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23 de Agosto de 2006

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Seny
Bitácora de Antonio Mascaró Rotger

El día que casi empieza la tercera guerra mundial (o no)

Fernando Díaz Villanueva relata en Libertad Digital la crisis de los misiles de Cuba de 1962. Pero, para mi asombro, la versión de Díaz, a quien tanto me gusta leer, es muy similar a la oficial. Es decir, que los rusos decidieron montar sitios de lanzamiento de misiles nucleares en Cuba para apoyar a Castro y atemorizar a Estados Unidos. Pero, al final, “El águila norteamericana había sacado las garras y extendía sus alas sobre todo el planeta” y “El 26 de octubre Kruschev envió un mensaje a Kennedy. Aceptaba. Sus barcos dieron media vuelta y el conflicto se dio por terminado.” Los americanos habían ganado la batalla pero “aunque entonces se creyera lo contrario, el perdedor fue Estados Unidos y con él el mundo libre. Se consumó la entrega de Cuba al despotismo comunista y esto permitió que la dictadura castrista se afianzase”.

Leyendo a Díaz, me he acordado de otra versión que leí hace años. Es la de Servando González, un escritor norteamericano, cubano de nacimiento, que era oficial del ejército cubano durante la crisis. Es autor, entre otros de The Secret Fidel Castro: Deconstructing the Symbol y The Nuclear Deception: Nikita Khrushchev and the Cuban Missile Crisis. En este último (cuyo título se podría traducir al español como “El engaño nuclear”) desarrolla lo que ya adelantó en el artículo de 2001, al que me refería.

El artículo de González es una reseña de la película de Kevin Costner Thirteen Days, de la que enumera hasta trece errores; mentiras, dice él. Pero, como digo, el cubano no se limita a criticar la película del progre americano sino que le da un vuelco a la interpretación habitual de la crisis. Tras describir la versión oficial, comenta:

Pero es muy difícil de creer que Kruschev planeara instalar misiles en Cuba para proteger a Castro sólo unos pocos días después de que Kruschev hubiese intentado derrocar por la fuerza al caudillo cubano. De hecho, en abril de 1962, cuando Castro hubo descubierto y neutralizado el golpe, expulsó de Cuba al embajador soviético Kudryatvsev (que también trabajaba como oficial del GRU [la inteligencia militar soviética]) y a un grupo de secuaces de su embajada.

González argumenta, además, que los caudillos soviéticos siempre fueron muy recelosos con su armamento atómico y que si no se lo habían dejado a Mao cuando éste se lo pidió, menos se lo iban a dejar al exaltado de Castro.

Según el cubano, el compromiso del Kremlin con Castro “había demostrado ser un fracaso calamitoso” tanto en imagen como en lo económico. Le consideraban “impredecible, volátil, indisciplinado y, a menudo, insensato”.

En tales circunstancias, lo sensato para Kruschev era limitar las pérdidas y salirse del juego, especialmente si tenemos en cuenta que las líneas de suministro soviéticas hasta Cuba eran largas y extremadamente vulnerables. Pero abandonar Cuba voluntariamente habría equivalido a admitir el fracaso y había significado una importante pérdida de credibilidad. Si, en cambio, Castro podía ser eliminado a resultas de una “agresión” americana, entonces Kruschev y la URSS podrían retirarse de Cuba con su honor relativamente inmaculado. Después de una invasión americana de la isla, el fracaso del comunismo en Cuba podría achacarse no a las deficiencias de la gestión comunista de corte soviético en los asuntos cubanos, sino al “imperialismo yankee”.

Así que los rusos empezaron a enviar lo que parecía ser material bélico a la isla caribeña. Pero González observa que estos preparativos se realizaron por parte de los soviéticos con una espectacular falta de secretismo. No usaron camuflaje y sólo se trabajaba de día. Es más, cuando multitud de balseros que arribaban a las costas de Florida declararon haber visto los misiles, Moscú ordenó hacer caso omiso de los temores castristas y dejar que los emigrantes explicaran lo que creían haber visto.

Aunque todas las pruebas apuntaban a la provincia de Pinar del Río, en la parte occidental de Cuba, como la localización más probable de los misiles, sucedió una cosa muy extraña: después del 5 de septiembre, ningún vuelo [espía americano] U-2 se dirigió a esa parte de la isla. No fue hasta el 14 de octubre, que un avión U-2, según se informó, por casualidad, tomó las famosas fotografías de los sitios de lanzamiento en construcción. Sin embargo, estaban tan extendidos los comentarios de que había sitios de lanzamiento rusos en Cuba que hasta la revista Time publicó un artículo el 21 de septiembre mostrando un mapa de Cuba salpicado de misiles tierra-aire soviéticos, principalmente en la parte occidental de la isla, al oeste y al sur de La Habana. [Las cursivas son de González]

González va más allá y apunta a “la posibilidad de que, como los misiles en la película de Costner, los misiles estratégicos soviéticos en Cuba fuesen de juguete.” Y dice que habría sido más correcto llamar a lo que se veía en las fotos “objetos cuya imagen fotográfica se parece mucho a la de misiles estratégicos soviéticos”. Porque, ni por parte de los americanos ni de ninguna tercera parte independiente, “[l]os misiles jamás fueron tocados, olidos o pesados. Sus componentes metálicos y electrónicos jamás fueron comprobados; la radiación de sus cabezas nucleares jamás fue registrada; su señal térmica jamás fue verificada”. Y es que, aunque la tecnología para detectar la radiación de esos misiles ya existía en la época, los aviones espía americanos que realizaron vuelos bajos jamás la detectaron y “los informes de la CIA de esa época negaron una y otra vez la existencia de cabezas nucleares en Cuba”.

Simplemente se aceptó la validez de unas fotos que mostraban unas instalaciones tan secretas que los rusos jamás dejaron entrar en ellas a los cubanos pero que los americanos habían fotografiado a plena luz del día.

Jamás intentaron detectar la radiación de las cabezas nucleares en Cuba porque estaban muy seguros de que no había artefactos nucleares en la isla. De hecho, esta […] posibilidad es la única que explica plenamente el extraño comportamiento de Kennedy de no imponer a los derrotados soviéticos la inspección física de los barcos que abandonaban la isla y que presuntamente devolvían los misiles y sus cabezas nucleares a la Unión Soviética.

Así que la respuesta militar americana que describe González no encaja mucho con el impresionante despliegue de alas del águila de Díaz. Según el cubano, Kennedy ordenó desactivar las cabezas nucleares de los misiles norteamericanos estacionados en Turquía para evitar accidentes. Y jamás alertó a los servicios de protección civil ni se interesó por conocer los códigos de lanzamiento de los misiles americanos.

Es más, en una fecha tan tardía como el 23 de octubre los rusos no habían puesto ni a sus servicios de protección civil ni a sus fuerzas armadas en alerta ni en Cuba ni en ningún sitio en todo el mundo.

Concluye González:

Los soviéticos eran maestros del engaño y la desinformación, y la maskivovka era una parte importante de la doctrina militar estratégica y táctica soviética. Algunos analistas de inteligencia occidentales sospechan que, en una fecha tan tardía como 1960, no sólo muchos de los misiles que desfilaban en la Plaza Roja eran de engañifa, sino que incluso algunas unidades de la recién creadas Fuerzas de Cohetes Estratégicos Soviéticos no portaban misiles auténticos. Los rusos tienen una larga tradición en lo del engaño. Uno debe recordar que fue el conde Grigori Aleksandrovich Potemkim el que creó los primeros decorados al estilo Hollywood.


Comentarios

 
Algo al respecto confirma el historiador Hobsbawn cuando habla de Kennedy "el presidente más sobrevalorado de la historia de los USA". La derrota política de los USA se hizo patente con la retirada de los misiles de Turquía, aunque para la opinión pública Kennedy obró como un gran estadista.
Enviado por el día 24 de Agosto de 2006 a las 05:34 (1)
Toni, desconocía la tesis que apuntas, bastante convincente, por cierto. Si la llego a saber antes mi artículo hubiera sido distinto.
Enviado por el día 24 de Agosto de 2006 a las 15:34 (2)
Memus, me parece que Kennedy tenía más ideales que pragmatismo y el entorno no estaba por la labor. Creo que FDR y Lincoln han sido mucho más sobrevalorados que JFK. Un amigo común una vez describió a Kennedy como "un presidente imperfecto que intentó rebajar los impuestos, desregular, resolver problemas internos y externos llamando a la exploración conjunta del espacio exterior y un nuevo entendimiento racial y que quiso abolir la CIA y reducir el corrupto FBI".
Gracias Fernando, convincente e interesante, creo que me compraré el libro.
Enviado por el día 24 de Agosto de 2006 a las 19:40 (3)
Indudablemente, el Presidente hizo cosas buenas. Pero me sorprende cómo se puede aún hablar de que JFK "tenía más ideales que pragmatismo y el entorno no estaba por la labor." Creo que puede tener interés para Vds un artículo de Christopher Hitchens en The Atlantic Monthly de sept. de 2006. Pueden leerlo en http://www.atlanticpacificalliance.com/2006/Christ....

Koldo Zubiaurre
Atlantic-Pacific Alliance
Enviado por el día 25 de Agosto de 2006 a las 08:51 (4)
Koldo, me refiero, simplemente, a que, teniendo algunas ideas buenas, no tuvo la más mínima idea de como colárselas al enjambre de burócratas que le rodeaban y así le fue.
Enviado por el día 25 de Agosto de 2006 a las 10:19 (5)
hola, Toni. Lo había entendido, pero es que esa valoración, por los datos que de la época vamos recogiendo, parece ser más una idealización del Presidente que una descripción real.

Creo que el artículo de Hitchens del mes que viene, si bien cargando las tintas, resume bien la falta de idealismo del Presidente, su pragmatismo, sus limitaciones por razones de salud (tanto por enfermedad como por autoinflicción de daños) y sus limitaciones por carácter.

Aunque es verdad que sigue habiendo muchos testimonios que recopilar y muchas cintas que estudiar.

Koldo Zubiaurre
Atlantic-Pacific Alliance
http:/www.atlanticpacificalliance.com
Enviado por el día 25 de Agosto de 2006 a las 12:52 (6)
Koldo, es que no entiendo a qué te refieres con lo de "falta de idealismo del Presidente, su pragmatismo".
A mi me parece todo lo contrario, teniendo en cuenta su apego a políticas tan pintorescas como las que mencioné antes y otras tantas como la Public Law 87-297 para la abolición del ejército.
Enviado por el día 25 de Agosto de 2006 a las 15:04 (7)
Hola, ejem.s de la prolongada ausencia de idealismo / presencia de pragm.:

* el enorme esfuerzo invertido por el Pres. y su hermano para que no se produjera la marcha de M L King en Washington DC, 1963

* intentos para machacar a Castro y la orden de matar a Diem, hombre fuerte de Repúb. de Viet N, partieron de él

* Discurso de 1961 (http://atlanticpacificalliance.com/2006/tuesdayjul...):

“... there is no escaping either the gravity or the totality of its challenge to our survival and to our security--a challenge that confronts us in unaccustomed ways in every sphere of human activity. . . This deadly challenge imposes upon our society two requirements of direct concern both to the press and to the President--two requirements that may seem almost contradictory in tone, but which must be reconciled and fulfilled if we are to meet this national peril. I refer, first, to the need for far greater public information; and, second, to the need for far greater official secrecy. . . In time of "clear and present danger," the courts have held that even the privileged rights of the First Amendment must yield to the public's need for national security.”

* el trato dado a los políticos demócratas racistas que mantenían la segregación racial “de facto”

* respecto a "eliminación del ejército":

“Our way of life is under attack. Those who make themselves our enemy are advancing around the globe. The survival of our friends is in danger. [...] I can only say that no war ever posed a greater threat to our security. If you are awaiting a finding of "clear and present danger," then I can only say that the danger has never been more clear and its presence has never been more imminent.”

"Ninguna guerra nunca" no suena a "eliminacion del ejército," en singular, como refiriéndose sólo a los USA. Incluso la libre expresión se subordina a la ley y las necesidades de la seguridad.


Son las muestras de ausencia de idealismo que caben en 2 kB,

Koldo
Enviado por el día 28 de Agosto de 2006 a las 14:16 (8)
En cambio, a mi "An ultimate goal of the United States is a world which is free from the scourge of war and the dangers and burdens of armaments; in which the use of force has been subordinated to the rule of law; and in which international adjustments to a changing world are achieved peacefully. It is the purpose of this chapter to provide impetus toward this goal by addressing the problem of reduction and control of armaments looking toward ultimate world disarmament." me suena a eliminación del ejército y más, y el colmo del idealismo.
Tal vez, el problema esté en que por "idealista" y "pragmático" entendamos conceptos diferentes.
Considero a JFK idealista en el sentído pánfilo, cándido.
Y no pragmático en el sentido de que constantemente se proponerse objetivos como la exploración conjunta del espacio con tu peor enemigo, o el desarme mundial (no limitado a las armas nucleares) es soñar tortillas, que dicen los catalanes.
Enviado por el día 29 de Agosto de 2006 a las 21:40 (9)
hola, toni, muchas gracias por sus comentarios.

"An ultimate goal of the [US] is a world which is free from the scourge of war and the dangers and burdens of armaments", &c., es muy anterior a esta legislación que este presidente federal concreto apoyó. Ya en 1940s, durante un mandato de FDR, se escribió lo mismo. Modificado, la legislación sigue más o menos ahí. No comprendo por qué hay que atribuírselo a JFK.

¿No es esto una idealización de la persona, que resultaba mucho más pragmática de lo que se quiere reconocer? Insisto en que la cita anterior ("no war ever posed a greater threat to our security[...] the danger has never been more clear and its presence has never been more imminent") significa que se aplaza sine die ese objetivo final, el día en el que they "shall cast their swords into ploughshares and their spears into pruning-hooks, and nation shall not lift sword against nation, nor shall they learn war any more" (2 Isaiah 2-4). Como se ve, la idea de la paz perpetua es muy anterior a Kant: las grandes religiones monoteístas la profetizan.

Claro que gran parte del planeta tiene otras religiones, donde no hay finalidad ordenada o dirección alguna, ni fin de los tiempos, pero hablando de Occidente, las palabras de Isaías son el objetivo (por eso están escritas en un monumento a la salida de la sede de NY de NN UU).

Koldo
Enviado por el día 7 de Septiembre de 2006 a las 10:16 (10)

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