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23 de Noviembre de 2004

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Todo un hombre de Estado
Bitácora de Juan Ramón Rallo Julián

Diálogo y talante según los progres


Fíjense en esta maravillosa frase que pretende resumir el por qué de la existencia del muro de Berlín: [el muro] fue fruto de la incapacidad de diálogo entre comunismo y capitalismo, símbolo de la guerra fría. Genial. Lo curioso es que en las líneas anteriores esboza las razones auténticas: Fue construido por la RDA el 13 de agosto de 1961, para evitar la migración de sus habitantes a la zona occidental capitalista, que en los últimos tiempos había aumentado considerablemente.

¿Diálogo entre comunismo y capitalismo? Si una tiranía construye un muro, no ya para impedir entrar a extranjeros, sino para retener a los nacionales, ¿es culpa de los países donde subsiste una mayor libertad? ¿Cuál debería haber sido el resultado de ese supuesto diálogo? ¿Una restricción de la libertad en la RFA para reducir el atractivo migratorio? Algunos progres de garrafón no son capaces de reconocer que la auténtica tara del comunismo no reside en una desviación de la doctrina utópica que propugnaba -y que, en parte, podía justificarlo- sino en sus estructuras más fundamentales que impregnan a su vez todo el discurso intervencionista de hoy en día.

Sumidos en la banalidad del diálogo entre civilizaciones y del talante universal, olvidan que sólo los individuos son capaces de dialogar, si sus Estados no les cierran definitivamente la boca. Olvidan que los acuerdos a los que a través del florido diálogo puedan llegar los Estados son, en realidad, violaciones sistemáticas de todo diálogo entre cada Estado y sus ciudadanos, en tanto las obligaciones que toma el gobierno los vinculan. Olvidan, en definitiva, que el diálogo bilateral entre Estados se corresponde con una imposición unilateral del Estado a los individuos. El diálogo entre el capitalismo y el comunismo -como sistemas globales, carentes de toda vinculación con unas gentes que sufrían el intervencionismo a un lado y, sobre todo, el comunismo al otro- no refleja más que la firme voluntad de los progres por que la libertad, también en Occidente, rinda pleitesía a la compulsión y la tiranía; la cristalización de la burocratización de la individualidad como parte orgánica del Estado. Desde luego, si algo no necesitaban las víctimas del comunismo era que un Estado extranjero certificara vergonzosamente su situación de esclavitud universal.

Pero los progres necesitan echarla, incluso en esto, la culpa al capitalismo. Su discurso, marchito y sin rumbo, necesita de estos mitos colectivos autojustificativos.

Y por cierto, la afirmación que sigue, esto es, su caída, el 9 de noviembre de 1989 fue el comienzo del fin de los regímenes comunistas en Europa Oriental, también responde a uno de esos mitos autojustificativos, según los cuales la decadencia del comunismo comenzó porque cayó el muro. Quizá algunos tendrían que (re)leerse a Revel. La crisis del comunismo queda plasmada precisamente en la construcción del muro, en la incapacidad del comunismo para retener a su población si no era encerrándola. El muro refleja que, como entendió Mises, existe una incoherencia manifiesta entre los fines del comunismo y los medios que pretendía utilizar, es decir, a todas luces el comunismo era imposible. De esa imposibilidad llegamos a la prisión forzada de quienes dejaron de creer en las distopías comunistas. Por eso, la prueba del fracaso del comunismo, el principio de su fin, al menos en la RDA, data de 1961. Los casi 30 años que sobrevivió muriéndose sólo reflejan la poderosa capacidad coactiva que tiene el Estado para prolongar el estado comatoso del sistema mediante el aniquilamiento de los disidentes.

Todo Estado se sostiene sobre una ilusión colectiva; los "desilusionados" deben ser removidos (en la medida de lo posible creyéndose de nuevo la ilusión, recordemos el final de Winston Smith en 1984). Por eso sobrevivió el comunismo, por la misma ilusión colectiva por la que los progres reivindican un supuesto diálogo entre sistemas o civilizaciones, una ilusión que ataca frontalmente la libertad.

Comentarios

 
Y si Cuba no fuese una isla-cárcel-muro, los cubanos estarían todos en Miami, donde ya hay casi tres millones.
Enviado por el día 23 de Noviembre de 2004 a las 14:15 (1)
Magnífico apunte.

> 'La crisis del comunismo queda plasmada precisamente en la construcción del muro, en la incapacidad del comunismo para retener a su población si no era encerrándola'.

Exactamente, en la construcción y no en la caída. Y extrapolando todo esto al caso de Cuba ¿se dirá también cuando ocurra, esperemos que muy pronto, el hundimiento del castrismo que la crisis se inició con la desaparición de Castro?
Enviado por el día 23 de Noviembre de 2004 a las 14:17 (2)
Es curioso, Policronio, que los dos hayamos sentido simultáneamente la necesidad de aplicar al caso cubano, la esencia del artículo de Juan Ramón. Me alegra la coincidencia.
Enviado por el día 23 de Noviembre de 2004 a las 14:19 (3)
Señores les recomiendo el la tercera de abc de ayer escrita por oswaldo paya, es impagable.
Enviado por el día 23 de Noviembre de 2004 a las 14:22 (4)
Creo que el indecente de Carlos Carnicero debería tomar nota de la tercera de Payá:

"Es un ultraje que muchos turistas y también muchos polícias traten a las mujeres cubanas como prostitutas mientras no se demuestre lo contrario. Ese ultraje es posible y permitido porque los habaneros y los cubanos han perdido los derechos en su propio país. Por eso los neocolonos pueden divertirse y hacer negocios usando la mano de obra alquilada, ya que saben que a los cubanos su Estado no les reconoce derechos. Así algunos sienten el morboso placer de sentirse superiores y adulados, viniendo casi siempre de países donde desde siempre se proclaman y se hacen ley los derechos humanos".

"Mientras los habaneros están silenciados por el miedo, otros vienen de lejos a tomar mojito y decirles "qué simpáticos son, qué alegre es su música y qué lindas sus mulatas"".

Gentuza como Carlos Carnicero se lo debían de pensar dos veces antes de dar lecciones de ética tras uno de esos viajes que prodigan a La Habana. ¡Asco que me dan!
Enviado por el día 23 de Noviembre de 2004 a las 14:40 (5)
Seneca, mas que impagable, sobrecogedor. Oswaldo Paya encoge el corazón d cualquiera que ame la libertad al leer su árticulo.
Desde aquí un gran abrazo a todos los cubanos.Fidel no es inmortal (aun que él se lo crea).
Enviado por el día 23 de Noviembre de 2004 a las 14:55 (6)
El terror de los progres por sumar 2 + 2 respecto al comunismo y su final les invalida para juzgar nada.
Enviado por el día 23 de Noviembre de 2004 a las 15:06 (7)
Les aterra perder la sanción moral de las víctimas...
Enviado por el día 23 de Noviembre de 2004 a las 18:11 (8)
Lo que mas recuerdo de la cida del muro es a Anguita diciendo "esto significa la derrota de la politica de bloques" , sin comentarios
Enviado por el día 23 de Noviembre de 2004 a las 19:10 (9)
Joer, empiezo por el final, pero la tentación es irresistible, yayo.

Ya está dicho. Se les averia una serie importante de neuronas a gente por lo demás bastante razonable. O no tanto. De Anguita tengo grabada en la memoria una bastante alucinante. ¿Es condición necesaria para ser de IU el ser bobo en una perfecta imitación de catedrático de Física Atómica y Nuclear?

Bueh. No sé.

A lo que iba. La buena muejer, que me cae bien por aquello de las primeras impresiones, está algo molesta. Pero no se apea, la tía (dicho con cordialidad :), que defiende su giro retórico sobre el murito y la falta de diálogo de los verdugos con las víctimas.

Impermeable de los que hay tantos. Y casi en la misma línea que Anguita ¿es condición necesaria para ser progre tener la lógica seriamente averiada?

Es una niña LOGSE de las "buenas chicas, trabajadoras" y yastá. Espero que se entere de una vez.
Enviado por el día 23 de Noviembre de 2004 a las 20:21 (10)

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