19 de Diciembre de 2005
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Bitácora de Juan Ramón Rallo Julián
Divus Polancus, por Enrique Benavent
Aparentemente era una simple felicitación de Navidad, pero en realidad se trataba de algo mucho más trascendente. Después del susto que se llevaron los chicos de la SER con los resultados del Estudio General de Audiencia, con los nuevos datos convenientemente maquillados por el EGM, so capa de felicitarnos las navidades, proclamaron a los cuatro vientos su primacía en las ondas con un anuncio lleno de angelotes en el que se decía: "La radio como Dios manda". Y puesto que en la SER, como en España, quien manda es Polanco, la conclusión era obvia: don Jesús se ha convertido en Dios.
"Ultima Cumaei venit iam carminis aetas", ahora sí que llega en serio la última edad profetizada por la Sibila de la que hablaba Virgilio en la cuarta égloga.¡Menuda revelación!. Aunque, bien mirado, "si mens non laeva fuisset", si no fuese tan torpe, como se lee en otra égloga, debería haber advertido hace tiempo la inminencia de tan prodigiosa metamorfosis: muchas eran las señales que la anunciaban. La divinidad, por definición, no puede estar limitada por las leyes humanas. La impunidad con la que don Jesús soslayó el cumplimiento de la sentencia firme del Supremo que le obligaba a vender la cadena de emisoras Antena 3, ¿no es una prueba irrefutable de la condición divina del empresario cántabro que se halla por encima del bien y del mal?. Por otra parte los poderes taumatúrgicos de don Jesús están más allá de toda duda. ¿Acaso no ha resucitado el espía Francisco Paesa seis años después de su muerte certificada por una sentida esquela publicada en el diario "El País?
Ahora entiendo el arrobamiento con el que Zetapé, siendo todavía candidato, al preguntarle Olga Viza qué periódico leía y qué emisora sintonizaba, respondió: "El País y la SER". Nuestro brillante líder barruntaba el advenimiento de la nueva era y, viéndose ya presidente, los versos de Virgilio se le venían a las mientes: "Te duce, si qua manent, sceleris vetigia nostri ... solvent", bajo tu gobierno desaparecerán los vestigios, si aún quedan, de nuestra maldad. He ahí las raíces de la paz perpetua y el optimismo antropológico zapateril: ya está aquí la Edad de Oro bajo el imperio del Divino Polanco.
Comentarios
Pues esa Edad de Oro se puede acabar con un simple atentado mortal de ETA, porque la mayoría de la gente está hasta los mismísimos de la conchabanza del PSOE con ERC y, ahora, con el PNV. No tiene todas consigo ZP, no...
Tienes razón. Caigamos todos de hinojos y alabemos al Divino Polanco. Imploremos su misericordia. ¿Cómo hemos podido, Divino Polanco, estar tan ciegos para no ver hasta ahora tu magneficencia?
Si no es divino por lo menos es todopoderoso (tiene mano en todas partes), pues al juez que intentó procesarle se le expulsó de la carrera, a raíz de esa causa.
Además el liberalismo , y FJL sería de la misma opinión, no puede aceptar a ninguna persona como si fuera un Di`-s que cuando "habla" todo el mundo liberal deba acatar su palabra como un dogma- por ejemplo en el tema de las guerras de Estados-, y en los últimos meses se puede apreciar dentro de la red liberal española una especie de " adoración" a las opiniones de un liberal en "exclusiva" , sí, uno de los más activos, pero no deja de ser un liberal más, que, por ejemplo, todavía no ha realizado un debate con Xavier Sala-i-Martin- un liberal catalán-. FJL tiene sentido del humor. Es liberal y eXpañol.
Si, el verdadero problema de los liberales es que no aceptamos ninguna "Palabra de Dios", como mucho podemos llegar a estar de acuerdo en algunos conceptos pero siempre a través del debate.
Es el debate de ideas lo que nos hace fuertes, eso sí, siempre que no acabemos hablando del sexo de los ángeles, de los que están al lado de Dios, en vez de la dura realidad.
Saber dónde queda la teoría y donde está la práctica es parte de nuestro problema. Pero para ello hay que dabatir aunque se contradigan desde nuestras propias posiciones aspectos que podamos considerar fundamentales. Si vamos al campo de batalla con ideas contrarias seremos más débiles.
Milton, no contestó. Lo lamento.
Espero que otros no se echen atrás.
Es el debate de ideas lo que nos hace fuertes, eso sí, siempre que no acabemos hablando del sexo de los ángeles, de los que están al lado de Dios, en vez de la dura realidad.
Saber dónde queda la teoría y donde está la práctica es parte de nuestro problema. Pero para ello hay que dabatir aunque se contradigan desde nuestras propias posiciones aspectos que podamos considerar fundamentales. Si vamos al campo de batalla con ideas contrarias seremos más débiles.
Milton, no contestó. Lo lamento.
Espero que otros no se echen atrás.
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