1 de Noviembre de 2006
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Bitácora de Daniel Rodríguez Herrera
Izquierda, derecha y sectarismo
Mi posición hacia el secesionismo siempre ha sido completamente práctica. Me parece una herramienta política que puede emplearse igualmente para la libertad o contra ella. Por eso no me parece incoherente ser independentista en el caso de Taiwán y completamente anti-nacionalista en los casos de Cataluña y País Vasco. Por ejemplo.
Quizá lo más divertido hoy sea contemplar la portada de Red Liberal y la de Red Progre. Los liberales nos alegramos de la entrada en el Parlamento de un partido de izquierdas, porque supondrá una mejora de las libertades en Cataluña, aunque sea mínima. Generalmente la izquierda no es precisamente una garantía de mejora de las libertades, más bien al contrario, pero la situación en Cataluña es suficientemente excepcional como para que el éxito de Ciudadanos suponga una extraordinaria alegría.
En Red Progre, al menos mientras escribo estas líneas, los comentarios van desde la celebración de que puede reeditarse un gobierno "catalanista" y "de izquierdas" hasta la alegría porque Cataluña "margina" al PP acompañada de este extraordinario pensamiento: "A nadie se le escapa que el enorme desarrollo económico y cultural catalán ha sido posible gracias a la representación marginal del Partido Popular en la Generalitat". Razón por la que Madrid no para de aumentar su peso relativo en España desde que la gobierna el PP y Cataluña no ha hecho más que disminuir desde hace años.
El caso es que a nosotros (ya se sabe, el "fascio", la "carcundia", la "derecha extrema", etcétera, etcétera) no se nos caen los palos del sombrajo por apoyar a un partido de izquierdas. Un partido, para qué negarlo, socialdemócrata y más bien progre en muchas de sus propuestas. Los del talante, los de la izquierda, sólo pueden alegrarse de los triunfos de la secta y de los fracasos de los "malos". La diferencia entre unos y otros es que los liberales valoramos la libertad, mientras que la izquierda permanece atada a su pensamiento tribal, más propio de hinchas de fútbol que de ciudadanos preocupados por la política. Tampoco nada que no supiéramos, eso sí.
Quizá lo más divertido hoy sea contemplar la portada de Red Liberal y la de Red Progre. Los liberales nos alegramos de la entrada en el Parlamento de un partido de izquierdas, porque supondrá una mejora de las libertades en Cataluña, aunque sea mínima. Generalmente la izquierda no es precisamente una garantía de mejora de las libertades, más bien al contrario, pero la situación en Cataluña es suficientemente excepcional como para que el éxito de Ciudadanos suponga una extraordinaria alegría.
En Red Progre, al menos mientras escribo estas líneas, los comentarios van desde la celebración de que puede reeditarse un gobierno "catalanista" y "de izquierdas" hasta la alegría porque Cataluña "margina" al PP acompañada de este extraordinario pensamiento: "A nadie se le escapa que el enorme desarrollo económico y cultural catalán ha sido posible gracias a la representación marginal del Partido Popular en la Generalitat". Razón por la que Madrid no para de aumentar su peso relativo en España desde que la gobierna el PP y Cataluña no ha hecho más que disminuir desde hace años.
El caso es que a nosotros (ya se sabe, el "fascio", la "carcundia", la "derecha extrema", etcétera, etcétera) no se nos caen los palos del sombrajo por apoyar a un partido de izquierdas. Un partido, para qué negarlo, socialdemócrata y más bien progre en muchas de sus propuestas. Los del talante, los de la izquierda, sólo pueden alegrarse de los triunfos de la secta y de los fracasos de los "malos". La diferencia entre unos y otros es que los liberales valoramos la libertad, mientras que la izquierda permanece atada a su pensamiento tribal, más propio de hinchas de fútbol que de ciudadanos preocupados por la política. Tampoco nada que no supiéramos, eso sí.
Comentarios
Acabo de escuchar al presidente de Ciudadanos por la radio. Es digna de encomio la claridad de sus planteamientos, la ineludible vocación democrática del partido, dispuesto a defender la libertad idiomática en los establecimientos públicos y comercios, las listas abiertas, la dedicación de la clase política a los problemas reales y no a la creación de nazi(ones) artificiales. Nunca he oído a Piqué (o a su escudera Montse) hablar con esa claridad.
Pensar esto ¿es fachismo? Pues soy un facha. No me importa.
Pensar esto ¿es fachismo? Pues soy un facha. No me importa.
Otra cosa. Estos de Red Progre dicen: "Victòria contundent de les esquerres a Catalunya. Han guanyat les esquerres. Cal que PSC, ERC i ICV es posin d’acord per a reeditar un nou Govern Catalanista i d’Esquerres, corregint el que calgui i aprenent dels errors.". Un par de apuntes: 1º Ganó CiU, que es de derechas. 2º Ciutadans no es de derechas, pero no aparece en el análisis. 3º El tufo frentepopulista es alucinante. Como en 1936, cuando se conformó el Front Català d'Esquerres.
Sectarismo hasta en la sopa, vamos.
Sectarismo hasta en la sopa, vamos.
Muchos de ellos son tan miserables, Dani, que ni se sentirán ofendidos.
No pueden, claro. No llegan.
No pueden, claro. No llegan.
Buen comentario, Dani.
Por otro lado, alucinante que nos tengamos que dar con un canto en los dientes porque aparezca en España un político que diga cosas sensatas.
Por otro lado, alucinante que nos tengamos que dar con un canto en los dientes porque aparezca en España un político que diga cosas sensatas.
Un poco socialdemocratillas sí que parecen. Vamos, como Ana Pastor. O como Arenas. Pero algo me dice que, a diferencia de la pepera, quizá éstos sí puedan cambiar. ¿Habrá habido alguien que se moleste en contarles lo del cheque escolar, la estafa piramidal que son las pensiones actuales (y que, tal como están, ya no llegan ni al 2015) y, en general, lo absurdo, lo caro, lo antiliberal y lo vomitivo que es que el gobierno se ande metiendo en tu vida y te trate como menor de edad?
...pero si Ciutadans es lo que es no es porque sea progre o socialdemócrata, es porque se ha presentado como una organización que, con un lenguaje limpio y sin cargas negativas (las que tiene la imagen popular) dice que está cansada de la identidad obligatoria. Eso es lo único que significa y ese debe ser su programa político. Si quieren jugar a la agenda socialdemócrata es un partido inservible. Es por eso por lo que alegra si somos amigos de la libertad y resulta irrelevante que estén a favor de las subvenciones apra todo. El día que eso sea su discurso, no tendrán valor. Lo relevante de su programa es la compatibilidad de identidades, limpiar la idea de que ser español es igual a facha y la reforma de las leyes catalanas en este sentido. Si lo consiguen, su rol como partido habrá terminado. No sé si los populares deben reflexionar sobre la renovación de las formas de su discurso hacia este tipo de "limpieza".
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