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18 de Mayo de 2005

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Todo un hombre de Estado
Bitácora de Juan Ramón Rallo Julián

Mandelson y Barroso, a la tarea


Parece ser que la neoliberal Comisión Europea ha empezado a trabajar seriamente. En su abjuración del librecambismo, Vidal-Quadras sentenció acerca de las exportaciones chinas: Peter Mandelson ha ponerse a la tarea si no quiere que le quiten, y nunca mejor dicho, hasta la camisa.

Dicho y hecho. El Comisario de Comercio (o mejor dicho, el Comisario para eliminar el Comercio), Peter Maldeson, ha anunciado su intención de limitar al 7,5% la exportación de China a la UE de camisetas e hilo de lino, en otras palabras, se está pensando en imponer una cuota. Los efectos de la cuota son similares a los del arancel. El arancel incrementa directamente el precio, la cuota limita la cantidad ofertada (de manera que aumenta el precio)

En todo caso, seguimos en lo de siempre, en un neomercantilismo analfabeto que perjudica a todo el mundo. A los consumidores se les hace pagar un precio superior; a miles de productores chinos se les bloquea la entrada en la Unión Europea. Esto, aparte de la consiguiente reducción del mercado, provoca unas consecuencias mucho más nefastas y de mayor alcance. Una sociedad sólo puede desarrollarse a través de la acumulación de capital que incremente la productividad de su trabajo (o bien a través de migraciones masivas de ese trabajo hacia donde se encuentre el capital); la acumulación de capital requiere inversión y la inversión ahorro. Es evidente que la capacidad para ahorrar que hoy tienen los chinos es escasa; si sólo pudieran recurrir al ahorro nacional su desarrollo duraría décadas (este fue el caso de Europa, que tuvo que proceder a toda la acumulación de capital por ella misma, sin posibilidad de recurrir a ahorro exterior) Por tanto, para una acumulación de capital y un desarrollo rápido, China necesita recurrir a los ahorros/inversiones occidentales.

La cuestión es qué incentivos tiene un inversor occidental en acumular capital en China si los productos que allá fabrique no podrá venderlos en Occidente. Realmente escaso. La Unión Europa, al igual que hace con África en el caso de la PAC, está provocando el subdesarrollo de China (o al menos intentando torpedearlo)

Pero el despropósito de la Comisión no ha terminado en las declaraciones de Mandelson. Durao Barroso, el ultraliberal, amenaza con que la UE puede ir más lejos. ¿Más lejos? ¿Invocarán a la OTAN para defenderse de la agresión de las exportaciones chinas? Claro que Barroso, como buen político, actúa mediante el chantaje. Fíjense en la fórmula que emplean los capitostes mafiosos que dirigen nuestras vidas por nuestro bien. Un ciudadano tiene que entregarle parte de su renta porque si no lo hace irá a la cárcel. Un ciudadano no puede vender drogas porque si lo hace la policía lo arrestará. Un empresario no puede despedir a un trabajador "de manera improcedente" porque si lo hace será sancionado. El Estado opera a través de la amenza del uso de la fuerza, de su fuerza represiva.

El problema es que frente a otro Estado sólo puede recurrir al ejército y tal extremo, hoy por hoy, no está muy bien visto. Por ello, Barroso recurre a otras formas de retorsión. O el gobierno chino coacciona a sus empresarios para que no vendan tanto en Europa, o se adoptarán "otras medidas". ¿Por qué el Estado europeo es tan hipócrita? Le propongo una solución más sencilla: que apruebe una ley según la cual todos aquellos que compren o vendan un producto chino serán condenados a 5 años de prisión. ¿Por qué no lo hace? ¿Por qué no persigue directamente a los consumidores y a los distribuidores? ¿Parece una medida demasiado extrema? (Al fin y al cabo es lo que sigue haciendo con las drogas) ¿Acaso resulta una medida demasiado impopular?

El cinismo llega a su punto más alto cuando Barroso asegura que los Comisarios "estamos verdaderamente preocupados por la situación". ¿Preocupados de que los consumidores puedan comprar más barato? ¿O preocupados de que su demagogia populista y antiliberal se está desmonorando? ¿Qué temen realmente Barroso y el resto de los políticos? ¿Sólo el bienestar de los individuos o que ese bienestar ponga fin a la ilusión sobre la que se asienta el Estado y, por ende, su cargo?

En realidad hay mucho más detrás de toda esta pantomima. La Unión Europea se asienta sobre las deficientes estructuras del Estado de bienestar que, a su vez, se asientan sobre el parasitismo al empresario. Una apertura al exterior de Europa implica una competencia para la que, con su anacrónico Estado de bienestar, no está preparada. Ningún empresario querrá quedarse a largo plazo en una sociedad donde es torturado y vilipendiado. En tanto la seguridad jurídica y los derechos de propiedad se fortalezcan en el extranjero, los empresarios no tendrán incentivos en seguir invirtiendo en Europa y en renovar sus estructuras de capital. Simplemente huirán. Esa huida, en un mercado libre tiene sus obvios límites, en un mercado intervenido puede prolongarse durante mucho tiempo. Hoy por hoy no es una amenaza suficientemente seria, invertir fuera de Occidente sigue considerándose una arriesgada "aventura". Pero en un futuro no muy lejano, según como evolucionen los acontacimientos, la arriesgada aventura puede ser permanecer en Occidente.

Los políticos lo saben; son conscientes de que si Europa se empobrece será por su única responsabilidad. Son necesarias reformas que eliminen o que reduzcan de manera muy considerable el Estado de bienestar y la persecución al empresario. Reformas tan necesarias como impopulares que ningún burócrata quiere emprender. No sólo porque su cargo peligraría, sino porque su poder menguaría. Siendo ello así, resulta mucho más sencillo frenar el desarrollo chino y africano (si bien la amenaza procedente de este continente es inexistente por ahora) bajo la retórica de proteger a "los empresarios nacionales". Y si a ello le añadimos la farisaica solidaridad del 0'7% para los países subdesarrollados, el talante político se convierte en una aspiradora de votos. Una estrategia asquerosa, pero al fin y al cabo una estrategia política.

En cualquier caso, creo que este caso sirve para que nos demos cuenta de que nunca conseguiremos nada de un político, aunque se califique a sí mismo como liberal. Ni Barroso ni Vidal-Quadras han resistido, ante el más mínimo envite, la tentación de elevar las murallas de la fortaleza europea. La solución nunca vendrá de la política, porque precisamente, la política es el problema.

Comentarios

 
Muy buen análisis. Mira que si te copian la idea por comprar o vender productos chinos...
Europa es socialista y los partidos políticos son como grandes empresas, los electores somos clientes, y a los clientes se les ha de dar algo a cambio de su voto, ese algo puede ser subvenciones, subsidios, cuotas, aranceles, etc. La izquierda maneja muy bien ese juego, pero en honor a la verdad la derecha también se ha apuntado. ¿Quién se atreverá a quitar subvenciones, aranceles, cuotas, subsidios y demás gasto para captar clientela?
Quien lo hiciera lo pagaría caro en las urnas.
Enviado por el día 18 de Mayo de 2005 a las 17:27 (1)
Deberias poner en negrita el parrafo 8, porque esta muy bien escrito y resume perfectamente lo que va a ocurrir si los burocratas no se autodestruyen. O aranceles (empobrecimiendo por lo tanto) o deslocalización.
Enviado por el día 18 de Mayo de 2005 a las 17:44 (2)
Juan ramón, escribe un libro de economía por favor, ni los más ciegos pueden permanecer impasibles ante la impecable lógica de tus argumentos.
Enviado por el día 19 de Mayo de 2005 a las 01:23 (3)
Que triste me pongo, si en la tele existieran debates donde participaran liberales de la talla intelectual de juan ramón y los otros otro gallo nos cantaría, nos seguiremos conformando con el payaso de sopena y el talento de juan ramón reservado para una minoría, los del pp son unos cobardes, o lo que es peor también son anti-liberales.

Que triste es perder una guerra por no dar la batalla.
Enviado por el día 19 de Mayo de 2005 a las 01:29 (4)
Decía Rothbard que el sistema económico realmente libre no podía conseguirse si se mantenía el neomercantilismo. El Neo-mercantilismo es el " capitalismo de Estado" ( en esta ocasión del "Estado Europeo"). Y el Mercantilismo siempre precisa de la política tradicional. Pero es que el político liberal es "político" además de " liberal", y si a eso le unimos que se hace cargo del gran Estado de la Unión Europea, entonces, se convierte en " político Europeo " liberal. Seamos antes liberales que políticos, y antes políticos que Europeos ( del Estado Europa- quiero decir-).
Enviado por el día 20 de Mayo de 2005 a las 18:33 (5)

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