4 de Marzo de 2006

La mesa de periodistas digitales ha dejado clara una cosa: excepto David Rojo, todos los medios digitales presentes tienen bastante clara la lucha por la libertad de expresión. El problema es, claro, el PP. Las intervenciones de los pperos (excepto naturalmente la del moderador Lassalle) han sido todas del tenor "creo en la libertad de expresión pero....", "soy liberal pero...".

Los peros han sido básicamente dos. Una señora que aseguraba haber sido parlamentaria europea ha actuado como aquel personaje de los Simpson preguntando: "¿pero es que nadie va a pensar en los niños?". Lo que se preguntaba era cómo se podía controlar las porquerías a las que acceden los niños, especialmente aquellos que tienen familias desestructuradas y cuyos padres no se pueden preocupar de lo que ven en Internet, entre otras cosas porque seguramente sólo tengan uno. Ante eso, David Rojo se ha mostrado de acuerdo con ella. No obstante, ninguno de los presentes ha dejado claro el argumento esencial. Si pones unos controles a la libertad de expresión has de saber que no siempre los vas a controlar tú. ¿Pretende esa señora poner restricciones para que luego los tomen aquellos que piensen lo contrario?

Por otro lado, otra chica ha expresado sus reticencias por el tema de Leo Bassi. La respuesta mejor ha sido de Federico Quevedo, que reconociendo que Bassi es indignante para católicos como él, tenemos que defender su derecho a decirlo, empleando como argumento el manifiesto contra el islamismo de los doce intelectuales europeos.