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3 de Noviembre de 2005

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Todo un hombre de Estado
Bitácora de Juan Ramón Rallo Julián

Democracia y verdad en el Congreso


No voy a hacer un análisis detallado del debate que ayer tuvo lugar en el Congreso de los Diputados. El discurso de Rajoy tuvo partes excelentes y otras muy matizables. Los lectores de esta bitácora que apoyaría el objetivo secesionista del Estatuto (otra cosa es el procedimiento como bien mencionó Rajoy) en caso de que el Estatuto tuviera corte liberal o, al menos, permitiera la secesión, a su vez, de otros territorios encuadrados en Cataluña. Nada de esto sucede en el Estatuto catalán, un texto de corte absolutista y liberticida.

Me interesa más centrarme en otros aspectos que también pudimos observar en el transcurso de las discusiones. En primer lugar, querría hacer una propuesta al PP: dividan su grupo parlamentario de cinco en cinco diputados, y aparte de que conseguirán abandonar la "soledad", podrán hablar como unas 20 horas en la Tribuna de Oradores.

Segundo, y entrando en materia, Aristóteles distinguió nitidamente entre el Estado de Derecho y la dictadura apelando a la distinción entre el gobierno de las leyes y el gobierno de los hombres. Así, por ejemplo, Hayek considera que el soporte fundamental del Estado de derecho lo encontramos en esta declaración medieval: el estado no puede crear o hacer la ley, y desde luego menos aún abolirla o derogarla, porque ello significaría abolir la justicia misma y eso sería un absurdo, un pecado y una rebelión contra Dios, que es quien crea dicha leyes.

La discusión de ayer fue un aquelarre de democratismo. Las libertades individuales o la seguridad jurídica quedaban enteramente subordinadas a "la voluntad del pueblo catalán expresada a través de sus representantes". Lo único importante era que esa voluntad se impusiera ya que, por ser mayoritaria debía ser verdadera. Joseph Ratzinger, citando a Kelsen, escruta el sentimiento relativista que subyace a esta concepción de la democracia. Para Kelsen, el primer demócrata fue Poncio Pilatos. En Juan 18,27-28, Jesucristo dice a Pilatos"Tú lo dices: yo soy rey. Yo para eso nací y para eso he venido al mundo: para dar testimonio de la verdad. Todo el que es de la verdad escucha mi voz". Sin embargo, Pilatos, incapaz de escuchar su voz, le inquiere: ¿Y qué es la verdad? Ratzinger explica claramente el significado del pasaje: La pregunta de Pilato es, a su juicio, expresión del necesario escepticismo del político. De ahí que sea de algún modo también una respuesta: la verdad es inalcanzable. Para percibir que Pilato la entienda así, basta con reparar en que no espera respuesta. En lugar de eso se dirige a la multitud. Así quedaría sometida, según Kelsen, la decisión del asunto al voto popular. Kelsen opina que Pilato obra como perfecto demócrata. Como no sabe lo que es justo, confía el problema a la mayoría para que decida con su voto.

El drama de Pilato se manifestó ayer en casi todos los oradores. Sólo Rajoy esbozó, en alguna ocasión, la firmeza antirelativista: no todo vale. Una cosa es que algunos catalanes decidan deslizarse hacia el abismo, otra que deban arrastrar en su viaje al resto de catalanes y españoles. El Estado de Derecho -entendido no como el monopolio estatal de la ley, sino como la prevalencia de la justicia- no puede ser torcido por mayorías, no porque las mayorías no importen, sino porque no están legitimadas para cercenar la libertad individual. Permitir tal extremo significaría implantar lo que los liberales decimonónicos temían, no la democracia que se asienta sobre el Estado de Derecho, sino la democracia que se asienta sobre el relativisimo: el gobierno de la turba.

Este gobierno de la turba no vendría a ser otra cosa que el temido gobierno de los hombres de Aristóteles en su máxima expresión. Pero sería un gobierno de los hombres muy particular: habríamos vuelto al totalitarismo con el rostro de la democracia. Al sacralizar la forma, condenamos a Jesús y salvamos a Barrabás, enterramos la libertad individual pero por mayoría democrática. La tragedia de toda esta parodia, de esta degeneración de la democracia liberal al asamblearismo socialdemócrata, es que, como ya apuntara Bruno Leoni hace más de 40 años, no estamos gobernados por los hombres porque no estamos gobernados por las leyes, sino porque lo estamos.

La ley, el Derecho, se ha corrompido cuando ha pasado a ser asunto del poder. El poder no debe confeccionar la ley, debe someterse a ella; la ley no es un instrumento del poder, sino la garantía contra sus actuaciones. No sólo eso, como también denuncia Benedicto XVI, ya no resultan evidentes los valores morales. Ni siquiera nuestra libertad les resulta evidente a los políticos. Los únicos valores que cuentan son los valores democráticos, pero como es imposible definir estos valores a priori, la inspiración del ordenamiento jurídico es una ética otorgada. Parece que la única norma ética a priori es la de respetar la decisión de la mayoría, sea cual sea su contenido. Esto, nota al margen, tiene un problema lógico importante y es que la mayoría antes de decidir, debe decidir por qué tipo de mayoría resultan legítimas sus decisiones (simple, absoluta, cualificada o unanimidad). Si el punto de partida es la mayoría, ¿qué tipo de mayoría? ¿Y qué mayoría decide qué tipo de mayoría?

En cualquier caso, uno puede darse cuenta del vergonzoso abuso del democratismo oyendo a los representantes de IU, nada sospechosos de respetar la libertad. Tanto Herrera como Llamazares apelaban continuamente a la democracia. Diálogo, consenso, talante, reflexión, proceso, Estatuto, ideología, postura... todo era adjetivado como "democrático". De hecho, cuando se les iba el Santo al Cielo, intercalaban un "democrático" para recuperar el ritmo. El problema de esta demagogia barata, de esta subversión del limitado ámbito que debería tener la democracia (no olvidemos que cuantas más decisiones recaen sobre la democracia, menos recaen sobre el individuo), es la totalitaria contrapartida que lleva aparejada. Dado que la verdad es la democracia, sus subproductos, el resultado de una votación democrática, debe ser necesariamente cierto. Esto nos lleva a que cualquiera que se oponga al resultado de una decisión mayoritaria se convierte en antidemócrata, en fascista, en franquista y en represor. Joan Herrera incluso insinuó en varias ocasiones que el PP debía ser marginado, despreciado y aislado por no aceptar un Estatuto respaldado por el 90% del Parlamento catalán. Olvidaban Herrera y Llamazares, con todo, que IU votó en contra del Estatuto de la Comunidad Valenciana, a pesar de venir con un respaldo mucho mayor.

Rajoy resumió muy bien la persecución de sus opiniones y de su postura basándose en no aceptar la decisión de la mayoría: Voy a ser muy respetuoso con el texto aprobado mayoritariamente en el Parlamento de Cataluña. Muy respetuoso. No hasta el extremo que reclaman algunos cuando piden que nadie estorbe el paso del Estatuto por esta Cámara, como si el ejercicio de nuestra responsabilidad fuera un delito de lesa democracia .

De esta manera se completa el giro. Si la verdad debería ser un límite para la democracia, ahora, la democracia convertida en verdad, supone un límite para la libertad. Por supuesto, ayer el Congreso sólo podía amparar una postura, la del Parlamento de Cataluña. Si la democracia es la verdad, ¿qué hacía un Congreso oponiéndose a la verdad? Pero, si sólo cabía un tipo de votación posible, ¿para qué se votaba? Desde luego, la primera mutación constitucional del Estatut ha sido castrar la legitimidad de las Cortes para oponerse a la Legitimidad del Parlamento catalán.

El problema, con todo, no es en su mayor parte de encuadre estatal, sino de represión individual. Desde hace días venimos oyendo, y ayer se repitió en el Congreso, que la libertad de expresión no puede amparar la mentira y el insulto. No se trata de que queramos censurar a Losantos, sino de que no podemos consentir que mienta e insulta. Y aquí, yo sí pregunto como Pilatos, ¿y qué es la verdad? O más bien, niego que su verdad sea la Verdad. Niego que la Verdad sea utilizar la fuerza para silenciar a una persona que no silencia a nadie. Niego que la verdad suponga estrangular la libertad individual en función de la cual -y sólo en función de la cual- el hombre puede alcanzar y abrazar la Verdad. La izquierda cree que la Verdad son los valores de la izquierda y la legitimidad para imponerlos, los liberales creemos que la Verdad son los valores liberales y la legitimidad de que la izquierda se equivoque.

Es más, niego que la Verdad sea igual a la hipocresía. En este país de lenguas calientes, el insulto es consustancial a la comunicación. Uno podía considerar que llamar a Aznar "asesino" era una exageración, pero nunca se defendió sellar la boca a quienes lo profirieran. ¿Deberíamos haberles censurado?

En realidad, lo que se está buscando es imponer a través del Estado la ideología izquierdista. Censurar al disidente y reeducar al ciego. No cabe oposición a la mayoría democrática de izquierdas que conforma el Congreso. La verdad, su falsa verdad, debe prevalecer y no dudarán en emplear toda la fuerza que sea necesaria. Han sido ungidos por la mayoría.

Comentarios

 
"Han sido ungidos por la mayoría". Te equivocas: han sido ungidos por ser de izquierdas y el axioma declara que España es de izquierdas. Por eso, cuando la mayoría vota al PP, el resultado no les parece justo. ¡Ojalá la izquierda española creyese en la dictadura de la mayoría! En lo único que creen es en su dictadura. Son así.

Ayer hubo una buena intervención y muchas intervenciones penosas y tienes razón en resaltar el nefasto discurso de Juan Herrera (me permito traducir su nombre al español, ya que ellos traducen al catalán los nombres españoles). Mientras lo escuchaba, no dejaba de preguntarme: ¿Cómo es posible que un analfabeto funcional sea parlamentario español? Claro que tampoco se quedaron atrás ni Manuela de Madre ("la España franquista me echó de Huelva) ni Puigcercos ("la derecha chenófoba").
Enviado por el día 3 de Noviembre de 2005 a las 12:36 (1)
Pero el mal de la democracia está servido en cuanto se piensa en el Estado no para limitarlo sino para darle competencias, para que "nos proteja".

Mantengo y mantendré siempre que la Constitución del 78, en el cual la frase "los poderes públicos" aparece demasiado. Dos, ya sería demasiado pero son muchas mas. Añadámosle a ello la idea de que la descentralización es buena porque acerca la administración al ciudadano. ¿En qué se basa semejante suposición? ¿Acaso la diferencia estriba en qué instancia política te presta un servicio o debería ser si te lo ofrece una persona que vive de ello o no?

Lamentablemente no estamos en un país que se pueda dividir en socialistas y liberales a prácticamente partes iguales según nos quieren hacer creer por la distancia bamboleante que oscila entre el PP y el PSOE. No. Lo cierto y verdad es que defensores de la libertad individual, de los derechos individuales, de la democracia para limitar al poder son muy pocos en favor del relativismo democrático, de la masa como validador de la dictadura, del sometimiento del hombre a los dictados del Estado que cabalga a lomos de la mayoría.

No. El mal de España no viene por la presencia de gentes que busquen la secesión para lograr su sueño separatista-onanista, no. El mal de España es el mal del liberalismo que no ha logrado limitar al Estado sino simplemente darlo un barniz lustroso pero para defender a la masa y no al individuo.
Enviado por el día 3 de Noviembre de 2005 a las 12:54 (2)
¿Os disteis cuenta de que, salvo Rajoy, que hablaba de Europa, del Siglo XXI, etc., los demás oradores, todos, sin dejar uno, hacían contínuas referencias al pasado (República, Guerra, Dictadura, Transición...)? Pagar a unos políticos para mirar al pasado en plan nacional-sentimentalista es lamentable. Mal pelo le va a correr a España.

Muy bueno el apunte de la partición del grupo del PP. En mi casa se comentó lo mismo. Un grupo parlamentario para hacer oposición a cada partido y partidito.
Enviado por el día 3 de Noviembre de 2005 a las 14:25 (3)
Los colectivistas, en democracia, necesariamente aprueban las decisiones tomadas por las mayorías, pues esto es lo más aproximado que hay a una toma de decisiones colectiva.

Eso si, solo admiten mayorías en si mismas colectivistas, esto es, mayorías que quieran crecer y perpetuarse en el tiempo.

Como los individuos tienen la desagradable tendencia a ir por libre los someten a sus dictados o los aplastan.





Enviado por el día 3 de Noviembre de 2005 a las 14:36 (4)
Muy buena reflexión sobre la verdad. Rallo, empiezas a parecer De la Cierva citando al Papa a cada ocasión (te digan lo que te digan NO ES INFALIBLE :P).

La verdad es que yo me opongo al estatuto catalán porque por un irracional patriotismo considero que España se ha de mantener unida y máxime frente a propuestas secesionistas de corte nacionalsocialista. Encima pretenden aumentar su autogobierno pero reducir a su vez el autogobierno de lo que ellos llaman España(es de destacar que en Reino Unido a medida que ganan competencias cámaras en Escocia o Gales, estas regiones pierden representación en las cámaras centrales).

Lo de llamar mentiroso y maleducado al disidente nos lo hemos ganado a pulso con la "defensa del honor" de nuestro ordenamiento que, como Rallo dijo en una ocasión, es la "obligación de callar": algo intolerable desde cualquier punto de vista.

La democracia es un medio y no un fin. Cuánto más dicen los políticos que es un fin ésta va perdiendo más y más utilidad. Si tenemos que subordinar nuestras vidas a la opinión que tengan los demás más allá de la estricta convivencia (derecho penal) este mundo se convierte en un desmadre dónde todo ignorante y personaje indispuesto a discutir (por falta de capacidad claro) se dedicaría a denunciarnos por insultarle al decirle que es un ignorante o un borrico. Nada que sorprenda toda vez que en este país está prohibido manifestar algunas opiniones (negación del holocausto y apología del terrorismo).

Lo de que el PP está solo es un argumento tan infantil como repugnante; un señor con 50000 votos detrás proclamando con su dedo acusador la soledad de un partido con diez millones de votantes: ¡ya quisiera yo esa soledad! El sistema electoral apesta, a ver si el PP y el PSOE le hacen caso a IU de una vez a este respecto.

Salud y libre comercio
Enviado por el día 3 de Noviembre de 2005 a las 17:09 (5)
Esto ya no tiene arreglo señores.

Una parte de España se empeña en que la izquierda = buenos, la derecha = malos.

Y asi nos va, camino de una dictadura de facto.
Enviado por el día 3 de Noviembre de 2005 a las 18:06 (6)
"El poder no debe confeccionar la ley, debe someterse a ella". ¿Y quién debe confeccionarla entonces?

La ley la confecciona el PODER legislativo, esto es, parlamento democráticamente elegido, que, como diría Dicey, tiene derecho a hacer o deshacer cualquier Derecho.

La única "verdad", evidente en sí misma, que puede limitar la democracia es la obligación que tiene todo gobierno instituido entre los hombres, por tanto, también el de la mayoría, de respetar ciertos derechos inalienables de los individuos, iguales estos ante la ley. Por lo demás, el parlamento puede hacerlo todo menos convertir a un hombre en mujer, o a una mujer en hombre. Y como diría Fraga, no sé si esa limitación sigue en vigor hoy en día.

Dicho esto, y en referencia al Estatut, ayer lo único que se discutía es su admisión a trámite en las Cortes Generales, donde los representantes de la nación debatirán, pactarán, enmendarán (o no) y aprobarán un texto para ese Estatuto, que, en su caso, continuará su tramitación en el Parlament, todo ello con arreglo a lo previsto en la CE y en el Estatut de Sau. No veo cuál es el problema.

Diré que hay muchas cosas en la propuesta con las que personalmente no estoy de acuerdo (creo, p.ej, con Rajoy y con algunos nacionalistas conservadores, a tenor de lo que dijo Duran en su intervención, que es excesivamente intervencionista) y opino que es inconstitucional en algunos de sus puntos. Pero nada de eso justifica un NO a su toma de consideración por las Cortes.

La argumentación del PP de que se pretende cambiar la CE y que, en consecuencia, el procedimiento escogido para tramitarlo no es el adecuado, me parece, francamente ridícula. No se quiere cambiar la CE y el procedimiento elegido no permite cambiarla. Ergo, cuando el Estatuto sea aprobado por los ciudadanos de Cataluña, en todo aquello en lo que se oponga a la CE, podrá ser declarado inconstitucional por el TC, previo el oportuno recurso o cuestión. Sencillamente, no veo cuál es el problema.
Enviado por el día 3 de Noviembre de 2005 a las 19:13 (7)
mr. sark: el problema es que si se acaba aprobando un Estatuto no ya inconstitucional, sino claramente anticonstitucional, ¿crees de verdad que el TC dirá algo en contra? Y si lo hace, ¿cuánto tiempo tardará en hacerlo? Y hasta entonces, ¿se estará quieto el tripartito?
Si una defensa que se hizo vino a decir que la vía pacífica ya estaba agotada con todo este trámite, y que por tanto, si no se aceptaba, habría que hacer uso de la otra vía, ¿de qué leyes y derechos estamos hablando?
En realidad, el Estatuto no pretende cambiar la Constitución. Simplemente pretende anularla.
Enviado por el día 4 de Noviembre de 2005 a las 00:40 (8)
Estimado cerrillo, negros nubarrones se ciernen sobre el horizonte político, malos tiempos para la libertad.

Coincido con rallo, en españa hay menos liberales que cervezas en el afganistán de los talibanes.
Enviado por el día 4 de Noviembre de 2005 a las 01:31 (9)
Yo apenas he hablado de quién debe ser el autor de la ley, un Parlamento o la costumbre. Mi crítica se dirige hacia el contenido material de esa ley: ¿cuáles deben ser los principios en los que inspirarse? ¿Las leyes son instrumentos de los políticos para alcanzar los fines del Estado? ¿O son la plasmación de restricciones naturales para proteger la libertad de los individuos? Como decía Hayek: Durante siglos se reconoció como doctrina que los reyes o la autoridad humana tan sólo podían declarar o descubrir las leyes existentes o modificar los abusos introducidos al calor de las mismas, pero no crear la ley.

De la misma manera que a ti te parece "obvio" que la soberanía reside en el pueblo, ¿por qué razón lo hace? ¿Quién lo ha decidido? Es un principio que consideras cierto y verdadero, pero que en buena medida no lo es. Tu opinión de que el Parlamento, inspirado en la mayoría, puede deshacer cualquier Derecho es una peligrosa deriva de la Justicia. Los derechos no los genera la comunidad; en todo caso, esa comunidad podrá decidir porque tiene derechos y es libre, antes de que se los quiera autoreconocer.

Sobre el Estatut he hablado poco. De todas formas, el argumento del PP es idéntico al que utilizó el PSOE para rechazar el Plan Ibarreche. Es cierto que una ley orgánica no puede modificar la Constitución y que, en caso de ser así, el TC la expulsaría del ordenamiento. Pero entonces, ¿por qué se rechazó la admisión del Plan Ibarreche? Según Rubalcaba por ser abiertamente contrario a la Constitución. ¿Y que hubiera ocurrido en caso de aprobarse? Que el TC lo hubiera tumbado. ¿Por qué se admite el Estatuto catalán? ¿Para que lo tumbe el TC? De todas formas, ya has oído a Saura, por tanto el golpe propagandístico de unos no es menor que el de los otros.

Enviado por el día 4 de Noviembre de 2005 a las 14:53 (10)
Enviado por el día 6 de Noviembre de 2005 a las 22:34 (11)

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