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26 de Diciembre de 2003

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Todo un hombre de Estado
Bitácora de Juan Ramón Rallo Julián

¿Por qué quieren los sindicatos que aumente el paro?


El gobierno ha aumentado un 2% el salario mínimo interprofesional. No es una buena noticia, pero hubiera podido ser peor(en general, toda actuación política puede ser peor). Ahora quedan declarados ilegales los contratos de trabajo donde se fije una retribución inferior a los 460 €.

No es necesario ser muy lince para entender que todos aquellos puestos de trabajo que reporten unos ingresos inferiores a los 460 €, simplemente, dejarán de demandarse. En otras palabras, si con la contratación se pierde más de lo que se gana, es de sentido común deducir que tal contratación no va a tener lugar. Se sustituye, en palabras de Hazlitt, un "bajo" salario por el paro. Resulta del todo hilirante pensar que mediante la votación de un documento solemne(ley) en un edificio amplio(Parlamento) el bienestar de todas las personas va a aumentar.

En realidad, el Salario Mínimo es una reminiscencia deformada de la teoría de la explotación marxista mezclada con un pseudoprovidencialismo estatalista de corte keynesiano. Supone que, en libertad, el empresario esclavizaría a las masas proletarias con salarios bajísimos, muy en la línea de Dickens, que nunca se verían incrementados, dada la avaricia natural de los cerdos capitalistas que querrían atesorar todos los beneficios. Frente a semejante atropello el Estado debe obligar a la clase empresarial a que destine parte de sus onerosos beneficios al incremento de los salarios, garantizando en todo momento que no descenderán de un determinado nivel.

Esta teoría "progre" de la necesidad de una salario mínimo es absurda. No responde a preguntas tan elementales como por qué los empresarios no reducen todos los salarios hasta los 460 €(actual salario mínimo), dada su crueldad y avaricia intrínsecas. Ya que la clase empresarial siempre está dispuesta a pagar lo mínimo posible, ¿por qué no paga el mínimo legal?

Tampoco existen argumentaciones que permitan conocer por qué si una persona está dispuesta a trabajar por 455 € y un empresario está dispuesto a contratarlo por tal cantidad, ése contrato, donde concurre la libre voluntad de ambas partes, debe estar prohibido. Por qué es preferible percibir 0 € a 455 €; por qué se condena al cierre a muchas empresas aumentando de manera artificiosa sus costes, con la consecuente eliminación de puestos de trabajo; por qué se premia a algunos trabajadores con un clientelar sobresueldo a costa de castigar a otros con una ilegalización de mano de obra. Por qué, en definitiva, los sindicatos torpedean sistemáticamente el camino hacia la quimera del "pleno empleo", en realidad, una situación en la que si uno no trabaja es debido a la autoimposición de una salario mínimo por encima del que en ese momento encuentra(esto es, que valore su ocio mucho más que el sueldo que le ofrecen a cambio de su tiempo)

Tal vez se deba a que cuando todos podamos encontrar un puesto de trabajo sin grandes dificultades, los primeros que engrosarán las listas del paro serán ellos. Una perspectiva no del todo halagüeña.

Comentarios

 
O, ¿por qué no se sube el SMI hasta los, pongamos, sesenta mil euros al mes?
Enviado por el día 26 de Diciembre de 2003 a las 23:38 (1)
El argumento de que como no a todo el mundo pagan el salario mínimo, los sindicatos andan equivocados o sólo protegen sus intereses tiene nula capacidad de convicción y esa doctrina de que si firmo por un salario ínfimo (que yo lo tengo) es porque quiero y ejerzo mi voluntad es de deplorable catadura ética: para tu información no es que elija ente 100000 ofertas de empleo, se escoge la menos mala y que esta esté por encima de los mínimos de miseria debería ser misión de su querido gobierno
Enviado por el día 27 de Diciembre de 2003 a las 11:43 (2)
Es ridículo pensar que el gobierno mediante decreto puede hacernos a todos más ricos. Sin acumulación de capital el gobierno sólo ilegalizará ciertos trabajos, condenando a determinados sectores de la población al desempleo y a la miseria.

Efectivamente no se elije entre 100000 ofertas, se elije entre la q tienes delante y tu subjetiva valoración de tu tiempo. Si valoras más el sueldo que tu tiempo libre, aceptarás; en caso contrario rechazarás.
Enviado por el día 27 de Diciembre de 2003 a las 11:59 (3)
No todo es tan sencillo como "escoger entre tiempo libre y un sueldo", en cuanto a subjetiva valoración de mi tiempo, existen criterios objetivos para medir la miseria de un sueldo: el precio de los productos, la vivienda y la renta. En todos ellos el sueldo mínimo (o por debajo de él, según tu prefieres) reducen a un individuo a la miseria.
Enviado por el día 27 de Diciembre de 2003 a las 13:18 (4)
Si Cosimo, pero si alguien pude contribuir con un sueldo más, aunque sea de miseria al sostenimiento de una economía familiar donde hay más sueldos la situación será mejor con que ninguno en absoluto. Por lo menos en este sistema.
Enviado por el día 27 de Diciembre de 2003 a las 14:18 (5)
Para elegir un puesto de trabajo sí es tan sencillo; otra cosa son los factores que determinen el valor que le concedas a tu tiempo libre y el valor que le otorges al salario y a todo aquello que con él puedes conseguir. Factores en todo caso que se escapan a cualquier observador externo.

Resulta mucho mejor, desde luego, hinchar artificialmente el sueldo de algunos y condenar a otros a la miseria. Por ejemplo a los más de dos millones de personas que no encuentran un puesto de trabajo. El altruismo materializado, sí señor.

No seas malicioso con Cosimo, Antonio2; ¿de qué vivirían las familias de los sindicalistas sin sus sueldos? Además, seguro que los dos millones de parados viven mucho mejor con su sueldo actual(¿0?) que con otro sueldo inferior a los 460 € mensuales. Cosimo ya elije por ellos: no vale la pena trabajar. ¡Qué le vamos a hacer! Si él lo dice.
Enviado por el día 27 de Diciembre de 2003 a las 14:31 (6)
De todas maneras eso de que los salarios se ajustan de modo general a las productividades marginales, ¿no demostró Piero Sraffa que no es del todo correcto? ¿Que sí que existe un excedente?
Enviado por el día 27 de Diciembre de 2003 a las 14:38 (7)
Obviamente no estoy diciendo que los salarios se ajusten de manera automática a las productividades marginales. La productividad marginal de cada trabajador determina el límite máximo del salario al cual puede ser contratado. Tenderá a igualarse a la productividad marginal en cuanto otros empresarios pujen por sus servicios.

La cuestión es que no existe una única productividad marginal válida para todos los trabajadores; por ello, el salario mínimo puede resultar irrelevante para algunos(ingeniero en telecomunicaciones), pero no para otros cuya productividad marginal es menor que el salario mínimo.

En algún caso residual la ley de salario mínimo podría igualar el salario de ciertos trabajadores a su productividad marginal(por ejemplo aquellos que circunstancialmente cobraran 455 €, siendo su productividad de 460), pero ello se consigue a costa de que muchos otros no puedan encontrar nunca trabajo.

La perspicacia empresarial tanto de los "empresarios" como de los trabajadores hará que esas diferencias sean mínimas en el libre mercado.
Enviado por el día 27 de Diciembre de 2003 a las 14:57 (8)
Es lo que tiene; el Estado del Bienestar con su regulación produce una situación curiosa y única; Existe paro pero también existe trabajo. ¿Cómo se come eso?
Enviado por el día 27 de Diciembre de 2003 a las 15:20 (9)
Parece que tiene sentido, pero ¿no es cierto que existen paises con leyes de salario mínimo y donde el paro es practicamente irrelevante? Supongo que será por que la productividad marginal de los más inútiles en el mercado se ajusta matemáticamente al salario mínimo establecido. Eso se llama afinar.
¿Antes de que existieran leyes de salario mínimo, había paro?
Por otro lado en lo de no aceptar un trabajo y el tiempo libre he leido que decía BÜlow que no se observa un incremento de la industria del ocio cuando aumenta el paro. Si uno no puede satisfacer sus necesidades básicas el tiempo libre es la consideración que menos importa.
De todas maneras creo que es el este ejemplo de apoyo a una economía familiar con otros ingresos adicionales donde el argumento tiene más fuerza, pero no se si en otros casos la cosa está tan clara.
Recuerdo que el economista socialista Heinz Dieterich Steffan decía al respecto: "A pesar de ello los trabajadores aceptan tal reproducción parcial de su tiempo productivo, no porque como dicen los mistagogos de la economía burguesa, reconocen que se trata de un precio adecuado para sus labores, sino porque es mejor tener un pequeño e inadecuado ingreso que no tener ninguno" Aunque creo que aquí está reconociendo en parte su argumento, no deja de ser cierto que no sólo se determinan los salarios por la productividad y la competencia, sino que la particular posición en la que uno parte en la estructura económica tienen un papel no desdeñable.
Enviado por el día 27 de Diciembre de 2003 a las 15:33 (10)
La ley de salario mínimo no es más que la fijación de un precio mínimo. Los precios mínimos que se sitúan por debajo de los precios de mercado son irrelevantes. Imagina que se situara en España un salario mínimo de 3 euros al mes; su efecto creador de desempleo sería nulo, pues creo no equivocarme(aunque como todo esto es una hipótesis en absoluto certera de la realidad) al decir que poca gente aceptaría tal puesto de trabajo: su tiempo libre vale para ellos más de tres euros mensuales.

Así contesto a tu siguiente pregunta: antes de las leyes de salario mínimo podía haber paro. Pero sin duda no se trataba de un paro involuntario como ahora: quien no trabajaba era literalmente porque no quería(y no estoy tildando a quien no quiera trabajar de vago o maleante, me parece una decisión tan respetable como la de quien vende su mano de obra) En otras palabras, se fijaba a sí mismo un salario mínimo: no voy a trabajar por menos de, verbigracia, 100 euros mensuales. Esa persona quedaba desempleaba si no localizaba a nadie que quisiera pagarle tal emolumento. Pero la determinación de esos límites es subjetiva. Si yo quiero ser y sólo quiero ser rector de Oxford, o cobrar 100 millones mensuales, obviamente quedaré desempleado, lo cual no significa, como ahora, que no pueda encontrar otro trabajo.

También debo señalar que con ocio no me refería a productos de ocio, sino a tiempo libre; al no trabajo. Uno puede disfrutar de su ocio tumbado al sol todo el día. La relación entre paro e industria del ocio puede, como cualquier otra relación económica, existir para determinados individuos, pero no es un axioma, ni mucho menos, de la acción humana. Por ello no tiene por qué verificarse.

Bueno, Steffan no dice mucho más. Yo puedo creer que mi coche tiene un valor de 1000 millones de euros, pero el valor que le atribuyo a desprenderme de él para así obtener dinero con el que viajar de vacaciones a Londres es mayor que el que derivo de mantener un coche que creo que vale 1000 millones de euros. El trabajador persigue unos fines. En algunos casos, para satisfacer esos fines necesita dinero, una manera de obtener el dinero es trabajando. Por ello, del choque entre la valoración que el trabajador atribuya a su trabajo y la valoración del empresario, surgirá el precio, esto es, el salario. Ambas partes pueden pensar que la valoración del otro es disparatada, pero han tenido que ceder y acoplar sus deseos a los del otro. Eso sí, ningún empresario cederá a pagar más que lo reportado por la productividad marginal del trabajador, y ningún trabajador aceptará a cobrar menos de lo que le ofrezca otro empresario, ceteris paribus.
Enviado por el día 27 de Diciembre de 2003 a las 15:50 (11)
La afirmación de Bulow era evidentemente irónica.
Señor Rallo, se puede decidir no trabajar y tumbarse a la bartola siempre que pueda prescindirse en determinados casos de comer si no se tienen otros ingresos. (O cuando las manifestaciones de caridad sean manifiestamente mejorables) No va a decir "para cobrar menos de 100 millones de euros, prefiero morirme" Eso creo que es un axioma de la acción humana al menos en términos más que generales. Entiendo que eso para la mayoría no es una opción y que a falta de otras alternativas se acepta lo que sea por injusto que sea en el caso concreto. Eso es lo que a mi jucio (seguramente equivocado) produce una distorsión palpable en el acoplamiento de deseos. Y digo yo que el sueldo ha de satisfacer como minimo las necesidades más básicas. Si no lo hace, entonces Houston tenemos un problema. Además me gustaría saber cual es la productividad marginal de la Duquesa de Alba, con todos los respetos.
De todas maneras creo que hay literatura económica que defiende el salario mínimo y cuando esté más enterado quizá retome el tema.
Un saludo.
Enviado por el día 27 de Diciembre de 2003 a las 16:22 (12)
No se acepta lo que sea, la decisión que se tome, a juicio del actor, siempre será la mejor existente. Y ciertamente, podemos creer que resulta "injusto" trabajar por menos de una cierta cantidad, pero estamos ante un simple juicio de valor. Una cosa es que sin acumulación de capital por mucho que queramos aumentar los salarios, ley mediante, estamos perdiendo el tiempo. Y otra, pensar que pudiéndose incrementar los salarios, el empresario retenga una injusta plusvalía. Son conceptos distintos.
En cualquier caso, parece claro que los salarios reales no podrán mantenerse bajos si hay libre entrada y salida empresarial.

En cuanto a la Duquesa de Alba; si no recibe rentas coactivas, véase subvenciones públicas, deberá invertir(de manera correcta:satisfaciendo necesidades ajenas) su capital; en caso contrario, su consumo no procederá de las rentas del capital, sino del propio capital, que poco a poco irá desapareciendo. Quede claro que, suponiendo que el capital actual de la Duquesa de Alba haya sido obtenido de manera lícita(lo cual, encuadrandose en el Estado es dudoso) procedería en todo caso de haber satisfecho de manera superlativa las necesidades de nuestros antepasados.

Saludos liberales
Enviado por el día 27 de Diciembre de 2003 a las 16:41 (13)
El capital de la Duquesa de Alba viene en su gran mayoría de las rentas del capital mobiliario si no recuerdo mal, y tiene su origen mucho antes de que existiera, según se suele decir por estos lares, Estado. Es más antigua y "noble" su estirpe y riqueza que la de cualquier ótro monarca en Europa.
Enviado por el día 27 de Diciembre de 2003 a las 17:15 (14)
Bien vamos a aceptar esto que dice al menos hasta que no se me ocurra o encuentre algo que lo refute. Pero digo yo, si todos los partidos del arco parlamentario no proponen suprimir el salario mínimo, incluido el PP que al menos en teoría es el más liberal, entonces con mucha más razón los desempleados tienen moralmente el derecho a un subsidio de desempleo, con cargo a la sociedad que muy mayoritariamente vota a partidos que tienen una responsabilidad directa en su situación por mantener esta rémora frente a toda evidencia.
Enviado por el día 27 de Diciembre de 2003 a las 19:52 (15)
Bueno un par de cosas a lo último que me respondiste Juan Ramón. Para empezar "Factores en todo caso que se escapan a cualquier observador externo", estoy en completo desacuerdo, querer tener una vivienda y comer todos los días son criterios muy objetivos.
A lo de los sindicatos, mi entendimiento es el siguiente: me parece bien que obtengan fruto a su labor en forma de compensaciones. No que sean unos parásitos de los trabajador, que en la mayoría de los casos NO lo son. Si no fuese porque existen, los que trabajamos en unas condiciones precarias, con horas extras sin pagar y contratos temporales estaríamos mucho peor incluso (aunque no faltaría quien dijera que si lo aceptamos es porque queremos, que podríamos valorar más "nuestro tiempo libre")
Enviado por el día 27 de Diciembre de 2003 a las 20:24 (16)
Una injusticia no legitima otra. Los políticos ilegalizan ciertos trabajos, ¿qué culpa tiene el arquitecto de que otros trabajadores queden fuera? Su productividad marginal está muy por encima a la del salario mínimo. En todo caso, las rentas asistenciales deberían provenir de los directamente beneficiados por la medida, aquellos que se ubican en el margen.
Pero aún así, la medida moralmente más aceptable es, cómo no, quitar tanto el salario mínimo cuanto el subsidio.
Enviado por el día 27 de Diciembre de 2003 a las 20:40 (17)
Te parecerán objetivos a ti, de ahi la subjetividad. Comer es una necesidad biológica, pero el espectro de la comida es amplísimo. ¿Y comer en qué cantidad? Por no hablar de la vivienda; alguien podría preferir comprarse un coche y dormir allí dentro, que una casucha y renunciar al coche. ¿Es posible? Tan posible como que los factores que determinan la formación del valor y su intensidad se le escapan al observador externo, así como la composición en que lo determinan.

Los sindicatos, mientras vivan de las subvenciones, son parásitos(al igual que los partidos políticos o la patronal) Y bueno, el derecho a la sindicación no dista mucho del derecho a un abogado. Puedes creer que el progreso y el bienestar se ha conseguido por su causa(lásti ma que no se organizaran en la Edad de Piedra, en un par de décadas hubiéramos alcanzado el desarrollo del s.XXI). Tiene poca fundamentación económica pero en cualquier caso me parece correcto la sindicación cuyo objetivo es presionar, incluso chantajear, a los empresarios; siempre que no se recurra a las medidas coactivas del Estado.
Enviado por el día 27 de Diciembre de 2003 a las 20:46 (18)
Don Juan Ramón creo que esta tomando el rábano por las hojas. "¿Comer en qué cantidad?" Me recuerda al capítulo de los Simpsons donde Lisa, llena de escrúpulos morales porque su padre piratea televisión por cable le pregunta al pastor de la comunidad "si es moral que un padre que no tenga para alimentar a sus hijos robe pan" y el digno sacerdote le responde "bueno, si no coge además mantequilla para untar encima... ¿está robando pan tu padre?"
Enviado por el día 27 de Diciembre de 2003 a las 21:05 (19)
No, Antonio2, no voy por ahí. Existe una diferencia entre una necesidad biológica, una necesidad económica, o mejor dicho, praxeológica. La necesidad biológica analiza las funciones de nuestro organismo a partir de ahí constata que determinadas sustancias son necesarias para la perpetuación del ser vivo.
La economía no puede suponer(aunque en la infinita mayoría de los casos así sea) que el actor persigue subjetivamente el fin de mantenerse vivo(donde ubicamos a los suicidas). Y tampoco, ni mucho menos, puede dar por objetivo el estado alimenticio en el que actor quiere permanecer. Cada individuo atribuirá una utilidad a los medios(alimentos, o en este caso, salario) que le permiten conseguir el fin más o menos abstracto que persigue.
No estoy negando que el alimento para el 99% de las personas sea una necesidad de capital valor. Niego que: a) ello tenga que ser necesariamente así(caso de los suicidas) y b) que podamos conocer la intensidad y jerarquía de ese valor(¿subsistir a cualquier precio?)
Partiendo de estas premisas, cualquier intento de objetivizar los factores que condicionan la utilidad del salario es nula. En especial teniendo en cuenta que no sólo podría venir determinada por los alimentos, sino por multitud de otros factores, cuya ponderación desconocemos. Y por último, aún cuando supiéramos en un momento dado la composición y la relativa importancia de todos y cada uno de los elementos que condicionan la utilidad del salario, nos serviría de bien poco, dada la volatilidad de las apreciaciones humanas y el continuo fluir y cambiar de gustos.
El valor que se atribuye al salario es subjetivo y depende de causas que desconocemos. Podemos suponerlas vagamente, pero serán meras intuiciones que precisamente constituyen la línea a seguir por los empresarios. De ahí el acierto(beneficios) o error(pérdidas) empresarial
Enviado por el día 27 de Diciembre de 2003 a las 21:23 (20)
Teniendo en cuenta la multiplicidad de fines de los indidviduos, y la imposibilidad de ponderarlos, cuando un individuo ataca la propiedad, ¿Qué derecho tiene el Estado a imponer una determinada pena y a encarcelar al delincuente? Porque encarcelarlo significa mantenerlo y eso supone una detracción coactiva de renta de personas que no han sido atacadas. Además el atacado puede tener sus propias preferencias en cuanto al castigo oportuno dentro de su propiedad, pues sólo el puede valorar el daño que se le ocasiona pero sin poder exigir de los demás que le ayuden a defenderse, eso en todo caso lo podrá exigir de la agencia con quien contrate. Por lo tanto de no haber Estado, ¿cómo sería el Derecho Penal? ¿Quedaría la pena a discrección del atacado o de los atacados libremente asociados? ¿Suponiendo que exista una agencia privada de justicia y cárceles con la que se contrata, decidiría ella la pena adecuada a gusto del consumidor o consumidores puestos de acuerdo? ¿Y si esta pena es desproporcionada? Claro que depende de como se valore subjetivamente y es probable que esa institución penitenciaria privada tenga sus propias intuiciones al respecto.
Enviado por el día 27 de Diciembre de 2003 a las 21:47 (21)
Y un libro que específicamente responde a lo sostenido sobre el salario mínimo, myth and measurement, parece ser que con evidencia empírica que demuestra justamente lo contario:
http://www.amazon.com/exec/obidos/tg/detail/-/0691...
Enviado por el día 27 de Diciembre de 2003 a las 22:11 (22)
Bueno, hay varias posturas al respecto. Una efectivamente es la que sostienes: el castigo por el daño recibido debe fijarlo el atacado. Con todo, me inclino más por la tesis rothbardiana de la proporcionalidad del daño, a partir de una análisis racional de los derechos naturales. Lo que Block ha sentenciado con: dos ojos por ojo. Evidentemente, el atacado podría canjear su derecho de réplica por una prestación o por una cantidad monetaria.
Y sí, en un sistema libertario las cárceles no tienen ningún sentido. Básicamente por lo que señalas. La privación de la libertad, de manera no sólo infructuosa, sino parasitaria, no tiene demasiado sentido.

De todas formas, parece ser que nos hemos desviado un poco del debate original. Por no referirme al debate epistemológico que se apunta si advierto que las "evidencias" empíricas tienen poca credibilidad. No debemos buscar relaciones casuales, sino causales. El positivismo metodológico no tiene sentido: la acción humana no puede aislarse en una laboratorio; sus axiomas no pueden deducirse de la observación, sino de la deducción.
Enviado por el día 27 de Diciembre de 2003 a las 22:27 (23)
No pueden extraerse de la observación mejor dicho. De la observación nunca se deduce.
Enviado por el día 27 de Diciembre de 2003 a las 22:28 (24)
Disculpe mi ignorancia, ya que no he leido aún la Acción Humana, aunque sé que se basa en la deducción a priori, pero pienso que si se sostienen los efectos de una medida económica determinada, es decir que un aumento del salario mínimo crea paro y luego se comprueba teniendo en cuenta los demás factores que pueden influir en el resultado que esa conclusión no se corresponde con la realidad, ¿cómo puede ser válida? Si se sube el salario mínimo v.g en California, como dicen los autores y no sólo no se crea paro sino que suben los sueldos, puede que el razonamiento "lógicamente" sea correcto, pero si los sueldos y el nivel de empleo suben a pesar del salario mínimo, debe ser que intervienen otros factores en el resultado y el salario mínimo no tiene porque conllevar necesariamente los resultados pretendidos. Luego esa lógica debe ser reduccionista.
Por otro lado Rodríguez Braun hablaba en una columna en LD de evidencia empírica que decía que el salario mínimo crea paro. Supongo que no se tirará de evidencia empírica sólo cuando favorece nuestras conclusiones.
De todas maneras no todos consideran muy científicos los métodos de la escuela austriaca:
http://home.att.net/~Resurgence/L-ausmain.htm
Enviado por el día 27 de Diciembre de 2003 a las 23:10 (25)
Hola, Antonio.

>pero si los sueldos y el nivel de empleo suben a pesar del salario mínimo, debe ser que intervienen otros factores en el resultado

Exactamente. (¿Esos estudios no corresponden al final de la recesión de la presidencia de Bush padre y el principio del "boom" de la de Clinton?)

>y el salario mínimo no tiene porque conllevar necesariamente los resultados pretendidos.

Sí, necesariamente: necesariamente habrá más paro con salario mínimo que el que habría sin salario mínimo. Aunque otros factores lo compensen y hagan que el empleo suba aun después de introducir un salario mínimo.

>Luego esa lógica debe ser reduccionista.

Tanto como decir que al aumentar el volumen de un gas perfecto disminuye su presión. Será así siempre, a menos que aumente la temperatura lo bastante para compensarlo, pero siempre será menor la presión con un volumen mayor, si no cambia nada más.

Es un reproche curioso el de reduccionismo, sobre todo hecho a la vez que el de "no científico" de más adelante. La ciencia (y también la no-ciencia, si no quieres llamarla así) es reduccionista por necesidad: no podemos saberlo todo del objeto de estudio. Las moléculas ideales de un gas perfecto no corresponden a las moléculas reales de los gases reales, son entes simplificados. Precisamente la economía austríaca es _menos_ reduccionista que las otras, porque no trata a las personas como a moléculas ideales, todas iguales y sin atributos, sino que es consciente de que son diferentes entre sí, y de que tienen voluntad, inteligencia y fines, y de que actúan conscientemente para cumplirlos. Esto precisamente le hace darse cuenta de que no son posibles los modelos numéricos; habrá tendencias, no leyes cuantitativas: no podemos predecir _cuánto_ aumentará el paro si ponemos un salario mínimo d X, solo podemos decir que habrá más.

La ciencia de la acción humana no es "ciencia natural", Naturwissenchaft; la parte empírica es historia, no teoría. Si solo llamas "científico" a contar y medir cosas, vale, pues no es científica (un amigo mío filólogo es de esta opinión, curiosamente). Pero aspira a ser no menos rigurosa que la Lógica.

>Por otro lado Rodríguez Braun hablaba en una columna en LD de evidencia empírica que decía que el salario mínimo crea paro. Supongo que no se tirará de evidencia empírica sólo cuando favorece nuestras conclusiones.

La experiencia puede _ilustrar_ las conclusiones teóricas, si es pertinente a la teoría, o viceversa. Pero no las demuestra, ni las refuta. Si un ingenioso autor dedica un libro a describir triángulos planos y encuentra que en algunos casos sus ángulos suman más de 180º, no concluiremos que Euclides se equivoca, sino que posiblemente los triángulos que el autor ha medido no son planos, o no están bien medidos. Y, del mismo modo, si encuentra que en todos los casos suman 180º, no diremos que ha demostrado a Euclides, sino que ha medido siempre triángulos planos. Pero, si discutimos con un escéptico que no se acaba de creer lo de los 180º y no se fía mucho de las demostraciones geométricas, podremos aducirlo como _ejemplo_, para intentar hacer ver que lo que decimos no es absurdo.

De modo parecido, si una proposición como "la imposición, al comprador de un artículo, de un precio mínimo más alto que el de mercado tenderá a reducir las compras de ese artículo" se deduce de los axiomas praxeológicos (como supongo que es el caso), no puedes refutarla mediante la "experiencia". Deberás refutarla de otros modos: mostrando que hay un error en la deducción, o bien refutando los axiomas, o mostrando que no son aplicables al caso en estudio. Por ejemplo, afirmando que los seres humanos no actúan con la intención de conseguir sus propios fines, poniendo los medios disponibles que consideran adecuados (el axioma sería falso). O afirmando que los pobres no son seres humanos (el axioma, aunque fuera cierto, no sería aplicable).
Enviado por el día 28 de Diciembre de 2003 a las 02:05 (26)
Bueno aquí se ecplica lo que se entiende por método científico:
"Perhaps the defining difference between mainstream and Austrian economists lies in their opposing philosophies towards learning truth.

Mainstream scientists use a well-developed process called the scientific method. This method employs both data and theory. "Data" includes facts, evidence and statistics. "Theory" is the attempt to describe general laws, principles and causes and effects found in the data. Both form a cycle, as data goes into the formulation of theory, whose conclusions then engender more data collection in an attempt to confirm, refute or develop yet more theories. The accuracy of this process is verified by experimentation or prediction. Scientists believe they are on the right path when both theory and data agree; when they disagree, they know something is wrong. It could be the theory is wrong, or the data is badly collected or interpreted.

Austrians accept this method in principle, but argue that it is more appropriate for hard sciences like physics or chemistry, not soft sciences like sociology or economics. The problem is that humans, unlike electrons, have freedom of choice. They are therefore vastly more unpredictable, even if placed in the same situation twice. Within economics, Austrians favor a method called "apriorism." A priori knowledge is logic, or knowledge that exists in a person's mind prior to, and independent of, outer world experience. For example, the statement "two plus two equals four" is true whether or not a person goes out into his garden and verifies this by counting two pairs of tomatoes. What this means is that Austrians reject the attempt to learn economic laws through experiment or real world observation. The only true economic laws are those based on first principles, namely, logic.

As Hayek wrote, economic theories can "never be verified or falsified by reference to facts. All that we can and must verify is the presence of our assumptions in the particular case." (1)

So the mainstream approach is inductive, and the Austrian approach is deductive. The first draws generalizations from the data, the second applies preconceived generalizations to the data. A completely deductive approach is pre-scientific, however, which is why Austrians cannot legitimately claim to use a scientific method. Deduction does occur in science, but the generalizations are primarily based on other data, not a priori assumptions.

"This is not to say that Austrians do not refer to real-world events and data in their writings. They just don't do it in the usual scientific way. Here is Austrian economist Ken Gaillot, Jr., describing their use of data:
"The Austrian economist sees his task as deducing the implications of human choice under conditions observed in the real world. The assumptions of economic theory are the point at which the theory is empirically verifiable. This approach allows qualitative prediction of economic events, explanation of observed patterns, and evaluation of government policy." (2)
In other words, Austrians get to critique the real world, but the real world is prevented from informing their theories. Even their predictions are "qualitative," not "quantitative" -- meaning they are free to call the government "bad," without being held down to the statistics that would verify this claim.

The Austrian approach to philosophy is a very old one: Rationalism. You have to go back to the 17th and 18th centuries to find when it was last considered a serious philosophical movement. It was widely abandoned after its inadequacies were laid bare by other schools of philosophy: Empiricism, Positivism, and most famously by Immanuel Kant's Critique of Pure Reason. Philosophy has progressed tremendously since Rationalism; the Austrian approach is a relic of history.

The problem with rationalism is that it makes the search for truth a game without rules. Rationalists are free to theorize anything they want, without such irritating constrictions as facts, statistics, data, history or experimental confirmation. Their only guide is logic. But this is no different from what religions do when they assert the logical existence of God (or Buddha or Mohammed or Gaia). Theories ungrounded in facts and data are easily spun into any belief a person wants. Starting assumptions and trains of logic may contain inaccuracies so small as to be undetectable, yet will yield entirely different conclusions.

In fact, if we accepted all the tenets of the Austrian School, we would have a second reason why it fails to qualify as science. To be a science, a school must produce theories that are falsifiable -- that is, verifiable. If a theory's correctness or falseness cannot be verified, then it is not science. Perhaps it's religion, or metaphysics, or an unsupported claim. Austrian economists make claims about the market (such as markets know better than governments), but then deny us the tools for verifying those claims (such as statistics). One might ask: how do they know?

Austrians claim to know these things by logic. But although their literature frequently evokes "a priori" knowledge, this term appears to be misused. Humans are not born knowing that "two plus two equals four." It is something they must learn from their environment, namely, school. Forging this learned knowledge into axioms comes later, and then through a process of trial and error. So in this sense, "a priori" knowledge doesn't even exist, unless one refers to a very basic level of knowledge capability, such as the physical construction of the human brain or animal instincts.

Austrians may be using the term "a priori" to mean logical proofs or axioms, such as "If A=B, and B=C, then A=C." But if Austrians were creating economic axioms that were true by logical force, then the Austrian School would become world famous overnight, whether mainstream economists liked it or not. In truth, Austrian journals are not filled with these kinds of axioms. Their arguments are really no more than theories that are guided or tested by logical proofs. Again, that's no different from what religions do. The fact that we have thousands of different religions in the world is remarkable evidence of the fallibility of this method."

"According to Llewellyn Rockwell, one of the areas "that distinguishes Austrians from the mainstream is economic statistics. Austrians are critical of the substance of most existing statistical measures of the economy. They are also critical of the uses to which they are put." (1) They do not, of course, believe that statistics are completely without their value, only that this value is slight. Mises wrote:
"If a statistician determines that a rise of 10 per cent in the supply of potatoes in Atlantis at a definite time was followed by a fall of 8 per cent in price, he does not establish anything about what happened or may happen with a change in the supply of potatoes in another country or at another time. He has not 'measured' the 'elasticity of demand' of potatoes. He has established a unique and individual historical fact." (2)
Austrians claim that statistics fail to capture the full dynamism, trends and contradictory forces of the economy. That such a limited statistic might then be used to formulate economic policy is folly. Economic knowledge can only be gained by individuals as they make transactions on the market.

But the argument that a statistic is a one-dimensional historical fact is strained, to say the least. Suppose a private eye tells you that your neighbor is stealing your apples. You respond this is not logically possible. So he produces a photograph of your neighbor in your tree, with a smile and a basket full of apples. And you respond that the value of this photograph is slight, because it does not show the full context, movement and soundtrack of a movie recording!

Needless to say, even photographs can be used to determine context, movement, trends and other phenomena, if only by adding more photographs. Add enough of them, in fact, and the result is a movie.

Austrians also argue that aggregate statistics are worthless because they don't show what's going on in the individual parts. For example, in 1996 the Gross Domestic Product was about $7 trillion. But this included the production of cancer-causing cigarettes as well as cancer-curing medicines, and the productive efforts of the market as well as the destructive efforts of government. Rockwell argues:
"It is not possible to collapse the complexity of market arrangements into enormous aggregates. We cannot, for example, say the economy's capital stock is one big blob summarized by the letter K and put that into an equation and expect it to yield useful information. The capital stock is heterogeneous. Some capital may be intended to create goods for sale tomorrow and others for sale in ten years." (3)
With so many counter-forces and trends, why should these statistics be accepted as meaningful?

A good analogy is the study of gases. They are composed of countless individual molecules, each with different positions, directions, energy levels, etc. Yet early scientists did not study them individually; they studied them collectively. And this approach proved quite useful for producing valuable information, statistics and general laws.

There is an underlying reason why Austrians seek to deny the validity of statistics: if they accepted them, their positions would prove untenable. An example is the fastest period of growth in U.S. history: the New Deal era, from 1933 to 1973. This was also a time of unprecedented government growth, when the top tax rate reached 91 percent. Obviously, these numbers have to be denied.

The only numbers that Austrians trust to any great extent are prices. Other than that, the Austrian school is to be characterized for its innumeracy. One could ask how they even know a business cycle exists, or whether the economic events they are critiquing are even happening. The paradox is that if they can critique accurately, then government can calculate accurately.

Even the Austrian's allies in business would not want to live in a world without statistics. Entrepreneurs have a huge demand for numbers other than prices: for example, Neilson ratings, consumer surveys, price trends, etc. It is the only way they can make enlightened investment decisions. As Libertarian critic Mike Huben points out:
"Business employs two kinds of economists: those who can create and use statistics, and those who can create and apply corporatist propaganda. Guess which the Austrians are..."

Especialmente curiosa es esta observación, otros caen en mi mismo error:
"There is an underlying reason why Austrians seek to deny the validity of statistics: if they accepted them, their positions would prove untenable. An example is the fastest period of growth in U.S. history: the New Deal era, from 1933 to 1973. This was also a time of unprecedented government growth, when the top tax rate reached 91 percent. Obviously, these numbers have to be denied."
Enviado por el día 28 de Diciembre de 2003 a las 11:59 (27)
Creo que Marzo te lo ha explicado suficientemente bien y no se trata de hacer un debate de textos con corta y pega.
Pero sólo una observación; si queremos establecer relaciones causales, hay que buscar la causa. En el párrafo que destacas, aparte que me temo que el crecimiento de EEUU no fue en absoluto brillante, no podemos tener certeza de si el crecimiento se produjo gracias al crecimiento gubernamental o a pesar del mismo. Estadísticamente nunca lo sabremos, porque los sucesos históricos son únicos e irrepetibles. ¿Puedes afirmarme a la luz de las estadísticas que sin esa intervención el crecimiento económico no hubiera sido el doble o el triple del que fue?
Enviado por el día 28 de Diciembre de 2003 a las 13:54 (28)
Y otra cosa, es falaz y engañoso equiparar el comportamiento humano al de los gases. Ese es, precisamente, el error de todos los cientistas; creer que la acción humana se equipara a las reacciones físicas. Las leyes físicas nada tienen a ver con las leyes praxeológicas. Parece ser que estos señores no han entendido nada.
Enviado por el día 28 de Diciembre de 2003 a las 13:59 (29)
Bien, entonces si estos axiomas son tan irrefutables, si el argumento del salario mínimo es tan obvio que no hace falta ser miembro de Mensa para entenderlo, por fuerza, a tenor de las políticas gubernamentales reiteradamente irracionales y del apoyo popular a las mismas tienen que tener ustedes una opinión muy mala de la racionalidad humana general y de la bondad de las élites políticas. Mises ya decía que "las masas no piensan" por lo tanto lo mejor que podemos hacer es dejar que persigan sus propios fines. Ustedes saben muy bien que ningún partido que se presente con un programa político de supresión del salario mínimo, desmantelamiento de la seguridad social, legalización de toda clase de drogas, supresión de la educación pública, de los controles sanitarios, privatización de la justicia (los más radicales) lograria nada en unas elecciones. Y no porque sus plantemientos no sean, como hemos dicho, irrefutables desde el punto de vista lógico, sino porque la propaganda manipula a las masas y les impide tener en cuenta sus propios intereses, ver más allá de sus narices. Los indivíduos no valoran al parecer excesivamente bien sus propios fines. Y aún más absurdo es un sistema donde la mera fuerza del número puede anular a las escasas personas razonables y honestas que no implementarían ciertas medidas a sabiendas de que son perjuiciales.
¿Es cierto o no lo que se dice en esa página de que esta escuela representa un sector más que minoritario dentro de la ciencia económica? Ya se que el argumento de la mayoría no prueba nada, pero abunda en lo que digo al principio. Diríase que vivimos en una sociedad donde muchos de los mejores cerebros se consagran a defender la mentira. Y donde los mejores argumentos no se imponen a las pasiones. ¿Es posible que los sesudos eurócratas no comprendan tan sencillo argumento?
Francamente desolador el panorama. Ya se ha establecido que en materia económica dos + dos son cuatro, y a pesar de todo hay quien se obstina en negarlo. Y algunos de los que no lo niegan no reniegan de un sistema que propicia la irracionalidad ni intentan combatirlo por todos los medios. Que pena.
Enviado por el día 28 de Diciembre de 2003 a las 14:41 (30)

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