7 de Octubre de 2010
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El disparate de la trampa de la liquidez
Al margen de las críticas que recientemente dirigí contra la idea keynesiana de trampa de la liquidez, basadas en que la reducción de los tipos de interés incrementa el valor liquidativo de las deudas, creo que hay otro punto importante que no suele mencionarse. La trampa de la liquidez supone que el tipo de interés que prevalece en los mercados es demasiado alto para generar una reactivación económica, lo que significa que hoy necesitamos un tipo de interés aún más bajo: un tipo de interés negativo.
Pero, ¿tiene algún sentido hablar de que necesitamos un tipo de interés negativo para salir de la crisis? No, sólo partiendo desde concepciones absurdas del tipo de interés podemos creer que una economía está estancada por no disfrutar de un tipo de interes negativo. En este artículo del Cato reflexiono un poco sobre su significado, que inevitablemente nos conduce a contradicciones lógicas:
Plantéese qué son tipos de interés negativos: yo invierto no para volverme más rico, sino para volverme más pobre. ¿Qué sentido tiene esto? Ninguno: argumentar que lo que necesitan las empresas para invertir son tipos de interés negativos es lo mismo que decir que son incapaces de generar beneficios, esto es, que el coste de oportunidad de los recursos que emplean es siempre mayor que el uso que pueden darle. Pero esto a su vez es absurdo, porque el coste de oportunidad se define como el segundo uso más valioso para unos recursos; entonces, ¿por qué no darle ese segundo uso más valioso y volver a generar beneficios?
Lo cierto es que la argucia de los tipos interés negativos sirve para que cualquier proyecto empresarial se vuelva viable. ¿Qué una empresa pierde cantidades astronómicas de dinero? Siempre podemos sostener que los tipos de interés no son lo suficientemente negativos, esto es, que su acreedor no le regala el suficiente capital como para compensar el resto de sus pérdidas.
Comentarios
a) Cuando el paso del tiempo tiene implicaciones económicas, el tiempo es un bien al que el ser humano otorga valor. Hablamos entonces de tiempo económico.
b) El tipo de interés es el precio del tiempo económico y ese precio lo determinan los agentes por su preferencia temporal, preferencia que está presente en todo intercambio intertemporal.
c) El crédito es intercambio intertemporal, es decir intercambio de tiempo económico. Por tanto el interés es el precio del crédito.
d) La única caractéristica especial del crédito (que es intercambio de tiempo económico), es que se tiene que materilizar siempre en otro bien, por lo demás su precio (el interés) lo determina el mercado, como todos los demás bienes.
Bajo esta estructura, es fácil deducir que tipos de interés cercanos a 0% indican problemas de demanda o saturación del mercado de crédito.
Cualquier precio menor que 0 de cualquier bien (incluido el crédito) no tiene sentido económico. Y si el mercado "descontase" tipos de interés negativos, querría decir que el agente dispuesto a "pagar por prestar" no está ofreciendo crédito, sino que demanda depósito.
http://www.wnd.com/index.php?fa=PAGE.view&pageId=2...
Un sólo apunte "técnico" sobre los razonamientos acerca del valor presente de un activo (que genera flujos futuros de caja) y el tipo de descuento. Dado que los flujos futuros (en un activo financiero) pueden verse afectados por cambios en el tipo de interés (si está referenciados a un tipo variable y no a un tipo fijo), el valor presente de esos flujos cuando se reducen los tipos, además de tender a aumentar por el efecto de reducción del tipo de descuento, tiende a disminuir porque los flujos futuros (sin descontar) son menores (menor tipo de interés, al ser variables). Son efectos contrapuestos. Haz un ejemplo.
Simplemente plantéate un mundo donde, por ejemplo, el 50% de los activos financieros son a tipo fijo y el otro 50% a tipo variable.
Sólo por abrir el campo.
Un saludo,
Manuel
Defiendes que esa demanda depende del deseo de los agentes por mantener saldos de caja durante un período de tiempo. Y, siguiendo a Cannan, desestimas aquella demanda de dinero que se destine a ser intercambiada por otro bien (demanda contrarrestada por su posterior oferta).
Pero, la demanda de dinero para generar nuevos bienes en la economía no está contrarrestada, ¿no? Y si es cierto que no se contrarresta, entonces la demanda de dinero dependerá, además del deseo de atesorar, de la existencia o no de proyectos de inversión y de la rentabilidad esperada de éstos.
Sobre V, se mide por número de veces que se usa el dinero por unidad de tiempo. Imagina que el dinero cada año cambia como media seis veces de mano (se desatesora seis veces por los agentes). En ese caso la velocidad es 6. ¿El inverso? El 0,16 de un año, esto es, 2 meses: el tiempo medio que el dinero está atesorado por persona a lo largo de un año son dos meses.
Por otro lado, yo creo que entiendo la unidad en que se mide V, pero no soy capaz de ver como se hace esa medición.
La preferencia por M requiere que no haya una necesidad inmediata, o al menos tendría que haber una renuncia a cubrir esa necesidad inmediatamente.
Sí, quedaría recogido por M.
Carvalho,
No es relevante a la hora de determinar el valor del dinero por lo que digo, porque es un incremento de la oferta y de la demanda al mismo tiempo. Sería relevante si entre el incremento de la demanda y el incremento de la oferta hubiese un cierto tiempo (que sería el tiempo de atesoramiento). Y sigo sin entender a qué te refieres con lo de proyectos rentables.
En el ejemplo triangular los intercambios se agotan porque los tres sujetos acceden a su mercancía más valorada. Por supuesto, se podría alargar el razonamiento hasta incluir más mercancías, pero al final de cualquier manera estás en un esquema Ponzi.
En un momento dado, hay un oferta y una demanda de dinero determinadas. De repente, alguien quiere poner en marcha un negocio. Como no tiene dinero, lo demanda. En ese momento, tiene que haber una alteración del valor. Que después oferte el dinero obtenido para obtener mano de obra o maquinaria, o decida guardarlo debajo del colchón entiendo que es un hecho posterior.
Si demando 1 tonelada de plátanos ahora, su precio sube. Si después los vendo, a lo mejor, de repente, la gente quiere muchos más plátanos que antes y ya el precio no cae tanto como había subido por mi demanda.... No sé, es como decir que la demanda de harina no afecta a su valor, siempre y cuando se venda el pan después. ¿No?
Lo mismo con la demanda del empresario. Si demanda dinero y luego rápidamente lo gasta en pagar a sus factores, lo comido por lo servido.
Yo más bien diría que el precio de la harina se mantendrá alto si la retienes en el almacén, porque la subida la provocó la demanda.
También se podría objetar que, si bien ofertas el dinero después de haberlo demandado, hay otro que luego te lo demanda. Se mantendría así el precio alto mientras siempre hubiera alguien que lo demandara, aunque fuera para luego ofertarlo.
Las acciones no son coetáneas, precisamente lo importante es el tiempo que media entre ambas. De ahí que lo relevante sea el atesoramiento medio. Cuando demandas la harina para consumir, su atesoramiento es eterno, porque la haces desaparecer. Cuando la demandas y la retienes en almacén, como dices, se mantendrá alto mientras la retienes en el almacén. Lo mismo con el dinero, a mayor tiempo de atesoramiento, mayor incremento de la demanda. No es tanto que la demanda para volverlo a ofertar no sea demanda (al cabo, todo dinero se desatesora en algún momento), sino que el efecto que puede tener sobre el valor del dinero cuando se oferta inmediatamente después es nulo.
Lo de Mises, es que como me he leído las 1000 páginas, pues para que se note!!
No me hagáis mucho caso, es que me han pasado un par de vídeos de estos que se pegan porrazos y todavía me sigo partiendo....
Gracias, de verdad ahora, por tener siempre una respuesta. Y ya no te pego más la brasa con esto de la demanda.
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