como creador y productor de sus propios ingresos
Enviado por el día 4 de Mayo de 2004 a las 16:03
Todavia no termine de leer a Bohm-Bawerk y me mandas todo este choclo... Aguanta los trapos, che.

Busca filisteo en el diccionario y vas a ver porque lo digo. Filisteo es el que ni siquiera se interesa en diferenciar las cosas, el que dice "marxista" como insulto a cualquier cosa que le parezca de izquierda. Como los boludos que le dicen "zurdo" a Kirchner.

Si te tengo que contestar lo de Mao, Santucho, Harnecker, la lucha de clases, y todo lo demas no termino mas.

Siguiendo con el tema, la cita que haces la utilizas mal. ¿Cual es el interes de intercambiar las mercancias? El valor de uso. Yo tengo dos alfajores que uno quiere comer y el otro tiene una escoba que yo necesito para barrer. Es en el valor de uso de las mercancias el motivo para el intercambio, no el intercambio en si mismo.
Re: Re: El empresario como creador y productor de sus propios ingresos
Enviado por el día 5 de Mayo de 2004 a las 01:46
"Como los boludos que le dicen "zurdo" a Kirchner."

¿Como Hebe de Bonafini? ¿o sus amigovios Fidel Castro y Hugo Chavez? Dejate de joder Juan.


"Si te tengo que contestar lo de Mao, Santucho, Harnecker, la lucha de clases, y todo lo demas no termino mas."

Pues no termines, pero vaya que me interesaría leer una explicación al respecto.


"Siguiendo con el tema, la cita que haces la utilizas mal. ¿Cual es el interes de intercambiar las mercancias? El valor de uso. Yo tengo dos alfajores que uno quiere comer y el otro tiene una escoba que yo necesito para barrer. Es en el valor de uso de las mercancias el motivo para el intercambio, no el intercambio en si mismo."

¿Y esto qué tiene que ver con mi cita? Pero, precisamente me das la razón: El valor de uso es subjetivo. Si me decís que "en el valor de uso de las mercancías está el motivo para el intercambio" es porque el valor de uso es diferente para cada actor del intercambio. Alfajores y escobas son preferencias subjetivas (según su utilidad marginal en la división del trabajo) y no objetivas (por sus propiedades físicas y menos aún por el "tiempo de trabajo" invertido en él). Es más, si te fijás, lo que me estás diciendo es casi, en forma muy resumida, la teoría del valor del marginalismo a secas (o sea: incluída la no-austríaca). Las propiedades útiles del útil individual aumentan según su escasez aunque sus propiedades físicas sean las mismas (los dos alfajores son iguales, pero uno de ellos tiene menos valor, aunque elijas cualquiera de ellos al azar). De esta escasez útil depende el valor de cambio, y no de la cantidad de trabajo puesta en él... y de ahí que lo que llamás valor no sea realmente el valor. Pero bueno... ya tendrás tiempo para redactar tu tesis al respecto...

Por ahora te voy aclarando unos asuntos que debés saber ya que vas a leer al amigo Bohm-Bawerk: Hay dos libros de él sobre la teoría del valor en el marxismo. Uno es un capítulo de "Capital e Interés" llamado "La teoría de la explotación", que está enmarcado dentro de la totalidad del libro, y que en parte no se puede leer sacado del conjunto, y es más, debería leerse en conjunto con "Principios de economía política" de Menger. Bueno, éste libro "La teoría de la explotación" refuta a Marx desde la teoría subjetiva del valor y del marginalismo austríaco.
El segundo es "La conclusión del sistema marxiano" o "Karl Marx and the close of his system" y la refutación se hace desde DENTRO de la teoría objetiva del valor y desde incluso DENTRO de la teoría del valor del tiempo de trabajo marxista. Por eso te conviene primero leer este último, y después, si querés buscar una explicación de cómo y por qué se intercambian los bienes y a qué relación, ahí derivar a la Escuela Austríaca. Dentro de ésta hay dos libros de Mises que inician el debate sobre otros aspectos del marxismo: "El Socialismo" sobre el materialismo histórico y el colectivismo, y "Teoría e Historia" sobre el materialismo dialéctico y el clasismo. Esto desencadena un debate entre Lange (que acepta la función de los precios y la utilidad marginal para determinarlos, pero intenta fusionar la praxeología con el marxismo, emulando el mercado mediante el socialismo) y Hayek (que considera esto imposible), pero eso da para largo.

Saludos,
Stormgren