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13 de Octubre de 2005

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Todo un hombre de Estado
Bitácora de Juan Ramón Rallo Julián

Textos fascistas de ayer y hoy (II): Norma programática de la Falange


Extractamos algunos de los puntos de este manifiesto de la Falange, redactado en noviembre de 1934 por José Antonio Primo de Rivera:

8. El Estado Nacionalsindicalista permitirá toda iniciativa privada compatible con el interés colectivo y aun protegerá y estimulará las beneficiosas.

9. Concebimos a España, en lo económico, como un gigantesco sindicato de productores. Organizaremos corporativamente a la sociedad española mediante un sistema de sindicatos verticales por ramas de la producción, al servicio de la integridad económica nacional.

10. Repudiamos el sistema capitalista, que se desentiende de las necesidades populares, deshumaniza la propiedad privada y aglomera a los trabajadores en masas informes, propicias a la miseria y a la desesperación. Nuestro sentido espiritual y nacional repudia también el marxismo. Orientaremos el ímpetu de las clases laboriosas, hoy descarriadas por el marxismo, en el sentido de exigir la participación directa en la gran tarea del Estado nacional.

12. La riqueza tiene como primer destino -y así la afirmará nuestro Estado- mejorar las condiciones de la vida de cuantos integran el pueblo. No es tolerable que masas enormes vivan miserablemente mientras unos cuantos disfrutan de todos los lujos.

13. El Estado reconocerá la propiedad privada como medio lícito para el cumplimiento de fines individuales, familiares y sociales, y la protegerá contra los abusos del gran capital financiero, de los especuladores y de los prestamistas.

14. Defendemos la tendencia a la nacionalización del servicio de la Banca y, mediante las corporaciones, a la de los grandes servicios públicos.

15. Todos los españoles tienen derecho al trabajo. Las entidades públicas sostendrán necesariamente a quienes se hallen en paro forzoso. Mientras se llega a la nueva estructura total, mantendremos e intensificaremos todas las ventajas proporcionadas al obrero por las vigentes leyes sociales.

16. Todos los españoles no impedidos tienen el deber del trabajo. El Estado Nacionalsindicalista no tributará la menor consideración a los que no cumplen función alguna y aspiran a vivir como convidados a costa del esfuerzo de los demás.
18. Enriqueceremos la producción agrícola (Reforma económica) por los medios siguientes:

Asegurando a todos los productos de la tierra un precio mínimo remunerador.
Exigiendo que se devuelva al campo, para dotarlo suficientemente, gran parte de lo que hoy absorbe la ciudad en pago de sus servicios intelectuales y comerciales.
Organizando un verdadero Crédito Agrícola Nacional, que al prestar dinero al labrador a bajo interés con la garantía de sus bienes y de sus cosechas le redima de la usura y del caciquismo.
Difundiendo la enseñanza agrícola y pecuaria.
Ordenando la dedicación de las tierras por razón de sus condiciones y de la posible colocación de sus productos.
Orientando la política arancelaria en sentido protector de la agricultura y de la ganaderia.
Acelerando las obras hidráulicas.
Racionalizando las unidades de cultivo, para suprimir tanto los latifundios desperdiciados como los minifundios antieconómicos por su exiguo rendimiento.

20. Emprenderemos una campaña infatigable de repoblación ganadera y forestal, sancionando con severas medidas a quienes la entorpezcan e incluso acudiendo a la forzosa movilización temporal de toda la juventud española para esta histórica tarea de reconstruir la riqueza patria.

22. Será designio preferente del Estado Nacionalsindicalista la reconstrucción de los patirmonios comunales de los publios.

23. Es misión esencial del Estado, mediante una disciplina rigurosa de la educación, conseguir un espíritu nacional fuerte y unido e instalar en el alma de las futuras generaciones la alegría y el orgullo de la Patria. Todos los hombres recibirán una educación premilitar que les prepare para el honor de incorporarse al Ejército nacional y popular de España.

24. La cultura se organizará en forma de que no se malogre ningún talento por falta de medios económicos. Todos los que lo merezcan tendrán fácil acceso incouso a los estudios superiores.

Mucho hay por comentar en este texto y supongo que, una vez leído, muchos entenderán mejor mi afirmación de que gran parte de la socialdemocracia actual (y su materialización pública: el Estado del Bienestar) tiene tanto de fascista como de comunista. En este sentido, la Constitución española es un paradigma de las corrientes socialdemócratas más avanzadas, por lo que será interesante comparar algunas de las propuestas de Primo de Rivera con la actual situación de nuestro país (a través de su Constitución) y de nuestra clase política.

El punto 8 es claramente un antecedente del artículo 33.2 de nuestra Constitución: La función social de estos derechos delimitará su contenido, de acuerdo con las leyes. Tanto en la propuesta 8 como en el artículo 33.2, leídos sensu contrario, vienen a señalar que el Estado no tolerará la existencia de ninguna propiedad que no se ajuste al interés público. ¿Y quién define el interés público? Hagan apuestas.

El punto 9 es el típico ejemplo del corporativismo fascista. Los trabajadores en masa a un lado, los empresarios a otro y como coordinador el Estado. En España está idea fascista se instrumentaliza a través del Convenio Colectivo. El art.37.1 reza: La ley garantizará el derecho a la negociación colectiva laboral entre los representantes de los trabajadores y empresarios, así como la fuerza vinculante de los convenios. No sólo eso, al igual que José Antonio, el Estado también se arroga con la capacidad para planificar la economía (art. 131.1: El Estado, mediante ley, podrá planificar la actividad económica general para atender a las necesidades colectivas, equilibrar y armonizar el desarrollo regional y sectorial y estimular el crecimiento de la renta y de la riqueza y su más justa distribución.), para la que requeriá la ayuda de sindicatos y patronal (art. 131.2: El Gobierno elaborará los proyectos de planificación, de acuerdo con las previsiones que le sean suministradas por las Comunidades Autónomas y el asesoramiento y colaboración de los sindicatos y otras organizaciones profesionales, empresariales y económicas. A tal fin se constituirá un Consejo, cuya composición y funciones se desarrollarán por ley). Es decir, la organización corporativa que prometía José Antonio está plasmada en nuestro art. 131.

De la misma manera, la muy progresista Constitución Europea contiene dos artículos claramente inspirados en el fascismo. El I.48 dice que: La Unión Europea reconocerá y promoverá el papel de los interlocutores sociales de ámbito de la Unión, teniendo en cuenta la diversidad de los sistemas nacionales; facilitará el diálogo entre ellos, dentro del respeto de su autonomía. La Cumbre Social Tripartita para el Crecimiento y el Empleo contribuirá al diálogo social y el II-88: Los trabajadores y los empresarios, o sus organizaciones respectivas, de conformidad con el Derecho de la Unión y con las legislaciones y prácticas nacionales, tienen derecho a negociar y celebrar convenios colectivos, en los niveles adecuados, y a emprender, en caso de conflicto de intereses, acciones colectivas para la defensa de sus intereses, incluida la huelga

Como vemos, la idea es la misma, diálogo de las fuerzas o interlocutores sociales que regularán a toda la sociedad. En España estas reuniones son harto frecuentes.

El punto décimo del manifiesto sólo ilustra una vez más la pulsión anticapitalista del fascismo y sienta la base para el intervencionismo estatal. Curioso que la idea del "capitalismo salvaje" tenga tanta resonancia entre el fascismo como entre la izquierda.

El punto duodécimo también tiene una plasmación muy concreta en nuestra Constitución. Ya no sólo por el 33.2 ya mencionado, sino especialmente en el art. 128: Toda la riqueza del país en sus distintas formas y sea cual fuere su titularidad está subordinada al interés general. Toda la riqueza, dice José Antonio, tiene como primer destino mejorar las condiciones de vida del pueblo; nuestra Constitución, por su parte, la subordina al interés general. Tanto monta.

El punto 13 muestra, de nuevo, que, al estilo de nuestra Constitución, el nacionalsindicalismo reconoce la propiedad inmediata sobre las cosas de poca entidad. Sin embargo, no tolera las grandes empresas ni los movimientos de capital. En este sentido se encuentra muy cercano a ATTAC y sus propuestas de gravar, a través de la tasa Tobin, los movimientos internacionales del capital.

El punto 14 está perfectamente implantado en la Unión Europea a través del Banco Central y la nacionalización de la moneda.

Las propuestas 15 y 16 tiene cierta gracia, pues recuerda claramente al art. 35.1 de nuestra Constitución: 1. Todos los españoles tienen el deber de trabajar y el derecho al trabajo, a la libre elección de profesión u oficio, a la promoción a través del trabajo y a una remuneración suficiente para satisfacer sus necesidades y las de su familia, sin que en ningún caso pueda hacerse discriminación por razón de sexo. Ambos puntos instauran, como el 35.1, el derecho y el deber de trabajar. De la misma manera, el sostenimiento de los trabajadores desempleados se encuentra también en el 41.1: Los poderes públicos mantendrán un régimen público de Seguridad Social para todos los ciudadanos, que garantice la asistencia y prestaciones sociales suficientes ante situaciones de necesidad, especialmente en caso de desempleo.. Vemos, pues, que la coincidencia de nuestra Constitución y el nacionalsindicalismo es, en este punto, absoluta.

No menos sorprendente es la coincidencia punto por punto de la propuesta 18. Primero, el precio mínimo remunerador y la protección arancelaria son dos de los buques insignias de la Política Agraria Común. La exigencia de devolver al campo aquello que se le ha quitado, es un clarísimo precedente ecologista, en buena parte instrumentado a través de la famosa eco-tasa (cuyo objetivo es, precisamente, compensar la degradación del campo).

El objetivo manifiesto de modernizar la agricultura a través de la acción pública también está contenido en nuestra Constitución. Dice el art. 130.1: Los poderes públicos atenderán a la modernización y desarrollo de todos los sectores económicos y, en particular, de la agricultura, de la ganadería, de la pesca y de la artesanía, a fin de equiparar el nivel de vida de todos los españoles.

La propuesta de crear un instituto público de crédito agrario ya han sido suficientemente implementadas. Por ejemplo, a través del Banco Europeo de Inversiones (art. III-394: El Banco Europeo de Inversiones tendrá como función contribuir al desarrollo equilibrado y estable del mercado interior en interés de la Unión, recurriendo a los mercados de capitales y a sus propios recursos. Con este fin, el Banco facilitará, en especial mediante la concesión de préstamos y garantías y sin perseguir fines lucrativos, la financiación, en todos los sectores de la economía, de los proyectos siguiente).

En cuanto al diseño de las tierras, es otro de los objetivos que indirectamente se persigue con la PAC. Cuando se instituye un sistema de subvenciones, es evidente que se está orientado la producción agraria en esa dirección. Si yo pago relativamente más por el pollo que por el conejo, los empresarios tenderán a dirigirse hacia el pollo. Otro ejemplo claro es cuando la PAC paga por mantener las tierras en barbecho, a pesar de ser claramente improductivo.

En cuanto a las obras hidráulicas tenemos el Plan Hidrológico Naciona recientemente derogado. No es que el PP, en este sentido, sea más fascista que el PSOE. No hace falta irse muy lejos para recordar que Borrell propuso un Plan Hidrológico con muchas más obras hidráulicas que el del PP.

En cuanto a la división de latifundios y unificación de minifundios, la historia de España no ha sido ajena. Las reformar agrarias tendieron históricamente a lo primero y, más recientemente, los planes para reducir el número de minifundios, especialmente en Galicia, han sido frecuentes.

El punto 20, nuevamente, muestra el origen fascista del ecologismo. Es más, la propuesta nacionalsindicalista de movilizar a toda la juventud española es un claro antecedente de las prestaciones obligatorias contenidas en el 30.3: Podrá establecerse un servicio civil para el cumplimiento de fines de interés general.

De nuevo, el punto 22 sobre la protección de nuestro patrimonio tiene su reflejo en el art. 132.3: Por ley se regularán el Patrimonio del Estado y el Patrimonio Nacional, su administración, defensa y conservación.

Por último las propuestas 23 y 24 recogen el derecho y el deber a la educación pública gratuita que tanto agrada a nuestra izquierda. Así, el 27.1: Todos tienen el derecho a la educación. Se reconoce la libertad de enseñanza, el 27.4: La enseñanza básica es obligatoria y gratuita, y el 27.5: Los poderes públicos garantizan el derecho de todos a la educación, mediante una programación general de la enseñanza, con participación efectiva de todos los sectores afectados y la creación de centros docentes. No sólo eso, la formación del espíritu nacional (que últimamente ha tenido cierta resonancia con la asignatura de valores de la ciuadadanía que pretendía instaurar el gobierno de ZP) también está presente en la moralización que sanciona el 27.2: La educación tendrá por objeto el pleno desarrollo de la personalidad humana en el respeto a los principios democráticos de convivencia y a los derechos y libertades fundamentales..

Después de este bosquejo, pocas dudas pueden quedar de que gran parte de nuestra Constitución y del Estado de Bienestar actual es de inspiración claramente fascista y joseantoniana. La izquierda moderna que ha renegado del comunismo se ha lanzado a los brazos del fascismo. Ellos sabrán por qué su ámbito de elección sólo es capaz de abarcar los totalitarismos.

Comentarios

 
Oye, Juan Ramón, ¿no exageras un pelín la influencia del fascismo y el falangismo sobre la actual legislación?

Por otra parte, las ideas socialdemócratas tienen ascendientes socialcomunistas, que no fascistas. Una cosa es que tengan en común ideas como el estatalismo y otra que el estatalismo del PSOE sea herencia de José Antonio y no de Largo Caballero.

Por último, y es mi opinión, existe una diferencia entre, por ejemplo el fascismo de la Falange y el marxismo del PSOE. La Falange realmente nació en unas circunstancias muy concretas, que para abreviar te las resumo en tres: 1) La mayor crisis del capitalismo en el siglo XX; 2) La mayor crisis política de España de los últimos doscientos años; y 3)La mayor crisis europea de los últimos tres siglos. En cambio, el PSOE sobrevive a todo aquello porque, además, nació medio siglo antes que la Falange.

El capitalismo sobrevivió al crack del 29; España a la República; y Europa a la II GM. La Falange, en cambio, se diluyó en el franquismo. Que ésta tuviera un afán intervencionista desmedido era fruto del marasmo político y social que atravesaba España. Algunas otras cosas, como toda la legislación social de Girón, etc. con ser muestras de Estado de Bienestar, sus raíces están mucho más inspiradas en el socialismo cristiano o en el sindicalismo nacional que en el socialismo marxista en el que, en cambio, se inspiran los psociatas, esquerristas y comunistas.

Cordiales, saludos.
Enviado por el día 13 de Octubre de 2005 a las 18:05 (1)
Es, para que me entiendas, como comparar keynesianismo, corporativismo y anarco-comunismo. En los EEUU de Roosevelt, en la España de Primo de Rivera y en las comunas de Aragón se intervenía en el mundo económico, sin que sus orígenes y fuentes fueran precisamente las mismas.

Cordiales saludos,
Enviado por el día 13 de Octubre de 2005 a las 18:09 (2)
"La izquierda moderna que ha renegado del comunismo se ha lanzado a los brazos del fascismo". Eso se refleja claramente en el proyecto de Estatut que se acaba de aprobar que, como ya he dicho en algunas ocasiones, recuerda en su redacción a las Leyes Fundamentales de Franco o a algunas Constituciones de las Dictaduras Comunistas de la Europa del Este.
Es cierto que el origen de cada uno de estos moviemientos ideológicos son lejanos pero, al final, todos tienden a una cosa: meter la mano política en la sociedad.

Dicho esto, creo el razonamiento de Batibu es muy bueno y mis pensamientos son cercanos a los que él expresa.

Respecto a la CE, es cierto que el Capítulo III del TI en su conjunto y algunos preceptos del TVII huelen a intervencionismo. Pero OJO, hay que tener en cuenta que los preceptos del CIII, TI son meramente programáticos, que no tienen aplicabilidad directa ante los Tribunales (art. 53.3) y que permiten el libre juego de los diferentes partidos políticos, que podrán interpretar esos preceptos de una manera u otra (cosa que, por ejemplo, sería más difícil con el Estatut debido a que muchos de sus artículos están redactados con detalle). No tengo ninguna duda de que en España podría gobernar un Partido Liberal (al modo de otros que existen en Europa) con esa Constitución de 1978 cosa que sería imposible con una Constitución Falangista.

De todos modos, si que estoy de acuerdo que el capítulo III en algunas de sus expresiones es excesivo. Además, también critico de la Constitución el que no se incluyera el Derecho a la Propiedad Privada y a la Libre Empresa en la Sección Primera del CII del TI (o sea, como Derechos Fundamentales y Libertades Públicas) que son los artículos que más protección constitucional tienen. Menos mal que el Converio de Roma sí le da ese carácter y España firmó ese Convenio con lo que sus preceptos son vinculantes y conforme a ellos debe interpretarse nuestra CE (art. 10).

Saludos!
Enviado por el día 14 de Octubre de 2005 a las 02:22 (3)
Batibu,

El New Deal es un ejemplo bastante claro de política económica fascista, bastante similar a la desarrollada por Hitler e inspiradas ambas en una suerte de prekeynesianismo. Precisamente, la Tercera Vía se fundamenta en encontrar un punto medio entre comunismo y capitalismo, que ha sido desde siempre la consigna fascista. Como recuerda Peikoff, el comunismo elimina la propiedad privada de facto y de iure, el fascismo lo hace sólo de facto. Por tanto, las diferencias no son tantas. Es cierto que la socialdemocracia no es sólo fascista, pero tampoco es sólo comunista. No propone nazionalizar los medios de producción, por ejemplo. Bebe de esas dos fuentes: sus orígenes comunistas y la sintesis keynesiano-fascista.

Poldec,

los principios rectores de la política social y económica no vinculan a los tribunales, pero sí a los políticos. Es decir, los políticos están obligados a inspirar su actuación en esos principios. De hecho, si las Cortes aprobaran una ley donde se aboliera el Convenio colectivo es muy probable que fuera declarada inconstitucional. Una cosa es que no engendren derechos positivos del ciudadano frente al Estado, otra que los poderes públicos puedan sustraerse a ser guiados por ellos.
Enviado por el día 14 de Octubre de 2005 a las 14:55 (4)
Perdona mi insistencia, eaco. Creo que usas, al igual que la izquierda, el término "fascista" para atacar a quienes no lo son:

1. No todo intervencionismo es fascismo. De hecho, el fascismo nació después que el marxismo.

2. El New Deal no puede ser fascista. Roosevelt, te recuerdo, luchó contra el fascismo toda su vida. Era un grado 32º de la masonería, prohibida por el fascismo.

3. Hablando hace 15 años con mi profesora de Estructura Económica, Elvira Martínez Chacón, llegamos a la conclusión de que Primo de Rivera, era un prekeynesiano, lo cual no quería decir que Keynes se inspirara -ni mucho menos- en él. Al margen de que, para mí, PdR era un dictador conservador con ligeros tintes fascistas. No todo es fascismo, en serio.

4. El fascismo no elimina la propiedad privada. La respeta, aunque obliga a la Economía a estar dirigida globalmente por el Estado. No se puede comparar un comerciante en la Roma de 1932 con un comerciante (?) en la Rusia de 1949. Nada que ver.

5. La socialdemocracia no será fascista ni comunista, pero es una escisión del marxismo, no del fascismo. Me da igual que Mussolini fuera antes socialista. Además, se refuerza -con lo de Mussolini- que el fascismo es posterior al socialismo y no que el socialismo es "fascista".

Bueno, me ha parecido muy interesante todo este debate. Creo que todavía está por estudiarse la clasificación de los intervencionismos en la economía. Las múltiples variedades de fascismos, socialismos (y anarquismos, ojo), queda pendiente de clasificación en cuanto a la economía se refiere.
Enviado por el día 14 de Octubre de 2005 a las 17:19 (5)
Da igual la carta de identidad batibu. Las motivaciones son exactamente las mismas variando sólo las justificaciones. Ambas ideologías parten de un profundo desprecio por la libertad, una enorme desconfianza de la persona individualmente considerada así como una infinita ambición digamos que sociológica. Ambas ideologías aspiran a un "hombre nuevo" y desprecian al presente; así que Rallo tiene toda la razón al identificarlas. De hecho el programa de rearme nazi y el New Deal no difieren más que en su finalidad; los medios hubiesen sido idénticos de no haber control constitucional en Norteamérica: colectivización y más colectivización.

Salud y libre comercio

Salud y libre comercio
Enviado por el día 15 de Octubre de 2005 a las 14:00 (6)

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