liberalismo.org
Portada » Artículos » Economía » El papel de las ganancias

El papel de las ganancias

Por
Traducido por John Leo Keenan

Distinguido profesor de economía en George Mason University y autor de muchos libros, el Dr. Williams es un frecuente invitado en programas de radio y televisión de EE.UU.

Las ganancias son mal comprendidas, vistas como inmerecidas y a veces condenadas como perversas. Quizás por eso la gente a menudo anuncia con reverencia, con un aire de superioridad moral, que "nosotros somos una organización sin fines de lucro."

Antes de subirse muy alto con aires de moralidad, deberían recordar que organizaciones sin fines de lucro han causado algunos de los peores males, pesares e insatisfacciones del mundo. Después de todo, entre las organizaciones sin fines de lucro están los gobiernos opresivos, los servicios de correo y la educación pública.

Las ganancias no son un elemento grande en las cuentas de los ingresos nacionales. En 1999, las ganancias después de impuestos constituían aproximadamente el 6 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB); en comparación, los sueldos constituían más del 60 por ciento. Las utilidades - como los sueldos, el interés y la renta - son un componente vital en una economía que funciona armoniosamente.

Por lo tanto, ¿qué son las ganancias? Puesto sencillamente, son un precio, así como los sueldos, las rentas y los intereses son precios. Las ganancias son los precios pagados a los empresarios, en su rol de personas que asumen riesgos, que innovan, que toman las decisiones. Así como los trabajadores no proveerán sus servicios sin sueldos, los empresarios no proveerán los suyos sin ganancias.

Las ganancias, como otros precios, encaminan a los recursos desde usos valorados modestamente a usos más altamente valorados.

Un hombre de negocios exitoso debe recibir no solamente suficientes ingresos para cubrir los sueldos, rentas e intereses, sino también las ganancias. Para cumplir con esa proeza, no sólo debe satisfacer a clientes, sino que debe hacerlo de una manera que utilice eficientemente todos los recursos de los que dispone. Si fracasa en cubrir todos sus costos, significa que no está usando sus recursos eficientemente y/o que los clientes no aprecian su producción en comparación con alguna otra alternativa.

Cuando una firma no puede presentar utilidades, termina fuera del negocio. Eso significa que sus recursos, trabajadores, edificio y capital están ahora disponibles para otro que pueda darles un mejor uso. Por supuesto, el gobierno puede frustrar este proceso con subsidios que permitan a los empresarios continuar administrando mal los recursos.

Usted puede decir: "muy bien, Williams, estoy contigo en lo que respecta a las ganancias normales, ¿pero qué dices de las totalmente imprevistas - las que algunas personas llaman ganancias obscenas?" Son ganancias muy superiores a lo que es necesario para que un empresario pueda mantenerse en el negocio, pero también juegan un rol vital. Esas ganancias imprevistas anuncian que una necesidad humana no está siendo satisfecha. Recursos emergen para satisfacer esa necesidad. Por ejemplo, cuando el Huracán Andrew devastó partes de Florida del Sur, los precios de madera contrachapada se fueron por las nubes. El fiscal general de Florida amenazó con tomar acciones legales contra aquellas compañías que especulasen con los precios.

Esas ganancias extraordinarias transmitieron mensajes al resto de la economía. Digamos que los precios de madera contrachapada, antes del huracán, eran de 10 dólares por lámina y que después eran de 20. Ese potencial de ganancias creó una poderosa señal. En lugar de que los fabricantes de madera contrachapada vendiesen su inventario a, digamos, comerciantes mayoristas de Pennsylvania por 8 dólares la lámina, la despacharon con alegría a comerciantes mayoristas de Florida por precios más altos. Comerciantes mayoristas en otros estados se sintieron afortunados por poder vender su madera contrachapada en Florida por precios más altos. Debido a que los suministros de madera contrachapada se estaban moviendo hacia Florida, los precios de madera contrachapada se elevaron en los otros sitios.

Desde un punto de vista social, esto es maravilloso. Supongamos que yo planease pasar un sábado por la tarde construyendo una casa para mi perro. Voy al almacén de maderas de mi barrio en Pennsylvania, esperando pagar 10 dólares por una lámina de madera contrachapada, y llego ahí y descubro que cuesta 18. Digo: "Al cuerno con el perro; ¡que duerma a la intemperie!" Voluntariamente he hecho que una lámina de madera contrachapada esté disponible para un uso más valioso: reconstruir la casa de otra persona.

Ninguna de estas y otras acciones voluntarias, que hacen que la madera contrachapada esté disponible para los habitantes de Florida, sucederían si se impusieran controles de precios a la madera contrachapada, obligando a que los precios fueran los mismos antes y después del huracán. Los precios que fluctúan libremente, incluyendo el potencial de altas ganancias imprevistos, alientan a que la gente haga voluntariamente lo que favorece al interés social.

En mercados libres y abiertos, las ganancias deben ser exaltadas, no tratadas con desprecio como los charlatanes políticos y de la economía quieren que hagamos.